miércoles, 31 de enero de 2007

En la consulta del dentista

Mientras esperaba en la consulta de mi nueva dentista argentina, he aprovechado para avanzar un poco en la apasionante biografía de Ricardo Muñoz Suay (Un cicle revisarà la producció de Ricardo Muñoz Suay ). No es sólo reencontrarle ahí desde las primeras páginas, en su obsesión por los amigos, la memoria, las bibliotecas y filmotecas, por la angustia del pasado "que vuelve como una tos" (leía yo, aún revisitada por mi tos). También es esa época, la España republicana de su infancia y adolescencia, la intensa mezcla de nostalgia y desesperación que me invaden cada vez que leo y entreveo lo que este país habría sido si no hubiera triunfado la horrible caterva de ratas facciosas, si Winston Churchill no nos hubiera negado su apoyo, si Dwight David Eisenhower no hubiera apoyado a Franco como aliado anticomunista, si no nos hubieran impuesto al rey. El padre de Ricardo Muñoz Suay y sus amigas se bañaban desnudos tranquilamente en la playa. Parece una tontería, pero es un indicio: luego hubo que pasar cincuenta años de asfixiante represión. La cultura, las bibliotecas de la República, el espírtitu libre y floreciente del país... Son sólo las primeras páginas... Luego he entrado en la consulta. Al parecer, es otra muela del juicio, que me sobra, aunque nadie lo diría, y que habrá que quitarme: una ortopantomografía dirá cómo puede ser esa extracción, pero no me dirá cómo me quedaré yo, con menos juicio del que tengo... Una cita de Ricardo: "La muerte de los amigos, en las trincheras de España y en nuestros días. Recuerdo la muerte de tantos amigos, de tantos compañeros, de tantas sombras de la memoria, en todas las tierras de la Tierra. Porque la edad de la Tierra hay que medirla con los amigos que han muerto, con los amigos que viven, con los amigos que nacerán después de mi muerte."

Ricardo Muñoz Suay

Leo las galeradas de la biografía que Esteve Riambau ha hecho de Ricardo Muñoz Suay (Premio Comillas), a punto de salir a la calle en Tusquets. Me gustaría tener más espacio en QueLeer- Algo más que libros para dedicarle. Ricardo fue un personaje único, tras la guerra civil escapó de un campo de concentración en Valencia haciéndose pasar por un niño, ex comunista perseguido por los suyos por claudinista, tuvo que pasar años ocultándose en un armario de casa cada vez que llamaban a la puerta. Productor de Luis Bunuel y Berlanga, luego el hombre de prensa de Seix - Barral (cuyo puesto heredé yo misma, por iniciativa suya, hace ya muchos años), jurado de la sonrisa vertical (yo fui secretaria del jurado, y tuve la ocasión de pasar horas con Jaime Gil de Biedma, Juan García Hortelano , Juan Marse, Fernando Fernán Gómez y departir todo el tiempo con Berlanga ( Luis Garcia Berlanga. Biografia, filmografia y fotos - El Criticon), luego en la Filmoteca de la Generalitat valenciana. La reseña será mi pequeño homenaje a ese personaje que nunca quiso estar en primer plano, pero que vivió una vida apasionante. Amigo de sus amigos, con una lengua viperina para sus enemigos, un humor negro y cáustico y una gran generosidad. Yo tuve la suerte de conocerle (a través de sus hijas Ana y Berta, y más tarde conocí a Elena y también a Nieves) y de que me quisiera ayudar en lo profesional, y de que creyera en mí mucho más de lo que yo creía. Y le sigo echando de menos...

lunes, 29 de enero de 2007

Bloggers, bloggers

Arthur Rackham, Alicia y el conejo Mariposeando por los dos blogs de Bertini (Cacho de Pan y amorimas, en una de mis visitas rituales a blogs amigos, igual que descubrí la muniequera (ese blog de collages de muñecos de trapo virtuales, genial), he tropezado con un comentario de el-ed, que me ha intrigado por su sonido a río árabe el-oued o guad, à la Isabelle Eberhardt (1877-1904) y ya estaba pensando en desiertos y oasis y fiebres, cuando he llegado a http://mi-bulin.blogspot.com/ lleno de unos dibujos sugerentes y de historias interesantes. Por ejemplo, la de Orsai, esa especie de artista visionario que engaña a Perón conduciendo un taxi y haciéndole unas graciosas adivinaciones, pero sobre todo mi bulin: volando voy! historia de un héroe llamado capitán Beto, cuyo anillo protege del peligro pero no de la tristeza. Y va volando y aullando su soledad, y me ha recordado a mí misma en mis últimos viajes balcánicos, ¡me temo que yo llevaba el mismo anillo de shassán!. Así se lo he dejado dicho al misterioso río argentino el-ed carosia, porque en este jardín de blogs, es inevitable ir sembrando comentarios que llegan o no a sus destinos. En el mismo paseo blogueante, he llegado donde el objeto a y bajo la foto preciosa y de un aire casi infantil de los pies de un monje, mi prima V cuenta sus clases de chino y hace un parcours luminoso, de Françoise Dolto a François Julien (a quien por cierto objetan aquí Journal d’un Chinois » Blog Archive » Les malentendus de François ... ) y de Confucio a wittgenstein y a Lacan ( lacan dot com-), que se me ha quedado prendido de la maraña de ideas del día. Luego he visitado el blog de Toni B. subjectes y no he podido evitar secuestrarle una foto de Poblenou para mi blog Polis http://polis-zbelnu.blogspot.com/ .

tiempo de latín y tiempo de silencio

Foto: Harold Lloyd- colgado del reloj

Cerca de mi casa hay una relojería llamada Tempus, y al pasar no puedo evitar pensar Fugit... Tempus fugit, una frase pesimista que los barrocos ponían junto a una flor o sádicamente junto a una belleza femenina, pero la idea me hace reír. Yo tuve una profesora de latín terrible y no me gustaba hasta que apareció el señor Morató, que me hizo cambiar y adorar el latín y el griego y a la larga me hice traductora gracias a él. Creo que me tenía simpatía, pero se enfadaba muchísimo cuando yo sugería dos soluciones para traducir un sólo adjetivo. Años después, alguna vez me acuerdo de él cuando traduzco un adjetivo por dos y me río sola: "lo siento, Morató".

Ahora es tiempo de silencio, no el de Luis Martin Santos, sino que ha llegado esa blessed hour en que aún no ha empezado el fragor de las obras de esta ciudad más ruidosa del mundo, las motos, el tráfico, las sirenas superfluas y excesivas, los golpes, todo ese festival de ruido que a nadie le importa, porque la gente sólo protesta del ruido nocturno, el de los bares, el que no me afecta a mí. Y en que el sol me inunda a mí y esta pantalla y apenas veo, pero la sensación es maravillosa.

Pero hay otros silencios no-urbanos, silencios internos que sigo temiendo. A veces, para llenar esos silencios en una situación incómoda o desconocida, he hablado de forma compulsiva y eso meha impedido escuchar los silencios necesarios, dejar que las frases respiren y que los otros cuenten su historia. Tal vez esos silencios me recuerden a antiguos silencios de negación e injusticia, los que condicionaron mi infancia, silencios terribles como losas y para mí entonces inexplicables. Por suerte, no es algo que se produzca con frecuencia, pero creo que me ocurrió en cierta medida ayer y me enfadé un poco conmigo... Y al mismo tiempo, como contrapartida, pasé frío en un bar y mi tos empeoró al llegar a casa. Muchos locales de Barcelona utilizan sólo el calor humano como sistema de calefacción, y cuando se vacían, puedes helarte...

domingo, 28 de enero de 2007

Luisa Castro

Me llama Luisa Castro, ahora afincada en Madrid, y con su deje suavemente gallego y su humor va dibujando la crudeza urbana de la vida de alquiler, de los viajes, del esfuerzo y las luchas surrealistas mientras busca su ángulo para seguir escribiendo, para sumergirse otra vez en una novela que la arrastre, con esa duda que nos invade a veces en el proceso. Tal vez ella no se da cuenta de todo lo que va escribiendo mientras no escribe, porque cada anécdota que explica revela su mirada aguzada de escritora, el retrato afinado y brillante de la casera de su piso, que parece salida de un cuento de Isaak Babel- , o su comentario de los amigos, que devuelve a la visión de Marcel Proust , todo lo que dice forma parte de esa novela que ella aún no acaba de ver con claridad. "Cómo me alegra verte tan metida en algo", me dice cuando le cuento mi último viaje a Belgrado y la resaca de esa entrevista. Pero yo, que me interrogo sin fin sobre la extraña estructura de mi libro informe, la veo a ella a punto de adentrarse en una de esas novelas sólidas y bien estructuradas que ella sí sabe escribir. Su novela La segunda mujer. (Premio Biblioteca Breve 2006). Luisa Castro ... , que describía bien Fernando Castanedo en el Babelia http://www.elpais.com/articulo/narrativa/intrusa/elpbabnar/20060225elpbabnar_8/Tes encontró un extraño y sospechoso silencio en la prensa catalana y algunos se permitieron incluso darle lecciones vitales. Hay críticos que no distinguen nunca la construcción literaria, sobre todo cuando juega con lo autobiográfico. En El Mundo un crítico se extrañaba de cómo su narradora, mujer inteligente y libre, podía haberse dejado impresionar y engatusar por un partner mayor, filósofo brillante, que la había hecho caer en su trampa familiar y social. Como escribió Proust, preguntarse eso es igual que asombrarse de que un mosquito tan pequeño pueda causar la malaria. ¿Acaso el amor y la pasión no son una especie de enfermedad? Y si la literatura no consiste justamente en eso, en mostrar las contradicciones y flaquezas de los personajes, su perplejidad, ¿qué sería? A mí, en cambio, esa descripción de una seducción y una imposibilidad de reacción, una lentitud como la de los sueños, en los que el peso del cuerpo dormido nos impide correr, de un aprendizaje vital amargo, me pareció valerosa y deslumbrante. Y su aspecto juliensorelliano, con el mundo cerrado, endogámico, asfixiante y provinciano de la buena sociedad catalana es otro de sus atractivos indudables.

Anoche

Foto: Isaïes Fanlo Iba a irme al cine, pero la sensación de flojera posfebril y el frío me hicieron dudar y al fin decidí quedarme a transcribir más entrevistas balcánicas. Conecté la cámara y cuando Popovic ( ABS HOLDINGS ::: Nenad Popovic ) apareció en la pantalla de mi televisión y en un segundo volví a la atmósfera de su despacho editorial de ese barrio distinto de Zagreb, de casas con jardín de la era comunista y árboles gigantes y aire de abandono ma non troppo, vi sus gestos de cortesía caballerosa al empezar y su abstracción total durante la conversación, con la mirada perdida en un punto invisible y su aire de intelectual izquierdoso europeo de col roulé de otra época, mezclado a su humor balcánico. Hasta me consolaba, Popovic fumando à la balcanique, sin tasa y envolviéndose en humo, de la tos persistente que me impide fumar a mí. Y me sentí feliz de estar aquí transcribiendo, avanzando en mi libro, me sentí casi privilegiada. ¡Pero si esto me gusta mucho más que el cine!, pensé. Incluso cuando transcribía con cassettes, que es una tortura, recuerdo cuando surgió la voz de Marko Vesovic (frontline: the world's most wanted man: interviews: marko vesovic-) grabada tres años atrás en Sarajevo, la voz heroica, viril y socarrona -a lazy Montenegrian, diría mi amigo belgradense de origen checo, Petar G.- hablando en bosnio, mezclándose con el tono y energético de la poeta sarajeviana Adisa Basic (Poems-Adisa Basic-), que me traducía al inglés y estallaba en carcajadas, de pronto, mi memoria de tres años atrás ¡era perfecta! Todo volvía a aparecer... O la entrevista más reciente, de junio pasado, al también sarajeviano IGOR STIKS en el Retiro de Madrid, con la gitana ofreciéndonos la buenaventura y el camarero repicando los platillos y vasos y repitiendo las cosas, con una voluntad inconfundible de dejar huella en el magnetofón, al que miraba de soslayo... Cómo les gusta las entrevistas al personal de hostelería... aunque el software sea cutre, lo miran con respeto... Pero la cámara es otra cosa, un milagro. Yo pensaba que no me saldría, que borraría sin querer, que lo estropearía todo... Me pasé el viaje esperando a que algo saliera mal, despertándome por las noches con pequeños sobresaltos, y luego todo salía asombrosamente bien. Espero encontrar la manera de montar mi "gran película balcánica" para poder conferenciar con ella. Yo sé que este tema merece ser contado o que yo tengo ganas de contarlo... De hecho, ya me han invitado a un lugar insólito -y para mí privilegiado- a contarlo. Un grupo de psicoanalistas que trabajan en un proyecto sobre Memoria histórica (http://www.fccsm.net/fundacio.html) [un tema que me interesa muchísimo, como sabrán los hipotéticos lectores de este blog Memoria light - Foros - EL PAÍS y Isabel Núñez - CRUCIGRAMA: diciembre 2006 ] me han invitado a compartir mi experiencia con ellos. Y espero encontrar otros ámbitos donde contarlo porque noto que, pese al desinterés de las instituciones que conceden becas, allí donde hablo de este tema se despierta un interés inmediato, que me sorprende a mí misma. Tal vez sea la pasión compleja y perpleja con la que he explorado. En cuanto a la ilustración que he puesto, me gusta mucho esa foto de mi gata Gilda espiando la casa de al lado por un huequito de la separación en la terraza, un pertuggio tondo dantiano. La hizo mi vecino Isaïes, que es experto en retratar gatos y pájaros...

sábado, 27 de enero de 2007

Zizek y el Drácula balcánico

Dice mi sabia prima V en su interesante blog http://objet-a.blogspot.com/ que Zizek le atrae por la sensación tan lacaniana de "estar fuera". Yo, que también vivo a la intemperie, sin calefacción metafórica ni redes, ardiendo sólo en fogonazos, subiendo y bajando de esos agujeros del discurso de Zizek (ese pertugio tondo desde donde riuscimmo a riveder le stelle), sólo puedo sentir afinidad y quiero redoblar desde aquí el eco de su acertado post. Por cierto, que Luis Magrinyà me pasó el otro día el link de youtube con un fragmento de esa entrevista genial a Zizek http://www.youtube.com/watch?v=WDNXS3NrVdE definiendo qué es y de qué se ocupa la filosofía, entrando y saliendo de una fea cama con un decorado absurdamente convencional, por ejemplo, que es absolutamente genial y está llena de ese vértigo de la duda y el acierto a partes iguales. Me recordó de pronto a la idea de mi amiga serbia, teórica del cine, Sasa Markus, sobre el Dracula- como el Otro balcánico en el imaginario británico decimonónico: Drácula es peligroso precisamente porque es "uno de los nuestros": aristócrata, conoce las maneras europeas, pero su sangre está contaminada por los turcos y eso le convierte en un salvaje sediento de sangre. Y yo, que en vano busco financiación para acabar mi libro balcánico, me estoy convirtiendo en experta en el tema que a nadie le interesa, viajo a una ciudad castigada, en ningún lugar me dan moneda serbia, los vuelos son caros, todo está penalizado, todo queda fuera de Europa, de la Europa oficial, como ese Drácula en la cama de Slavoj Zizek.

Varlam Shalamov

Varlam Tikhonovich Shalamov es uno de mis escritores de cuentos favoritos. Sus Relatos de Kolyma son sorprendentes. A su lado, Soljenitsin resulta lastimero y blando. Shalamov nunca juzga, nunca se lamenta, nunca indica al lector qué significa algo o cuál es la repercusión, la enseñanza vital. Él sigue la idea de Spinoza: "No sufrir, no lamentarse, inteligir". Como Anton Chéjov, como Isaak Babel-, muestra, pero tal vez por su ausencia completa de patetismo, por su economía implacable, y por esa asombrosa desnudez poética y vibrante, esas escenas pequeñas, donde sus personajes se las ingenian inventando estrategias para sobrevivir un día más hasta que la temperatura suba dos grados y así llegar al siguiente invierno, están llenas de luz, y el efecto es maravilloso. Un crítico dijo que cuanto más terrible era la situación, más contenido se mostraba Shalamov, y es exacto. En España, los publicó Mondadori, pero el libro se agotó y nadie lo ha reeditado. Yo sigo intentándolo. No comprendo la indiferencia de los editores españoles hacia Shalamov. Sobre todo, teniendo por aquí a la traductora mexicana de león tolstoi y Marina Tsvietáieva, Selma Ancira. Encontré una selección magnífica en Adelphi Edizioni , una edición y una traducción muy cuidadas, y más tarde me compré la colección completa en inglés y descubrí que los mejores estaban en la edición de Adelphi. El pobre Shalamov no pudo sobrevivir mucho tiempo. Tras los 17 años en Kolyma, en libertad escribió sus Relatos, se carteó con otros grandes escritores rusos de la "generación de plata", pero tardó pocos años en ingresar en una institución mental. En algún lugar leí que odiaba las patatas, que nunca más pudo comerlas. De vez en cuando vuelvo a leerle y siempre me maravilla. Si, como dijo Ivo Andric- es más fácil escribir que borrar, Shalamov tenía la goma de borrar mágica. Una vez leí una conversación entre Martin Scorsese- y Woody Allen- sobre cómo cortar. Scorsese decía que las películas le salían cada vez más largas y Allen que cuando empezaba a cortar, los productores ponían el grito en el cielo, porque cortaba tanto que tenían quedarse sin película. Lo cierto es que los cuentos de Shalamov, como la historia de Anna Ajmátova (la visita a esa casa museo en San Petersburgo que no le gustó a Janet Malcolm), fueron los elementos que me hicieron replantearme lo que había sido el comunismo (estalinista). Aunque yo nunca seré de esos que ponen comunismo y fascismo en el mismo nivel: el comunismo tenía una base ética, mientras que el fascismo partía del propio horror. Yo seguiré creyendo, como dijo una vez JOHN BERGER , que el marxismo era una buena idea, mal aplicada.

jueves, 25 de enero de 2007

Paula Fox, la invisibilidad, los elogios

De pronto ha aparecido un libro de Paula Fox- que aún no he leído. Lo compré en Alibris y llegó en pleno atasco de libros balcánicos, así que se quedó enterrado en la pila, esperando su turno. Aún no he olvidado el efecto de su Desperate Characters- que descubrí gracias a Robert Saladrigas. Paula Fox fue olvidada nada más publicar, en los setenta, y sólo la iniciativa de escritores como Jonathan Franzen, sorprendentemente no-misóginos en sus gustos literarios, la ha rescatado del olvido, y ahora los críticos la comparan a los grandes de la literatura. Cosas así me devuelven un poco la esperanza. Yo naturalmente no soy Paula Fox. Publiqué mi libro Crucigrama (LaCentral - Barcelona ) con un pequeño editor, sin distribución. Pensaba ingenuamente que por colaborar en La Vanguardia Cultura/s, en El País me prestarían atención. Que algún colaborador del Babelia, que me escribió agradecido porque mi reseña de su novela la había dibujado como él quería creer que era, sentiría curiosidad por mis cuentos. Que otro colaborador amigo haría el esfuerzo de proponer mi libro. Que alguno de los editores importantes a quienes se lo mandé se tomaría la molestia de leerlo y me diría algo. Y sin embargo, mi libro fue elogiado por Ignacio Echevarría, Luis Magrinyà, Carles Hac Mor, Elvira Lindo , Luisa Castro, Pere Gimferrer, Javier Pérez Andújar, Enric Casasses, incluso de Constantino Bértolo y Sergio Gaspar. Recién acaban de llegar comentarios elogiosos de Senel Paz (el autor de Fresa y Chocolate) y de Ángeles González Sinde- , aparte de la troupe de lectores otros, que ha ido creciendo y mandando comentarios entusiastas y sutiles, gracias sobre todo a que algunas librerías no me han expulsado de la mesa de novedades. ¿Qué se necesita para que ese mundo editorial, sordo y ciego, o para que ese mundo de la crítica babélica, que se muestra eternamente benevolente con cualquier autor que haya atravesado la barrera invisible de la aceptación y la fama, preste atención? Es cierto que tuve una amplia reseña en La Vanguardia. Y también una muy buena crítica de Maria José Gil en Caballo Verde, una de esas críticas que todo escritor espera, de alguien que se ha leído el libro con atención y que ha sabido entenderlo y encontrarle virtudes. Y otra muy entusiasta en el Avui. La cuestión es seguir escribiendo y olvidar a los editores y críticos que nos olvidan a nosotros. Olvidar también a los que desprecian el género y sólo quieren novelas. Naturalmente. Pero es cierto que no ayudan. Y que alguna vez estaría bien recibir un poco de apoyo, para variar... Se ve que esta mañana me ha vuelto el espíritu de Os Resentidos de Vigo (el nombre de esa banda gallega siempre me pareció un logro). Por suerte, ese espíritu viene ya poco y me dura cada vez menos... antes, days on a row, ahora minutos...

miércoles, 24 de enero de 2007

Del Quijote, Zambrano, la locura y Zizek

Daumier: Don Quijote leyendo María Zambrano, en España, sueño y verdad ( *ensayos: María Zambrano ), busca el significado de España en lo literario: ¿y si la propia esencia estuviera en la ambigüedad más extrema, en la locura del Quijote? En la tragedia dentro de la parodia, en la ironía de un ser que intenta salvar al mundo cuando él es quien más necesita ser rescatado. En efecto, Cervantes nos da la idea de lo que es el país, con un héroe que encarna todos sus valores, ¡y que está loco! Y me gusta cuando Zambrano se refiere a la primera frase del libro, al célebre "de cuyo nombre no quiero acordarme" como un rencoroso olvido. Justamente he visto en La Central NUEVO ELOGIO DE LA LOCURA - ALBERTO MANGUEL donde la merienda del sombrerero loco (una de mis meriendas favoritas de la historia de la literatura y también de mi infancia) tiene un papel protagonista, ya desde la portada. Y pensando en meriendas carrollianas, esta mañana me he asomado un momento a uno de esos vídeos de Zizec que mi sabia prima V me había recomendado, justo antes de coger su avión a Madrid, en www.lacan.com. En él aparecía nuestro sabio esloveno lacaniano favorito en una conferencia pequeña, universitaria, donde las luces se encendían y apagaban fuera de su control y sus comentarios, entre tics y aceleración y pasión intelectual, provocaban las risas del público, mientras que él, muy serio, dirigía la proyección de fragmentos de Hitchcock y sobre todo de Vertigo. Empezaba diciendo que le habían pedido que hablara de arte, y como él no sabía nada de arte, hablaría de Alfred Hitchcock (I)-. Y luego, empezaba realmente la locura, algo que a mí se me escapaba entre las dos pantallas (la mía y la de Hitchcock) y en que Zizek se abalanzaba en su escorzo de ojo gigante a pescar en esos signos contrarios de la verdad, esa verdad subjetiva que promete revelarse pero que sólo se revela en su error, esa doble mirada que era triple, y el inglés de acento descuidado de Slavoj Žižek , sus movimientos y su cuerpo de gigante balcánico o de ogro de cuento inglés, y la brevedad de los fragmentos, mi duda y mi mirada difícil desde el primer día de no-gripe (no-cumpleaños, según la merienda del sombrerero loco)... Y he tenido que rendirme. Goza tu síntoma.

martes, 23 de enero de 2007

Lo que queda de Freud, el debate y una gripe leninista

En la preclara Revista Occidente un artículo lúcido, ecuánime y más culto que todos esos que hacen declaraciones públicas contra el psicoanálisis en estos tiempos, de Remo Bodei hace un repaso crítico y atento a ese legado, situándolo cerca de la verdad del arte, pero sin ocultar las deficiencias y problemas que tiene planteados. Ayer, leyendo a Luce Irigaray y a Helene Cixous , me preguntaba por qué esas mujeres que critican en España el psicoanálisis desde un punto de vista supuestamente feminista, al descalificar el psicoanálisis en general, no consideran a todas esas brillantes intelectuales feministas que han colaborado con su discusión a hacer avanzar la teoría psicoanalítica. O las sitúan fuera, cuando ellas mismas se han situado dentro. Tal vez a Esther Tusquets (http://www.escritores.org/tusquets.htm ) o a mi querida amiga M. A., les parece que Christiane Olivier, Hélène Cixous, Luce Irigaray (por no hablar de Kristeva, que comprendo que no sea tan clara) son menos feministas que ellas o bien, como son mujeres, olvidan incorporarlas a su visión del psicoanálisis, que atribuyen rígidamente con exclusividad a Lacan y a Freud. ¿Quién tiene un discurso misógino? En cuanto a la gripe, hoy se ha revelado su faceta leninista: Un paso para alante, dos para atrás. Creí que estaba a punto de salir. ¡Incluso osé fijar una cita para cenar! Me he despertado con escalofríos, uno de esos ataques helados de temblores que he pasado en el sofá, bajo tres mantas y enterrando la nariz en el pelaje de Gilda, y ahora me arrastro en busca del termómetro.

lunes, 22 de enero de 2007

Del glamour

Foto: Andrea Resmini Dice Peter Sloterdijk; en Normas para el parque humano (Diario de lecturas: Peter Sloterdijk: Normas para el parque humano ) que la palabra glamour viene en realidad de grammar, es decir, que antes, el glamouroso era el que hablaba bien, el que conocía bien la gramática y el lenguaje, aunque para muchos, haya derivado justamente en lo contrario. En cualquier caso, yo intento hacerme con la idea sino-lacaniana-davoinesca-intuitiva de mi prima V (el objeto a ), que desprende ese fulgor de conocimiento glamouroso por donde va, porque su idea me parece más esperanzadora que la del pequeño y mezquino mundillo cultural barcelonés, donde sólo se presta atención al poder, y pocos se permiten ya la osadía no sólo de descubrir un talento que no haya sido ya refrendado o que no se ajuste exactamente a una moda prefijada, sino de prestar atención a alguien por su simple cabeza, a diferencia de lo que ocurría en los setenta. Dicho esto, me retiro, he sobrepasado mis fuerzas y la malvada Grippe, que imagino alta y siniestra como la propia Muerte, ha vuelto a apoderarse de mí, en uno aquellos abrazos terribles que representa Kathe Kollwitz o como en aquel bonito cuento de hadas alemán titulado El muchacho que engañó a la muerte (con su barril de cerveza encantada). Y todo porque he pretendido trabajar sin tasa e incluso ¡merendar! siguiendo la inspiración de Cacho de Pan. Craso error.

Convalesco-valui

Las flores de Ida, ilustración de Janusz Grabianski La estela de la gripe. Hoy he osado levantarme y trabajar, incluso he bajado un momento a la calle, me he encontrado a mi amiga B., que vive en el barrio y me ha propuesto que tomáramos un zumo natural en un local que han montado dos francesas, uno de esos milagros que este barrio no suele ofrecer (aunque parece que últimamente prospera una onda naturista). Aún me siento como si no pesara, como después de un ayuno (hoy he comido una tostada), o como las flores de Ida del cuento de Andersen, que la niña acostaba en la cama de su muñeca, para que se repusieran del baile. Andersen fue lo primero que yo leí. La foto está borrosa, concuerda con mi propio estado y con este día, que se ha solidarizado conmigo.

domingo, 21 de enero de 2007

Kafka, el hambre y todo lo contrario

Estos días no he podido comer nada, hace dos mañanas que tomo fruta y hoy, cuando una amiga me hablaba al teléfono de restaurantes, he considerado la posibilidad de volver a comer sin sentir náuseas. He logrado hacerme un puré y un caldo, que he guardado en un bote. He tomado media taza de ese puré. El esfuerzo ha sido agotador y la sensación, de haber cometido un exceso. ¿Cómo se vuelve a la alimentación normal? He pensado en los huelguistas de hambre, etarras o no, y en los ayunos y en cómo se volvía a la normalidad, muy despacio. Y cómo no, he pensado en aquel relato de Kafka, Un artista del hambre Lo he buscado en vano en mi caótica estantería. (Mi amigo escritor serbio dice que el único orden es el alfabético y se ofreció a ayudarme, pero yo no me decidí, tan acostumbrada estoy a mi desorden conceptual). Luego he recordado una anécdota que le oí contar a Alberto Manguel y que siempre cito: Iban andando Kafka y Max Brod y Kafka le iba contando los horrores del mundo, y de pronto Max Brod se detuvo y le preguntó: "Pero oye, ¿tú crees que hay esperanza?" Y Kafka sonrió con aquella sonrisa suya tan característica y le dijo: "Sí que hay esperanza, pero no para nosotros."

sábado, 20 de enero de 2007

Lecturas

En las horas en que la fiebre me deja leer, he acabado el estupendo libro de Janet Malcolm The Silent Woman y he empezado y terminado su leyendo a chejov, esta vez en versión traducida de Alba. Su tono inteligente, su approach lacaniano o davoinesco, y su ritmo son tan fascinantes que sólo querría leerla a ella. Ahora empiezo las galeradas de Maternidad y creación, una recopilación de textos de escritoras y artistas con experiencias maternas que está a punto de publicar Alba, y que incluye a mi favorita Grace Paley. Pero fuera de la lectura me ahogo, me agoto, no puedo seguir. Esperemos que el Arsenicum album no acabe conmigo, sino con el virus...

De Gilda, la tos y una gripe de escritores

Gilda como Webster Mi vecino y amigo escritor, Lluis Maria Todo, que sufrió esta misma gripe, me recomienda mucha paciencia y me cuenta que el autor de Ígur Neblí también la tiene. Si añadimos Bertini a la colección, deduzco que es una gripe de escritores, algo así como un hombre de Porlock a lo bestia. Cuando ya parecía que la fiebre se acababa, ha llegado la tos, una tos como explosiones volcánicas, eléctricas en el pecho. La tos ahuyenta a Gilda, que me mira desde el umbral con esa expresión preocupada y reprobadora que tienen a veces los gatos, como aquel Webster del cuento de P . G. Wodehouse . "Tú, con tus manías de medicinas alternativas", parece decirme. "Primero la fiebre y ahora esto... Un jarabe de esos que dopan es lo que te convendría..." Lo dice aunque a ella le ha ido siempre muy bien con la homeopatía. Qué invento tan estúpido la tos... Tanto estruendo para arrancar ínfimas mucosas invisibles. ¿Por qué no hacerlo todo de una vez? Quan creus que ja s'acaba... decía la canción de Raimon. Me vuelvo a la cama. Mi estado de debilidad es tan completo que no parece posible mejorar. Fuera hace sol... el mundo sigue sin mí.

jueves, 18 de enero de 2007

La fièvre

Foto: Gilda hecha una bola. Ya me lo advirtió Dante Bertini, que en las consultas de los médicos se pillaba todo tipo de virus, porque todo el mundo va enfermo. No excluyo que él mismo me pasara el bacilo (freudiano) en la clausura del Año Freud, el caso es que he caído de golpe, La femme foudroyée. Yo, que sólo he tenido cuatro episodios con fiebre en treinta años y los recuerdo todos (el síndrome del autónomo, nunca va a la cama, tose en el ordenador), de pronto, 39,8... Como soy más bien lagarto, a esta temperatura deliro. Se me aparecen todos los escritores, la fièvre del desierto de Isabelle Eberhardt (1877-1904), el Ara que estic al llit, malalt, estic força content, de Joan Salvat-Papasseit, y todas las historias que podría escribir, que escribo sin levantarme, sin moverme, en el ardor de la fiebre. Mi gata ha aprovechado mi nula resistencia y se ha instalado conmigo. Una amiga inglesa, amante de los gatos, dice que su misión es dormir e irradiar buenas vibraciones de calma, belleza e inspiración. Ella es feliz, sin miedo al contagio. La foto está borrosa, pero quería recoger ese empeño suyo de hacerse una bola, en su nirvana gatuno... Ya que no podré ir a clase de yoga Puede ser que no resucite pronto y tenga que despedirme, como Félix de Azúa, que dijo adiós en su blog pero seguía existiendo en la calle (yo lo vi). One never knows. Me vuelvo a la cama.

martes, 16 de enero de 2007

Cafè Central

La plaquette El cec de l'Odissea, el bloqueig i un somni d'editors, núm. 26 de la col·lecció Els Ulls de Tirèsies ya está en la Librería La Central y en Laie (www.laie.es), por 3 eurillos. Espero que alguien la encuentre y la lea. Seguramente la presentaremos en el bar Horiginal el 14 de febrero, que ha resultado ser día de St-Valentin, pero creo que no hay ninguna contraindicación con el santo. Es el texto que leí en la presentación multipoética de Ester Xargay.

lunes, 15 de enero de 2007

China, miChina

Foto: Andrea Resmini, Melograni, Shangai, 2006 Fui a ver al doctor Huan. Había que entrar en una especie de herbolario, Armonía oriental, donde olía fuertemente a una especie de alcanfor. Las vitrinas estaban llenas de hierbas chinas. Había dibujos y fotos de una "lámpara mágica" con unas instrucciones traducidas a un castellano-pinyín con los artículos mal puestos, como las traducciones del serbio, y con un aire de anuncio de revista antigua. Cogí un folleto ¡donde aparecía Huan dibujado! Se acercó y me hizo pasar a su despacho, allí me tomó el pulso y me hizo algunas preguntas. Luego me llevó a un cuarto estrecho, con una luz despiadada, y me hizo echarme boca abajo en una camilla donde había un agujero para la nariz, que me recordó a una experiencia del Teatro de los Sentidos y a aquella máscara con olor a hierbas frescas. Empezó a hacerme un masaje que continuó su ayudante, un masaje muy ligero pero muy sistemático, a través de una sábana. Era agradable. Luego me pidió que me pusiera boca arriba, me puso unas gotas de aquella especie de alcanfor en la frente y el cuello, dijo: "Esto refresca". Pero era un frío extraño, ardiente, al cabo de poco ya no sabía si era frío o caliente y el efecto duraba mucho... Me llenó de unas agujas que dolían un poco, sobre todo en la cabeza, manos y pies, me tapó con la manta. Al fin apagó aquel foco. Yo añoraba el glamour del acupuntor francés, su consulta del Eixample, la iluminación sutil, su naturalidad reconocible. Y por otro lado, oía hablar a las dos enfermeras en chino y era una música muy interesante. Trataba de distinguir qué palabras o sonidos se repetían o los tonos. Esto es como viajar a China, pensé. Entonces, en el cubículo de al lado entró otra paciente y el doctor Huan le hizo preguntas. La oía como si estuviéramos juntos, los tabiques plásticos no llegaban al suelo. Era una historia triste, una mujer llena de dolores, que había ido a todos los médicos, se había hecho análisis, no tenía nada, tal vez fibromialgia. "¿Ve cómo tengo los ojos? Ni siquiera puedo abrirlos. La cabeza me duele un mes seguido sin parar. Duermo sólo con somníferos. Me duele la espalda, los pies, todo..." Tomaba diez o doce pastillas distintas, una para cada dolor, tenía un agotamiento terrible. Pero no estaba dispuesta a hacer caso del doctor Huan. Había ido a un médico dietista (¡deportivo!) que le había mandado una dieta de sólo proteínas y gimnasia convencional. Le había dicho que tenía intolerancia a la verdura y la fruta. El doctor Huan le dijo que era mejor ejercicio suave, yoga o taichí, y que no hiciera régimen de adelgazar porque no tenía energía. Pero ella no estaba convencida. Luego pasó a otra sala y entró una segunda paciente. Estaba muy triste. El doctor Huan le preguntó: "¿El ánimo mejor?" Ella contestó: "No. Sólo me río aquí... He venido arrastrándome. Estoy muy mal..." Dijo que dormía muy bien, que si no fuera por el despertador seguiría durmiendo siempre, que sólo quería dormir. Yo pensaba en la consulta silenciosa del acupuntor francés, bastante más caro. Echaba de menos la conversación de las enfermeras en Chino. También pensaba: "Escuchar estas historias... es bueno para una escritora..." Pero ¿y la tristeza? ¿Cómo no impregnarse de sus vidas desesperadas? Imaginé que me levantaba de allí con todas mis agujas, erizada à la chinoise, me asomaba al pasillo y les decía a aquellas dos mujeres que se separasen de sus maridos (las dos habían aludido a uno, la primera dijo que su marido estaba "gordito", por eso había ido al dietista del Barça), que se fueran a otro sitio, que comieran muchas frutas ácidas y dulces, que dejaran sus medicinas, que corrieran por la playa, que buscaran un amante... chino. Me rescató el ayudante del doctor Huan. Luego vino él. Vino con una cajita verde, de letras chinas. "¡Es una fórmula!", anunció, enfatizando la palabra mágica, 8 bolitas por la mañana y 8 por la noche, lejos de las comidas. Unas bolitas negras pequeñas y brillantes, como cuentas de un collar.

domingo, 14 de enero de 2007

Percepciones

Foto: gorrión yaringui Hoy, en el AVUI (http://www.avui.cat/avui/diari/docs/edicio.php?pagina=http://www.avui.cat/avui/diari/07/gen/14/316243.htm ) Ada Castells hace una crónica del acto de ayer. Lástima que la perspectiva periodística -necesariamente de superficie-, aunque tenga su gracia sintética, no sea la más adecuada para un acto sobre Freud. No me parece haber estado en el mismo sitio. Otra cosa que me sorprende es que a todos les maraville tanto la misoginia de Freud, pero nadie diga nada de la misoginia del discurso de otros. Como Jorge Wagensberg, que nos prometió que, con la Nanotecnología, descubriríamos las voces grabadas en una cerámica mientras el maestro la creaba: según él, oiríamos a la mujer de Akhenaton llamándole a cenar. Su sorpresa podría ser descubrir, me dijo una espectadora inteligente, que era Akhenaton quien preparaba la cena mientras su mujer diseñaba una cerámica. Ya escuché otra vez a Wagensberg hablar del hombre primitivo como si las mujeres siempre hubieran tenido un rol inexistente o de simples floreros. Parece que para él, nunca hubo matriarcado (Matriarchy: history or reality?-), ni ha habido artistas mujeres, escritoras, científicas, etc. Allí se contaron chistes de Freud, pero se eligieron exclusivamente chistes misóginos. Ay, la relación del chiste con el inconsciente... Por cierto que a Wagensberg se le olvidó presentar a la siguiente protagonista. Todas esas cosas no llaman la atención de los periodistas; al único que se le reprocha su misoginia es a Freud, que nació en 1856... Y además se condena al psicoanálisis, ignorando a las numerosas mujeres psicoanalistas que han revisado y enriquecido la teoría. Pero había otro público allí, muy distinto de los periodistas e incluso de algunos de los que intervinieron, un público que sí escucha y recoge esos ecos, esos olvidos, esas traiciones, esos gestos... y los traduce. Para ese público de psicoanalistas, que ayudan a tanta gente a reconciliarse consigo misma y a vivir mejor, yo tuve la suerte de hablar y de recibir su reconocimiento.

sábado, 13 de enero de 2007

La clausura del año Freud

El acto de clausura me ha encantado. La regidora era my cousin V y se notaba, ha creado una atmósfera agradable y verdadera, sin impostaciones, donde cada uno presentaba al otro y las alfombras recordaban a las consultas de Freud, siempre llenas de belleza. Yo tenía muchísimas dudas porque mi texto era tal vez demasiado personal, quería expresar mi gratitud al psicoanálisis y a la vez ligarlo a una última experiencia muy difícil para mí, donde sentí una vez más el alivio de recurrir a ese punto de vista. Otros situaban a Freud en la historia o incluso en la literatura (Nora Catelli, con brillo), Cristina Peri Rossi sembró críticas con un estilo inquisitivo y genial, no sin cierta simpatía a distancia, Dante Bertini leyó un texto irónico y precioso sobre su historia entre Buenos Aires y Barcelona con el psicoanálisis de fondo, Esther Tusquets aludió a una experiencia psicoanalítica apasionante con Jorge Belinski pero renegó de Freud por la consabida teoría de la envidia del pene. A lo que no pude evitar responder. Yo creo que hay que deconstruir derridianamente a los maestros, separar el dogma y el error de lo aprovechable y en Freud hay mucho que aprovechar, y recordé que Freud ayudó a las mujeres decimonónicas, que eran (mal)tratadas de "histeria" con métodos terribles (como cuenta Elisabeth Roudinesco en su película maravillosa), y él ofreció escucharlas, la curación por la palabra. Y algunas psicoanalistas (Christiane Olivier) han reinterpretado esa teoría. Y la escritora Janet Malcolm la interpreta en clave de escritores: una mujer escritora envidia la autoestima profesional de su partner escritor, que le permite seguir escribiendo aunque esté en crisis, aunque esté emocionalmente destrozado. Claramente ese espacio era el lugar adecuado para mi texto; los psicoanalistas son un público afín. Dante Bertini me propone que copie o cuelgue mi texto aquí en el blog, y yo sigo con mis dudas... balcánicas. Necesito tiempo, no puedo exponer aquí mi libro balcánico, la autorización de la famosa entrevista ni al amigo de ese país que me ayudó a conseguirlo. Pero en febrero lo pondré...

viernes, 12 de enero de 2007

Las consolaciones de la filosofía

Un amigo de siempre, que hace muchos años decidió estudiar filosofía porque pensó que así podría seguir toda la vida sin actuar, especulando ociosamente mientras miraba por la ventana del aula, llevaba un tiempo sumido en un estado que alternaba la melancolía y la desesperación, pero se enfurecía cuando yo le sugería algo psicoanalítico o cualquier otra cosa que sonara a remedio, aunque fuera yoga, tal vez porque, como contaba el ex lacaniano François Roustang, adoraba sobre todo su enfermedad y sentía que sin ella dejaría de existir, perdería su identidad. Así que pasé a escucharle en silencio hasta que prefirió no verme y ahora puedo imaginarle feliz en su vida de viajes y silencio. Pero aún en los momentos más agudos de su desesperación insomne, los libros y las clases le permitían vivir otra vida, una vida iluminada por la abstracción. Una vez, en un arrebato de generosidad o queriendo devolverme el tiempo que había dedicado a escucharle, me dejó dos de sus libros favoritos (¡Hegel y Foucault! Michel Foucault - Wikiquote) tan envejecidos y llenos de subrayados y pliegues que exhibían impúdicamente sus intensas lecturas. Él me confesó que había leído Fenomenología del Espíritu como quien lee un thriller, emocionado por descubrir la pista y el conocimiento final que Hegel prometía a los que llegaran. En cambio yo, que a diferencia de él, puedo verbalizar lo que siento y poner palabras a mis angustias, estoy pobremente dotada para la abstracción, la metafísica y la ontología, de modo que para mí, ese libro de Hegel suponía breves fogonazos deslumbrantes y otras tantas desconexiones. Pero fue como si recorrer esas páginas ajadas (rebregades, diría en catalán) por su uso maravillado me contagiara un poco de su felicidad filosófica. Por cierto que Carles Hac Mor me mandó ayer un mensaje ontológico y feliz, que sólo decía "Ah!L'ésser no és i el no-ésser és. I ves quin goig que fa, de tenir-ne consciència! L'ontòleg."

La Campana

Una amiga morena (seguramente una de las mujeres más guapas que he visto de cerca), habita desde hace poco en ese otro mundo de sueño cambiado que Paul Auster llamó Babylandia. Hoy me dice que tiene que ir a La Campana a revisar el coche y le da muchísima pereza. Le digo habría que pensar sólo en el nombre, como aquella otra amiga (también nacida en Poisonville y más parecida a Gene Tierney-) que estudiaba el código de circulación fijándose sólo en las palabras bonitas, como ámbar. Mi padre decía que las campanas españolas sonaban muy mal porque las fundieron para aprovechar el bronce en la guerra y ya nunca las hicieron de buen material, pero que en Múnich y Salzburgo sonaban maravillosamente. También está The Bell Jar (http://www.sylviaplath.de/plath/belljar.html ), la campana de cristal triste pero talentosa de Sylvia Plath-, y yo sigo leyendo a pequeñas dosis nocturnas esa especie de magnífica biografía de biografías o antibiografía de Plath-Hugues que leo a trocitos, de janet malcolm, The Silent Woman. Y hablando de campanas, también está mi nombre Is a bel(l), teóricamente yo sería una campana, aunque no una campanilla (más alegre), ni unas castañuelas ni la alegría de la huerta, o eso solía decirme mi ex partner, que yo no era la alegría de la huerta. Es verdad que antes era más triste, me di cuenta leyendo el Infierno de Dante ( dante s inferno-) una vez, ¡y no era la primera! Con el Tristi fuimmo, los tristes estaban condenados al infierno, por haber estado tristes cuando el sol brillaba. En la primera lectura me había parecido muy injusto, ¡condenar el spleen baudelairiano, condenar a Poe y a toda la melancolía literaria! Pero la segunda vez me di cuenta de que, en mi caso, tenía razón. ¿Y por qué estaba yo triste? Me sentía prisionera y además, me había convertido en funcionaria de prisiones. Creo que después he estado mucho más alegre... Este es un relato para mi guapa amiga que va a La Campana. Aunque cuando lo lea, ya habrá vuelto...

jueves, 11 de enero de 2007

Sigmund, Sigmund

Tengo algunos amigos escritores (como Nabokov nabokov or the cruelty of desire-, ) que odian a Freud. No es una simple indiferencia, un desinterés, no, es un sentimiento negativo casi más intenso que mi pasión por el psicoanálisis. Todos ellos se someterían antes a la química con alegría para adormecer un malestar, pero la idea de la curación por la palabra les parece tremendamente dañina. Incluso las especulaciones y el lenguaje psicoanalítico les producen alergia. Estoy segura de que no pueden sustraerse a algunos conceptos (seguro que todos hablan del ego, del inconsciente, de la líbido, incluso del tema edípico con la excusa de que están citando a Sófocles). Ninguno de ellos vendrá a celebrar conmigo su aniversario. En realidad, no he invitado a casi nadie... Pero no pensaba hablar de esto en el Año Freud (CALENDARI D'ACTIVITATS (PROVISIONAL), aunque dada mi naturaleza impaciente, y considerando que me ha tocado intervenir en 18º lugar, cualquier cosa es posible, incluso que ya no quede nadie allí para escuchar mi historia y yo decida leerla para mí misma, en una sala vacía, en un ensayo simulado, o para un conserje, o quizá para algún psicoanalista participante, que se apiade de mí. En realidad, pensaba contar una extraña historia (en tres minutos y medio, porque el máximo son 5min), ya que los escritores son imprevisibles y el psicoanálisis puede interpretar cualquier cosa, todo está permitido. Mi grupo de participantes subirá al escenario a las 12:45 y se quedará allí hasta las 13:45. En cuanto a la sobria escenografía y el encadenamiento de las intervenciones, confío por completo en la brillante organizadora. Quien quiera venir, está invitado. Entrada gratuita. Sábado 13, Caixafòrum. El primer grupo de escritores subirá al escenario a las 11h.

miércoles, 10 de enero de 2007

María Zambrano en el Ateneu

Foto: María Zambrano Le debo a Carlota Oliver haber asistido a la sugestiva conferencia de la filósofa Concha Fernández Martorell (autora de María Zambrano : entre la razón, la poesía y el exilio ) en el Ateneu Barcelonès (www.ateneubcn.org/), en el ciclo titulado Veus de dones. Una síntesis brillante de dos ideas de Zambrano que conectan con lo que estaba yo pensando en los últimos tiempos: una, su reflexión sobre la renuncia española al pensamiento y la reflexión (de nuestras catedrales, ninguna del conocimiento, de nuestros castillos, ninguno de pensamientos), de la esencia tradicionalmente cerrada del pensamiento castizo, de una España "pura", basada en el genocidio y la exclusión (de los judíos, de los musulmanes), otra su idea de encontrar en la ficción (sobre todo en Cervantes) el conocimiento y todo lo silenciado por la historia, idea mía intuitiva en mi libro balcánico y que mi prima V. citaba en su blog http://objet-a.blogspot.com/ hace dos días. Fernández Martorell, Concha ha hablado del "caso raro" de María Zambrano, por ser filósofa mujer y española (en un país que abandona la filosofía). De su reinterpretación de la mística, legado de la cábala judía y de los sufíes musulmanes pasado por el filtro del cristianismo, a través de la tradición racional de la filosofía europea, y al final, en la discusión, de su sufrimiento en el exilio, siempre viviendo a salto de mata, sin poder volver, y cuidando de su hermana Araceli, que enloqueció tras ser violada por miembros de las SS. La filosofía de Zambrano siempre ligada a la vida, su interés por las relaciones y las personas, su personificación de la España republicana, la de las luces, que no pudo ser. La vigencia de su pensamiento sobre la ausencia de reflexión que sigue contaminando la pobreza crispada de la vida política, el escaso valor de la educación. Resulta esperanzador que Concha Fernández sea autora de una Història de la filosofia, 2 Bachillerato como libro de texto, donde recupera también el lugar de las mujeres filósofas, y directora de un Instituto (una suerte para los alumnos). Estaba por allí también Julia Manzano ( http://www.tindon.org./julia_manzano/) y unas cuantas interesantes filósofas más. Siempre es agradable visitar el entorno del Ateneu, con su atmósfera vetusta, la biblioteca, el ascensor y los pasillos. Eso sí, en la conferencia tenía delante a una indigente que roncaba con fuerza al calor de la sala, y luego, ya sin justificación social, se me ha sentado al lado una mujer con su móvil muy activo, que parecía muy interesada en la conferencia pero no paraba de hacerme comentarios, como si me conociera y supiera que me iban a interesar más que el discurso. La locura siempre cerca, pensaba yo. Lo que es seguro que voy a buscar España, sueño y verdad de Zambrano.

Harapos parracs rags haillons

Foto: Cuba 2004 Ayer fui a comer con Carlota, una amiga muy bibliófila (y literatósica según la definición de Enrique Vila-Matas y António Lobo Antunes, ¿o era de Juan Carlos Onetti? ELPAIS.com - Enfermos de literatura - Tecnología), que vive en este barrio extraño de gente uniforme. Carlota llevaba un bonito abrigo y al decírselo nos encontramos sorprendentemente hablando de ropa. Ella citó a Simone de Beauvoir, que decía haber renunciado a vestir bien, porque eso requería demasiado tiempo y energía. Yo nunca he dedicado mucho tiempo ni mucho dinero, pero mi relación con la ropa siempre ha oscilado entre el juego, el fetichismo, la atribución de poderes casi mágicos e históricos a cada prenda. Hace poco, mientras esperaba para comprarle una camiseta errónea a mi hijo en una tienda muy burguesota de la calle Mandri, me quedé mirando a las mujeres que me precedían en la cola, muy características de esa calle: iban bien vestidas según la moda, con buenos paños y escasa imaginación y aún menos excentricidad, pero sobre todo, lo más espectacular era que lo llevaran todo nuevo, hasta la cartera de donde sacaban el dinero, los guantes, los zapatos, el bolso, todo recién salido de la tienda. (Tal vez incluso ellas mismas fuesen nuevas de la temporada). No me sorprendió tanto por el dinero, pues es una calle adinerada, sino porque yo nunca podría sentirme yo misma sin llevar algo histórico, ajado, gastado, reconvertido o teñido, recuperado del fondo de armario, como aquella homeless avant-la-lettre de un cuento inglés (un libro genial, rimado, de mi niñez, que ya no existe, Pepe el tonto y otros tontos) a quien le recortaban la falda mientras dormía y al mirarse en un charco decía: ¿Pues quién soy si no soy yo? Una vez, en Berlín, mientras mis compañeros de viaje se tomaban unas cervecitas en Prenzlauerberg, vi un vestido de terciopelo granate colgado en la puerta de una tienda Vintage. El propietario era una especie de viejo hippie encantador, dijo que ese vestido era perfecto para una londinense (sólo un extranjero podía confundir mi tosco inglés con el de una londinense) y me lo rebajó porque según dijo, no le quedaba bien a nadie más. La historia de ese vestido, encontrado en ese setting berlinés, lo hace distinto a todos los demás. Hace años, cuando era joven, pasaba el buen tiempo vestida con trapos -mis harapos- que prendía con imperdibles, coleccionaba sombreros y provocaba las iras, burlas y miradas torvas de mucha gente de la calle, algo que me servía para convencerme y convencerles de que no era uno de los suyos. Al fin, Carlota me habló de Adam Zagajewski , al que vio y escuchó en - - - - - KOSMOPOLIS - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - y que dividía, según entendí grosso modo, la literatura entre lo provinciano (el sufrimiento histórico y local), lo esencial y lo cosmopolita (la reflexión sobre la propia literatura y el arte). Hablamos del Año Freud, del odio que aún despierta el psicoanálisis, pero también de lecturas en cárceles y de derecho penal (el marido de Carlota es abogado) y de la tradición de ignorancia de los periodistas o la falta de rigor de algunos periódicos en este país, y me contó de sus lecturas de María Zambrano y de una conferencia sobre ella que habrá esta tarde en el Ateneu www.ateneubcn.org/ .

Año Freud

Gabinete de Freud en Londres La invitación a participar en la Clausura del Año Freud (http://xoroi.com/ ) me ha hecho ilusión, por la deuda de gratitud que tengo con el psicoanálisis, no sólo porque me permitió juntar unos cuantos fragmentos de mí y reconciliarme con mis distintos yos desconocidos, sino porque me quedó ese lenguaje que me fascina, esa forma de mirar el mundo -humanista, como demostraba Bruno Bettelheim en un librito magnífico, Freud y el alma humana,- que encaja bien con mis maneras, y me permitió encontrar una forma (analítica) de quedarme en el mundo: la extraña y desigual felicidad de intentar siempre comprenderlo, verbalizarlo. El problema, como siempre, son mis dudas. Hay varios textos posibles que podría leer allí... Pero eso forma parte de mi costumbre... Volviendo a Freud, la base humanista del psicoanálisis y los americanos, en su libro, Bettelheim ( Freud and Man's Soul: An Important Re-Interpretation of Freudian Theory recuerda el empeño de Freud en mantener una base no médica del psicoanálisis, sino vinculada a la tragedia griega y la literatura (el tema también está en el capítulo "Freud murió en Norteamérica" del libro de Elisabeth Roudinesco, ¿Por qué el psicoanálisis? que citábamos aquí hace días http://isabelnunez-zbelnu.blogspot.com/2006/11/elisabeth-roudinesco-el-psicoanlisis-y.html ), donde explica no sólo los recelos de Freud hacia el excesivo pragmatismo norteamericano, sino también los intentos de la psicología cognitiva, el behaviorismo y todos los conductismo de reducir la psique humana a su mera fisiología y química, algo que se opone por completo a la visión psicoanalítica....

martes, 9 de enero de 2007

Otro blog

Marilyn y Goya He decidido que a partir de ahora, mis posts más políticos emigrasen a otro blog, que he titulado Polis. Allí procuraré anotar lo que trate de esta ciudad y todas mis quejas y pensamientos políticos. Ya sé que debería llevarme de aquí muchos comentarios, pero prefiero empezar poco a poco. No sé por qué he puesto esta foto, sólo puedo decir que me gusta. Marilyn Monroe con un libro de Goya y subida a una estantería, con el pelo platino, la cintura perfecta y esa expresión de una sexualidad burlona. Las otras sex symbols no son como ella. Y ni siquiera sé quién fue el fotógrafo. Los que quieran leer Polis lo encontrarán aquí http://polis-zbelnu.blogspot.com/ o linkado a la derecha de éste como "Mi blog político"... Aún es joven, veremos si prospera.

Plaquette

Ya ha salido la plaquette de Cafè Central núm. 27, col·lecció Els ulls de Tirèsies (el blog del llibreter habla de ellas El Llibreter: és que no tinc temps ), con mi texto El cec de l'Odissea, el bloqueig i un somni d'editors. Me encanta ese microformato de libro. Estará en La Central y en Laie por 3 euros, si no me equivoco. Me pregunto si algún editor podría reconocerse en mi pequeña parodia homenaje. Lo curioso es que ese sueño existió realmente y la respuesta al enigma del sueño era este blog, pero no lo comprendí hasta que no vi la plaquette impresa. Revelaciones... Me dice el editor y poeta Toni Clapés que habrá una hiper presentación en L'Horiginal. Carles Hac Mor me ha pedido 1 minuto para recitar un poema que ha dedicado a mi escritura.

domingo, 7 de enero de 2007

Yasujiro Ozu

Chichi ariki (1942)-, Había un padre En el cine (Casablanca Gràcia) no había más de cinco espectadores para contemplar esas imágenes maravillosas, de una contención poética asombrosa y minimalista, la mirada que Yasujiro Ozu pone sobre las cosas, en los gestos de los personajes, la forma de enfocar las expresiones de caras y cuerpos, cómo se saludan en silencio, cómo guardan cada cosa en un paquete de tela atado (incluso el dinero), cómo sale el humo de la tetera, cómo pescan echando la caña a los lados a la vez, cómo el niño agacha la cabeza y llora en silencio, los kimonos de las mujeres al arrodillarse, las casas japonesas, y la entrega, la cortesía, la sumisión al gesto y a la representación de la que hablaba Roland Barthes en L'empire des signes... 1970, la intensa contención de cada uno en la cultura japonesa, la melancolía y todas las emociones púdicamente guardadas como los paquetes en sus envoltorios de tela, esa especie de trabajada sencillez tan zen donde nada parece impostado...

sábado, 6 de enero de 2007

Traductores, derechos y tarifas

Picasso: Mujer leyendo en una mesa En El País Traducciones crecientes, dinero menguante se nombra a los traductores. Se dice al fin que sus tarifas en España sólo son comparables a las de las empleadas del hogar, gracias a ACETT Traductores y al estudio de Marta Pino y Carlos Milla. Esa comparación da una idea -y ya sé que me repito- del valor de la cultura en este país. También señala a los editores. Los precios que se refieren a otros países no me parecen exactos. (Editores ingleses e irlandeses me ofrecieron y pagaron 31E y 33Epor página en estos últimos años, y lo mismo me ocurrió con un editor francés, y en el caso de los holandeses 33E/página les pareció una tarifa aceptable a la primera. Todo eso parece alejado de los 16E/página que indica el artículo). También se explica que no cobramos derechos pese a lo que dice en los contratos: ¡no los cobró la traductora de Tolkien! Si contamos que, además, los traductores tenemos que pagar Seguridad Social de Autónomos por entero (y no a medias con el editor, como ocurre en otros países de Europa), se comprenderá que este oficio esté seriamente amenazado. El hecho de que al fin se nombre a los traductores y se verbalice su terrible situación es un primer paso, pues sin visibilidad, ningún cambio es posible. Pero de ahí a pensar que la situación va a cambiar... No justifico las malas traducciones por las bajas tarifas. Pero contra lo que creen algunos, hay aquí traductores rigurosos, que investigan y que aman su lengua e intentan ensancharla para transparentar lo mejor de sus autores. Y algunos de ellos reciben comentarios negativos por un solo error, ya que hay críticos incapaces de valorar una buena versión castellana, una lengua que brilla, un buen estilo, una capacidad de búsqueda, una sensibilidad literaria. Como crítica, siempre que tenía espacio he defendido las buenas traducciones, aunque detectara algún error aislado, justificable por las míseras tarifas que impiden dedicarle el tiempo necesario, y sólo señalo negativamente aquellas que estropean el texto sin escrúpulos.

viernes, 5 de enero de 2007

Miserias de Closville

Plaça Reial Corre por Internet una despedida combativa del programa Saló de Lectura, http://www.youtube.com/watch?v=Uo2qn-KsIxY eliminado de BTV por no encajar y resultar crítico con el tristemente célebre modelo de ciudad de Clos, "Barcelona, la botiga més gran del món", donde la cultura se sustituye por festejos populares, no se apoya y se deja morir las salas de cines interesante, los locales de música y las librerías que obstaculicen la especulación inmobiliaria, se prohíben y reglamentan los aspectos más insospechados de la vida cotidiana y se proscribe a los fumadores mientras se tolera una contaminación cada vez más elevada y unos niveles tercermundistas en el ruido de obras, camiones de basura, sirenas, etc. Es lo que tenemos...

Three Wise Men

Ilustración: Rutgers, Mother Goose, Three Wise Men of Gotham Tras el fracaso de la tentativa aficionada, llamé al hombre del tupé, pero vino su colega, un hombre sin tupé y sin la economía de palabras del rockero, un lampista dicharachero que ha calificado la pila de desastre total, se ha ido a buscar más recursos y ha logrado repararlo hoy, cambiando todas las piezas. Mientras, como regalo de los tres misteriosos magiciens de la terre y su estrella con cola, me ha llegado la prueba de un texto mío que el editor Toni Clapés publicará a modo de plaquette en su Cafè Central, con el número 26 de la colección Els ulls de Tirèsies. Es una sorpresa, pues yo escribí ese pequeño texto catalán, sin ambición de futuro, sólo para contribuir a una presentación múltiple de un libro oulipiano de piruetas poético-gastronómico-musicales de Ester Xargay en l'Horiginal. Mi escrito se llama El cec de l'Odissea, el bloqueig i un somni d'editors. Es un pequeño homenaje burlón a algunos editores y el personaje Tiresias encaja mágicamente con el nombre de la colección. Antes, al pasar por Correos, me crucé (cómo no) a mi ubicua vecina blanca de la mirada torva, que salía precisamente de allí. ¿Quién será el hado que se burla de mí obligándome a encontrarla en todo lugar? Al ver la larga cola, pensé que su influencia me castigaba doblemente, pero no. La cola era para entregar, no para recoger, y yo pude entrar y salir con mi libro en un pestañeo. Vuelvo a la magnífica (de momento) The Silent Woman que Janet Malcolm escribió sobre lo que no escribió Ted Hughes de Sylvia Plath, lo que dejaron y ofrecieron todas las demás biografías de Plath, una especie de biografía de biografías que reflexiona sobre el género, su recepción y las motivaciones, excesos y ocultamientos de todos los actores del juego. Analítica e inteligente, Malcolm arrastra. Por cierto, he intentado comprar la clásica novela de Alan Sillitoe a mi hijo, por seguir la tradición del día, The Loneliness of the Long Distance Runner , La soledad del corredor de fondo, pero ha sido en vano. "És un llibre molt antic", me han dicho en Ancora & Delfín, como si el pobre Sillitoe tuviera fecha de caducidad. "Però si és un clàssic", he protestado. Debate lo reeditó el año 2000. Si cinco años es una edición antigua...

Davoine, Vinyoli, Derrida y el sumidero

Autorretrato matinal borroso. En el libro de Françoise Davoine La Folie Wittgenstein (y no lo cito en castellano porque la traducción es dudosa) se dice aquello de que cuando alguien no expresa su dolor, lo expresa otro, o bien lo expresan los muebles y objetos de alrededor. Se me ha rebelado el fregadero de la cocina. Para remediarlo sin tener que esperar al ocupadísimo y solicitado fontanero del tupé rockero, compré un producto en la droguería etiquetado como "peligroso" y lo dejé toda la noche. Como resultado, salieron una especie de babas del diablo, un fluido negro y terrible, sin duda mis propios demonios internos, según Davoine, ya que antes de irme a los Balcanes, fue el grifo de la bañera el que empezó a gotear alocadamente. De la pila atascada, los anglosajones dicen clogged sink, la misma raíz que usan para todo lo que se coagula, incluso grumos o copos de nieve. Eso da una idea de mis pensamientos, mi sempiterno bloqueo seguido de una incontinencia epistolar o bloggeriana... chi sà... Pero antes de llamar y contar los días para la llegada del hombre del tupé, ¡un ser valeroso se ha ofrecido a desmontarlo y repararlo! Anoche subí la cuesta de Muntaner pidiéndole vagamente a mi padre que me ayudara en mis tentativas, algo como el "show me the way" o el "gimme strenght" de las canciones (que debería cantar el hombre del tupé, aunque él no lo sepa). Yo no soy creyente, pero mi padre es el espíritu más cercano que tengo y me parece lógico que quisiera hacer lo que no pudo o no tuvo valor de hacer aquí desde su espacio flotante, su no-lugar, aunque sólo fuese fortaleciendo mis deseos, mi nueva inclinación a pedir al universo a través de su antiguo self. Hay un poema de Vinyoli que habla de cuidar a nuestros muertos y los lugares y objetos que utilizaban ELS SILENCI DELS MORTS . También Derrida viene en mi ayuda con su ateísmo creyente: "Je suis aussi non-juif que possible, aussi athée que possible", en cuanto al significado de la noción de "Dios", afirma que "pour moi-même, si je dis que Dieu n'existe pas, je dirais immédiatement le contraire. Dieu existe dans la mesure où des gens croient en Dieu. (...) Pour moi les religions sont la preuve que Dieu existe même si Dieu n'existe pas". Esa existencia, añade, es afirmada por la oración que se le dirige. O por los textos que hablan de Él. (Este fragmento tan sugerente me apareció ayer en Le Monde Livres http://abonnes.lemonde.fr/web/sequence/0,2-3260,1-0,0.html , Saint Augustin et la postmodernité

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