miércoles, 10 de enero de 2007

Año Freud

Gabinete de Freud en Londres La invitación a participar en la Clausura del Año Freud (http://xoroi.com/ ) me ha hecho ilusión, por la deuda de gratitud que tengo con el psicoanálisis, no sólo porque me permitió juntar unos cuantos fragmentos de mí y reconciliarme con mis distintos yos desconocidos, sino porque me quedó ese lenguaje que me fascina, esa forma de mirar el mundo -humanista, como demostraba Bruno Bettelheim en un librito magnífico, Freud y el alma humana,- que encaja bien con mis maneras, y me permitió encontrar una forma (analítica) de quedarme en el mundo: la extraña y desigual felicidad de intentar siempre comprenderlo, verbalizarlo. El problema, como siempre, son mis dudas. Hay varios textos posibles que podría leer allí... Pero eso forma parte de mi costumbre... Volviendo a Freud, la base humanista del psicoanálisis y los americanos, en su libro, Bettelheim ( Freud and Man's Soul: An Important Re-Interpretation of Freudian Theory recuerda el empeño de Freud en mantener una base no médica del psicoanálisis, sino vinculada a la tragedia griega y la literatura (el tema también está en el capítulo "Freud murió en Norteamérica" del libro de Elisabeth Roudinesco, ¿Por qué el psicoanálisis? que citábamos aquí hace días http://isabelnunez-zbelnu.blogspot.com/2006/11/elisabeth-roudinesco-el-psicoanlisis-y.html ), donde explica no sólo los recelos de Freud hacia el excesivo pragmatismo norteamericano, sino también los intentos de la psicología cognitiva, el behaviorismo y todos los conductismo de reducir la psique humana a su mera fisiología y química, algo que se opone por completo a la visión psicoanalítica....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy estuve en el cierre del Año Freud, y he escuchado atentamente tu intevención. Me pareció muy pertinente la respuesta que le diste a Tusquets, ya que parecía que nadie escuchaba las barbaridades que soltaba esa mujer. Lo que leiste me pareció interesante y creo que fuiste una de las pocas que aportó con algo al cierre del Año Freud, sin caer en una simplificación barata de los conceptos psicoanalíticos.