lunes, 22 de enero de 2007
Convalesco-valui
Las flores de Ida, ilustración de Janusz Grabianski
La estela de la gripe. Hoy he osado levantarme y trabajar, incluso he bajado un momento a la calle, me he encontrado a mi amiga B., que vive en el barrio y me ha propuesto que tomáramos un zumo natural en un local que han montado dos francesas, uno de esos milagros que este barrio no suele ofrecer (aunque parece que últimamente prospera una onda naturista). Aún me siento como si no pesara, como después de un ayuno (hoy he comido una tostada), o como las flores de Ida del cuento de Andersen, que la niña acostaba en la cama de su muñeca, para que se repusieran del baile. Andersen fue lo primero que yo leí. La foto está borrosa, concuerda con mi propio estado y con este día, que se ha solidarizado conmigo.
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