jueves, 18 de enero de 2007
La fièvre
Foto: Gilda hecha una bola.
Ya me lo advirtió Dante Bertini, que en las consultas de los médicos se pillaba todo tipo de virus, porque todo el mundo va enfermo. No excluyo que él mismo me pasara el bacilo (freudiano) en la clausura del Año Freud, el caso es que he caído de golpe, La femme foudroyée. Yo, que sólo he tenido cuatro episodios con fiebre en treinta años y los recuerdo todos (el síndrome del autónomo, nunca va a la cama, tose en el ordenador), de pronto, 39,8... Como soy más bien lagarto, a esta temperatura deliro. Se me aparecen todos los escritores, la fièvre del desierto de Isabelle Eberhardt (1877-1904), el Ara que estic al llit, malalt, estic força content, de Joan Salvat-Papasseit, y todas las historias que podría escribir, que escribo sin levantarme, sin moverme, en el ardor de la fiebre.
Mi gata ha aprovechado mi nula resistencia y se ha instalado conmigo. Una amiga inglesa, amante de los gatos, dice que su misión es dormir e irradiar buenas vibraciones de calma, belleza e inspiración. Ella es feliz, sin miedo al contagio. La foto está borrosa, pero quería recoger ese empeño suyo de hacerse una bola, en su nirvana gatuno... Ya que no podré ir a clase de yoga
Puede ser que no resucite pronto y tenga que despedirme, como Félix de Azúa, que dijo adiós en su blog pero seguía existiendo en la calle (yo lo vi). One never knows. Me vuelvo a la cama.
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1 comentario:
presa de la fiebre francesa, esa prima hermana del bateau (f)i(è)vre que intenta arrastrarla a los mares del delirio, la amiga isabel descansa junto a su felino...acabo de pasar por eso: durante toda mi gripe mi fellini particular, federico, ha estado junto a mí; acurrucado, ocupándome las piernas, los costados y gran parte del lecho donde yazgo ( y no me debéis lo que escribo)...
ahora, ya liberado de su función de gato enfermero, guardián, cerbero, retoza por la casa, deseando que isabel, la primera, descanse y se reponga muy, muy pronto...
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