sábado, 6 de enero de 2007

Traductores, derechos y tarifas

Picasso: Mujer leyendo en una mesa En El País Traducciones crecientes, dinero menguante se nombra a los traductores. Se dice al fin que sus tarifas en España sólo son comparables a las de las empleadas del hogar, gracias a ACETT Traductores y al estudio de Marta Pino y Carlos Milla. Esa comparación da una idea -y ya sé que me repito- del valor de la cultura en este país. También señala a los editores. Los precios que se refieren a otros países no me parecen exactos. (Editores ingleses e irlandeses me ofrecieron y pagaron 31E y 33Epor página en estos últimos años, y lo mismo me ocurrió con un editor francés, y en el caso de los holandeses 33E/página les pareció una tarifa aceptable a la primera. Todo eso parece alejado de los 16E/página que indica el artículo). También se explica que no cobramos derechos pese a lo que dice en los contratos: ¡no los cobró la traductora de Tolkien! Si contamos que, además, los traductores tenemos que pagar Seguridad Social de Autónomos por entero (y no a medias con el editor, como ocurre en otros países de Europa), se comprenderá que este oficio esté seriamente amenazado. El hecho de que al fin se nombre a los traductores y se verbalice su terrible situación es un primer paso, pues sin visibilidad, ningún cambio es posible. Pero de ahí a pensar que la situación va a cambiar... No justifico las malas traducciones por las bajas tarifas. Pero contra lo que creen algunos, hay aquí traductores rigurosos, que investigan y que aman su lengua e intentan ensancharla para transparentar lo mejor de sus autores. Y algunos de ellos reciben comentarios negativos por un solo error, ya que hay críticos incapaces de valorar una buena versión castellana, una lengua que brilla, un buen estilo, una capacidad de búsqueda, una sensibilidad literaria. Como crítica, siempre que tenía espacio he defendido las buenas traducciones, aunque detectara algún error aislado, justificable por las míseras tarifas que impiden dedicarle el tiempo necesario, y sólo señalo negativamente aquellas que estropean el texto sin escrúpulos.

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