viernes, 3 de julio de 2009

Desde el calor

Foto: I.N., Chez l'oncle d'Elaine, Ventalló, 2009
Sigue esta semana perezosa y excesiva, marcada por la asfixia de esta ola de calor africano. Ayer estuve en la Barceloneta para la presentación de Hotel Dorado, que describió con lucidez crítica Alberto Hernando y acabó con la narración autoirónica del autor, después de que el editor citara a Sánchez Ferlosio y antes de un breve recorrido por la Barceloneta, donde el encanto mediterráneo, sureño y genuino de esos callejones de balcones con ropa tendida aleteante y los signos de la historia de ese viejo barrio tan siciliano de la ciudad se ven desafiados a diario por el avance inmobiliario y los dudosos proyectos municipales. Allí estaba Robert Cantavella, quien confesó que confía más en la lotería que en las ventas de libros para poder comprar tiempo y persistir, y Kalman Barsy, que me habló elogiosamente de Slavenka Drakulić y de la sincronía y los signos que le surgieron con la escena del ángel de El Museo de la Rendición Incondicional de Dubravka Ugrešić en el momento en que estaba encallado con un personaje seráfico de su propia novela (concluí que mi visión de su última novela es incompleta). Y los editores de Saymon, uno publicista y oriundo de Sant Pere Pescador, que de pequeño estuvo interno en Figueres -hablamos de la tramuntana, del sirocco y el shava balcánico, del Föhn y de si el viento suizo era realmente eximente en casos criminales o se trataba de un mito-, el otro lector apasionado, lleno del entusiasmo de quien pesca libros favoritos, publica hallazgos y tesoros y busca los mejores traductores. Y también hablamos de los únicos dos autores y libros que ahora no me importaría traducir, si mi brazo no me lo impide.
Le debo a Enrique VM una de mis mejores y más gozosas lecturas de la temporada (sé que añoraré su Dietario voluble de los domingos), ese breve Shakespeare de Lampedusa, que leo y releo sin resignarme a dejarlo: no sólo es una celebración apasionada de la literatura y la vida, sino sobre todo una lectura atentísima, con una asombrosa combinación de cultura refinada y visceralidad inteligente, que detecta por boca de qué personaje habla Shakespeare en cada pieza dramática o cómica y qué desdichas, traiciones y amarguras sufrió según los versos de sus Sonetos, sin temor a desmitificar ni a descalificar lo que para él no vale, y que me obliga a volver a los Sonetos y al mejor Shakespeare según Lampedusa. Y al mismo tiempo me han dado ganas de llevarme el Quijote a las próximas vacaciones, aunque sólo fuera como bálsamo de Fierabrás.
Nada mejor que la voz de Lampedusa (él no necesitó la lotería para dedicarse a leer y escribir), tan afín, para enfrentarme a ese montaje shakespeariano del Piccolo Teatro el lunes por la noche en el Grec.
En cuanto a esta noche, veremos. Espero que un té frío me mantenga despierta contra el calor y el agotamiento y que la música me cure, o que ese mundo onírico de la representación amorosa del lunes me alivie de los oscuros presagios (tan shakesperianos también) que se ciernen en mi panorama físico... Y sobre esta pobre, desolada ciudad ruidosa y polvorienta, contaminada, donde el ayuntamiento ha decidido acabar con los árboles.
Esta mañana he desayunado con una de las mujeres más guapas que conozco (tal vez como parte del programa "la belleza cura"), luego he tenido una decepción libresca (iba a por un encargo siciliano, L'olivo e l'olivastro y resulta que estaba agotado y que en cambio me había llegado un libro que ni siquiera recuerdo por qué pedí, exceptuando el hermoso título y el prólogo de Magris... ya no me queda tiempo de pescar ese Consolo en las redes de segunda mano antes de irme a las islas, tendrá que ser a la vuelta). Luego he visto al grupo valenciano de ayer en el café de otra librería y en la conversación me daba cuenta de mi baja forma y mi cansancio y de que tenía razón mi horóscopo de hoy (Do yourself a favor and just say no, rather than spreading yourself too thin and disappointing everyone involved, decía el sabio oráculo. Allí sentada, oyéndome, he comprendido bien el significado de spreading myself too thin). Después, a duras penas he podido hacer dos o tres encargos, he renunciado a buscar la pluma caligráfica que un poeta-letrista me recomendó ayer, he aplazado una vez más lo inaplazable y me he refugiado en una siesta gatuna, pero mi falta de costumbre en esa práctica es tal que al despertar tras media hora escasa de sueño no recordaba apenas quién era ni adónde me dirigía.
Así, mientras sigo proponiendo conferencias a instituciones (por cierto que en septiembre, una librería prestigiosa de Zaragoza acogerá una segunda presentación de mi libro balcánico, lo cual me hace mucha ilusión), hoy una vasca y acercándome a la fecha de las lecturas en el Refugi 307 (por favor, los que quieran acudir, que llamen o escriban para reservar, donde se indica aquí), seguiré leyendo y reuniendo valor para abordar la escritura que me acosa y aterra al mismo tiempo, con la idea de que tal vez sólo así, como me indicó el mago madrileño, me salvaré de la amenaza de Jacques le Fataliste, tan cerca y tan lejos.

6 comentarios:

Adelarica dijo...

en estos meandros es en los que consigues aparecer, a la vez que desapareces, en favor de los libros, las personas (con frecuencia sombras), los cambios de ánimo, las dificultades físicas y monetarias… una preciosidad
cosas concretas
1. te iré a ver/oir a Antígona
2. tengo el consolo por si lo quieres
3. en uno de los últimos VM habó de una joya que no deberías perderte: el niño criminal de Genet
4. ayer leí una carta de Bazlen sobre Lampedusa, ácida como todo lo suyo (te la paso si te interesa)
5. Por favor, cuídate!!!!!!

Belnu dijo...

Oh, gracias, Álvaro. A veces algunos se sorprenden o admiran de que invierta tiempo en este blog, la respuesta podría ser este comentario tuyo, esta felicidad de tener lectores como tú, inmediatamente, para mi escritura rápida, de ajedrecista hindú callejero. Sí, por favor, lo quiero todo!!! Y cómo me alegrará verte en Antígona en septiembre...

fernando megias dijo...

El leer "tu escritura rápida" es para mi uno de los momentos placenteros del día. Mucha suerte para tus próximos proyectos y sobre todo cuídate mucho.

Belnu dijo...

Gracias, Fernando. Tú eres otro de esos lectores que para mí justifican, motivan ´que yo siga aquí. Si yo supiera cómo cuidarme...

Anónimo dijo...

Es verdad, supongo, que en Shakespeare se suele encontrar todo, o casi todo de los que nos atañe. Sólo hace falta comparar, ponderar, medir si acaso, o deshacer las metáforas para ver qué nos pasa, y qué pasa a nuestro alrededor. Lo cierto es que hay más bálsamos de lo que nos pensamos, pero, como discernir entre un bálsamo verdadero y su sucedáneo? yo siempre rechazé la lotería porque pensaba que eso inutilizaría las fuerzas, parecido a un bálsamo, por poner un simil, que diluyera las cosas en un fácil correr..Las cosas que nos suponen un esfuerzo son las que al final merecen la pena. Me ha parecido muy buena tu nota sobre Ugresic, a la vez que acertado el de vm, que citas. Seguro que el brazo dejará paso la escritura...Bellas fotos las de los olivos.
iluminaciones.

Belnu dijo...

Gracias, Iluminaciones. Sí, en Shakespeare está todo y también está el esfuerzo, y la adversidad que está en nosotros antes de que ocurra y la necesidad de unpack myself with words, de interrogarse y reflexionar, de aprender de la traición y el desengaño, y está el ingenio vital de Falstaff frente a la desesperanza de Próspero.