domingo, 10 de febrero de 2008

El viernes

Foto: Edward Weston, Juniper Tree, Sierra Nevada, 1937
Había quedado con una amiga del pasado. Vimos una película mediocre, de escenario vagamente kenloachiano (lo que uno puede hacer por desesperación ante la miseria globalizada), pero sin la dureza inteligente y crítica de Loach, con resoluciones torpemente reductivas o incluso sentimentaloides(!), aunque haya algo valiente en su autoburla que el director no parece entender o no sabe manejar en su tonto-guión, y el valor está en las imágenes y la gestualidad de Marianne Faithful (me desconcierta que se haya situado en ese lugar tan exageradamente antiglamuroso, ¿por qué necesitará esa distorsión? ¿Por qué elegirá esos papeles? No sé si es un autocastigo, un fantasma, una autocrítica a las consecuencias físicas de sus excesos, qué sé yo. Para mí había algo simbólico, porque en uno de mis antiguos encuentros con la muerte, lo primero que oí al despertar fue su voz ronca cantando una canción). Las imágenes muestran lo que el guión desmiente: la tristeza y lo sórdido. Parece como si el hijo sólo se ofendiera por razones misóginas o sociales y nadie pensara en el peso de esa sordidez que Marianne Faithful sí expresa en sus gestos. O luego, si ese hoyo ayuda a ese personaje a romper hipocresías sociales, o hace que sus antiguas amigas puedan nombrar lo hasta entonces innombrable, se explica su supuesto triunfo como si no existiera también la repulsión obvia en su gesto, o el sacrificio que supone, o el patetismo de la realidad y lo fantasmático de esos hombres que hacen cola ante la pared horadada. La soledad es completa aunque desigual a ambos lados, y ridículo es (me dicen que lo ha comentado indignada Laura Freixas) el comentario del folleto, pretendiendo que la protagonista logra reconstruirse con eso. ¿A quién se le ocurre abordar un tema tan sórdido con un punto de vista tan light?
Luego, en un bar, mi vieja amiga (que conserva su aire de elegante Tigridia) y yo hablamos también del pasado. Me gustó oír su reconstrucción de los hechos, aunque eso incluyera la noticia de algunos finales bruscos, dramáticos, y otros melancólicos, de media vida, pero no tan sorprendentes, pues seguían la lógica histórica (¿o tal vez esa lógica sólo existe como après-coup?). Intercambiamos versiones y pensamientos de ahora sobre lo de antes. Ella me contó una historia suya que me interesó pensar. Pero todo aquello removió cosas y a las cinco de la mañana me desperté de un sueño: Estábamos (supuestamente, porque era una variación de la real) en la casa de la montaña de mi hermana (adonde no he vuelto desde hace una década), y también estaba J, pero por el otro lado de la casa, había acantilados que daban al mar. Todo era oscuro y bonito, con luz sólo de luna o estrellas. J le decía a mi amiga del pasado una frase hiriente y ella venía a refugiarse a donde yo estaba, un lugar demasiado estrecho que daba al mar, y entonces yo recordaba que me había dejado todas las puertas abiertas y que la casa era prestada e iba a cerrarlas, pero andaba con el peso del sueño, y no podía abrir apenas los ojos (dormida) ni lograba apenas ver los contornos, las paredes, los quicios. Lo extraño es que sí veía el paisaje, que era expresionista en cierto sentido, es decir, aquel paisaje estaba tan cargado del pasado y de tantas historias que vibraba con una intensidad y una belleza imposibles de explicar. Era como si todo lo ocurrido estuviera escrito en los árboles, el cielo, las rocas, la casa, el agua. Como si sólo mirando se pudiera saber, leer, comprender. Y nosotros éramos como antes, con la exuberancia física de G. y sus amigos, pero en el sueño yo sabía lo que ahora sé.
Me desperté con una sensación de perplejidad algo melancólica y sólo la llamada de V. me restableció un poco, junto con el sol, porque sus palabras inteligentes y su energía (como diría mi amigo serbio, que estará a punto de venir) siempre me ayudan a reordenar mis signos.
Horas después, aún por la mañana, desafiando todo lo que tengo que hacer, me puse a escribir otra vez una escena de la infancia que llevaba tiempo apareciéndoseme en la ducha. Me pareció que tenía ya el tono, pero la multiplicidad de hilos posibles me asusta. Ni siquiera he acabado de juntar los fragmentos e intentos de esa novela pendiente, que no me atrevo a abordar, pero que me acosa de vez en cuando.
Luego traduje a Nancy Spero, su iconografía femenina rescatada de todos los tiempos, su diosa del cielo egipcia, que se arquea flexible formando un puente y mostrarnos sus estrellas, sus víctimas y sus demostraciones de una guerra muy antigua, que está en todas las guerras.
Y al anochecer bajé hasta casa de la Belle Elaine, que estaba radiante aún convaleciente y nos ofrecía una película balcánica, un documental de su amigo Goran Radovanovic, Chicken Elections (en serbio Pileci Izbori), especie de ironía de la vida rural, el patriarcalismo, la contemporaneidad, bastante curioso. A mí, claro, me gustó ver esos personajes que ya me son familiares (como la vieja campesina que fuma con sus gallinas en el sofá), incluso en su autoburla: "Así somos los serbios", dice el cura a la vieja campesina cuando ella acaba de contarle que sus nietos vienen a robarle la casa. Y el policía, que es sobrino de la viejuza, le enseña a manejar un móvil, con su zafio desdén, y pretende que ella se quede una pistola, y ella lo mira todo bajo su pañuelo y su humo con un quieto descreímiento. Y en la consulta, a la que ella acude porque no puede dormir, con su gallina correteando, la médica le dice que no se preocupe y le canta una canción tradicional serbia "para tranquilizarla", y el policía alto y desgarbado espera fuera, tal vez anhelando al momento de fastidiar a los conductores que encuentra, registrándoles y pidiéndoles papeles y examinando sus coches hasta extremos delirantes. Y la muerte se aborda sólo una brutal elipsis, cuando el cartero le lleva la papeleta de voto y la anciana no contesta y el teléfono suena, y el cartero deja la papeleta en la verja y se va, indiferente.
Chez Elaine estaba el ex-pat Jonathan, que vive en Belgrado y sólo ahora se ha decidido a aprender un poco de serbio, pero lo que muchos atribuíamos a su cultura del viejo imperio, respondía, según él, a que siempre había pensado que moriría al cumplir cierta edad, por un sueño que tuvo, y en ese caso tenía otras cosas que hacer, me dijo, no le daba tiempo de estudiar serbio (al fin y al cabo es una lengua difícil). La última noche del año en que cumplía la edad fatídica pensaba que lo mataría una de esas balas perdidas de los que aún disparan al aire en Zemun. La Belle Elaine, que pasó con él las fiestas en la capital serbia, le dijo en una ocasión: "te mato" y Jonathan, pese al carácter pacífico de ella, pensó que tal vez fuese un signo de que había llegado su hora. Pero no. La Nochevieja ortodoxa pasó y él sigue vivo, así que ahora tendrá que estudiar serbio o buscar otra razón para aplazarlo.
Al salir, estuve hablando un poco con el creyente descreído que es JP (ocioso anticuario y crítico implacable) y su charmante amigo JB, preclaro activista contra el cambio climático en los últimos tiempos. Dijo JP que él no considera la fotografía un arte, pero había visto un documental sobre Edward Weston que le había conmovido, aunque reconoció conmigo que la fotografía del XIX y principios del XX tenía algo más literario o más iluminado, más artesanal también con las sales de plata tal vez (y yo creo que el pequeño formato, porque esos formatos gigantes lo convierten todo en ruidoso y publicitario). Pese a todo, yo no puedo generalizar como él, decir que no me gusta ninguna película narrativa o de ficción, por ejemplo, ni tampoco correspondo a su creencia estereotípica de que a las mujeres les gustan las películas de "chicas que cuentan sus historias". Lo único que no suele gustarme genéricamente es el cine español de ficción, pero sí he visto buenos documentales de por aquí, y hay algún director con imágenes poderosas y sugestivas, lo malo, para mí, es la dicción de los actores locales y sus tonos, que me recuerdan a funciones de fin de curso. Vi que en el Maldà reponen esa película japonesa que yo quería ver, gracias a V., pero con qué horario casi imposible, mamma mia...
Por cierto que ayer dio al fin señales de vida un poeta amigo, siempre agitado en giras europeas y comarcales, y como yo le había hablado de un concierto de campanas en Luxemburgo, me contó de su amigo Llorenç Barber, que ha hecho múltiples conciertos de campanas "als cinc continents", y que hizo uno en Barcelona (junto con ellos), ahora hace más de diez años, en Ciutat Vella, y otro en Girona que paralizó a toda la ciudad, "com fa a tot arreu, incloses ciutats enormes", y que viene de ese pueblo de nombre poético asombroso, donde ha organizado festivales. Y también me contó un encuentro con una poeta mallorquina algo punkie que llevaba mi libro Crucigrama en un restaurante de nouvelle cuisine, y masculló unos comentarios misteriosos al respecto "Quina salivera (sic)! Quin món més estrafolari, el del llibre. Al·lucino bacallans, amb aquestes històries!" Y al día siguiente, en un barucho, él le preguntó si lo había acabado, y ella dijo: "Allò s'ha d'anar paint a despau" (que significa despacio). "Ja li pots dir a la teva amiga (o sea, yo) que el seu llibre..." (y añade él) "aquí va dir una expressió mallorquina que no recordo, però que equivalia a: un bon menjar amb verí a dins." ¡Manjar envenenado! Ya lo dijo Marcel, mirando a su opticien, cada uno pone la lupa en un punto determinado, y lee un libro distinto, que el que escribe sólo puede atisbar.
Y la última noticia es que, oculto en el ciprés de enfrente, ya canta (para mí) el primer mirlo de esta primavera futura, intuida o perversamente anticipada. Empieza a mediodía y sigue por la tarde (cuando los malvados constructores que financian a nuestros políticos y el helicóptero del negocio turístico nos conceden una tregua).

21 comentarios:

nomesploraria dijo...

Ayer leí historias de sonámbulos mesmeristas: sonámbulos profesionales (!) que se alquilaban como augures.

Weston y Adams fueron los mejores ¿Sabes que se dejaron de talar secuoyas gracias a ellos y que se crearon los grandes parques americanos por la repercusión de sus fotos?

Una amiga con aire de tigridia... mmmm...

El enlace a "antes" mmmmmm jo també al·lucino bacallans!

Belnu dijo...

Caramba, Nmp, siempre tan bien informado! No, no lo sabía. Y sí, supongo que te refieres a Ansel Adams... Y en cuanto a esos sonámbulos-augures profesionales, ¿los cita Zweig en su libro de Mesmer o de dónde los has sacado? A mí me gustó la historia de Josué interpretando los sueños a los egipcios contada por Freud, por Thomas Mann y finalmente reexplicada con su brillo por Sloterdijk!!!

nomesploraria dijo...

Sí, me refiero a Ansel Adams que junto a E. W. y otros fi¡undaron el grupo f/64.

Y sí, los cita Zweig en su libro de Mesmer.

(tinc lumbàlgia, segurament és la
maledicció del meu pas per l'infern)

Belnu dijo...

Comprrendo...
(Pobre Nmp, espero que et passi amb una bona manteta i més Zweig, i és clar la roca és l'infern de Sísif... Hi vas trobar una bona peça d'indumentària, almenys? Jo encara faig la contrició del meu vestit vermell de les restes de rebaixes, divendres, a la diagonal!)

nomesploraria dijo...

No hi anava a buscar roba per a mi, no m'agrada quasi bé res del que venen en aquest lloc. A més, hi ha una diferència de temperatura amb Barcelona que, incaut, no vaig preveure i se'm va glaçar el meu desprotegidissim cap. (la calva, vull dir)

Belnu dijo...

Jo no hi he anat mai, només els vaig escriure uns textos i fullets quan encara no havien obert, però com que no condueixo... L'arquitectura aquella em fa horror, per això.
I una bonica gorra clàssica? A tu et quedaria molt bé, ja saps, estil M.Milà, destacarien els teus ulls de "mentalista"

nomesploraria dijo...

El lloc aquest de la Roca és una andròmina infecte.
Quina mena de gorra vols dir? L'A. Milà en porta una estil Woody Allen.
Una gorra de tweed seria divertida, sí

Belnu dijo...

Una gorra de tweed, exactament. Com les que tenen allà al Call, aquella botiga on fins i tot Carlos Pazos havia comprat barrets (i que qualsevol dia tancaran per posar un local lleig i pudent). No recordo com és la de woody allen perquè segur que no li queda tan bé...

el objeto a dijo...

los conciertos de campanas por provincias me han recordado la subida de la hormona de la felicidad que experimento normalmente cuando me cruzo (cada vez es más raro en esta barcelona-lego) con un gaitero tocando en la calle; es que el otro día había uno tocando a todo pulmón con su falda escocesa y todo en la puerta del hotel casa fuster!: un regalo!

yo echo de menos esas expos de fotografía un poco consistente, la de hace años... tal vez me falte distancia intelectual para disfrutar de la más moderna, pero sí, en la que aún bebe de la tradición del XIX o la de principios del XX rebosa ese tono literario... los aventureros fotógrafos americanos... precioso este árbol de Sierra Nevada

que es millori la lumbalgia de Nmp, si fuerais todos ricos y famosos y os sobrara un poco de tiempo organizaríamos unas clases de yoga iyengar, y os dejaba a todos nuevos!

bon brenar de diumenge

Belnu dijo...

Para cuándo esas clases lujosas de la petite a? Yo pagaría mi parte encantada! Estoy segura de que habría cola!
En cuanto a los gaiteros, hace unos años traduje textos para un catálogo escocés de arquitectura, requetebien pagado, y en la inauguración de la expo, allí en el local de beth galí de ciutat vella, vinieron los representantes oficiales con sus gaiteros, algunos bien guapos con su falda de lana escocesa y corrió la voz de que no llevaban nada debajo! Era verano, cómo nos reímos...

Dante Bertini dijo...

lo lamento por mi estimada faithfull...baja autoestima o alta drogadicción?

Belnu dijo...

No sé, algo más extraño diría yo... Pero ver su autocastigo representado siempre es más inquietante...

Anónimo dijo...

Cuánta sabiduría por aquí!!.
Grande Loach, por cierto ha hecho unos comentarios sobre el programa de inmigración de Rajoy que no están nada mal...
Me voy del tema, lo sé

Un abrazo grande Bel

Para Només: "ets un crak" y simpatiquísimo :)
Jazzy

Belnu dijo...

No te vas del tema, Jazzy, tienes razón! Al menos Loach no se ha pasado al otro bando...
Y en efecto, Nmp es un crac, verás que su blog está lleno de admiradoras!

Anónimo dijo...

dio mio misericodioso, vi avete bevuto l'entenimento!!!!!!!!io sono soltanto un povero ragazzo inofensivo!!!!!!
La madona di l'espintone!!!!

iluminaciones dijo...

muy pictóricas la fotos de E. Wedston, y estoy de acuerdo con lo del cine español, realmente es un problema esa dicción, esa pose antinatural... habiendo tantos ejemplos buenos donde aprender...
Bergman sin ir más lejos.

Belnu dijo...

Sí, son bonitas las fotos de Weston,paisaje textura... Viste el retrato de su mujer que puse en Polis? Me recuerda a Isabelle Eberhard...
Y no sé por qué no se arregla eso del cine y teatro. Incluso un buen dramaturgo y director argentino como jorge daulte se puso a dirigir actores de aquí y no es lo mismo...

Anónimo dijo...

Las imágenes me recuerdan a un blanco y negro de la pintora Georgia O´keeffe, naturaleza salvaje.. Creo recordar que en Circe editorial hay una biografía de Eberhard y de otra exploradora ilustre una tal Annemarie Schwarzenbach, Camille Claudel, etc.. Si vi la foto de polis y tu justificado texto .
impromptu.

Belnu dijo...

La biografía de Isabelle Eberhard (de Eglal Errera) la cotraduje yo y escribí el texto de portada y logré que le dedicaran páginas de prensa y que Juan Goytisolo me escribiese una frase para presentarla! Yo trabajaba entonces en Circe. También promoví la de Camille Claudel, pero ella no era exploradora.
Georgia O'Keefe era amiga de este fotógrafo y estuvieron juntos en México... y la mujer de él, escritora, efectivamente se parece a Isabelle Eberhard...

Anónimo dijo...

Vaya, pues tengo un buen recuerdo de Circe, Edie Sedwick, Francis Bacon, Pollock... Así se explica lo de la similitud entre O´keeffe y Weston, claro.
impromptu.

Belnu dijo...

Sí, Eddie Sedgwick también fue de mi época. Bacon y Pollock llegaron después, cuando yo ya no estaba... Pero yo ayudé mucho a que la editorial arrancara, entré cuando era anónima y empezamos con un éxito asombroso con Frida Kahlo, asombroso entonces, porque no se la conocía... y luego ya fue miel sobre hojuelas... Yo lo pasé bien.