...de que no escribo, y es verdad. Héme aquí en galeras, traduciendo a toda velocidad para compensar los estragos de haberme dedicado a mis libros y a presentar el de Slavenka la semana pasada. Tengo tres traducciones pendientes y todos reclaman y preguntan ¿cuándo estará? Y el viernes mi muñeca se rebeló con amago de síndrome metacarpiano: una parte de mí sólo quiere escribir, y abandonar la traducción. Sigo con Nancy Spero para el Macba, y ahora un texto sobre la transformación de la abandonada Detroit, con un escenario de ocupación y de ciudad recuperada por la naturaleza (que devora las fábricas de coches y bloques en ruinas como la selva engullía los templos de Angkor), más otros textos varios, y con visitantes a comer.
Y de pronto, en ese panorama de aceleración traductora y de resistencias mías, me llega la noticia de una muerte familiar, precoz, que ha despertado un montón de fantasmas dormidos, ahora desempolvándose y agitándose a mi alrededor, y entre ellos dibujan con intensidad el momento decisivo de mi adolescencia, en el que me salvé insólitamente, y lo que ha significado mi familia, de la que también me salvé contra todo pronóstico, y esa marea arrastra mis pensamientos, con la conductividad especial del tiempo nublado, a pesar de las piezas guerreras y liberadoras de Nancy Spero y de esas escenas de casi land art y de la historia, y del arroz con alcachofas y de la bella Yelena y sus tulipanes, y de mis lecturas de estos días.
Acabé el libro de Manuel Baldiz, que me permitió reordenar mis ideas del psicoanálisis con su claridad sutil: me produce alivio que alguien escriba un libro tan claro y útil sobre ese tema y restituya un poco la vertiente humanista en este mundo limitado y a veces zafio. Y también la novela de Javier Pérez Andújar, de la que hablaré... mañana, en cuanto tenga un momento, y que ha sido una sorpresa feliz, aunque anunciada. Y ayer me olvidé el libro cuando asistía a una agradable y bulliciosa reunión de cuatro bloggers (donde tramamos algo para mayo) y para el camino tuve que comprarme de emergencia una miniatura genial de Fernando Pessoa, que leí en el metro, de una cena insospechadamente... Y hay más cosas, links y peregrinaciones varias. Esto es sólo para que veáis que aún sigo viva, lectores invisibles, aunque no indemne, sino todo lo contrario -eso sí, traduciendo y tratando de congelar los gérmenes de cuentos que se asoman y desvanecen sin tiempo, intentando preservar mi extraña felicidad libresca de los últimos tiempos de esta ola negra del pasado. Y en ese contexto de Thanatos dolorido, hace falta una conexión especial para que yo me sienta entendida, así que vuelvo a la sabia V, que se pregunta en voz alta por lo que está detrás de mis comentarios, de mi queja, le digo que he decidido que escribiré y lloraré todo el fin de semana y se ríe y me río, y ella prepara su maleta, a punto de partir, y en ese momento llega alguien que se extasía en mi caótica cocina llena de tés, devora el pan negrísimo que hice hoy y casi olvida el objetivo de su visita.
Como antídoto, Jeanne Moureau cantando esa maravillosa canción en Jules et Jim (Le Tourbillon de la vie), que Cacho ha tenido el detalle de linkear en su blog. Él dice que es melancólica, pero también tiene cierta alegría burlona y me gusta cómo ella la canta riéndose y mirando al guitarrista. Y luego, el homenaje que Vanessa Paradis le hizo cantándola con ella me llega como un mensaje dedicado, éste sí, para mis pensamientos negros, restaurador.
4 comentarios:
Tienes que venir un día con el dr. Frikosal y conmigo a saludarlas. Se alegrarán de verte.
No os perdáis el flamenco que ha puesto hoy en su blog.
http://frikosal.blogspot.com/2008/02/andar-sobre-las-aguas.html
Iré, iré con mi disfraz de gato para no hacer ruido, si me aceptáis, y ni toseré para no espantar a los bichos. Ahora voy a ver ese flamenco rosa
Buenas aca ando asomando mi nariz a tu mundo, hoy Cacho me hablo de vos y la verdad no resisti la entación en cuanto llegue a casa te busque y lei...
Me gusta como escribes, me gusta lo que cuentas, me gusta la energía que tienes (no paras), asique por aqui me tendras seguido, y ya nos veremos en Mayo.
Besitos!
Gracias, Gise! Siempre hace ilusión una visita tan entusiasta y más viniendo de Cacho. También yo iré a verte ahora...
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