Esta mañana, antes de salir a por los periódicos, mi amiga L. me ha avisado de que Joan de Sagarra hablaba del libro en su interesante sección La terraza. El artículo es estupendo y casi todo el mundo me ha felicitado porque es bueno para el libro, aunque mi madre, que acababa de liberar al pájaro herido -recogido, alimentado y reconstituido por ella con granos de arroz integral y guardado en un carrito de la compra con rejilla-, cree que eso de referirse constantemente a mí sólo con mi apellido paterno como "la señora Núñez" me hace parecer vieja, y G. ha dicho que se alegraba, aunque con algunas reservas. Pero a mí, su frase "me zampé el libro", en ese estilo suyo de devorador, capaz de degustar y digerir copiosos banquetes y libros en esa celebración ritual tan particular, me ha parecido un buen síntoma, y la cita de su primo Vila-Matas añadiendo un expresivo "¡Toma ya!" me ha convencido. Y el tono de su artículo y los demás personajes y la historia y la pérdida de la ciudad. Además de la extensión y la difusión que sin duda tiene: me han llamado y escrito unos cuantos que lo habían visto. Su artículo y la referencia irónica de Francesc Arroyo en El País me han alegrado el día. No tengo tiempo de más. Este fin de semana, la vida social y las noticias, junto con ciertos planes de itinerario francés con Tigridia, lo han ocupado todo. No me ha quedado tiempo de quietud y escritura, que también añoro y que temo no poder tener durante la ruidosa semana, llena seguramente de las dificultades para celebrar la presentación (gracias al distrito, todo es muy difícil, aunque eso sí, Casasses ha aceptado la nueva fecha, y Manuel Delgado también; pero cada día surge un nuevo obstáculo. Parece que en el Distrito están tan furiosos de tener que soportar la presencia de un árbol exuberante en lugar de más cemento que han decidido que no podamos presentar el libro). Y martes y miércoles me toca grabar mi Crucigrama para Llibres de Veu. Y si alguien sabe cómo conseguir una tarima y unas sillas para ponerlas el lunes 30 en la plaça Joaquim Folguera sin que nos cueste dinero, que nos avise.
Y en El País Catalunya, en sus "Perlas", Francesc Arroyo dice:
Curiosidades. El libro, una delicia, se titula La plaza del azufaifo (Melusina). Es de Isabel Núñez y se presenta con prólogo de Enrique Vila-Matas. Narra la resistencia de un grupo de vecinos del barcelonés Sant Gervasi para salvar a un azufaifo amenazado por la construcción. Lo consiguieron. Y si se puede salvar un árbol, ¿por qué otras cosas no valdrá la pena movilizarse? El primer ejemplar lo compró Enric Casas, director de comunicación del Ayuntamiento. ¿Lo hizo para ver qué imagen se da del Consistorio? No, es que durante un tiempo vivió en la zona.
Yo pensaba estos días en la música como motor de la memoria. Al reverso, Impromptu decía que la referencia a Robert Walser le sirve para pensar en la memoria, más que la magdalena o los pavés de Marcel. Pero para mí, esa lectura supuso una revolución interna hace muchos años y ya nunca más fui la misma, aunque como ya dije una vez aquí, me alegro de no tener que compartir esa emoción. Y en cuanto a Walser, también forma parte de ese rincón mío de posesividad lectora... Un amigo de treinta y fu se burla de que me gusten algunas canciones de los setenta y yo le digo: "Tú no puedes comprenderlo porque no estabas allí". A veces unas primeras notas nos transportan, de la forma más brusca y violenta, sin contemplaciones, como aquellas olas salvajes de la playa gallega de Las Furnas, que arrojaban a cualquier osado bañista con fuerza contra la arena, con el pelo para arriba, la piel colorada y algunas contusiones. ¿Adónde nos llevan? No necesariamente a una escena concreta pero sí a un espíritu, a aquellos sueños atropellados y furiosos que no podían cumplirse o sólo se cumplirían después, a su manera imprevisible y burlona, o a un deseo imperioso y a veces destructivo, a la pérdida de todo, al arrancamiento de yos jóvenes o infantiles que quedaron atrás para siempre, o sólo a una nostalgia desbocada y abstracta que sólo la escritura puede aliviar.
Anoche volví a ver al azufaifo en uno de esos raros momentos solitarios en que nadie cruza la calle. Había un silencio casi total, de madrugada, y se oía la brisa y el balanceo leve de sus hojas. El tronco se veía negro, viejo, pero extendido con una amplitud asombrosa. Daba la sensación de una sonrisa arbórea.
15 comentarios:
Que buena repercición tuvo el libro que compro el ayuntamiento no??? Fue positivo y digo,pregunto este Señor qu ele gustó el libro no puede facilitar la presentación pública... no se a travez de algún contacto etc...
Te felicito y me alegro mucho que "La Gran Hormiga" este pisando tan fuerte!!!!!
Besikis y que todo siga viento en popa!!!!!!!!
Gracias, Gisela! La única forma de que los políticos faciliten algo es salir mucho en la prensa.
M'agradaria llegir l'article de'n Segarra, senyora Núñez.
És una broma?
No, una broma? Se'm va passar i el voldria llegir. El tens?
Premi el botó ACTUALITZAR... i esperi uns segons. L'article està penjat, és el post següent
qués la gran hormiga negra?
muy buen post, señorita Núñez (tal vez suena aún más viejo)
es que la memoria y usted se llevan de maravillas
Oh gracias, don Cacho (has pensado en usar ese nombre con las compañías que llaman? Te llamarían Don Cacho!)Yo hablé de mí como hormiga frente al ayuntamiento, Gise me convirtió en "Gran" hormiga y ahora tú me vestiste de negro. Gran Hormiga Negra ya casi da miedo!!!
Señorita ya me suena casi mexicano. Una vez me regalaron un disco de vinilo de un conjunto femenino llamado Hermanitas Núñez
Felicidades por el libro y por las crónicas. Había leído la de Sagarra, pero no la de Arroyo. Ambas están muy bien y estoy de acuerdo en que la frase del primero: "me zampé el libro", lo dice todo.
Larga vida al azufaifo!
Gracias, 3ª! Es un gusto verte por aquí. Iré a verte...
está claro que los dioses están contentos y te lo agradecen con todas estas cosas buenas que te mereces,
gracias por colgar el artículo de J.S, a mi me ha gustado muuuucho, y ese rintinteo de la Señora Nuñez.... quién sabrá? me gusta porque es así, un poco ambiguo, como todo,
un vesso
Gracias, V!!! Ojalá que sí que los dioses estén contentos... A mí aún me alucina que mis furias hayan servido para algo... cuando veo al azufaifo esponjándose con la brisa como si sonriera en verde y lleno de pájaros...
CLARO que tu árbol esta precioso y agradecido y pronto estara de fiesta, Marta y yo decimos que Azufaifo lo siente todo.
Y que el está muy contento ahora.
Inés
Me encantó la foto, tu bijou, y tus manos. Y el rojo de fondo, y todo. Bravo por el libro y enfin, bravo por todo.
Gracias, es una foto vieja que hice en el Pera Palas de Estambul, allí todo era tan bonito...
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