Foto: I.N. Mi mano en el abedul, Vojvodina, Serbia, 2007
Al fin, en esta mañana de final de junio he logrado podar y restringir mi reseña dylaniana al microformato que ahora tenemos en el Cultura/s. Lo cierto es que al enviarla he puesto Blood on the Tracks y he pensado que no había dicho nada de esa tristeza suya, ni de su manera de hablar del azar, ni de tantas cosas, ¿pero cuántas caben en 2.300 espacios? Siento sobre todo que no le he puesto su música.
No sé qué pasa en este país con la crítica literaria, que se reduce cada vez más. Al parecer, cada vez más prevalece en los consejos de redacción la opinión de que las reseñas son algo obsoleto, y de que en los suplementos y las revistas hay que hablar de temas otros y si acaso, entrevistar a los autores de best-séllers, mientras que todo el mundo con quien hablo me dice que utiliza las reseñas para encontrar libros. ¿Acabaremos encontrándolas sólo en los blogs?
No es sólo en ese terreno. En las grandes tiendas de alimentos dietéticos apenas tienen productos minoritarios y se esfuerzan para que no falten las patatas fritas en bolsa o los embutidos. Éste es un país inseguro, que no se atreve nunca con lo alternativo ni lo minoritario. ¿O acaso es el mundo? Antes, en política, la oposición consistía en plantear otra manera de hacer las cosas, y ahora muchas veces los dos grandes partidos a los que se reduce la opción se disputan únicamente el espacio tradicional de la derecha, mientras que la supuesta izquierda calla misteriosamente y la gente deja de votar o enloquece votando a personajes que les llevarán al hoyo y les sepultarán sin contemplaciones.
El mundo es un lugar misterioso y yo aún no me he dado cuenta de que dentro de un rato tendré que acarrear sillas y negociar con el barrendero para que los del sonido puedan enchufarlo en el mercado. Seguiré sin pensarlo. Tampoco quiero pensar en los mensajes que he recibido lamentando no poder venir. La verdad es que no he contado los que me han dicho "allí nos veremos" y algunos de esos son importantes para mí. Me pondré las gafas para mirarles porque ver esas caras amigas entre la gente siempre me produce un efecto benéfico considerable. Hay unos pocos incluso cuya presencia es una garantía simbólica de que nada podrá salir mal. No sabría decir por qué, pero así es. Tampoco tengo la más remota idea de si vendrá gente del barrio, si serán cuatro, cincuenta o doscientos. Ni he vuelto a mirar o pensar en lo que yo leeré, que será muy breve, ni en que alguien me insiste en que es una lástima que siempre lea y no hable. Y cuanto más me lo dice más deseos siento yo de leer y no hablar porque me gusta saber cuánto tiempo tardaré, y porque me gusta convertir lo que se dice en un texto que resuene en mis oídos, como los cuentos. Y porque siempre me gustó hacer algo distinto cuando siento una presión en contra (por eso tal vez escribo cuentos, porque los escritores sólo quieren novelas y dicen: "Cuentos, no"). A lo mejor hasta tengo algo de eso en común con Dylan...
Le he pedido a Casasses que él sea el último porque es el más teatral, o hipnótico (esa palabra le ha sorprendido), o todo lo contrario, agitador y catártico, porque tampoco sé lo que hará... Y en cuanto a Manuel Delgado, no he podido hablar con él, pero cuando presentó Crucigrama, dijo que había pensado lo que diría en el trayecto a pie hasta el lugar de la presentación...
Fuera hace mucho calor y G ha llegado en pleno desconcierto del verano, esa desnudez repentina del sol en la que, como diría el I Ching, "Es propicio tener adónde ir". Y es que este cielo agita la nostalgia y el deseo y en esa época arrebatada y primeriza tan pronto significa felicidad como crisis y la atmósfera puede cambiar en un pestañeo, with a simple twist of fate... Luego, J y él me han invadido la casa con macetas y una sospechosa conspiración, justo antes de irme a por las sillas... Al mismo tiempo ha llegado un mensajero de Ariel con dos ensayitos de viaje de Mary MacCarthy, El mundo y mi cámara de Gisèle Freund y un libro sobre Sylvia Beach y su joyceana librería Shakespeare and Co. Me gustaría reseñarlos...
Acabé la maravillosa biografía de Chéjov escrita por Natalia Ginzburg. Tan breve y tan atinada, con su mirada honda sobre el fracaso y la tristeza y la arbitrariedad del éxito y el fracaso en el teatro, los abucheos y silbidos terribles que resonaron tiempo en los oídos del autor (una vez, hace muchos años, Cesc Gelabert me contó cómo se había sentido en el escenario, como si le lanzaran cuchillos, en un fracaso precoz de su carrera; también Dylan habla mucho de esos abucheos cuando aparecía por sorpresa con guitarra eléctrica o con teclados o versionaba de forma insospechada, y asocia esos abucheos agresivos -incluso con golpes y proyectiles, con energúmenos que suben al escenario a pegarle por romper su sueño-, a ciudades de esa vida incansable y nómada de giras que ha llevado) y que en tres días podían verse sustituidos por un éxito clamoroso. O la amistad con un amigo bribón y sin escrúpulos, del que Chéjov admira la energía vital y que a su vez comprendía a Chéjov, tal vez porque "Los seres humanos tienen a veces múltiples fisonomías, discordantes entre sí, insospechadas." O la amistad entre Tolstói y Chéjov. Tolstói adoraba los cuentos de Chéjov pero su teatro le irritaba: "Como sabrá, detesto a Shakespeare. pero las comedias que usted escribe son todavía peores." O la pareja (o más bien correspondencia) libre e independiente que formó con la actriz Olga Knipper, y cuando ella se disculpaba por permanecer actuando en Moscú mientras Chéjov tenía que quedarse en Yalta por su mala salud, él le escribió: "Nadie tiene la culpa si el diablo te ha metido la pasión del teatro y a mí, los bacilos de la tuberculosis." Y es que a Chéjov le fascinaba su fuerza vital (Por cierto que una vez vi en un teatro de las Ramblas un magnético montaje -¿de Peter Brook?- de las cartas entre Olga Knipper y Anton Chéjov en el que Michel Piccoli asumía el papel del autor ruso y Natasha Parry era Olga).
Y ya no escribo más. Seguiré mañana, cuando ya haya pasado la marabunta y yo vuelva a ser persona.
Presentación de La plaza del azufaifo. Plaça Joaquim Folguera. 20.30h. Con Manuel Delgado y Enric Casasses.
12 comentarios:
Salvo desgracias imprevistas de última hora, de esas que tanto nos preocupan a los pesimistas, allí estaré. Siento no poder llegar un poco antes y ayudar con las sillas etc.
Oh gracias, Friks, con la idea basta! Y me alegro de que estés allí, ya sabes. En realidad, habrá pocas sillas y no es nada, salvo mi tendencia a concentrarme en algo incontrolable. De hecho, cuando me casé, sólo podía pensar en cosas como dónde aparcaría la gente que iba a venir...
Preciosa, me ha encantado saludarte, has leído increiblemente bien.(el cassases,encantador, a mi abuelo le hubiera gustado oirlo, me he acordado de él al escucharlo).
También he conocido a Només, al objeto A ( a éstos dos los he reconocido)y a Frikosal que no tenía el placer)
Y, por supuesto, me he encantado ver de nuevo al hombre de la limpia mirada. Lástima que no he traido e libro para que me lo dedicaras.
Na nit
Jazzy
I was there!! La presentación ha estado muy bien, todo con un reconfortante aire de complicidad y cariño. Certifico que ellas les saludan a ellos con un "¡Hola azufaifo!", y ellos a ellas "¡Hola azufaifa!". Mucha suerte con el libro!
Oriol! Por qué no te has dado a conocer? Me alegro de que estuvieras, en cualquier caso... Había unos cuantos bloggers...
Jazzy, gracias por venir, me alegro de que te haya gustado, a mí también, Delgado y Casasses nunca me decepcionan, y el colega espontáneo manacorí estaba bien también
Bueno, de regreso a casa y con el ejemplar dedicado, gracias Isabel.
También con la imagen del azufaifo real ya conocida. No me extraña que hayas removido cielo y tierra para salvarlo, es sencillamente impresionante. Una maravilla.
"Ceci c´est vraiment un azufaifo"
Como ha enunciado y previsto tu editor, no recuerdo su nombre, la celebración ha sido un acto de civilidad y ciudadanía. Me ha gustado mucho lo que tú has leído, aunque tampoco lo recuerde, quizá podrías hacer una "entrada" aquí con el texto si te parece bien, y me ha encantado escuchar a Casasses. Desde Otoño que no lo hacía, sus sesiones de poesía en el bar Heliogàbal siempre me han dejado con muy buen cuerpo. Es un placer apoltronarse en alguno de los sillones y escucharle tranquilamente, y hoy en las escaleras del mercado.
Esperar que ese solar de la antigua casa del azufaifo se convierta en un espacio a compartir y disfrutar por todos, sobre todo los vecinos. Proyectado como si fuera un oasis, sin más pretensión, eso sería lo normal.
bueno, querida, ninguno estará por siempre, y yo, según me voy sintiendo, tengo ese nunca más al alcance de la mano.
supongo que ha sido un éxito, como siempre, y que ahora estará con amigos, festejando.
muy buenas y clorofílicas noches
Yo creo que ha sido un acto bonito, faltabais muchos, pero ha estado bien y la lluvia nos ha esperado.
Se que no se habra notado mi ausencia, pero a las ocho y media sin quererlo o por un enigma de esos qu eme conectan con la gente que quiero en medio del caos laboral, todas se quieren arreglar antes de las vacaciones, miré el reloj y al ver la horá pensé en vos, en la de gente que debería haber y yo ahi metida con esa gentusa que cada día tolero menos, proque me privan de hacer cosas que me gustan, de estar en lugares que deseo, como en la presentación de tu libro!!!! Seguro salió todo bien y ya se te habrá pasado el "susto" y ahora recordando estarás disfrutando de lo logrado. No importa si era mucha o poca gente lo importante es que los que estaban presentes y los que no pudimos ir apoyamos tu lucha antiarboricida...
Besotes y ya me contarás que tal fue!!!
No he visto hoy que tuvieran "la plaza, en un lugar demasiado visible en la librería Machado de Madrid, pero claro, las novedades son muchas. Me llevé dos ejemplares, uno para regalar a un querido amigo. Suerte para la presentación, si no ha sido ya.
In bocca al lupo! querida Zbelnu...
Gracias, Iluminaciones! Claro, allí no alcanza el poder de Sagarra, ¡pero al menos lo tienen! Te agradezco que lo compraras. Ojalá el libro haga bien su viaje hacia los lectores y no lo devuelvan! Son fechas malas y muchos libreros devuelven todo lo que no se vendió al volver del verano para hacer sitio a las novedades de septiembre... Suerte tenemos los autores de las 4 o 5librerías que no devuelven, que tienen espacio y fondo...
Odette, gracias por el augurio.
Gisele, comprendo esa sensación de esa gente que te retiene y te impide estar en lugares que deseas.
Contaré algo del acto al reverso!
Eph, también a mí me gustó (re)conocerte y que vieras al auténtico azufaifo de la ficción, y te llevaras el libroazufaifo. La verdad es que cuesta tanto salvar un árbol y lo que nos queda... Ojalá encontrásemos un interlocutor...
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