Otra vez fue V quien nos avisó a Tigridia y a mí de que ayer cerraban el MICEC con la película de Hou Hsiao Hsien, El viaje del globo rojo, de la que ella misma había hablado en su blog el 26 de enero pasado, y había incluido un vídeo, y entonces yo, al leer ese post suyo, dejé el siguiente comentario en su blog, que ahora me parece muy lejano: "La canción de ese otro ballon rouge me ha parecido a mí cantada por Camille, ¿no crees? Su voz me gusta mucho, aunque en sus discos a veces le quitaría los arreglos musicales esos... Pero al ver ese trailer en tu post me ha parecido que el cine me dolía, que no puedo ver ya esas imágenes desde la aspereza en la que estoy, no puedo explicar, todas las imágenes me parecen sensuales y melancólicas y todas me pinchan, creo que intento vivir como si sólo tuviera cabeza y escritura y esa melancolía que incluye el tacto se me hace imposible en este momento. Y me gustaría salir corriendo de esta self-exposure en la que algunos personajes teóricamente cercanos me acusan de escritura narcisista y del exceso del yo, y qué puedo hacer si no sé hacer otra cosa? Sólo esconderme, correr a un bosque... Y por otro lado, ahí está también ese deseo que no se inscribe pero que está en el lenguaje... Todo irremediable y complicado, todo presionando y latiendo para forzarme a qué?"
Es extraño releerme en ese comentario, ya no me siento como entonces. Lo cierto es que ayer la película me impactó autrement. No me importó que fuese lenta o que no tuviera una trama narrativa clara, que a veces pareciera casi documental, como decía V que se le ha reprochado, que fuese sólo una mirada a la vez simbólica y realista sobre las cosas, sólo una poética de la mirada donde las marionetas chinas permiten a la protagonista (una Juliette Binoche transfigurada, íntima y en plena desolladura vital incluso en los gestos, en el pelo, y el niño me recordaba al niño italiano al que cuidé a mis 18) airear sus distintas voces internas, gritar y modular en una reinterpretación francesa de las cadencias de la lengua china que raya la locura y el humor. Yo me sentí (revolviéndome en el incómodo asiento del auditori del CCCB) me sentí ella, sentí que esa vida (acelerada y desollada aun con la magia y el afecto y el niño que tenía que cuidar y las marionetas y lo chino...) era mi vida de ayer, pues había llegado al cine abrumada por una inquietud materna que dolía (cuando ella abrazó al niño identifiqué físicamente algo de las entrañas -aunque fuesen entrañas culturales-, el eco de aquella frase de Coetzee sobre la maternidad We embrace to be embraced), y a la vez me sentía invadida de la aceleración de esta semana y temiendo lo que vendrá y temiendo los nervios y el cansancio y la energía de lo interrumpido, y perder mi quietud, mi necesario espacio de silencio y concentración diaria.
Por desgracia, el Districte de Sarrià - Sant Gervasi intenta impedir que presentemos La plaza del azufaifo en el barrio, en ningún espacio público. Nos dijeron que no a presentarlo en la plaza (a pesar de la experiencia exitosa de la Fiesta del azufaifo, sin ningún desperfecto, ni altercado, ni suciedad, sólo un acto de poesía en un barrio donde no hay apenas nada cultural), nos sugirieron que lo celebrásemos en Vil·la Florida, a cambio de un alquiler, pero se niegan a decirnos el precio de tal alquiler (un mes llamándoles a diario, sin lograr una respuesta), se niegan a confirmar que el espacio está libre en esa fecha, etc. Al hablar con la interlocutora de turno se lo dije: "No entiendo que el Distrito censure una campaña que ha logrado salvar un árbol, recuperar un pequeño espacio verde para el barrio. No entiendo que un partido 'de izquierdas' esté contra algo así..." Le dije que entendía su respuesta como un 'no' y que así lo diría a la prensa. "Nunca hemos dicho que no", dijo ella. "Hay muchas formas de decir no", le dije yo, "y una es ésta: hacernos llamar a diario durante un mes para decirnos siempre 'no sé, vuelva a llamar'." Y es que, además de desidia, hay cierta perversión en esa actitud. Una persona que trabaja en Urbanismo del Ayuntamiento me dijo que era sorprendente que no hubiéramos tenido el apoyo del distrito. "Generalmente", me dijo, "los distritos apoyan estas iniciativas y es urbanismo quien pone los peros". En este caso ha ocurrido casi a la inversa. Y sigue. No sólo no están agradecidos de que hayamos logrado recuperar ese árbol maravilloso para el barrio, sino que nos castigan y censuran. ¿Tendremos que presentar el libro fuera del barrio, en una pequeña librería? ¿O apropiarnos de la calle, usar un megáfono y dejar que la Guardia Urbana o los Mossos nos dispersen y detengan, como en el franquismo?
El jueves a las 19.30 Lydia Oliva y yo daremos nuestra conferencia "Natalia Ginzburg, Gisèle Freund, Palabra e imagen de un convulso siglo XX" en el Ateneu. En esta misma semana tengo que grabar el audio de mi libro CRUCIGRAMA para Llibres de Veu. Y la Sexta TV vendrá a grabarme sobre el azufaifo, la degradación de la ciudad, el libro... Hasta esta mañana no había descubierto cuál era mi tesis, el hilo conductor de mi conferencia ginzburgiana. Pero el silencio del sábado (y el mirlo que canta para mí en el ciprés de enfrente, al fin sin máquinas ni obreros) ha producido su efecto. Estoy con las manos en la masa. Aunque ahora mi texto es aún caos, ya tengo ese sobrehilado... me queda coser de verdad, rematar, bruñir, desnudar la música del discurso. Por eso hoy no me muevo de aquí. Ya saldré mañana.
Y me gustaría escribir otro cuento. Lo noto apretando las paredes de mi cabeza para salir...Ojalá no se escape antes de que pueda escribirlo.
12 comentarios:
cómo siempre, tus entradas son tan enjundiosas que es imposible comentar todo el contenido.
Respecto al árbol, me reservo la opinión malévola que se me ocurre (para los políticos),eso sí, avisa, dónde y cuando es , porque iré.
Estupenda entrada, un abrazo
Jazzy
Gracias, Jazzy. Eso me pasa a mí con las entradas de V! Por supuesto que sea como sea, te avisaré!
Es una verguenza lo del Ayuntamiento, permite fiestas y festejos de lo mas ruidoso e incivico y se opone a la presentación de un libro. Para llorar.
En efecto. Ayer sin ir más lejos en muntaner fiesta de comerciantes, tenderetes de ventas, ruido de generadores eléctricos, humareda de fritangas y música y megafonía. Apoyado por el distrito, que pone su estand, les da electricidad y lo que haga falta. Pero recobrar un árbol bicentenario para el barrio sin ganar dinero a cambio y contarlo en un libro... eso merece castigo!
És una caca que no us deixin fer la presentació. Segurament si fos un acte relacionat amb les carreres de motos no tindria-ho cap problema.
A veure si dijous no fallo.
Tens raó, Nmp! Si fossin els de les herley davidson els donarien tot el que vulguessin... Si vinguessis dijous m'impressionaria molt!
gracias por las menciones y homenajes, cousin, yo sigo embriagada por la belleza y el ritmo de esa película, por todas esas visiones a través de los reflejos en cristales, ventanas... y la belleza de las marionetas y los actores, Binochey el niño, y la niñera china,
Me gusta lo que dice civisliberum del Ayuntamiento, trasladable además en este caso al casposo districte: "para llorar"
vergonzoso, escandaloso,
el cuerpo tiene sus razones y sus melancolías, y estas cambian con los días, con las horas, claro que no puedes reconcerte en el comment de hace unos meses, porque aunque siempre seamos los mismos, nunca somos lo mismo, aforttunadamente,
gracias por el cuento de hoy,
bonna nuit!
mañana vuelvo por aquí, que me he quedado a medio decir,
esa maternidad que evocabas...
Gracias a ti, V, por tu escucha del cuento y de todo lo demás y tus comentarios y gestos (aún me río de esa equis corporal en una puerta). También yo me he quedado con la película impregnada... y la frase de Coetze me vuelve.
cruzo con paso ligero, la boca barrada por dos trazos de rouge intenso, uno en color Z, el otro en color V.
Ay ese salero de poeta (bonaerense?)!!!
Hola Isabel,
Un conegut m'ha donat la teva adreça de blog. Jo, modestament, en algun post meu, he parlat de temes d'arbres.
Aqui he trobat una lluita aferrissada i molt necèsaria. Tot i que sembla que estiguem en clara minoria.
Espero que no siguin accions aïllades i mica en mica, ho aconseguim.
Això dels arbres exigeix resistència i tenacitat perquè de momen, l'arboricidi és constant. Collserola,. la Diagonal, la plaça joaquim folguera són properes batalles. Aniré a veure el teu blog demà...
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