sábado, 11 de noviembre de 2006
Brot
Salí de la cena con un pan que parecía berlinés, hecho con harinas biológicas, y en la madrugada de la noche del sábado, entre los aullidos de jóvenes de l'Eixample, yo anduve con mi pan caliente, envuelto en un paño de algodón blanco. Al llegar a Provença me senté en el banco del andén y me aislé del bullicio generalizado sumergiéndome en el libro de Jordi Bonells Esperando a Beckett, en esa otra Barcelona suya que abandonó en los setenta, mucho antes de las hazañas de las excavadoras de closville, entre la perplejidad y un medido resentimiento. Pero el pan seguía allí, y sus efluvios conectaban con los receptores olfativos de los transeúntes, que me espiaban inquisitivos, intentando adivinar el núcleo invisible, caliente y palpitante como un corazón abierto.
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2 comentarios:
Bueno, esto es un relato. La verdad, me he puesto a leer todo el blog, a ver si te entiendo, pero ay! mañana trabajo de nuevo y tendré que aplazarlo. Mientras tanto, me lo he pasado muy bien.
Gracias! En marzo saldrán unos fragmentos publicados en papel, en una antología de Funambulista. Yo tengo que hacer una selección más grande y llevársela a otro editor. Eso me aconsejó Vila-Matas. Me falta tiempo...
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