jueves, 9 de noviembre de 2006
Perder las palabras
Foto: Nanu, Balena a Cadaqués, 2006
Sin saber cómo, me suscribí a una misteriosa lista de correo entre la filosofía y la ciencia-ficción, que aparecía en la revista Las nubes, tal vez porque el lenguaje era poético y su parca economía, para mí casi jeroglífica, encerraba cierta intensidad, como algunos poemas de Emily Dickinson. Y recibir eso en medio de la avalancha de banalidad de todos los días... De pronto descubro que detrás hay alguien, "princesa pirata", amenazada de perder las palabras, por uno de esos imaginarios gusanos masticadores del cerebro que llaman afasia, quién sabe si relacionados con el mundo bladerunneriano en que vivimos o si porque gana la batalla una oscura parte interior que quisiera silenciarlo todo o de verdad no hay más razón que la pura fisiología y la gran ironía del dios burlón que según el mito maneja cansina y arbitrariamente los destinos de las hormigas mortales.
Otra botella con mensaje de náufrago que llega a mi blog y que yo intento propulsar de nuevo hacia alguna parte, no sé si por pura simpatía o por afinidad, ya que investigando sin saber por qué en el dolor y la violencia y buscando siempre la curación en las palabras, la simple idea de perderlas me ha hecho estremecerme.
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