jueves, 13 de diciembre de 2007

G



A los ocho años o así, G. tuvo una época en que dormía muy mal. Se despertaba sonámbulo, con unas pesadillas terribles, parecía aterrado en su lenguaje rápido y onírico, nunca descodificado, y costaba calmarle, había que hablarle con firmeza, abrazarle. Por la mañana no recordaba nada, pero le costaba mucho irse a dormir, nos decía "Bona nit" incansablemente y preguntaba otras tantas veces: "Dormiré bé?" Y sólo quería que yo le contestara como un mantra: "Sí, dormiràs bé..."

Así que le propusimos ir al psicoanalista. Recuerdo que, cuando se lo dijimos, íbamos andando por la calle Muntaner. Preguntó si alguien conocido había ido, pero alguien "de la meva època". Le dimos el ejemplo de un niño que conocía. Preguntó si era obligatorio. Le dijimos que no. "Bueno", dijo, "entonces, iré".

Su psicoanalista parecía hecho a su medida: nada invasivo, hablaba en un tono suave, discreto e inteligente. G estuvo yendo durante un curso. Unos minutos antes de salir, se ponía a buscar frenéticamente dos muñecos recién escogidos entre los cientos de personajes diminutos de plástico que llenaban sus cajones. "Llegaremos tarde", le decía yo... "¿No puedes coger otros?" Pero él insistía: "No, han de ser aquests!" Él, que hablaba sin tasa, no decía nada de aquellas sesiones, pero salía saltando por las escaleras como si volara. Sólo un día me dijo: "És interessant perquè l'Alberto (el psicoanalista) posa en relació el que somio i el que jugo amb el que em passa per dins." Me impresionó que dijera "poner en relación" e "interesante", porque era muy pequeño. Tenía muy claro lo que era aquel análisis.

Al principio yo no podía evitar sentirme mal, culpable, como si fuera un fracaso mío, o como si alguien fuese a juzgarme y condenarme. Y aquel silencio de G., que podía entender en los análisis adultos, me parecía un muro. Tuve la suerte de corregir en aquella época un buen libro de psicoanálisis infantil (que alguien había traducido y destrozado literalmente y yo tuve que arreglar, incluso buscar las citas de Freud, porque la osada traductora, que no sabía nada de psicoanálisis, ¡¡las había traducido del francés!! y pude hablar con la autora) que me ayudó a desculpabilizarme y entender. En el libro se decía que el espacio de la consulta era como la habitación del niño, donde se desanudaban sus sueños y sus deseos y su parte no razonable, y esa idea era justo lo que yo necesitaba.

Al cabo de poco tiempo, G. dijo: "Si queréis, sigo yendo a dibujar y jugar allí, pero yo el problema ya lo he resuelto." El psicoanalista nos explicó que G. era demasiado razonable durante el día, se portaba demasiado bien, y temía las noches, porque se enfrentaba a sus demonios. Pronto empezó a ser un poco más "malo" y revoltoso, en el colegio, etc. Al principio, dijo el psicoanalista, todos sus muñecos estaban enfermos, vendados o encerrados dentro de una cerca. Al final todos estaban curados y libres, fuera de la valla... Así que acabó su análisis, aunque siempre conservó ese espacio y en momentos claves de su evolución, ha vuelto a ver a A.

De ese espacio le quedaron muchas cosas. Su capacidad para mirar dentro de sí, sin grandes alharacas. Su conciencia de tener múltiples yos en su interior. Su facilidad para ver y admitir espontáneamente sus errores. Su reflexividad. Un espacio donde poder ir a consultar o a verbalizar sus momentos de confusión. Y el afecto por esa experiencia, que le ha permitido incluso ayudar a otros.

Pienso en todas estas cosas ahora que G está recuperándose de una caída en moto, magullado y dolorido, aunque por suerte parece que sin nada roto ni seriamente lesionado y con su partner también salvada. Las pienso además, porque hace poco, G. me confesó que se estaba haciendo una pregunta sobre su futuro, un cambio de rumbo. G. tiene un tiempo para pensar, para que su pregunta pregunte su propia interrogación.

Y eso me lleva a Chicho Sánchez Ferlosio, hermano de Rafael, diría que tan preclaro, pensante y especial como él, aunque con otro registro. Este Chicho grabó, hace muchos años, A contratiempo para sus amigos, alguno de los cuales era amigo de mi ex., de manera que teníamos una cassette en la era de las viejas tecnologías y siempre la escuchábamos. Y un día, cuando ya no usaba cassettes, quise ponerla y se me borró una de mis canciones preferidas, la que canté para los presos en el recital poético-múltiple de la cárcel de 4 Camins, basada en un poema del Romancero Anónimo. Y yo buscaba el disco de vez en cuando en Internet, siempre en vano. Hasta que un día, en la cola de un cine Renoir, oí a un hombre que cantaba una de sus canciones y no pude resistir. "Perdona", le dije, "pero eso que estás cantando ¿es Chicho Sánchez Ferlosio?" Él y su partner eran adeptos y eso me salvó. Hablamos un momento y me prometieron mandarme por email una dirección donde bajarme el disco. Al poco recibí un email "Soy el que tararea canciones de Chicho SF en las colas de los cines..." Incluso acabó firmando mi reivindicación para salvar al azufaifo. Y hace unos días me avisó de que se puede encontrar en emule la película que Fernando Trueba hizo sobre él, dice que no es hagiográfica y que vale la pena. Le he encargado a G. que me la baje...

(a la mañana siguiente...)
"Lo peor de ser actor..." decía un titular de La Nación esta mañana, y yo he pensado enseguida: Lo peor de tener hijos... es esa sombra que cae cuando algo les pasa, y que no se acaba nunca. Ese sufrimiento desproporcionado, ese terror a que les pase algo. Yo siempre he sobrevivido bien a cualquier ruptura amorosa, a cualquier abandono, pero éste es un terreno mucho más difícil, ya lo dijo Marguerite Duras.
G. no me dijo nada (ni a su padre), estuvo tres o cuatro horas en urgencias sin llamar, no me avisó por la tarde, ni después, cuando yo salía del seminario de Lévinas pensando abstractamente en el Otro y en realidad me esperaban aquí los dos, accidentados y aún en el temblor post-clínico, los dos flacuchos y doloridos, la guapa chica dibujante que se miraba las manos heridas, con un cansado desvalimiento.
Mientras G. me contaba el desarrollo del accidente y ese despertar tras la caída, el protocolo de los enfermeros de la ambulancia para comprobar que las vértebras estuviesen bien, imitaba sus tonos de conversación, como él suele hacer al contar, escenificaba el panorama de urgencias incluyéndose a ellos dos accidentados, yo me sentía morir un poco. No fui a yoga, no fui a ver las lámparas mágicas a la colina, no fui a nada. Le compré aperitivos y meriendas, le observé de soslayo mientras la cena se enfriaba, me quedé aquí escuchando esos gemidos que a él le consuelan y a mí a veces me inquietan y otras me hacen burlarme, mientras intenta arrastrarse por el pasillo sin poner el pie en el suelo, en un enredo donde es difícil distinguir entre el dolor físico profundo, el superficial, su miedo aprensivo y su propia capacidad de reírse de sí mismo.

29 comentarios:

frikosal dijo...

Preciosa entrada, esa sombra que cae cuando algo les pasa me parece muy exacto. Creo que hay que vivirlo para entender hasta que punto es cierto.

Su conciencia de tener múltiples yos en su interior: estupendo, ¿es esto el nucleo central del psicoanalisis? desde la propia experiencia, me parece un concepto muy razonable

Espero que se mejore pronto. Un afectuoso saludo para G.

Belnu dijo...

Gracias, Frikosal! Es como dices, los otros no pueden comprender el lado que aprisiona en esa relación. Y sí, creo que esa podría ser una clave del saber psicoanalítico, pero hablo sólo desde mi experiencia y no desde la teoría, claro: múltiples yos contradictorios, un niño interno que reclama ser el centro, que teme ser sustituido, que se enfurece de celos, que no acepta compartir, y un ser razonable, que comprende y quiere civilizarse, por ejemplo, suelen coexistir en todos, pero hay tantos otros!
Ojalá mejore pronto, sí, gracias!

frikosal dijo...

Ojo que de esto no entiendo, expreso una sensacion o un sentimiento, a riesgo de decir una tonteria.

Dices "hablo sólo desde mi experiencia y no desde la teoría" tal vez por esto me convence tanto tu descripcion. Lo poco que yo se de psicoanalisis me lo contaron en tercero de bup, despues trate de leer algo mas pero sin exito.

Me parece (me parecio) que esta excesivamente teorizado. A mi, que siempre he sido racionalista perdido, los detalles que Freud aportaba me parecian especulativos.

¿No se podria dejar simplemente asi, solo con estos yos saliendo a la superficie alternativamente?

Belnu dijo...

Después de Freud vino Lacan, pero en cualquier caso, ni uno ni otro pretendieron que el psicoanálisis fuera una ciencia, sino pensamiento. Hay un librito de Bettelheim, Freud y el alma humana, donde cuenta la relación del psicoanálisis con el humanismo y no con la ciencia, que Freud se basó más en la tragedia griega que en la psiquiatría, que quiso que el lenguaje derivase de lo popular y literario, no de lo científico, y de cómo los psicoanalistas americanos no entendieron eso. El psicoanálisis sigue siendo opuesto a esta horrible neurociencia farmacológica que domina ahora, gracias al poder de los laboratorios. Pero lo emocionante para mí es mi experiencia, claro (aunque oír hablar a Lacan en esas grabaciones o leer algunos textos psicoanalíticos me haga conectar con cosas mías), digamos que mi gratitud y mi fascinación proceden de ese espacio que compartí con mi inteligente psi tanto tiempo y donde descubrí tantas cosas y pude restaurar muchas otras.

frikosal dijo...

Ayer hablé con un conocido, lleva años de depre en depre. Tiene un trabajo monótono y sin ninguna clase de aliciente, como tanta gente. Es un buen tipo. (Yo me imaginé trabajando en aquel lugar y posiblemente estaría peor que él)

Dice que le va muy bien hablar con un psicologo (no se si psicoanalista). Le entra por el seguro una vez al mes (me parece poco, pero algo es algo). Y sigue hasta los topes de pastillas, no puede dejarlas. Ya lo probó y empeoró.

Así habrá muchos.

Belnu dijo...

Sí, una vez al mes no da para dejar las pastillas!! (Yo no creo en el tipo de escucha de los psicólogos no piscoanalistas, pero en fin, cada uno que haga lo que quiera). Además, el problema de las pastillas es que debilitan al paciente, que se convence de que sin pastillas no podrá, y hala, pastillas forever. Eso sí, todos están de acuerdo en que el tabaco es malísimo... Pero esas pastillas destrozan el hígado tanto como los opiáceos, erosionan los riñones, matan por completo la líbido, deforman el cuerpo, y ahora ya las dan a los niños. Fantastisch!

Belnu dijo...

Además, las situaciones de la realidad son producto también de nuestra mente. Uno que está depre no ve otras posibilidades, otros trabajos posibles, otros riesgos, etc., y se queda en el trabajo que le mata. O una parte de él, que teme dar el salto, le ata ahí por si acaso... Las causas no suelen estar fuera...

frikosal dijo...

Me parece correcto lo que dices.

Perdona que insista en las preguntas, pero me interesa aclararme un poco en este tema:

"Yo no creo en el tipo de escucha de los psicólogos no piscoanalistas"

¿Cual es la diferencia?

Belnu dijo...

Esta pregunta la contestaría muchísimo mejor que yo V, "el objeto a", pero lo intentaré. Yo diría que los psicólogos lo ponen todo fuera, por ejemplo, intentan curar el síntoma en vez de leerlo como un mensaje con significante. Creen que el problema de un chico que se droga es la droga, hacen tests, generalizan, dan diagnósticos, ponen etiquetas, le dicen a uno que tiene la crisis de la mediana edad o a otro que tiene trastorno de déficit de atención. Los psicoanalistas escuchan más allá de eso, traducen las palabras para sacar el lenguaje del inconsciente, ven lo que hay detrás de las palabras, detrás de los gestos, no hacen juicios de valor, no son moralistas ni intentan ajustarte a unos esquemas, yo diría que su escucha es más libre, más iconoclasta, admiten eso que yo decía, que todos tenemos dentro algún yo que mataría, o que querría ser único, etc...

Anónimo dijo...

Me gustó mucho este post así como tu manera clara y simple de explicarle a frikosal la diferencia (según tú experiencia, y yo coincido) entre psicólogos y psicoanalistas.
Comencé a psicoanalizarme más o menos a la misma edad en que lo hizo tu hijo... y aún sigo! (por supuesto tuve años de intervalos sin hacerlo), sinceramente creo que psicoanalizarse es algo altamente recomendable, no hace falta estar enfermo-loco como muchos creen, es más, creo que en los momentos de menos angustia a veces se puede bucear con más nitidez por esos múltiples yos, no?
Y lo de la sombra que cae... tal cual... mi sensación en esos casos es como si toda yo me volviera sombra sin sentido.

Besos y que G se mejore pronto!

Belnu dijo...

Completamente de acuerdo, A!!
El buceo es interesante, restaurador, muchas cosas distintas según el momento, y hay una experiencia que recuerdo del principio, de cómo el dolor que salía se secaba, de cómo en lugar del abrazo o la simpatía de los amigos encontraba en mi psi una vía de comprensión que barría el dolor de una forma mucho más interesante, porque ese descubrimiento era más importante que ninguna emoción.

Belnu dijo...

Y GRACIAS! Espero que el traslado vaya sobre ruedas!

Anónimo dijo...

Una pregunta, si no es ya abundar en exceso en el tema:¿en qué consiste sicoanalizarse? ¿es algo así como pensarse? Me han salido dos preguntas. Lo siento. Excelente entrada y muy didáctico diálogo.

Belnu dijo...

Pues diría que no, o en todo caso, es pensarse pero sin trampas, limpiar de vaho el espejo, tener un traductor del lenguaje inconsciente, alguien no-amigo, no-familia, un personaje entrenado en el que proyectas y que te ayuda a desentrañar. Pero dice Françoise Dolto, uno no se psicoanaliza simplemente porque quiera conocerse, uno se psicoanaliza cuando sus problemas le atrancan, cuando airearlos con los amigos no es suficiente, cuando necesita ayuda para avanzar y algo interno le obstaculiza...

Dante Bertini dijo...

zbelnu: entro aquí para comentarte tan buen post y me detengo a leer los comentarios. Hacerlo cambia totalmente la idea del mío, trastoca y nubla lo que pensaba.
Defiendes el tabaquismo con una devoción que acabará por lograrte el auspicio de la Tabacalera. Los que atacan el tabaco (en realidad los que se defienden de una adicción que no eligen, que quieren imponerle a la fuerza) no suelen ser los mismos que recetan pastillas y drogas a cualquiera. Por mi experiencia personal, diaria, te diría que es exactamente lo contrario.
Freud murió de cáncer de garganta. Casi una paradoja.

Belnu dijo...

Pero hablaba yo de tabaco en este post? No lo recordaba. También Lacan se quedó sin habla. Creo que la cosa iba por otro lado. Y Buda murió de cáncer de estómago...
Yo seguiré con Derrida y Roudinesco pensando que la vida cotidiana no se puede regularizar tanto y que la hipocresía y la falta de ética de los gobiernos no nos lleva a buen lugar. Me gustaría que cada uno pudiera tener sus rincones, tú los tuyos, sin tabaco, y yo los míos, con humo que matara un poco el pestazo, y también me gustaría que se luchara contra la contaminación, que no se nos sometiera a ese poder farmacológico sin límites, etc, no me cansaré!

nomesploraria dijo...

No et reconec tan bruna.
Interesant diàleg amb el Dr Frk.

Belnu dijo...

Sí, vaig passar temporades que m'enfosquia, no volia ser rossa!

el objeto a dijo...

desde que me contaste algunos detalles del análisis de G. de pequeño lo hice (anacrónicamente) mío, y volvía a recordar tu relato para reconfortarme, para inspirarme, para saber que existen esos espacios, como la consulta de A. donde como dice esa película fetiche mía Hoy puede empezar todo. Me gusta mucho este post, lleno de sombras y esperanzas y respeto por el niño, el hijo, el hombre, el sujeto... me gusta tu foto en la que apareces como una de esas actrices bellísimas de los ochenta que apenas existen hoy en el cine, e imaginar detrás de todas estas fotos a J. con una cámara, retratándoos con tanto cariño,y la frase de M.Duras que no recordaba haber leído en Polis, pero que haré también mía, como el relato de ese viaje de G.

gracias por tu generosa visita esta mañana y tu largo comment, me ha hecho MUCHA ilusión,

à plus,
v(a)

Belnu dijo...

Huy, yo me he quedado pensando que te había dejado un mensaje (troppo largo) en escritura automática, que no se entendía! Pero gracias a ti, por tu post y por este comentario. Es verdad que a mis ojos, la experiencia de G. con A. fue algo maravilloso, y a los suyos, la prueba es que incluso llegue a plantearse si él podría también... aunque no lo haga, sólo ese deseo ya significa, como yo quise enseñar y ser maestra gracias a cuatro o cinco maravillosos profesores, y eso me quedará siempre. ¿Sabes qué? La cita de la Duras encabeza mi libro con Rauda Au fond des mères, algún día tendré que pasártelo, por si quieres otear alguna página, porque yo sólo reconozco algunos trozos!

Le Mosquito dijo...

Hola, zbelnu:
No entro aquí desde que inicaste tu lucha para salvar al azufaifo, y no sé que es lo que me ha animado a entrar hoy, picando en un enlace de Albert, Nomesploraria.
He leído con detenimiento tanto tu entrada como todos los comentarios, y son muchos los aspectos que me han interesado. Uno en particular, y en una respuesta que ofreces a Frikosal para diferenciar a psicólogos de psicoanalistas...

Creen -psicólogos- que el problema de un chico que se droga es la droga

...me haces evocar (desde el punto de vista de alguien que sabe nada concreto sobre unos u otros) tanto a conocidos psicólogos como psicoanalistas. Mi experiencia con ambos grupos, nunca podría ni debería suponer valor estadístico alguno, pero sí, quizás, vendría a apoyar (en la medida que cada quien esté dispuesto a valorar) tu comentario al respecto de ambos.
Siempre he percibido en psicólogos ese tinte moral al que aludes, y en un ejercicio tendencioso y cerrado a opiniones, y siempre complaciente con sus espectativas, que, "claro está", no tienen por qué que responder a los intereses del "paciente". Ahora, podríamos entender que un psicólogo es algo así como un "animal estadístico" que espera "rellenar" con pacientes/casos tipo, y durante su "vida útil" una serie de casillas pre-establecidas, sin posibilidad de alteración -las alteraciones podrían poner en peligro su saber, que es "el saber"-; mientras que el psicoanalista parte de la base y el interés que supone lo desconocido, el individuo único, el "problema" por resolver, o la frustración a la que enfrentarse.
Fui un chico difícil (de aquellos polvos, estos lodos), tan difícil que nunca entré en los presupuestos de aquellos psicólogos de colegio caro que me tocaron en suerte. Y que mala suerte, porque siempre vi a los niños del colegio de enfrente -el de los pobres- mucho más felices y equilibrados que a nosotros, y en una época en la que en mi ciudad, todos los psicólogos de todos los colegios eran sacerdotes católicos. Creo que se estaban preparando para la revolución.
Un abrazo y disculpas si me alargué demasiado, y mucha suerte para ambos.

Belnu dijo...

Ah, Le Mosquito (me encanta tu nombre), me alegra verte por aquí y tu comentario (no me pareció largo) también. Esos curas-psicólogos, qué sabrían ellos, y tu descripción-definición coincide con lo que yo pienso, aunque insisto en que V. (el objeto a) lo explicaría con mucho más tino que yo. Aún recuerdo los tests del colegio, donde preguntaban si hacías dibujos con el dedo en el aire (yo los hacía! pero puse que no a esa y a otras preguntas que parecían situarme inevitablemente del lado de los "raros", y qué absurdo preguntarlas, pensaba yo, era como esos formularios en el avión a USA donde te preguntaban si eras terrorista o si planeabas matar al presidente de EEUU. Qué diferencia con el espacio misterioso de la palabra que es la consulta psicoanalítica! (cuando el psi vale la pena, claro, sé que los hay casposos, me lo dicen!)

Le Mosquito dijo...

Cachis, Zbelnu. Entonces fui más ingenuo de lo que ahora sigo siendo, y no sólo contestaba afirmativamente a preguntas sobre dedos que pintan en el aire, sino que, encima, me animaba a enseñarles lod dibujos. Qué capciosos; con esa sonrisa que nunca interpretñe como maléfica.
Gracias.

Belnu dijo...

A esos energúmenos ni aire hay que darles! Hay que ver el daño que van haciendo por ahí, detectando síndromes que encajan con fármacos y haciendo que gente saludable e inteligente, espíritus libres que pensaban por su cuenta, se crean enfermos porque no encajan con parámetros de productividad y sumisión. Ahora iré a visitarte...

el objeto a dijo...

ah! sí, me has de pasar el libro con Rauda sobre la maternidad! con el disco!
thnksss

Miroslav Panciutti dijo...

Me he puesto a pensar en tus miedos de madre, tus sentirte mal, culpable ... y no he podido evitar recordar sensaciones similares de mi ex (las mías no supieron ser tan "maternales"). Hace poco H, nuestro hijo, sufrió una desgracia, culminación (eso espero) de unos cinco últimos años que parecía empeñado en joderse la vida. Entre medias, nuestra separación. Han sido los meses del verano meses muy duros, pero sobre todo para mi ex. Ahora, cuando las cosas parecen enderezarse, se siente baldada físicamente, consecuencia con toda seguridad del stress y del miedo que ha pasado. Como dices, lo más difícil es sobreponerse a las desgracias de nuestros hijos. Un beso.

Por si te interesa: http://desconciertos3.blogspot.com/2007/06/desgracia.html

Belnu dijo...

Te visitaré mañana, Miroslav, gracias!
Y sí, petite a, dalo por hecho, y he visto el libro tuyo para devolverte, pero creo que no es el que dices, aunque empieza con Wang...

morning cielos dijo...

Hace poco tuve a mis padres de visita, y hablando con mi madre, mientras tenía a mis hijas trepadas al hombro, me dijo:"yo pensaba que esa preocupacion y constante velar por los hijos no tenía fin pero luego me sorprendí cuando tuve nietos, porque si te caes al agua (yo, su hija) y se cae también una de tus hijas, espero que sepas nadar, porque estás en un segundo plano". Yo lo agradecí, porque mis hijas están en MI primer plano, así que prefiero que sean salvadas primero en la inundación, pero por las dudas, siempre ando con un pato inflable, por si se viene la lluvia. Me encantó tu G. Buenísima.

Belnu dijo...

Ja ja, qué buena escena! Gracias... Te visitaré en cuanto vuelva a Bcn, me voy volando