Héme aquí de nuevo esperando al informático. Media vida esperándole y luego, cuando al fin viene, esperando a que se vaya. Con la misma impaciencia. Se lo dije una vez a un amigo y me contestó: "Antes fue el confesor, luego el psicoanalista y ahora el que ocupa ese lugar en nuestra vida es el informático..." Algo de razón tenía. Sólo que resulta mucho más penoso, no que el confesor, que yo por suerte no tuve, pero sí que mi psicoanalista, a la que yo siempre añoro, y cuando estoy muy enmarañada y voy a verla para consultarle algo, sigue maravillándome con su traducción de mis palabras. Querría incluso grabar lo que me dice, porque tendrá que durarme meses... El informático es esa figura ágrafa que no comprende mis manías, le basta con entender al ordenador, y eso ya es mucho. Me dice: "Cuántos libros... yo a veces querría leer, pero enseguida me quedo dormido..." Creo que los psicólogos de orientación no-psicoanalista, tan aficionados a poner etiquetas, han inventado una palabra para definir a esa gente que no ha leído novelas, ha ido poco al cine y no sabe hablar ni elaborar sus emociones. Dicen que esa patología se da mucho entre informáticos. Y encaja mucho con estos tiempos nuestros, de fin del humanismo, fin de la educación tal como se entendía en Europa, fin de la Francia de siempre, fin de tantas cosas. Recuerdo que cuando le pregunté a otro amigo por sus perros, me dijo: "Ah, els meus gossos! Són els últims humanistes!" Pero esos perros han muerto ya también. Incluso la derecha francesa de Chirac, que no renunciaba a ciertas conquistas sociales (como los derechos de las mujeres) y que tenía, pese a todos sus horrores y corruptelas, el poso humanista de haberse enfrentado al fascismo, también se acaba. Y en lugar de En attendant Godot, yo espero al informático. Para que arregle los desaguisados de la compañía telefónica.
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13 comentarios:
Además, el informático suele tener una edad insultántemente menor que la de uno. Qué habilidad la tuya para saltar de los chips a la derecha francesa...
Efectivamente...
Gracias por tus palabras, Pedro, pero temo que sea sólo una consecuencia de mi dispersión...
Yo recuerdo un programa de Punset entrevistando a alguien y que decía: la medicina del futuro será básicamente la neurología y la ginecología.
Exacto! Ese hombre tiene un libro con un título que comentaba V. como lo contrario de lo que debería ser, era algo así como "El alma está el cerebro", qué idea tan empobrecedora. En el libro de Bettelheim Freud y el alma humana se explicaba cómo Freud había querido mantener la base literaria y humanista del psicoanálisis, basado en la tragedia griega y en Shakespeare y no en la bioquímica...
tengo un amigo muy psicoanalizado y lacaniano que dice que "el pelo es el espejo del alma"...magnífica ironía para describir un mundo tan superficial.
(odio las letritas de aquí abajo)
Sí, las letritas fastidian, pero más fastidiosos eran esos robots que me dejaban palabras pornos o tecnos en el blog cada vez que hacía una entrada, como un desagradable muelle! así que no me quedaba otra...
Lo del pelo como espejop del alma me encanta... yo tuve un partner que cuando yo me equivocaba decía: La cabeza es para algo más que para peinarse! Ya me reía (yo no me peino! Pero una vez se lo dije a una de mis hermanas, que aún se peina menos y se enfadó muchísimo!
este post es una joya!
Gracias, Mr. Ed. Siempre hace ilusión el elogio de un caballo que habla...
bueno, dicen que es siempre mejor leer novela que psicoanálisis para conocer mejor al hombre...
cachodepan: curioso ejemplo el del pelo.
impromptudeohio.
La literatura es la gran fuente, eso está claro, lo digo yo, pero ya lo decía María Zambrano...
me ha gustado lo del pelo... a mi desde hace un par de años me aterran no sé por qué todos esos anuncios de champus, máscaras y acondicionadores capilares (sólo me tranquiliza el guapísimo leonardo svaraglia hablando sobre la caspa!) pelos brillantes y voluminosos, del tamñaño de una ola del pacífico, no entiendo ese culto al pelo! tu interpretación cacochodepan me ha aliviado un poco,
y qué horror las siniestras afirmaciones del Punset, que en global parece muy normal, pero un poco diseccionado da miedo!
por cierto, cómo fue con el informático, se arregló?
Ajá, petite a, tal vez te gustaría leer entonces Disección de una tormenta, de Menchu Gutiérrez, y tú también, Cacho de pan, es esa novela-poética-loca-maravillosa de un sanatorio donde todo se hace con pelo, especie de montaña mágica contemporánea (pero sin debates) sobre el pelo...
En cuanto al informático, llegó, resolvió, cobró 30 eurillos y se fue en un tempo prodigioso, incluso vino a una hora oportuna, one never knows!
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