Un malaise ya inesperado, espectacular, aunque sin consecuencias, me atacó con quasi-nocturnidad y me ha retenido en la ciudad, prisionera yo también como las protagonistas de mi conferencia del próximo sábado. Así que poco a poco, en la medida que mis condiciones y languidez lo permitan, recuperaré este tiempo (que había ya entregado al ocio, a ver a mis amigos, a revisitar un mar familiar, a veces plateado y senil, y los plátanos de troncos gigantes que abrazaba de pequeña y el viento antes de que lo conviertan definitivamente en un mar de cemento, tal como está ya anunciado), para mis escritos mecánicos o en cuadernos o los papeles de hacienda o la pura ensoñación a la que en mi mundo sólo tienen derecho los enfermos...
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6 comentarios:
yo caí también, creo que fueron los pimientos (aunque casi seguro fue todo ese papeleo que no puedo abordar de hacienda)
Ay, Hacienda, sólo de pensarlo... pero ya pensaré mañana, como decía la de Gone With the Wind, que por cierto tenía un título un poco ridículo en castellano y feo en francés.
primero pensé que te había cogido un nuevo viento, arrastrándote hacia tierras lejanas de tigres piratas...confusiones de género!!!
enseguida deseé que fuera tan sutil como para no hacerte ningún daño.
¿es así?
tienes mi teléfono, ya lo sabes.
pdta: el paseo del post anterior es figueres?
Sí, es Figueres!
Gracias, Cachodepan, sobreviviré, creo... leyendo y escribiendo, y ahora que un energúmeno vecino ha dejado al fin su estúpido bricolage, en este baño de silencio que adoro...
un nuevo término: bricogúmeno.
Ja ja, se lo gritaré la prochaine fois, por la ventana
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