sábado, 16 de mayo de 2009

Ayer

Foto: I.N, 2009. La plaquette (que estará en La Central, Laie y Xoroi en breve), en casa.
Cafè Central celebraba una nueva entrega del Premi Jordi Domènech de traducció poètica en Santa Mònica, en este caso a Isidor Marí (por su traducción de Vents, de Saint-John Perse) y hacia el final del acto, después de una conferencia de Laura Borràs (didáctica y brillante) y de todos los parlamentos, se presentaba mi plaquette de la conferencia de la edición pasada, y aunque en el programa estaba bien claro, no había entendido que tenía que presentarla yo, así que hubo un momento de asustada sorpresa. Pero era fácil contar un poco las afinidades y conexiones y el núcleo de mi aproximación y transmitir que siempre me alegra poder hacer algo "arrastrada" por Antoni Clapès y Dolors Udina, porque con ellos nada suele ser equivocado y todo sigue esa libertad de no dirigirse al éxito sino abrazar el fracaso como punto de partida, que decía Carles Hac Mor y de la que también habló hace poco VM.
Y atravesando el circo de las Ramblas, acabé felizmente en una sesión de los dos amigos cineastas y el hipercrítico anticuario hinduísta (en casa de Yelena Caterinova), y vimos un documental de Tonino Guerra y Tarkovski (documental del viaje a Italia con Tarkovski antes de rodar Nostalghia) maravilloso, Tempo di Viaggio (en la pantalla se llamaba Viaggio in Italia, pero en internet parecen haberle cambiado el título por Tempo di viaggio) y después Nostalghia de Tarkovski, y con esas dos películas (que P. remató con unos planos largos de Yo soy Cuba de Kalatozov) ¡no hacía falta soñar! Fue restaurador. Primero el viaje al sur de Italia y luego cerca de Siena a ver esa basílica con un cuadro impresionante de Piero della Francesca, la Madonna del Parto, en un lugar de belleza asombrosa, o ese otro lugar, un palazzo cerca de Sorrento donde pretenden ver un mosaico único en el mundo con pétalos de rosa diseminados sobre la piedra o el mármol como si los hubiera sembrado el viento, pero el guardián, que es un personaje genial, educado y culto e implacable con su lengua minuciosa, no les deja entrar. Las palabras de Tonino Guerra (Non credo nella reproduzione dell'arte, non si può tradurre la poesia, perchè l'arte è molto geloso), su pasión intelectual, y el paso de las horas con el cambio de luz en su casa, vieja y desconchada, de Roma, un cuadro precioso junto a una desconchadura que también lo es, y sus poemas, la voz vibrante y las historias que cuenta a un Tarkovsky con un aire muy setenta, muy interesante y mostrándose físicamente con audacia o casi con coquetería, pero a quien no entendíamos en ruso (nos faltaba una voz). Esa religiosidad vitalista y poética de Tarkovski, esas imágenes coreográficas, la luz maravillosa, la vitalidad nerviosa de Tonino Guerra. Y en cuanto a Nostalghia, los lugares también son de una belleza nublada y humeante y una luz pictórica, ya sólo el principio con las mujeres que cantan en el campo helado, o la forma de integrar el Réquiem de Verdi con naturalidad, puesto que la película entera es un réquiem, esa imposibilidad de irse ni de volver a Rusia (el amigo músico que ha vuelto y se ha suicidado y él que...), ese encontrarse sin entenderse, los baños con su vapor humeante como la niebla y su piedra y los que se bañan y hablan y se preguntan, la iglesia con las mujeres arrodilladas rezando a esa madre de todas las madres (en un momento dado, esa virgen materna da a luz a un millón de pájaros que salen volando de su vientre), la protagonista femenina es como la intrusa en la película y cumple su función, con su larga cabellera enmarañada de ninfa y sus tacones, su conversación con el sacristán (ella le pregunta por qué rezan las mujeres, él le dice que puede conseguirlo todo, todo lo que desee, todo lo que necesite, pero primero tendrá que arrodillarse, y ella ya se inclina, pero luego decide que no, que no se arrodilla, que esas mujeres están acostumbradas; y quiere saber por qué rezan más las mujeres, y el sacristán expresa su visión de lo femenino y ella se aleja), siempre el contrapunto del humor, de la ironía, de lo imposible ante la posibilidad del misticismo y la fe ardiente de las velas, el encuentro del protagonista con la niña y su frase: él le pregunta cómo se llama (Angela) y si está contenta. Di che cosa? pregunta la niña. Della vita, dice él. Ah, della vita, sí!, responde con vehemencia la niña cruzando las piernas diminutas con sus botas katiuskas, de otras cosas concretas seguramente no lo está, ma della vita, sí! Porque esa vida no incluye, es otra cosa... El perro y su mirada, el diálogo de la protagonista en que Dios le contesta (!) Tarkovski es así (le da una voz ronca y cálida; ella le pide que se le manifieste al protagonista, que le demuestre algo, y dios le dice que él ya está ahí, ya se manifiesta, es él quien no se da cuenta...), el paisaje que respira pictóricamente y transmite la luz, las búfalas sentadas a lo lejos en esos prados, la piedra... O la forma de estar ahí de ese actor que ni parece actuar, con esa mirada silenciosa, y las crisis de su cuerpo... Y sobre todo la relación con el pobre hombre loco que ve, Domenico, que encerró a su mujer y a su niña durante siete años, hasta que los rescataron y cuyo gesto y cuya locura el protagonista, poeta ruso, comprende. Y el escenario, la casa de Domenico, donde entra la lluvia a raudales y el perro descansa sin dormir en el único punto donde no cae el agua, y la obsesión de la memoria y la pérdida es ubicua, ese hombre loco irá a Roma y hará un discurso antipsiquiátrico, foucaultiano y rebelde en una plaza, antes de someterse a un rito sacrificial, y en su discurso genial, lúcido y sufriente (sin escamotearnos todas las torpezas, la burla del azar), les dice a los mentalmente sanos: "Y vosotros, sanos, ¿qué significa vuestra salud? ¿Qué significa si no tenéis valor para mirarnos a la cara, para escucharnos, para comer y dormir con nosotros?" Y en medio del dramatismo de la escena, lo grotesco está ahí también: el aparato de música no funciona, un hombre se sacude en el suelo... Y todo es de tal belleza escenográfica y de miradas inteligentes, sin impostación, salvo la teatralidad de la protagonista, que parece deliberada para visitarlo todo, para mirarlo, y está tan bien contrapuesto lo contradictorio, el humor, la imposibilidad de todo, la verdad de cada uno y el espacio que se le da, y la luz y la posibilidad del espíritu siempre...
Después de la película, J. y E. comparaban a Tarkovsky con Angeloupolos para criticar a éste, y P., que ha trabajado con él y le ha dedicado dos documentales, le defendía, y en cierto momento J., que defiende siempre lo espiritual y detesta las raíces marxistas, dijo algo que yo iba a contestarle cuando algo me interrumpió; quería decirle que por debajo de la laicidad y el rojerío de cualquiera de los que hablábamos (Vertov! Angeloupolos y tantos otros) está siempre el legado religioso, algo a lo que no podemos sustraernos, y por debajo de la religión católica, como ya vio María Zambrano, están el judaísmo, el sufismo, la cábala, tantas capas de otras religiones oprimidas, como los animismos están detrás del cristianismo en América. Hubo un momento, en pleno goce de las imágenes en que me parecía que eran cuadros integrándose en lo que veía de la casa antigua, y es que fue milagroso que yo lograse mantenerme despierta tras la otra noche sin sueño, y fue sólo la magia misteriosa de Tarkovsky y lo aventuradamente poético de Tonino Guerra. Pero hubo más conversaciones y llegué a mi casa tarde, tarde, y hoy no sé si lograré recuperar algo del tiempo que se escapa...
Y me he encontrado con la noticia de la muerte de Castilla del Pino ("ferozmente antifranquista", dicen hoy) y lo siento, porque van desapareciendo los antifranquistas y porque tambien yo le leí cuando este país era tan gris y dictatorial, y aunque no estuviera en el lado del psicoanálisis (algún periodista se confunde hoy), sí seguía una psiquiatría humanista, independiente de las horribles neurociencias y la presión de los laboratorios... Fernando Valls lo dice en su blog mucho mejor de lo que yo pudiera...
Hace un día precioso y yo tengo un itinerario fotográfico...

5 comentarios:

Esther Planas Balduz dijo...

wow
que noche mas inspiradora!
love tarkosvky!

Dante Bertini dijo...

la felicito, como siempre...
yo esta noche me pegaré un atracón de eurovisión!
mola maso moscú

Belnu dijo...

Sí, maravillosa, Esther... No em extraña, ahora sólo tengo ganas de ver más Tarkovsky o de revisitar esa Nostalghia, o de encontrar una copia del documental primero con la voz traducida de T...

JH dijo...

Hermoso descubrimiento ese viaggio in Italia, gracias. Casualmente hoy El País publica esto http://www.elpais.com/articulo/cultura/versos/polaroid/Tarkovski/elpepucul/20090517elpepicul_4/Tes

un abrazo

Belnu dijo...

Gracias, José! No lo había visto... Lo que no sé es por qué en todas las webs sale como Tempo di viaggio en vez de Viaggio in Italia. No sé si le cambiaron el nombre para diferenciarla?!