sábado, 30 de junio de 2007
Un vestido de seda muy viejo
jueves, 28 de junio de 2007
Hallazgo trouvaille troballa
"Durant el matí del dia 28 de juny de 2007 rebo una trucada... referent a un ginjoler situat a la finca del núm. 7 del carrer d’Arimon de Barcelona, davant la possibilitat que quedi afectat pel projecte d’enderroc de l’esmentada finca.
Confirmo la identificació de l’exemplar núm. 1 (ref. plànol adjunt) com a pertanyent a l’espècie Ziziphus jujuba Mill. (català: ginjoler; castellà: azufaifo) de la família Rhamnaceae i d’origen xinès. Conec l’exemplar en qüestió des de fa molts anys, ja que jo mateix el vaig identificar arran de la publicació del llibre del qual soc coautor El árbol en jardinería y paisajismo (Ed. Omega 1992).
En diverses ocasions i en diferents ambients havia comentat l’existència d’aquest exemplar de ginjoler, de notables característiques (segons mesura efectuada per Parcs i Jardins fa 187 cm de perímetre) que el fa únic no només a Barcelona sinó que també a tot Catalunya i fins i tot a Espanya i a Europa. En alguna ocasió havia subratllat la conveniència de la seva protecció com a arbre monumental.
A Barcelona hi ha un altre exemplar d’aquesta espècie que sí que està catalogat i convenientment protegit. Es tracta d’un ginjoler situat als Jardins de Joan Maragall, catalogat amb el núm. 0138-03-98 com a arbre d’interès local, i que segons dades del propi Ajuntament de Barcelona fa només 130 cm de perímetre. Al meu entendre, si aquest darrer exemplar ha rebut els honors que el protegeixen, el situat al carrer d’Arimon, per la seves superiors dimensions i el seu perfecte estat, mereix com a mínim els mateixos.
Segons la bibliografia consultada, el ginjoler és un arbre que resisteix enormement la sequera i per tant està perfectament adaptat a les condicions de canvi climàtic que ens venen al damunt. Malgrat el seu origen oriental, l’arbre ja era conegut pels grecs clàssics, pels romans i pels àrabs, i és cultivat des de temps remots a la regió mediterrània, tant pels seus fruits comestibles com per les seves propietats medicinals. De la seva fusta, extremament dura se’n fan instruments musicals com ara la gralla i la tenora, per la qual cosa l’Associació Sardanista Tot Bellvitge en va plantar dos exemplars al Parc de Bellvitge de l’Hospitalet de Llobregat..."
miércoles, 27 de junio de 2007
En la tv
lunes, 25 de junio de 2007
¿Habremos tocado un punto sensible?
domingo, 24 de junio de 2007
Al reverso (de una mañana perdida o ganada)
viernes, 22 de junio de 2007
Soñar, tal vez dormir
Una extraña oleada de insomnio de origen aparentemente físico (hormonal, y por lo tanto, poderoso y capaz de burlar y sortear los efectos de todas las hierbas) me tiene secuestrada desde hace ya más de una semana. Sueño que duermo, pero no lo logro realmente. Me despierto varias veces en la noche y aunque no tardo tanto en volver a las regiones de Morfeo, ya nunca es suficiente. De día, me mareo terriblemente al cambiar de posición, y aunque por las mañanas mis baterías parecen mágicamente cargadas, el cansancio me invade después de comer y ya no me abandona.
Mi amigo escritor serbio me recomienda que duerma con mi gata. Podría ser que sus vibraciones, esas ondas expansivas de ensoñación y sopor gatuno fueran contagiosas. Chissà.
O tal vez podría hacer caso a Paul Éluard:
et, comme aux temps anciens, tu
pourrais dormir dans la mer.
Podría dejar que me durmieran los poetas, echarme al sofá con un montón de libros que hablasen de dormir, taparme con ellos, dejarme envolver por sus palabras de bosques y mares donde se duerme, recuerdo fragmentos. T.S.Eliot escribía:
Whispers and small laughter between leaves and hurrying feet
Under sleep, where all the waters meet.
Más de una vez he pensado que yo usaba los libros así, como el tío Gilito se revolcaba en su dinero, quitándose el albornoz y zambulléndose como en una piscina, tal vez lo mío sea similar...
jueves, 21 de junio de 2007
El síndrome del solsticio
Mai, perquè el trobin
fet carn i sal i aigua
els meus hams de demà.
miércoles, 20 de junio de 2007
En La Vanguardia Culturas
lunes, 18 de junio de 2007
Monday bloody Monday
sábado, 16 de junio de 2007
Sábado gris
jueves, 14 de junio de 2007
Abandono fugaz
El árbol favorito del alcalde Clos
El árbol predilecto del alcalde de Barcelona, Joan Clos, es un azufaifo –en catalán “ginjoler”– que se encuentra junto al palacete Albéniz. El “ginjoler” da unos pequeños frutos precisamente en esta época del año. Teniendo en cuenta la devoción de Clos por este árbol, muy propio de Montjuïc, sería oportuno plantar uno junto a la Universitat Pompeu Fabra, en la Rambla, ya que su ampliación supuso la desaparición de la calle Gínjol. Sería una forma de recordar que existió. La citada calle era conocida sobre todo por los amantes de la noche, puesto que allí se encontraba La Buena Sombra, un célebre local de diversión. Así, la frase hecha “estar més content que un gínjol” gozaría de mayor justificación.
22 noviembre 2002
Llega el “gínjol” a la Pompeu Fabra
El 3 de diciembre, el alcalde Joan Clos inaugurará un “gínjol” (azufaifo), su árbol predilecto, en un rincón junto a la Pompeu Fabra, a dos pasos de la Rambla de Barcelona. El “gínjol” es un obsequio de Jaume Pagés, el hombre fuerte del Fòrum de les Cultures. La razón de instalarlo en ese lugar es recordar que durante muchos años existió una calle llamada del Gínjol, que desapareció cuando se construyó el nuevo edificio de la Pompeu Fabra.
Josep Maria Huertas Clavería.
lunes, 11 de junio de 2007
Cine, historia, lágrimas, árbol y lectores
domingo, 10 de junio de 2007
En El País
viernes, 8 de junio de 2007
De amigos y complicidades
jueves, 7 de junio de 2007
More about our Jujube tree
He ido
miércoles, 6 de junio de 2007
El ruido de las obras
lunes, 4 de junio de 2007
Vuelta
Desde la terraza de la casa que me acogía y que tanto me gusta se ve la furia constructora que devora la montaña y amenaza el paisaje, pero también los restos de belleza de Cadaqués y los cambios luminosos del mar, los gatos ociosos, la invasión de las buganvillas y el verde. No he fotografiado a mis árboles favoritos, los que siempre intentaba abrazar de pequeña y que siguen milagrosamente en pie. Ahora los veía de otra manera, aún más cerca, porque mi campaña por el ginjoler me ha situado en otro lugar, aún más apasionadamente arbóreo.
Sigo y seguiré sepultada bajo una montaña de trabajo urgente, y en medio de la imposibilidad lacaniana de todo, imagino salidas y meandros felices. En Cadaqués conseguí trabajar poco, mucho menos de lo que debía, pero tuve la suerte de maravillosas conversaciones y una cena argentina bajo los árboles, y dos veces me bañé en el agua helada sintiéndome casi heroica.
Hoy ha salido mi carta en La Vanguardia, que ahora copiaré en Polis. Es algo derrotista, porque la escribí antes de saber que Parcs i Jardins y el Ajuntament de Barcelona nos daban la razón. Pero la han elegido para el recuadro central.
Algunos escritores ilustres vecinos y ex vecinos, además de artistas y emprendedores, se han ofrecido a firmar contra la destrucción del árbol. La campaña sigue en pie. Uno de ellos me dice que en su barrio van a tirar la última palmera y acaba su mensaje con un "¡Viva el ginjoler!"