A veces es duro y quizás absurdo tomar una decisión realista y dejar que se evaporen los sueños que nos iluminaban, todo lo que daba calor cuando hace frío, tanto humor y espíritu lúdico-celebrativo. Me he pasado los últimos días oscilando entre dos estados de ánimo que me llevaban a extremos opuestos y cuando he decidido no marcharme o más bien he organizado sin darme cuenta las cosas para que alguien decidiera por mí, me ha invadido una extraña duplicidad. Primero un ligero alivio y luego, pesante, una sombra que ya empiezo a conocer. Ha vuelto mi Scrooge. Quedarme aquí significa quedarme a solas con mi duelo, he pensado, en la pobre y cada día más fea, contaminada y mediocre Hereuville (me dicen que acabo de salir en BTV con el azufaifo y sus defensores, pueden verlo aquí; yo prefiero no verme), con las noticias, con mis vacas flacas, con mi montaña de trabajo, con un feo y romo paisaje humano, sin grandes esperanzas... excepto mi novela... Esta mañana he acabado el capítulo 9, un insólito capítulo en un escenario bien bonito, que ya salió hace años en una novela barcelonesa completamente ajena a la mía, y le he puesto música sacra, y latín, música del cielo.
Quedarme significa precisamente dejar que se vaya la música que me envolvía alegremente, que me devolvía a la vida. Volver al Hades, a ese reino de las sombras de la Odisea, a la orilla del Leteo, a ese lugar donde el contacto físico no existe, ni el deseo, donde sólo existe el pensamiento y los seres no tienen cuerpo, sólo son sombras que se cruzan.
Rufus respirará aliviado. Estos días enterraba la cara en mi pelo o en esos chales en los que me arrebujo cada vez más, entre el frío y la sombra, y suspiraba. Una voz sigue diciendo en mi interior que debería haberme ido. Que en esa ciudad de la luz sometida a corrientes intempestivas había algo para mí. Que ya no podré ir más. Que habría encontrado un editor para mis libros. Que habría paseado alegremente por aquellos cafés.
It's late and I can't sleep canta Ben Harper. Yo tampoco duermo muy bien, me despierto temprano con aprensiones distintas e inaprensibles. Un amigo me recomienda músicas para mi duelo. Viajaré alrededor de mi habitación. Y mientras, vuelvo a Giono. Y al libro de escritoras y fotógrafas, que está en una fase de producción y saldrá muy pronto. Y a todos mis trabajos de Sísifo. Quién sabe. Dicen que lloverá y subirán las temperaturas. Tal vez todo sea para bien. Forse tutto si salverà.
Lo cierto es que al salir del gimnasio alemán ya lo veía de otra manera. Mi voz quejumbrosa dura sólo un rato. Habría sido mejor hacer una pequeña locura y viajar, pero siguiendo a Xavier de Maistre también se llega a alguna parte. Iré a ver a la Esfinge. Me concentraré en esta luz...
Y al final he decidido irme. Son tiempos extraños. A veces conviene hacer alguna pequeña locura... Tal vez necesitaba decidir autrement para darme cuenta de lo que quería realmente. Tal vez el impulso ajeno... One never knows, decía siempre O. Seguiremos informando.