Esta mañana la gata Gilda ha cazado una lagartija. He abierto la puerta de la terracita y allí estaba; me había dejado su pequeño cuerpecillo descabezado y aún con su belleza prehistórica como un trofeo absurdo y mal dirigido porque a mí me gustaría que siguiera habiendo lagartijas y no apoyar a sus depredadores. He pensado en Frikosal y en su comentario reprobador de los gatos domésticos y las flores cortadas y he enterrado a la pequeña criatura, delicada como una joya rota, en una maceta. No puedo explicarle a la gata; son esos restos de felina salvaje que le quedan en su vida domesticada, y eso explica por qué me dirige esa mirada implacable de reina tigresa en algunos momentos. O por qué a veces, inesperadamente, salta por encima de mí mientras leo en el sofá, quizás (como decía B., aquel pintor de gatos y niñas que despotricaba de la modernidad) para demostrar mi inexistencia.
Me gusta mucho Dublinesca, la novela de EVM. La leo a trozos (conteniéndome para no abandonarlo todo y quedarme sólo leyendo) y me admira cómo y con qué naturalidad logra integrarlo todo en esa trama bien trabada, incluso lo que ve en los blogs, cualquier coisa, con ese editor autoirónico y abandonado del mundo que le permite seguir hablando de escritores y libros y a la vez reflexionar sobre todos los aspectos de los editores(como aquel personaje comodín de Nabokov al que el escritor rusoamericano hacía ir a cualquier casa o lugar que quisiera describir, pero a la vez como personaje clave, al que presta cosas suyas y ajenas, caricatura pero también irradiador sutil de tantas cosas) y que viaja sólo para mantener una ficción-conversación con sus padres. O para seguir viviendo su vida como si fuera un libro. Y ese humor y la fraternidad con la locura walseriana (y dolorosamente psicótica) de Spider, la excentricidad que me resulta afín, arraigada en la convencional Barcelona (ex-curso: me desespera ver la ciudad llena de palmones, ¿por qué todo es siempre tan uniforme y romo, tan familiar, con gente ocupada ya sólo de la comida, lo material y entregada a la repetición de unas costumbres sin preguntarse nada?), con su genial caída en las escaleras de La Central o sus paseos impensados bajo la lluvia o las apariciones recurrentes del joven de la camisa estilo Nehru, y sobre todo su postura de hikikomori, aislado del mundo con su despedida alcohólica y atado al ordenador como tantos de nosotros, que se acerca ilusoria y meditativamente a la ventana para acabar precipitándose de nuevo al ordenador con cualquier pretexto. Y esa osadía suya, aun viviendo en medio de lo literario, de construirse un yo narrativo tan autoirónico y tan desprovisto de la tonta arrogancia antichejoviana de nuestros escritores. Les contaré cuando lo acabe, sólo hablo aquí desde mi pura subjetividad de lectora y de crítica intrusa (otros más preclaros han dicho ya sin duda las cosas importantes), y yo soy libre en este espacio, nadie está obligado a leerme ni a hacerme caso; de momento sólo he leído ciento y pico páginas.
Al mismo tiempo leo esas cartas de Giono, J'ai ce que j'ai donné (preciosa edición de bolsillo con fotos) que me entusiasman también -su humor, su generosidad, su pasión por la escritura y el paisaje, los árboles, el afecto que irradia y cómo protege a sus padres de la verdad de la guerra, describiendo ese "petit fort enfouit dans les bois... donde pasa el tiempo à lire, à fumer et manger merveilleusement"... y se ve con disposición para la vida monacal... y esa manera reflexiva de fumar, como en los libros de Soseki, "grâce à la philosophie et à la pipe on arrive à surmonter tout célà". Aunque luego se quedan sin tabaco y empieza a pensar en fumar feuilles de chêne, hojas de castaño- y añoro su Manosque, recibir esa carta que le manda a una amiga en mala racha para invitarla a una casa independiente en su Paraïs ("l'important c'est que vous ayez tout de suite un peu de répit dans votre série de malchance... : à cinquante mètres de chez moi, plein soleil, trois pièces. Voilà ce que je vous offre: trois mois de vacances... à vous soucier de rien, sinon de vivre, de faire de la santé et de reprendre pied... vos amis Capoulad et Delfaud habitent à cent mètres..." Su vivencia de la I Guerra le hará pacifista en la II y le acusarán de desertor y será encarcelado, y dice, como la Ginzburg: "On ne nous consolera jamais de la guerre..." Sólo que a él, eso le lleva a aferrarse al paisaje (algo que yo puedo entender bien), en otra clase de guerra interna: "C'est pour ça que je me suis jeté sauvagement du côté de l'arbre, de la bête et de la neige", y me gusta cómo les habla a sus hijas de lo que escribe y cómo les lee), y encaja muy bien con las películas de Jasujiro Ozu que sigo viendo y su paisaje y su búsqueda de la belleza incluso en lo más pequeño. Otoño tardío, otra vez esas para mí misteriosas hijas felices de vivir con sus madres o padres, que no quieren dejarlos para casarse, esa para mí exótica sensación de pasarlo bien con ellos y no querer otra vida (y sin embargo, ¡ahí se entiende perfectamente por sus sonrisas y sus gestos!). O esos viudos (para mí fáciles de comprender) que prefieren vivir solos con sus recuerdos que volver a casarse. Y cómo llevan todos los kimonos y los calcetines y cómo se sientan y levantan en esas casas maravillosas y tan parcas, y comen siempre platillos deliciosos y toman mucho té y van a esos balnearios donde les dan unos magníficos kimonos idénticos a todos, y contemplan árboles, flores y pájaros. La de ayer era un melodrama y todo salía mal, Crepúsculo en Tokio, con la madre que abandonó a sus hijas, nunca fue perdonada y nada pudo enderezarse, a pesar de ese personaje del padre, tan bien interpretado por un actor también favorito de Ozu. Otra vez salía una actriz que se parece muchísimo a una amiga que tuve y estuve bromeando con L. de lo bien que se manejaba con el kimono y cómo se transformaba en personaje bondadoso, con lo celosa y negativa que era en la vida real.
Yo sigo bebiendo mucho té Lung Ching, Bai Mudan y Sannen Bancha durante las tardes, mientras traduzco. He encargado al librero de la calle Berlinès esa correspondencia de Gil de Biedma, a pesar de... Doy paseos cuando puedo, disfruto del silencio de la ciudad desierta. Hablo con unos pocos amigos refugiados. Pero ¿de quién o de qué libro es la culpa de mis planes de fuga en mayo, de mi aceptación al fin de la invitación perenne de mi amiga americana? ¿Son las piezas neoyorquinas de Maeve Brennan, que traduzco en avanzadilla, a toda velocidad pero maravillada ante desafíos imposibles de su poética urbana en la ciudad de las ciudades, para Alfabia y para el comité irlandés? ¿Es Dublinesca con esos personajes locos por la ciudad? (Después de todo, también sueño con Dublín). ¿Es el viajero inmóvil de Manosque? ¿El viaje de JC? ¿Es esta luz de primavera? Juré que no iría mientras gobernara Bush. Por desgracia no han quitado esos controles humillantes que tendré que pasar, sino que los han extendido a todo el planeta. Pero de pronto, parece... en fin, estoy buscando un billete y mis amigos americanos ya hacen planes de llevarme a Montauk. Tal vez también es mi contención aquí, en la ciudad silenciosa y solitaria, mientras todos se van al mismo tiempo... Y llevo mucho tiempo aquí atada.
Mientras desayunaba he visto en Arte tv unos cuervos choucas, inteligentísimos aunque menguados por la persecución humana, diseñando sus propias herramientas, como sólo se sabía de los primates, e instalados en la nieve y en las ciudades, arraigados en Edimburgo. Ya sólo me queda la tv digital, no hice nada por tener la terrestre y eso agrava tal vez mi falta de toma de tierra, tal vez me desprenda y emprenda un vuelo errático por esos cielos magníficos de estos días, la única belleza que queda en este pobre barrio, masacrado gracias a nuestros políticos municipales, que lo entregaron al cemento. Hace dos días subí de noche a la plaça Narcisa Freixas a ver a los pobres almeces rescatados de la destrucción de la plaça Joaquim Folguera. Son sólo seis o siete de los veintinueve que han sacrificado en una caza absurda, peor que la lagartija de Gilda, sólo para preservar un párking. El ídolo al que adora este ayuntamiento, los párkings y el cemento.
Para contrarrestar, vean Philosophies hablando del tiempo con otro filósofo bergsoniano, Elie During.
19 comentarios:
Es muy buen libro el de Vila-Matas , por cierto he visto EL RÍO de Renoir , recuerdo que me la recomendaste cuando puse una entrada de este director en mi blog, es todo un poema la película en el mismo dvd esta LA CHIENNE.
Sí, sí, muy buen Vila-Matas. Y qué maravilla El río (y cuántos recuerdos) y La chienne juntos, ¿lo compraste? Qué tentación ir a buscar ese dvd...
No, Biblioteca , aunque supongo que lo tienes en el FNAC , es de su colección FILMOTECA FNAC
Yo lo buscaré en ese videoclub que frecuentaba Gimferrer y donde yo alquilo las películas japonesas etc
Te felicito, como siempre.
Además me he llevado una sorpresa. No esperaba ver ese primer plano cuando haces click en 'chouka', ese rostro tan de cerca y tan apuesto.
¿de dónde conseguís esas películas tan no-tan-conocidas? (ojalá me digáis que de un video club, así será fácil para mí, ¿es así?)
Estoy pendiente de hacer la mermelada. De momento tras esa entrada ya no como fresas, por aquí ¡son todas de Huelva¡. En el mercado le decía a mi marido: mira de Huelva, mira esas también ....
Al leer los comentarios he visto que habláis de videoclub, ¿cualquiera? o ¿especializados?
Gracias, Icíar! Espero que pronto encuentres fresas bio, seguro que tendrás alguna tienda de esas por ahí, y si no, ya sabes, apúntate a esos que te las traen a casa y que no usan pesticidas!
Yo sí, suelo frecuentar ese videoclub que tiene mucho más que los demás, y cuando no encuentro lo que busco a veces me las compro por Internet...
Me alegro de que te gustara el pájaro. No era de Friks, pero...
Iciar
En bcn tienes varios video clubs para conseguir peliculas no de estreno , te pongo tres :
Ensanche
http://barcelona.salir.com/video_instan
Arco del triunfo
http://ciclic.wordpress.com/videoclub/
Gracia
http://www.deuvedes.com/index.asp?entrando=si
Luego tienes las bibliotecas de la diputacion que hay bastante cosa y es gratis :
http://sinera.diba.cat/
Gracias, Francis, creo que Icíar no vive en BCN, pero seguro que otros visitantes agradecerán la información...
Gracias Francis. Lo malo es que no soy de BCN. Pero, me has dado una idea con lo de la diputación (aquí también tenemos una, esperemos que su biblioteca funcione culturalemente igual de bien. :P)
Las largatijas son casi mis animales preferidos. Alguna vez han entrado en casa y los días que las veía agarradas a la pared eran de alguna manera mejores. Tal vez por esa cosa animal prehistórica de la que hablas. En cualquier caso, y a pesar de la pena, Gilda actúa según su naturaleza de gata, así que ¿quién podría culparla?
Se me escapó esa película, Spider, que me ha intrigado muchísimo. La buscaré.
Para Iciar, tal como dice Francis Black, en las bibliotecas ya se encuentran muchas cosas. Yo encontré todo Tarkovsky, por ejemplo...
Me he reído con lo del ordenador. Acabo de llegar impelida por una fuerza de tracción que me ha arrancado de mil otras tareas que estaba haciendo y que ¡he de hacer!
Te haré caso con la recomendación Vila Matas.
Vuelvo a mis tareas.
Bueno, Bel M, ya sabes que mi madre hablaba con las lagartijas 8al menos en mi cuento de Crucigrama) y le hizo mucha ilusión, ahora que ya no tiene esa casa donde medraban, el retrato que el dr. Frikosal le regaló de una de ellas.
Spider es de Cronemberg que, como dijo Vila-Matas, habla siempre de la presencia del pasado en el presente. Yo la vi gracias a su magnífico artículo y entendí mejor por qué siempre solía interesarme Cronenberg. El trabajo de Fiennes es excelente. Habla de la psicosis...
Ah, un comentario pregunta de Icíar se había quedado atorado en el escritorio... Francis lo leyó, pero yo no...!
Me río. Tenemos que fundar una cofradía internacional, secreta y omnipotente para adorar y sobretodo defender a las lagartijas, pero las defenderemos de sus principales enemigos que deben ser los constructores y los concejales de urbanismo. La pobre Gilda tiene que vivir con sus contradicciones de ser una cazadora urbana, como a tantos otros nos pasa.
Un afectuoso saludo de su hermano en la lagartija.
PS. Una idea puede ser poner algún escondite en la terraza, un ladrillo de esos que tienen agujeros, abandonado en un rincón soleado, es perfecto para las lagartijas.
Bien! Buscaré ladrillos de esos... A la otra terraza no la dejo salir, pero por desgracia, antes siempre, sobre todo al atardecer o cuando regaba, siempre veía lagartijas allí y dragones, ahora casi nunca y el día que veo una me parece un día especial...
Y es que los señores del cemento lo pueden todo
He colgado una entrevista a Masoliver que quizá te interesa.
Gracias, Francis, iré a ver
yo me iría una semana a Barcelona contigo para hablar de todas esas lecturas, de toda esa vida interior que comparto y admiro en ti
estoy leyendo Dublinesca, con verdadera emoción
Gracias, Álvaro! Yo también leo Dublinesca con emoción; me hace pensar en el momento en que Jean Rhys encuentra la manera de contar su infancia sin autocompasión en Ancho mar de los Sargazos, o el momento en que Melville transforma la novela ya acabada, Moby Dick, porque ha encontrado la manera de meter ahí todo lo que ha sufrido y descubierto en sus últimos años, de metaforizar América, las relaciones de poder, el racismo, la esclavitud. Esos momentos en que un escritor encuentra una manera de vehicularlo todo, lo explicaré mejor al dorso!
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