Foto: I.N., Ortigia, Siracusa, verano 2009
Pero no soy la única y por alguna razón mis amigos me perdonan o incluso vienen a animarme. No es sólo mi barca encallada en las flores de loto, la bandada de pájaros iracundos que se despierta con el forcejeo de mi remo. También las voces negras de las tres cabezas del pozo. Y al teléfono, la batalla de M con el lenguaje (le pide a su cuidadora que quite "esa otra llamada de nada" refiriéndose a la tv), y su humor alegre pese a todo, diciendo entre risas que su cabeza no está mal, es sólo que "marca mal las palabras" y le salen cambiadas. Me pregunta por "tu amigo, el que vino" (le pregunto si no recuerda quién era y dice que sí lo sabe, pero que al decirlo "se tuerce") y añade que es "muy salado". Y vuelve a elogiar a V con un expresivo "todo bien". No es sólo la deriva de M., ni mis dudas, también es la incertidumbre económica de la rentrée. El aterrizaje en lo real que implica este retorno. La ciudad desventrada y la amenaza de la Gran Tala que organiza el ayuntamiento. La lumbalgia que no se acaba de ir. La nostalgia de la playa solitaria (y del oleaje que se ve en las fotos sureñas de G., braceando entre la espuma). La informática que se me rebela. Un tonto de Facebook que ha venido a halagarme con estereotipos banales y ha acabado insultándome al no prestarme a su juego (hay gente que extrae algo energético de las peleas; a mí me sumen en humores melancólicos. Eso sí, que nadie crea que mandando mensajes agresivos va a conseguir nada, ni siquiera espacio aquí. ¡Para eso están los filtros!). Es esta ciudad que se despierta malhumorada del sopor de la canícula.
Pero un amigo ha recibido una nota mía con una plaquette y me ha llamado tan contento con mi letra que casi quería colgar la nota escrita a pluma en la pared. Y me ha escrito una mujer ingeniosa de FB para decirme que algunos leen mi blog en Costa Rica y les encanta. Y también he estado departiendo virtualmente con la Otra Bel, la de las amapolas en octubre, revisando la combinación de afinidades y diferencias siempre enigmáticas.
Y G., que estaba algo huraño tal vez también por lo que se avecina, se ha puesto a seleccionar algunas canciones favoritas para hacerle a mi amiga americana un par de cds de música del sur y de por estos lares, con piezas flamencosas, y con esa música me he estado reponiendo y consolando (aunque ya no tengo software que me permita copiar discos y con el vista todo es mucho más difícil).
Leo a veces una alegremente melancólica página del libro de Cees Noteboom de las Tumbas de poetas y pensadores (me ha gustado mucho la tumba solitaria de Spinoza; justo después de la de Susan Sontag, que le pareció brillante -habla de sus dardos contra la teorización crítica del arte, que lo mata, y su idea de abandonar la hermenéutica para crear una erótica del arte- y personalmente inaccesible y concluye que la tumba es como ella). A mí me gustan los cementerios y la idea de que la muerte está trenzada con la vida, y sus ritos tienen su lugar en mi paisaje, no soy alérgica a ellos, como tampoco me asusta la tristeza y procuro encontrarle su sitio y en mí convive con ánimos humorísticos y celebrativos, aunque algunos no puedan entenderlo.
Pero les dejo, mañana empieza Pâle septembre (esa canción me recuerda a un amigo francés que me la grabó, desapareció y se convirtió en un personaje de cuento), y yo estoy leyendo un excelente novelón vienés de los cincuenta, de más de 1600 páginas, para escribir una reseña. Así que vuelvo al sofá... Y mis cuentos cada vez más cerca de salir.
11 comentarios:
te dejé un comentario...no se si se borró o no lo he subido bien...
La letra si que es preciosa, de escritora, y en ese papel tan bonito.. Tengo cierta debilidad por los trazos hechos a mano, pero yo soy incapaz ni siquiera de firmar por que continuamente me estoy analizando para ver si lo hago bien y así no hay forma.
Es cierto, enigmático, en cierto modo delicioso, y raro.
Habrá que revisar aquel concepto freudiano, "la otra".
Muchas felicidades por el nuevo libro. Estaremos atentas.
Se me ha olvidado la (I.M.). Eso que venía a practicar...
Pues, de momento, me gusta.
Gracias! Siempre hace ilusión que alguien aprecie esas cosas. Para mí es importante el trazo, de hecho una parte pequeña de lo que escribo se produce a mano y creo que hay una relación misteriosa y potente entre la mano y la mente que fija en la memoria lo que escribo en cuadernillos, de forma que aunque no los mire, luego me sale lo mismo en el ordenador, frases e ideas idénticas! y si no las escribo a mano las olvido, es muy extraño
Dante: ¿Y adónde irán esos comentarios, a qué lugar del ciberespacio?
Bel (I.M.): gracias por tu comentario, ¡el nuevo libro, qué impaciencia para mí! Creía que el blog aliviaba a los impacientes, pero en otro sentido creo que los exacerba...
"en otro sentido creo que los exacerba"
Nos vuelve adictos, creo yo
Así es, Friks...
A mi las peleas me dejan siempre un regusto amargo aunque las gane. incluso ciertas discusiones según haya sido el tono. Escribir a mano, lo que hago con muchísima frecuencia, me produce el placer de lo sencillo de lo artesanal. No se si será por ese motivo que colecciono lápices de madera, con mina negra únicamente.
Eso me pasa a mí también, Fernando. Bienvenido de vuelta
Publicar un comentario