Foto: Manel Sòria, Presentación de La plaza del azufaifo, 2008
He tenido que madrugar y olvidar mis ejercicios para visitar un lugar misterioso del que por desgracia no puedo hablar aquí. El decorado era increíble, una especie de catacumba profana, un lugar novelesco y extraño donde quien me acompañaba fue prisionero durante una hora, por la negligencia de quien vigilaba. Al alejarme he pasado junto a dos magnolios inmensos, un ciprés, un ficus... extraña isla en el desierto de cemento de esta ciudad. Por cierto, siento muchísimo que Bohigas defienda Lesseps. Me extraña que no se dé cuenta de que la pérdida de la frondosidad, la quietud, la tierra, los pájaros y la sustitución por más cemento y esa horrible escultura de hierro, de falsa vanguardia como dijo Victoria Combalía, es de juzgado de guardia y una ofensa para los que tenemos que atravesarla. En cuanto a los vecinos que se dejaron engañar por los forajidos que la hicieron... sólo se me ocurre citar a Moisès Broggi: "Sin educación, la democracia no funciona." Ya sé que Bohigas encargó esa otra plaza de pesadilla al mismo arquitecto hace años, y creí que habría cambiado de opinión con el tiempo. Pero no. Por cierto que Combalía habló de otra posición polémica de Bohigas con la destrucción del Museu Tèxtil i de la Indumentària: la extraña política barcelonesa de destruir todos los museos pequeños e históricos, llenos de encanto, para albergarlos en macromuseos mal hechos; estoy de acuerdo con ella.
Pero otra vez mezclo temas de mi otro blog en éste. Y es que a veces, mi cabeza no separa como debería, a pesar de mi estrategia de los compartimentos y del sueño del costurero chino... Y hablando de sueños, anteanoche soñé que alguien que conozco y al que vi hace poco intentaba explicarse, pedirme, pero sólo movía los labios y yo no podía oírle. Yo le miraba muy de cerca: era un momento de emoción contenida y de estupefacción. Luego, yo se lo contaba a V. y ella me preguntaba: "¿Pero cómo los movía?" y yo entonces, en uno de esos extraños gestos de los sueños, movía los labios como lo hacía él, o a veces se le veía en un rebobinado, rehaciendo sus gestos, y V. explicaba el significado, explicaba que no podía, me pedía que le dejara acercarse... Sus frases daban lugar a otras preguntas. Cuando le preguntaba de nuevo a V., ella se encogía de hombros sonriendo y me enseñaba una habitación preciosa, dedicada a una promesa suya. Yo le preguntaba por el objeto de aquel deseo y ella me lo mostraba entonces, creciendo, en otra de esas transfiguraciones de los sueños. V, estaba muy guapa, como lo estaba el sábado cuando la vi en la manifestación.
Después he vuelto a la vida corriente, con sus cops amagats, sus largas series de imprevistos y todos los obstáculos que retrasan mi preparación de la cuarta conferencia del ciclo. Por cierto que algunos me dicen que se han apuntado, esperemos que haya quórum... ¡Y espero no decepcionarles!
Ayer estuve en una reunión de la memoria histórica y el psicoanálisis. Se acercan unas jornadas sobre el exilio que reharán ese recorrido de entonces, con la emoción de los supervivientes que lo revisiten en un homenaje. Mi participación consiste en presentar una mesa de alcaldes de todas esas localidades donde ocurrieron hechos importantes, enterrados en el olvido forzoso de la dictadura, durante tanto tiempo. Y para mí se añade algo simbólico más: es en La Jonquera, donde mi padre trabajó un tiempo, mis primeros cinco años, en mi cautiverio de Figueres, de donde sólo su retorno a casa me liberaba, al menos en parte, de los golpes y del cuarto de la caldera. Será como visitar su territorio mucho tiempo después, cuando ya no puedo decírselo. Y ése es el extraño azar de las cosas, que actúa de nuevo añadiendo elementos simbólicos internos a los colectivos, que para mí también resuenan y significan.
También hablamos de Palestina e Israel. Yo sólo me asombro de que tanta gente crea que uno tiene que posicionarse con Hamás o con el gobierno de Israel. Sigo preguntándome cuánto tardarán en darse cuenta palestinos e israelíes de que han elegido el gobierno equivocado; y no es arrogancia, no es que yo sepa nada, es sólo que desde lejos, a veces, se ve con claridad que todo está equivocado. La desigualdad es monstruosa y la vida en Palestina casi imposible, asfixiada, estrangulada ya con el muro y antes de esta guerra, pero con Hamás no parece fácil que ninguna negociación prospere. A mí me asombra que el mundo no presione más a Israel, que no les fuerce a ese alto el fuego y a abandonar esa ocupación. Porque las consecuencias, además de toda esa sangre derramada, que no tiene vuelta atrás, nos afectan a todos. Y encima, esa gente que confunde todo o que aprovecha para expresar su antisemitismo: en Barcelona han atentado contra la sinagoga. Todo equivocado e injusto (Y una vez más, mi blog Polis se me ha colado en Crucigrama).
He escrito un artículo para la revista Metrópolis sobre el azufaifo, la ciudad, los árboles, el ayuntamiento. Es martes. En dos días mi libro balcánico empezará a llegar a las librerías. Hoy llamó la primera radio.
Dos cosas más. Ayer E. decidió darle otra vida a un sombrero suyo regalándomelo. Yo subí la cuesta de Muntaner sintiéndome como si j'avais mille ans, en una de esas oleadas hormonales que parecen ensombrecerlo todo estúpidamente, y preguntándome por qué me miraban entonces. Esta mañana E. ha llamado con gran griterío de fondo para contarme un sueño. "Oigo el ruido de bar español", le he dicho. Y ella se ha reído. Ayer intentamos tomar algo y conversar en dos bares, en vano. El ruido era siempre ensordecedor. Al fin le leí mi cuento homenaje a Dorothy Parker en el saloncito de su casa familiar, rodeadas como siempre de sus pinturas y su talento envolvente. Y la segunda. Me gusta esa foto de Manel Sòria. Las cámaras analógicas tenían esa simpatía hospitalaria y nos acogían con justicia, no como el horror digital. O tal vez es que mi tercer plano siempre es mejor que el primero y el segundo. En cualquier caso, es una bonita foto. Y tres: mi amiga de NY me ha puesto un poema dedicado en su blog.
¡Por cierto, no se olviden de los árboles! Pueden firmar aquí. Y recuerden que no hay que hacer caso de esa petición financiera de la web... ¡nada que ver con nuestro manifiesto!
MI ARTÍCULO DE LA VANGUARDIA CULTURAS AQUÍ
15 comentarios:
YO tampoco entiendo a la gente que no entiende que lso que nos manifestamos el sabado no estabamos de ninguno de los dos bandos simplemente estamos en contra de la guerra, de tanta ocupación, de tanta masacre de niños y de todo lo que eso conlleva...
El lamentable atentado a la sinagoga es otra de las cosas se no logro entender y no entendere...dicen que la violencia engendra violencia pero hay mcuhos que no lo saben parece...
La foto es preciosa como todas las de Manel!!!!
Besitos y fuerza para el lanzamiento que cada vez queda menos!!!!!!!!
Gracias, Gisela! Así son las cosas en este mundo, que parece girar al revés...
Hola Isabel ¿se distribuirá el libro en Madrid? Siempre se puede encargar por Internet, pero nunca será lo mismo que el amoroso paseo hasta la librería preferida...mucha suerte con el libro, o sea, que corra de mano en mano.
Oye, claro que se distribuye en Madrid, sólo faltaría! Madrid sobre todo, si fuese Villaconejos, a lo mejor no llegaba, pero Madrid sí... Lo que no sé es qué día llega a las librerías, si es el jueves, el viernes o el lunes, pero pídelo, Si un árbol cae, Alba editorial. ¿Es que no has visto los libros de Alba en Madrid? Mis amigos madrileños los compran!
Me alegro y sonrío al ver la foto, se activa mi ironía que me hace pensar que con esta explosión de fotografía digital cualquiera puede coger una vieja -y barata- cámara de película y sorprendernos.
Tal vez tendría que haber tomado más fotos pero me apetecía más disfrutar un poco del momento. Si quieres algún retrato analógico-hospitalario se puede probar.
Salen a veces pequeñas frases de momentos vividos en tu infancia que me dejan aterrorizado. Ayer en el tren vi una película americana -malísima- pero que hubiera podido ser muy interesante. Era sobre un niño torpe, gravemente maltratado por el profesor de deportes que regresa de adulto a su pueblo después de haberse hecho famoso explicando como superar el pasado en un libro de autoayuda de gran éxito. Al llegar se encuentra con que su ex profesor está a punto de casarse con su madre y eso reabre toda su infancia, que pese al libro de autoengaño no había superado. Al final el guionista se ve obligado a rehabilitar al maltratador fascistoide, que en realidad entrena a los niños para ser soldados.. No se si estas cosas se superan nunca.
Nos dejas intrigados con ese lugar misterioso que has visitado !
Sí, es verdad lo que dices de las cámaras digitales y las de siempre... A mí me da terror que me fotografíen, y con los años va in crescendo. Sólo las Polaroids nunca me asustaron tanto... eran como cuadros y aquel desdibujamiento me favorecía. Yo prefiero mis fotos borrosas o muy de lejos.
Hoy ha salido en La Vanguardia Culturas mi artículo de Agota Kristof y me ha hecho pensar en lo que decías de las convenciones sobre la mentira, el disimulo feliz y todo eso. Ella es el extremo opuesto. También su infancia: a su lado la mía es un picnic. Y pese a todo yo la viví como un infierno, aunque eso sí, rodeada de belleza en el paisaje, con los pájaros a mi favor, mensajes del universo, pensaba yo, diciéndome que estaba de mi parte.
Sin educación la democracia no funciona, eso es bastante cierto, o funciona a medias, con tropiezos.
Y eso es algo que me pasa con el Guggenheim de bilbao, que a pesar de ser un museo escultura, se podía haber hecho de otra forma, más acorde con el esprítu de los artistas que han pasado por él, y en general, desde los de principios de la historia. y esos pequeños museos tan necesarios para la memoria...incluso del no iniciado. Bella foto, y esperanzadora...
iluminaciones.
El director del Reina Sofía, antes director del MACBA y antes de la Fundació Tàpies siempre ponía el Giggenheim como ejemplo del modelo que NO quería seguir, el de museo sucursal, decidido desde otro lugar, que no arraiga en su ciudad ni establece un diálogo con los movimientos sociales o las corrientes y alternativas de esa ciudad, que es "educativo" desde el punto de vista decimonónico-paternalista, etc
Pero sí, esos pequeños museos que aquí han ido destruyendo y en otras ciudades del mundo son rincones de belleza y sentido histórico, como el de Kathe Kollwitz en Berlín, las casas museo de escritores en San Petersburgo, aquellos cloisters en Nueva York, etc...
Me gusta que esa foto de Manel te parezca esperanzadora: ¡a mí también! Pero no pensé que...
No he pasado todavía por Lesseps, ni tengo intención de hacerlo hasta que me vea en la necesidad. También he perdido ya todo interés por curiosear las nuevas instituciones e iniciativas de los responsables culturales del ayuntamiento barcelonés. El artículo de V. Combalía describe perfectamente las causas de ello.
Ya tengo bastante con simplemente sufrir en mi misma calle la distribución del mobiliario urbano y me pasa lo mismo que a ella pues cuando salgo de casa me viene en mente sobre todo Groucho Marx. ¿Esto es la famosa capital del diseño?, .... de risa.
En cambio sé que regresaré por enésima vez, sino este año, otro, al pequeño museo de la Fasanenstrasse dedicado a Kollwitz. Habré estado en él ya no sé las veces pero me da igual, siempre es como la primera.
Sí, es cierto, la vanguardia o el avance de las propuestas, ya sabemos que se dan en casa, no en grandes museos, donde sólo se exponen los resultados de éstas, o absorben el torrente creador, mucho más tarde, y por azar, o por ojos atentos. El museo contemporáneo debería ser otra cosa, y asumir otros riesgos más constructivos y filantrópicos. En los pequeños, suelen sufrir una especie de abandono cuando menos, o son transformados en tiendas museo, aquí pondría el ejemplo de la casa museo de Sorolla, bien conservada y con jardín.
iluminaciones.
De acuerdo con los dos. Entiendo la irritación desesperada al ver lo que pasa a tu alrededor en esta ciudad y a mí también me encanta ese museo berlinés, Eph, junto a la bonita Literaturhaus donde entrevisté a Slavenka Drakulic para el libro que HOY ha llegado a las primeras librerías. Y sí, Iluminaciones, un museo no debería un cascarón fatuo, y esa arrogancia (como en arquitectura) de despreciar y destruir lo que ya existe y tiene autenticidad o de convertirlo en prolongación del comercio, para construir megacascarones e iconos...
...mmm, ya tengo el libro, calentito como un croissant.
Veo que empiezas citando a Shakespeare y a Joseph Roth. Siempre que leo al austríaco disfruto como nunca, ha sido casualidad que mientras esperaba que sacaran del horno tu libro, los que habían preparado por la mañana se habían ya acabado, yo he pillado de la estantería más cercana uno de él.
Nada más en mis manos he visto la cita de Roth: "Sólo puedo narrar cuanto ocurría en mi interior y cómo lo vivía", mientras sujetaba con el sobaco "Viaje a Rusia". He sentido la coincidencia en todo mi cuerpo.
Buen momento de sincronía, como dicen los esotéricos! Sí, a mí me encantó el Viaje a Rusia y Las ciudades blancas, y pensé que ése era mi espíritu andando por la orografía balcánica, sin saber nada (verás pronto brillando la cita de Lévinas en el primer capítulo)y contando lo que escuchaba y lo que pasaba por mi cabeza. Nunca he pretendido ser lo que no soy, ni saber lo que no sabía! Y las citas me arropan, ayudan a dibujar parámetros, a dar claves, son los links de los libros...
Ah y qué ilusión que lo tengas ya, Eph
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