Foto: Jose Aguirre, G. en Lisboa, 2008
De madrugada, mientras recogía los restos de una cena improvisada, y los rituales de orden tardío se mezclaban en mi cabeza con retazos de conversación y sensaciones físicas y todo lo que los dioses griegos me dedicaron como compensación a mi osadía, volvió a visitarme la idea de un cuento que parodiaría un título de mi querida Dorothy P., y que en realidad respondería a lo que el escorpiniano A. siempre me insiste en que escriba. Hace días, tal vez una semana, se me ocurrió al despertar, pero no lo anoté y se desvaneció, y creí que para siempre. Ahora ha vuelto, y aunque no tengo tiempo, porque la corrección balcánica sigue ocupándome (integrando o respondiendo a las sugerencias de un editor minucioso y con sentido común), ya empieza a ocupar un lugar posible. Veremos si me sale, si tiene sentido, si... Ayer hablaba con alguien que durante años había convertido su vida en una aventura en busca de material para escribir (entre Corea, Dubai y una colina de Alexandria VA desde donde se veían nítidamente los atentados del 11/S, o las predicciones de una joven gitana y los poderes de un maleficio rebotado, y diría que, cuando esa búsqueda tuvo que cesar por otros amarres, la sustituyó por emisoras de radio que hablan de supernovas, neutrones y agujeros negros gigantes que podrían devorar la Tierra), una idea que me atrajo porque yo siempre he pensado que mi material está siempre rodeándome, me persigue con insistencia, interpelándome con descaro, y yo me he pasado la vida esquivándolo o guardándolo o defendiéndome de él, abrumada por su peso y multiplicidad. Y luego buscándolo inútilmente en mi cabeza, desconcertada y cegada en mis bloqueos. Pero claro, mis aventuras son de otra clase porque yo sólo escribo dándole la vuelta al calcetín, como hizo Alexandre Cirici con las casas de l'Eixample en el libro La Barcelona Tendra (dibujadas por Aurora Altissent), y mis búsquedas (en vez de espejo, a veces creo que arrastro gigantescos interrogantes en el camino, con telarañas de sensores internos) están siempre en lo asombroso de las relaciones, lo invisible y su asociación con lo visible, los signos y la parte ignorada, el saber no sabido, el inconsciente.
El brazo aún me duele, sobre todo a ratos, y a pesar de las revoluciones físicas habidas y por haber. Un blogger me ha entrevistado para su blog: pondré el link cuando salga. Y entre tanto, G. cumplió 20 años y le comunicaron el mismo día que podría pasar el curso. Cuando le mandé un sms para felicitarle por su nuevo año, me contestó que yo podía estar contenta, porque lo había hecho muy bien en estos 20 años. G. es así y esas frases suyas, dichas siempre sin énfasis, en la puerta de casa o en un mensaje casual, me alegran una temporada. Al día siguiente lo celebramos con algunos manjares favoritos y la única tarta que le gusta, la sacher vienesa (pero sólo la que hacen en una pastelería clásica y cercana). Luego se fue con J. a Lisboa y desde allí me manda las primeras fotos, contemplando la ciudad, con sus rastas. El otro día me preguntó si me gustaban esas rastas y cuando le dije que no, se burló de mí diciendo: "Pues a ti te quedarían bien con tu color de pelo. Un día te haré unas cuando estés durmiendo"... (lo cual es afortunadamente imposible, porque yo me despierto con el vuelo de una mosca y él no sabe hacer rastas. Así que no tendré que repetir la frase de aquella indigente del cuento reflejada en el charco que le gustaba a V.).
En cuanto acabe la corrección, sumergida en mis lecturas de La Vanguardia, que siguen creciendo, retomaré mi papel de activista y dríade arbórea, contra los planes terribles de los políticos de Hereuville. Hoy he amanecido agotada y para rematar, he tenido que ir a ver a un banquero. El cansancio me sume en un estado peligrosamente vulnerable a lo emocional. Que nadie se fíe de mis declaraciones de hoy en ese terreno. ¿Lloverá?
Vayan a Polis!!!
15 comentarios:
¡Mis más sinceras felicitaciones a G!
El (¿o es la ?) sacher para mi es como la cocaína para otros.
Esta historia de un cuento que se desvanece después de haber sido alumbrado me gusta, yo siempre pensé que en estos instantes se une lo racional y lo irracional, y por eso siempre que puedo hago la siesta.
Tengo que hablar un día de los agujeros negros y de uno que yo fotografié el otro día. Aunque no se ve, claro está, pero según los mapas allí debe estar con todo su misterio.
Yo también he empezado el día visitando un banquero pero enmi caso ha sido una banquera dulce y amable.
¿Sabes que no tardaron ni 48 horas en borrar la pintada "Hereu mamón" que fotografié? ¡Qué eficencia!
Jo vull que plogui.
Qué buena definición de esos espacios de duermevela, Friks! Claro, se unen lo racional y lo irracional. Gracias por la explicación tan precisa. Y por favor, habla de los agujeros negros, siempre me gustaron...
Feliz cumple para el señor de la casa!!!!tarde pero seguro...le dicen el "sin paladar" a G?? la sacher es la más rica de las tortas que he comido acá, aunque para mi las tartas sin dulce de leche...pero esta es riquisima!!!
Ayer me dieron un articulo que salio en la Vanguardia del sábado sobre la plaza Castilla, lo has leido?? es la palza de la que hable en el comentario, que nunca publicaron, del articulo que tu escribiste en la Vanguardia... Me acordé mucho de ti y de tu lucha contra Hereuville...
espero que tu brazo mejore del todo y puedas escribir esos cuentos que tanto te inspiran...
Besototes sandores!!!!
Ah, la verdad duele, Nmp! Suerte con tu banquera: en las pelis francesas hasta los banqueros son atractivos... aquí yo habría preferido no ver el temblor de su barriga mientras hablaba... Pensaba en que esa forma de barriga no podía ser de comer jamón del bueno ni nuestra Sacher (Friks, tienes que probarla, a ver qué te parece)sino patatas fritas de bolsa y cosas así, que yo desdeño...
Por qué el sin paladar, Gise?
Transmitiré vuestras felicitaciones a G., que está en Lisboa...
Ah, Friks, hay tantos cuentos que se desvanecen... Algunos no vuelven nunca, sobre todo antes. Últimamente parece que vuelven... Por si acaso tengo un cuadernillo en mi mesilla de noche, donde he llegado a escribir a oscuras en noches compartidas, y a la mañana siguiente se habían solapado las líneas... llevo siempre cuadernillos... partout
Es uan forma de decir, como que tiene un paladar excelente y elige lso mejores sabores...
Ah, gracias por la aclaración. Sí que lo tiene, pero es curiosamente frugal, como Epicuro...
Que es frugal se nota en su esbelta figura...
Besitos!!!
Me alegro mucho por ese pase (casi torero) de curso de G! son buenas noticias!
tu visita al banquero me ha hecho pensar en el notario de Nmpl! pero veo que ya ha abandonado sus obsesiones notariales y también acude a los bancos
Lisboa ha de estar preciosa, y qué bien esas historias que van y vienen desde los rincones olvidados y menos conocidos,
hay que seguir dejándolos hablar!
Sí, seguiremos dejándoles hablar, pero habrá que tener el arrojo (también torero) de rescatar los gérmenes de historias del cuadernillo y llevarlos a la forja o a la fragua de Vulcano (siempre me gustó ese cuadro, su atmósfera).
Yo creo que sí, que lloverá. Huele a lluvia, y lo dicen los metereólogos lampiños (no sé por qué) de TV3.
JC
Enhorabuena por el trabajo hecho. Ahora sólo falta que pase a ser "nuestro" ...., ¿a partir de Enero?. Tengo mucha curiosidad por leerlo.
Curiosidad también por saber cual es la "pastelería cercana" donde conseguistes la Sacher Torte que le gusta a G, dicho sea de paso: felicidades a los dos.
Antes del verano cerró la pastelería Verdaguer de la calle Lauria y me he quedado un poco "colgado", ¡con lo que me gusta estar al día a mi en estos temas!.
Placer leerte.
Sí, Eph, enero 2009 es la fecha del libro balcánico. Ya pronto...
Y en cuanto a la pastelería, es Sacha, junto a la plaça Adrià... todo caro, pero la Sacher torte... it's worth it!
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