Anselm Kiefer: Ohne Titel (Heroische Sinnbilder; Sin título, símbolos heroicos, ca. 1969)
A veces leo a Li Bai como el mayordomo de Willkie Collins, Betteredge, leía Robinson Crusoe, tal vez no tanto para resolver una cuestión concreta como para cambiar de ánimo vital, d'état d'âme. La otra noche tuve una mezcla de agotamiento y acceso melancólico y abrí el libro A punto de partir al azar. Decía: "¡Crisantemos! ¿A qué tanta tristeza?" Ese simple verso fue suficiente.
Ayer me llegó un libro de la Librería Leibniz de Cacadelos, León (vía iberlibro, claro está, ¿pero cómo resistir a un librero tan bien nombrado?) Me acordé sin querer de la abuela analfabeta y leibniciana de Víctor Gómez Pin. Cuando se marchó el mensajero (a mi gata le encanta que vengan mensajeros, es una ocasión para correr a frotarse con el felpudo de mis vecinos y olisquear a sus dos gatas, objeto de toda su ambivalencia felina), fui a buscar otro ejemplar que le había encargado a otro librero interesante, el de la calle Berlinès, y hablamos un momento del "damp, drizzly November" que se ha prolongado inexplicablemente, con insidiosos incidentes de fontanería que verbalizados, parecen adquirir un significado psicoanalítico claro, aunque sólo sea por los títulos y temas que le rodean.
Los dos libros eran para apoyar a G. en una idea que ha tenido respecto a su futuro, o más bien para lograr, como canta Chicho Sánchez Ferlosio en ese disco maravilloso (al fin editado en cd y recuperado, gracias a J.), "que la pregunta pregunte su propia interrogación". De ese disco es la canción que yo tuve la osadía de cantar a los presos de 4 Camins en aquella intensa visita poética con Ester Xargay, Carles Hac Mor, Dolors Udina, Josep Pedrals y Antoni Clapès. Y mañana contaré otra historia de ese disco.
He ido al seminario de Lévinas pensando que era la última vez, que mi cabeza no daba para tanta altura filosófica, pero una vez allí todo vuelve a brillar y esa lectura de grupo va allanando caminos y abriendo otros. Hoy estaba Joan, que se escandalizaba de esa ruptura con los mitos de Lévinas... pero luego hemos visto cómo esa negación de los mitos se refería a las religiones monoteístas, contrapuestas a la ética que propone Lévinas, a ese audaz experimento suyo de metafísica ética. Dice: "Cuando sostengo una relación ética, me niego a reconocer el papel que desempeñaría en un drama, del cual yo sería el autor, o del cual otro conocería antes que yo el desenlace, a participar en un drama de salvación o condenación, que se desarrolla a pesar mío y acerca de mí."
Yo reconozco que la fuerza poética de algunos pasajes o su propio enigma me detienen o me distraen, y las resonancias psicoanalíticas y las resonancias con mis otras indagaciones. "Sólo lo absolutamente extraño nos puede instruir" (otra cita para mi libro balcánico). "El Discurso es, así, experiencia de algo absolutamente extraño, 'conocimiento' o 'experiencia' pura, traumatismo del asombro (!). O también, hablando del Otro: "La trascendencia del rostro es, a la vez, su ausencia de este mundo en el que entra, el destierro de un ser, su condición de extranjero, de despojado o de proletario. El extrañamiento que es libertad, es también extrañamiento, miseria."... "Reconocer a otro es reconocer un hambre. Reconocer a Otro es dar." O esa tríada de desposeídos que representan la miseria del Otro: el extranjero, la viuda, el huérfano.
Al llegar a casa me esperaba una mala y a la vez buena noticia, incidente de G. que ha rozado lo que tanto me asusta, pero sin consecuencias. En mi angustia y mi alivio de pensar en el peligro corrido, y la calma porque todo está bien, he leído un mensaje de mi ilustre vecino recomendándome un libro que seguro que buscaré. Decía: "¿Coneixes un llibre de Roland Barthes que es diu La préparation du roman? De fet és la transcripció i edició d’uns seminaris que va donar els cursos 1978-70 i 79-80, és a dir, immediatament abans de morir. I parla, naturalment, del “desig d’escriure”, del “phantasme” de la novel·la, etc. etc. Em sembla que t’agradaria o t’interessaria molt." Y con la idea de ese Barthes que aún no he leído me consuelo y reconecto con ese rato de placentera y desentrañadora lectura lévinasiana. Ah, y V. me habla del interesante libro de un amigo (de nombre bovariano) de un amigo, Lacan y Kierkegaard.
15 comentarios:
aquí también es tarde, y creo que voy a seguir tu consejo y leer un poco a Li bai antes de dormir,
me alegro de nuevo G. esté bien,
qué bien estas frases desgranadas de Levinas, me las llevo a descansar,
por cierto, está bien la reseña del libro de kierkegaard
bona nit, dríade
Bien! La leeré... y gracias por tu lectura generosa...
g es gilda?
qué pasó?
lakhan y K me importan menos, lo siento.
No, G. es Guillermo, mon fils. Je t'expliquerai
a mi kierkegaard me le trae floja, el discurso filo no me va, que conste! pero hay algunos iluminados que sí, creo que Lévinas me gustaría
a ver si zbelnu nos lo hace interesante, parece que sí
Sí, Lévinas te gustaría, tiene tantos ecos... Y yo entiendo que le gustara a Derrida, que Derrida le tuviera tanto afecto, esos "extranjero, viuda y huérfano" son una representación de la falta de "hospitalidad derridiana", ¿qué si no?
más tranquilo con las no malas noticias. trataré de hablarte mañana.
ya saludé a pati no difusa.
Creo que ésta será una noche larga. Veremos mañana...
Espero que la recuperación de tu hijo sea rápida. Por otro lado, pienso que a veces los libros no son suficiente. Y que afrontar los cambios y los hechos junto con la experiencia de uno mismo y la de otros es la mejor opción, aunque todo eso estuviese ya escrito en los libros.
saludos.
impromptu.
pd. Misterioso cuadro de Kiefer, y bello. Y sí, a veces un verso puede esclarecer, es cierto.
impromptu.
En qué sentido los libros no son suficientes, Impromptu?
Sí, es bonito ese Kiefer... Y desde luego que un poema esclarece.
En mi opinión, en que el arte no puede sustituir a la vida.Pero la verdad, cada uno puede sacar otras conclusiones. Sería un interesante largo debate.. Cada uno basa en distintas apreciaciones su relación con los libros, es cierto.
impromptu.
Sí, pero lo que me asombra, Impromptu, es que me hables de eso a mí en este blog, donde todo es vida, y el arte sólo está ahí en medio, asomándose, cruzándose, apareciendo sólo gracias a la vida, y hablo de Lévinas, un filósofo que construye todo su pensamiento por la supervivencia en un campo de concentración y que reniega y refuta brillantemente todo lo que no implique pensar en el Otro, es decir, ser ético, es decir, la vida por encima de cualquier teoría o cualquier teoría basada siempre en esa vida, y mis obsesiones son siempre éticas, vitales, y algunos me critican que haga autoficción, es decir, que construya sólo a partir de mi vida, y mi cultura es tan pequeña, tan asistemática, tan poco rigurosa precisamente porque sólo depende de mi humor vital, de mi vida desordenada, de mi incapacidad para apartar la vida del estudio, y escribo sobre la guerra, que es la exacerbación de la relación... Entonces me suena extraño que me digas que el arte no puede sustituir a la vida. Yo no sé lo que es eso! Aunque sí vivir pensando en escribirlo todo, usando todo lo vital para escribir, el dolor y el sufrimiento incluso, como en la literatosis de lobo antunes que en cuanto sufre se pregunta Podré utilizar esto para la literatura?
Por eso, aunque pueda reconocerle e incluso me haya subyugado por ser lo opuesto, no soy borgiana, porque necesito como Kis, a la metaliteratura meterle el sufrimiento humano (en su caso, del siglo XX, el genocidio judío y los gulags), y en cuanto al arte otro, visual, qué sé yo? si sólo sé mirar y ver qué me despierta, cómo se anuda a mis momentos, si me llevaría esas piezas a casa...
Me expresé insuficientemente, y tal vez de una manera un tanto sesgada, llevándo el comentario a mi terreno. Me ha llamado la atención que entre tus razones para escribir, has dicho: mi incapacidad para apartar la vida del estudio. Por ejemplo, en el tema de la psicología, lo mismo se recurre a libros especializados que a literatura, según cada persona. Todo esto me recuerda a eso de que ahora no se admite el dolor, y se intenta paliar con todos lo medios a nuestro alcance, hasta se intenta evitar ese periódo de duelo que se da después de un fallecimiento cercano, mitigar el dolor, ser seres plenamente felices.
impromptu.
Pero esa sería una diferencia entre el psicoanálisis, que no niega el dolor ni la tristeza, ni ninguna emoción, y esa psicología y psiquiatría que intentan acallarlo, adormecerlo, amordazarlo todo, aunque sea a costa de drogar a la gente...
Leer literatura es siempre mejor, pero hay textos psicoanalíticos muy literarios. Como algunos filósofos!
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