lunes, 4 de junio de 2007

Vuelta


Desde la terraza de la casa que me acogía y que tanto me gusta se ve la furia constructora que devora la montaña y amenaza el paisaje, pero también los restos de belleza de Cadaqués y los cambios luminosos del mar, los gatos ociosos, la invasión de las buganvillas y el verde. No he fotografiado a mis árboles favoritos, los que siempre intentaba abrazar de pequeña y que siguen milagrosamente en pie. Ahora los veía de otra manera, aún más cerca, porque mi campaña por el ginjoler me ha situado en otro lugar, aún más apasionadamente arbóreo.
Sigo y seguiré sepultada bajo una montaña de trabajo urgente, y en medio de la imposibilidad lacaniana de todo, imagino salidas y meandros felices. En Cadaqués conseguí trabajar poco, mucho menos de lo que debía, pero tuve la suerte de maravillosas conversaciones y una cena argentina bajo los árboles, y dos veces me bañé en el agua helada sintiéndome casi heroica.
Hoy ha salido mi carta en La Vanguardia, que ahora copiaré en Polis. Es algo derrotista, porque la escribí antes de saber que Parcs i Jardins y el Ajuntament de Barcelona nos daban la razón. Pero la han elegido para el recuadro central.
Algunos escritores ilustres vecinos y ex vecinos, además de artistas y emprendedores, se han ofrecido a firmar contra la destrucción del árbol. La campaña sigue en pie. Uno de ellos me dice que en su barrio van a tirar la última palmera y acaba su mensaje con un "¡Viva el ginjoler!"

9 comentarios:

Anónimo dijo...

argentinos de repuesto?
tal vez debería haber ido, pero...

Belnu dijo...

Ja ja, centeno en rodajas, mi argentina psicoanalista preferida y su marido investigador, en una casa bajo esos pinos tan elegantes que hay por allí

el objeto a dijo...

bienvenida cousin, qué bonita imagen a esa hora mágica de luz violácea, con tanto verde y tanto mar
sí, urra el ginjoler! Mientras tiran abajo prácticamente todos los barrios de casas con patio tradicionales, los hutones, la campaña por éste de aquí me llena de una bonita nostalgia

Belnu dijo...

Gracias! Sí, es horrible, me despiertan esas máquinas rompedoras de casas, este barrio parece Pristina, todo destruido, todo roto, nunca será lo que era, así que una acaba luchando por un solo árbol!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Firma por mí.
En mi próxima visita a Barcelona (este verano), me pasaré por la calle para constatar que el árbol sigue en pie.

Anónimo dijo...

¿Ha hablado ud. con Luis Permanyer?

Belnu dijo...

Gracias, Pedro. Ojalá el árbol siga ahí para entonces. Hablando con los trabajadores que se ocupan de la destrucción esta mañana, parece difícil..
Quién pregunta sin firmar?
He escrito a L.Permanyer, sí, pero aún no he recibido respuesta.

Anónimo dijo...

Zbelnu !!!! Ahora me voy a leer tu produción derniera, pero antes que se me corte internet vengo a dejarte unos "zbesos" y mi felicitación por lo del árbol recuperado.

Y decirte que me emocionó leer que te había gustado ver la cita de Edna (a quien amo). Si sólo hubiera escrito eso, hubiera ya justificado su paso por la literatura. eso pienso. abrazo.

Belnu dijo...

Hola, wappa! Qué bien tu felicidad internetiana... Y sí, compartimos la pasión por Edna y su ligereza luminosa... Tengo tantas ganas de tirarme al sofá a leer, escribir y olvidarme de estas pesadas traducciones... tal vez debería cambiar de oficio, hacer un trabajo (solitario) con horario que me dejase tiempo, pero cuál? Algo rarísimo tendría que ser...