miércoles, 6 de junio de 2007

El ruido de las obras

Foto: I.N. "L'escaletta è ajustata", Cadaqués, 2007
Un auténtico estrépito alrededor de mi casa me impide olvidar todo lo que están destruyendo. La pobre gata se refugia del ruido y del polvo en su caseta perruna, olvidando sol, moscas y lagartijas de verano.
El azufaifo sale en un blog especializado en salvar árboles de la ciudad, o más bien en denunciar los que van cayendo sin que nadie proteste. Pueden verse fotos de las obras y del bonito azufaifo amenazado. En ese blog señalan la indiferencia de Imma Mayol (presidenta de Parcs i Jardins) y sus "verds" (que deberían llamarse grocs).
Una amiga me anuncia que el colegio que había junto a la casa del azufaifo, un edificio antiguo con un par de bonitas palmeras, l'Escola Sant Gregori (de donde ya cayó un sauce inmenso años ha), se traslada, lo cual supone la amenaza inminente de otro horror. ¿Dónde nos refugiaremos? Esta ciudad va cayendo rápidamente y pronto será irreconocible. Y era bien bonita...
Recuerdo una expedición a Pineda, a ver la Fundació Tharrats. Nos perdimos y entramos en el espantoso barrio que rodea al pueblo de antes, un lugar tan feo que sobrecoge, pero de esos que ahora lo invaden todo. Cuando al fin logramos salir, a pesar de la falta de indicaciones, Àngel V. dijo, en su tono tan convincente: "Sort que hem sortit... M'estava agafant una depressió... I després em costa molts dies recuperar-me". Él atribuía su sensibilidad a su edad, pero yo me siento igual. En ese momento ya pensé en el mundo como un lugar horrible y sin sombra de árboles donde refugiarse. Por cierto que en aquel museo, una recepcionista nos dio un folleto para que pudiéramos asistir a "24 hores de cultura!", algo que a ella le parecía maravilloso pero que recordaba más bien a una gincana o una fiesta escolar con carreras de sacos, horrible música a todo volumen y megáfonos. Pese a la magnífica selección de carteles, portadas de libros y cuadros de la primera época de Tharrats que habíamos visto allí, el folleto aquel y su entusiasta defensora encajaban bien con la fealdad constructiva que ahora rodea a Pineda.
Alguien me dijo que no se puede volver a ningún sitio, porque el mundo se va estropeando muchísimo, y al menos, hay lugares que ves por primera vez, y sin la sensación espinosa de lo perdido, de todo lo destruido, no decepcionan.
No tengo tiempo ni de pestañear. Sueño con la beca que me permitiese acabar mi libro balcánico y volver a ser persona, escribir, leer. Y con un rapto siciliano. (La foto es sólo un resto de mi fin de semana.)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

uh, sicilia! un buen refugio lejos del ruido (y las obras)

Belnu dijo...

Sí, eso pienso yo. Aunque hoy me han contado que la mafia napolitana se ha repartido españa y que son ellos quienes financian la construcción sin límites, quienes compran todo (en cadaqués, por ejemplo, hay un constructor títere que compra con dinero de alguien oculto y a unos precios alucinantes; nadie sabe de quién es el dinero, recién compraron una ruina a reconstruir por un millon trescientos mil euros en pleno pueblo). Así que no hay huida ni reposo...

Anónimo dijo...

en serio? uf...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

A veces, estimada Isabel, el ruido es insoportable: http://laacequia.blogspot.com/2007/06/la-violencia.html
Hay tantas formas de destruir la ciudad... Tu azufaifo va camino de convertirse en símbolo y, como te dije, espero verlo en agosto.
Saludos.

Belnu dijo...

Sí, uf, talking horse...
También yo espero que lo veas en su sitio, Pedro.