El tiempo se me escapa. Ayer apenas pude avanzar en mi trabajo.
Primero tomé un café metafórico con mis ex suegros, que son gente leída y librepensadora, cada uno con un estilo muy distinto, entre el koestlerianismo vasco y robinhoodiano de él y un magnetismo energético alternativo y psicoanalizado de ella. Me alegró verles tan en forma como siempre y con el mismo sentido del humor. Y les dediqué mi libro balcánico.
Luego venía a casa el fotógrafo de una publicación significativa, con su cámara. Por suerte era un hombre comprensivo, yo le cité a Frances Benjamin Johnston: "el estudio del fotógrafo es para muchos como la consulta del dentista". El fotógrafo, paciente y positivo, me hizo un millar de fotos y espero que elija bien, porque algunas se veían bonitas, al menos con ese tamaño de la cámara...
Después tenía una de esas comidas que tanto me gustan con Jc, a quien no veía desde "abans de festes". Aunque JC dice que no lee tantísimo como antes y lleva su camiseta de Bartleby puesta bajo la camisa, sigue siendo muy literario y hay algo en su actitud o en su posición ante el mundo que me produce una gran tranquilidad: no sé en qué consiste, es esa antivehemencia suya, esa postura reflexiva y ese humor o esa forma de contar las cosas, pero siempre salgo contenta, aunque él me contara historias difíciles donde una vez más pensé que su bartlebianismo no excluye un espíritu humanista, de una bondad inteligente. Tras presenciar la destrucción del viejo Cibeles, donde ahora construirán otro bloque de fealdad y cemento, volví por la Diagonal mirando el cielo (aunque de vez en cuando me atenazaba el terror de cruzarme con esa nueva guardia urbana que impone mordidas mexicanas a los pobres peatones) y los árboles enmarañados que aún no han cortado, aunque parecen decididos a hacerlo, argumentando venenosamente como en el artículo de un closarquitecto de ayer, o seduciendo sin esfuerzo al gremio de botiguers de la Diagonal, que ni piensan en los árboles, sino sólo en que les darán aceras más anchas y podrán vender más. Como hicieron en Lesseps. Es tan fácil convencer a tantos comerciantes... Oí al presidente de ese gremio en la Ser justo antes de que hablase yo y me fui enfureciendo cada vez más. Cuando dije que se habían cargado la plaça Wagner, el representante del ayuntamiento dijo: "No és veritat! L'estem remodelant!" Y es que para ellos cortar los árboles es la primera medida para remodelar algo. Setenta, cincuenta, cien años de crecimiento lento y generoso sin polución cortados de cuajo. Ya pondremos otros, dicen, como si fueran sillas, como si no se hubiera descubierto la sostenibilidad, como si los árboles crecieran del cemento, como si ahora fuese lo mismo que antes. Como si...
Pero yo volvía con cierta semilla de alegre ensoñación, fotografié con aprensión el feo y caótico lugar donde me multaron (para mi abogada), donde el ruido es ensordecedor por las obras. Luego volví aquí y busqué fotos y repasé mis textos de conferencias y leí un cuento de Clarice L., cuando apareció fugazmente un músico vecino que parece habitar en otro mundo y me trajo un disco suyo precioso, conciertos de guitarra, fantasía sobre dos temas de Falla, nana para mezzosoprano... Y aquí me quedé, con esa música maravillosa y mi libro de Clarice Lispector, hasta que llegó la hora de irme a Acec.
Y en Acec, Júlia Bel, a quien conozco como alumna de nuestro ciclo Las olvidadas, hacía una performance poética con su clara voz y un instrumento magnífico, un pandero cuadrado que tocan sólo las mujeres en Peñacerrada(?) y luego Cachodepan demostró su talento ingenioso-poético superando las interrupciones del poeta que oficiaba de presentador, que le pedía que leyera otros poemas, que se sentara o etc. Sus poemas flotaron en el aire de la sala de Acec, entre el humor, la melancolía, la mirada cruel sin piedad y el juego persistente con las palabras.
Al acabar me retiré corriendo porque estaba agotada, pero no logré el sueño reparador que anhelaba... En lo único que me parece avanzar es en la lectura hipnotizada y maravillosa de Vinyoli. Leo y releo abriéndolo al azar y nunca me decepciona.
10 comentarios:
" ... argumentando venenosamente como en el artículo de un closarquitecto de ayer,".
¿Hay link o posibilidad de leerlo?, ¿dónde?. Curiosidad inmensa por como pueden justificar el expolio del patrimonio público.
Aquí está Eph
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/arboles/Diagonal/elpepiespcat/20090211elpcat_21/Tes
Lo que quiero decir es que todo parece tan bonito, pero si lees con atención ya ves que quitarán todos los árboles y luego pondrán algunos en uno U otro extremo, no en los dos, como ahora, porque no hacen falta tantos, y además ya no habrá plátanos, que les parecen caros porque no quieren podar, supongo que pondrán aligustres escuchimizado y ramitas y maceteros
Gracias Zbel.
Me pregunto de qué está hablando, jajajajaj:
" .... Otros valores podríamos señalar para destacar lo construido como definidor casi exclusivo de lo que esperamos del espacio público: pavimentos cómodos y neutros, muros variados que lo delimitan, con puertas y ventanales abiertos a las actividades de la gente, relieves sutiles que lo califican sin interrumpir su continuidad, comodidad física y, seguramente, cierta belleza material, tan subjetiva como deseable."
La nada de la nada más que nada de la nada.
Eso creo yo. Un manipulador, diría. Y el apellido no promete nada bueno
... tranquilos que al arboricidio le pondrán luego un lazito de democracia participativa mediante un referendum online y quedarán de lo más progre y guay. BCN rules!
Exacto, así van las cosas, manipulación pura... y quiénes se prestan siempre? Los comerciantes, siempre soñando con ganar más...
gracias por el comentario y también por la siempre elegante y bien acompañada asistencia
Gracias, Cacho, L. elegante as usual, yo con ese vestido al que de pronto se le agudizó el escote a traición, y tú superando airosamente los obstáculos.
Isabel: supe de su usted, de sus libros y de sus luchas por el programa de Sánchez Dragó. No podrá imaginar la de sensaciones palabras y recuerdos que me provocó al mostrar su azufaifa en pantalla. Quizás pueda hacerse una idea si echa un vistazo a mi blog (http://belindacastan.blospot.com) en la entrada titulada "Rrutos del jardín de la niñez".
Como usted, yo también soy licenciada en Ciencias de la Educación y me he pasado buena parte de mi vida profesional dedicada a la redacción. En la actualidad, además de mi "Casa de Muñecas" estoy ocupada en un libro de cuentos que espero que algún día de sus frutos, como ese árbol entrañable de tan insólitas ramificaciones y que ha generado la curiosa "sincronía" de la que le hablo. Muchas gracias y muchos éxitos en sus empresas literarias y personales
Gracias, Belinda! Me da la sensación de que ya he visitado ese blog... Volveré. Me alegro de que le inspirase algo, aunque en ese programa yo aparecía monstruosa... era una intersección entre Java, el monstruo informe de la guerra de las galaxias y yo...
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