Foto: Eph, el azufaifo, hace meses... 2008
Ayer al fin, gracias al esfuerzo mediático, al Avui y a Localia, alguien vino a desbrozar y llevarse la basura del jardín del azufaifo. Yo ni siquiera lo vi, pasé dos veces corriendo por su lado y entre los coches y la gente no pude acercarme a la otra acera. De noche, Abel me avisó por email, así que me puse los zapatos, después de ver la serie En terapia (que Rodrigo García sólo ha adaptado de una serie original israelí), de madrugada y lo vi.
Como todas las brigadas de limpieza, arrasaron y cortaron seguramente de cuajo el bosquecillo de azufaifos que había crecido alrededor. También desataron, quizás con furia, los lazos verdes reivindicativos que había atados a la reja.
Pero se veia tan radiante el árbol sin basuras ni ratas, al fin en su jardín (casi como antes, aunque sin su bonita reja ni la casa que lo protegía de construcciones siniestras) y ya no en un vertedero, sin ese abandono espantoso que recuerda el vandalismo analfabeto y zafio de este pobre país, muerto su espíritu en esa guerra y sañuda posguerra, cadáveres amontonados en las zanjas, sin nombre, y gente culpable que se opone con fiereza a que se sepa la historia, a que se reconozca lo que ocurrió y la justicia señale a los culpables, ¿de qué son culpables los que se niegan? ¿En qué se identifican con los agresores? Ayer escribí sobre esto aquí.
Me gustó tanto el jardín del azufaifo que respiré de otra manera esa noche.
Escribo deprisa; otra vez ha vuelto el blanco orejudo carrolliano con su reloj. Ayer un osteópata de Barbados se dio cuenta de que nuestra infancia se parecía (en los golpes y el abandono) y me contó una historia que me recordó a la de Jean Rhys. Me dijo que dejase los remedios para mi brazo y me fuese al bosque y abrazase los árboles y respirase. Turn your senses inward. No era el primero. Tú no estás enferma, me dijo. Hay una fuerza... Parecía contento con sus descubrimientos. Es verdad que llevo demasiado tiempo en la ciudad y hoy me toca una sesión maratoniana de dentista, que tal vez acabe de rematarme. Pero el azufaifo, él, parece tranquilo y armonioso.
Por cierto, el programa de Sánchez Dragó donde participé se verá el 15 de diciembre en Telemadrid o en el 91 de Canal Satélite. Si hoy muero en la silla del dentista os habré dejado un recordatorio.
9 comentarios:
Comparto ese temor instintivo al dentista. Mi amigo, el dentista sabio de Santiago de Chile, tiene la entrada decorada con estupendas fotos suyas de paisajes y yo creo que eso ya ayuda a disipar los temores. Pero queda un poco lejos, claro.
Era preocupante esa demora en el tema del azufaifo, parecía que hubieran dejado podrir el problema. Yo creo que quien controla y domina los tiempos termina por ganar el combate con la opinión pública. Lo veo cada día en mi ciudad-dormitorio, con su alcaldía perpétua. Esta acción de limpieza tal vez sea positiva.
Friks, tengo otro amigo que va al dentista a Buenos Aires, dice que le sale a cuenta...
La limpieza sólo SÓLO es la consecuencia del esfuerzo mediático. Es decir, del artículo del AVUI y de la emisión de LOCALIA.
Si claro, sin prensa, tv, etc no se hace nada.
Ya sé que no ha muerto, Isabel.
Me alegra.
Gracias, Cacho. De momento sigo viva! Me quedan tres sesiones, y tengo el labio maleado, pero en fin...
Esperaba más de la serie. Me está resultando algo blandengue. Aunque tal vez soy yo. Después de mi dieta, todo parece una tontería.
Ja ja, los efectos de la dieta!
Has probado a leer Un artista del hambre y libros así?
Rodrigo García no me gusta: estoy segura de que la original israelí sería mejor
buenas noticias para el azufaifo!
Inexplicables para mi esos artículos y respuestas en contra de los movimientos de Garzón. También me parecen terriblemente ingenuos los que recelan de él por la evidente y más que humana vanidad y ambición del juez, queriendo creer que eso quita crédito y valor a lo que hace,
totalmente de acuerdo con lo que dice el artículo de Polis, lo uqe importa no es tanto el valor jurídico ahora mismo como la posibilidad simbólica que se abre
la serie a mi me encanta. me parece milagroso ver un analista en el cine o en la tele que realmente se calle y deje al otro con su silencio, porque el espectador también lo recibe... ese silencio
ya está, ya voy "volviendo en mí" con mi optimismo perdido!
Hola, Petite-Grande a! Justamente iba a escribir ahora sobre la serie esa -porque el estúpido artículo del país que confunde todo me ha molestado mucho, y sobre lo que me gustó de foucault leído por morey y lo que me faltó del público etc
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