martes, 9 de septiembre de 2008

Un viento huracanado

Foto: ?? G y yo en La Habana, en 2004 (seguramente a G no le gustará que ponga esta foto; ahora con sus rastas y piercings no se parece a este chico inocente..., pero está ocupado con sus exámenes y no lo verá). Los que nos hicieron la foto tenían prohibido salir en ninguna fotografía por sus creencias changó o lo que fueran; lo extraño fue que pese a todo salieron... pero no fue por voluntad nuestra.
Me ha recorrido también en sueños. En algún rincón de mi mente crece un deseo obsesivo y secreto, una burla de mi idea desdeñosa sobre esa clase de caprichos vanos y sin salida, que me exasperaban en otros. Esa repetición, convertida en manía, tiene una función sustitutiva que no acaba de convencerme. Y al mismo tiempo, qué tentación, qué agradable soñar en vez de vivir, en una modalidad más saludable y menos tóxica que en otros tiempos...
Del colegio vecino me llegan los llantos desesperados de septiembre. Algunos niños lloran con tal fuerza y a veces son tantos que en algunos momentos siento ganas de unirme a ellos. Es espectacular. Cada año es lo mismo, y en octubre, el grupo de los que lloran a gritos, de los que no transigen ni se rinden ni socializan es más pequeño, pero sigue ahí. Algunos hacen huelga de hambre, de juego, de atención, y sólo se rebelan. Otros les miran extrañados. Y yo me acuerdo de cúando espiábamos a un G. pequeño que jugaba en ese patio, bajo un sauce gigantesco que talaron para construir un barracón, con el mismo espíritu arboricida de todo este país (lean Polis).
Mientras, mis editores del libro balcánico me contagian su entusiasmo y diligencia, así que héme aquí -a pesar del dolor y de la corrección del estudio de memoria histórica que me ocupa-, con el manuscrito balcánico, revisando las correcciones editoriales. El texto de la contraportada contiene una frase elogiosa que me servirá también para momentos oscuros. También un amigo agente literario de autores balcánicos me ha dicho que el libro se lee como una novela. Ayer fue un día de elojios (como diría JRJ) que me llegaron como una lluvia generosa. Cachodepan en su post, J. que me hizo gestos en la calle, desde lejos, y luego me escribió para elogiar mi aspecto alardeando de su condición de experto en mujeres, V., que tras una sesión yógica especial para mis vértebras, citó a A diciendo "él sabe de lo que habla"., incluso un osado tendero que decidió sumarse a una campaña sin orquestar, decididos a fortalecer mi espíritu lacerado por el dolor del brazo.
De pronto tengo un montón de libros que reseñar para La Vanguardia. Libros que tienen que llegar, entre ellos la trilogía y uno más de la magnífica e interesante Agota Kristof. Y otros tantos que iré comentando. Mientras, tal vez estimulada por el desafío de la dificultad que alguien me anunció, me compré Il mare non bagna Napoli de la Ortese: el prólogo me encantó, su reflexión autocrítica intentando entender el por qué de su furia contra la ciudad que amaba y que tuvo que abandonar. No puedo decir que no me resulte familiar. Y de momento el lenguaje no es jeroglífico. Leo a Cernuda, La realidad y el deseo y me sigue deslumbrando como cuando lo leí de pequeña, en una edición bien distinta.
En su paz la ventana
Restituye a diario
Las estrellas, el aire
Y el que estaba soñando.
Pero todo esto se acabará. Me han aprobado dos ciclos de conferencias y tengo que empezar a investigar, a buscar. Me abruma pensar que tengo dos meses -febrero y marzo- de conferencias. ¿Para cuándo mis viajes necesarios para airearme, si mi libro balcánico sale en enero y en octubre doy otro curso de siempre? Me queda noviembre y diciembre para pensar huidas diversas.
Hoy en La Vanguardia un artículo de Màrius Carol cuenta el horror y la destrucción que nuestro desastroso ayuntamiento piensa hacer en la Diagonal. Cargársela. Lo copiaré en Polis si mi brazo me lo permite. También pondré el link de un artículo mío sobre la memoria que ha salido en la publicación del Col·legi de Psicòlegs.
En attendant (Godot) el retorno vacacional del librero de la calle Berlinès (él se ha perdido felizmente los peores y últimos ruidos de la calle, ahora ya cerrada), lieu d'esprit de estos parajes, veo que han ampliado La Central. Me encanta ver cómo crece ese espacio libresco (es una especie de victoria contra el analfabetismo ubicuo), y también me gusta que pongan un café (si ya quedábamos allí sin poder tomar más que libros...). Hoy una joven rubia que estaba en la caja y tiene nombre de escritora me ha preguntado con interés por mi libro balcánico, en qué consistía.
Sólo queda esperar que el osteópata haya acertado con mis vértebras y se vaya desvaneciendo el dolor, que yo asocio a otra situación, creada misteriosamente y cuyo muro invisible no logro franquear, un poco como en El ángel exterminador de Buñuel (o La casa tomada de Cortázar) no podían salir de la casa. Cuando acabe mis dos maratones de corrección, tal vez vuelva a los cuentos. O tal vez mi fugaz visita a una amiga mallorquina a final de mes me devuelva a esa escritura...

22 comentarios:

RFT dijo...

(Acabo de publicar un comentario en una entrada suya más antigua, que era la apropiada, pero como ignoro el correcto funcionamiento de este sistema, discúlpeme que lo repita aquí, aunque nada tenga que ver con su entrada de hoy. Aquí ha llovido estrepitosamente y los rayos han sido constantes, pero no hacía viento, ni siquiera huracanado)
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He ido a buscar su último libro sobre el Azufaifo y su Plaza, sin recordar que Juani tiene la manía de echar la llave en esa puerta que comunica con la escalera y el piso de arriba. Había subrayado hace tiempo una frase que encontré en la página 209, dentro de la anotación que usted fechó el 31 de diciembre de 2007 ("En este país", como Larra, y hablando de ese señor que vende jamón y lee a Chateaubriand):
<<(...) Sigo pensando que no dejo de buscar maneras de no ir a la casa de mi infancia, donde hay que despejar y vaciar.>>
(Como soy nuevo en esto de los blogs, no acierto a señalar en cursiva o negrita el texto que usted escribió usando códigos HTML)
Luego, tuve la sensación de que se refería usted a lo que indica en la página 214, cuando habla de <<"...abandonar esa casa de mis pesadillas...">>
Primero pensé que se trataba de una casa irreal, pero luego no supe distinguir si se estaba usted refiriendo a un lugar concreto del pasado a donde no quería ir o a un lugar físico, lugares del pasado con los que uno no sabe qué hacer como en el verso de Louise Colet que cita Tabucchi:
<<...que faites-vous des anciennes amours? Les chassez-vous comme des ombres vaines? Ils ont été, ces fantômes glacés, coeur contre coeur, une part de vous même...>>
Pedí a Xoroi que me enviara un ejemplar de "El arte de Caminar" de Hazlitt y Stevenson, el cual usted cita un par de veces, pero me dijo que estaba agotado. No sé, ya lo encontraré.
Sí he encargado dos ejemplares de su libro de relatos que espero recibir la semana entrante.
Este último mes de agosto pasé unos días en una población de Alicante, bien fea, llamada Guardamar del Segura, ayudando en un puesto de un mercadillo. Al atardecer, solía acercarme a comprar fruta a la tienda de Rosario, en la calle Miguel Hernández, y un día, junto a los dátiles, vi un fruto que me resultó familiar, pues aunque uno sea de Asturias, fue recriado muchos años en Jerez de la Frontera y conoce Barbate, Grazalema, Benamahoma o Bornos como la palma de su mano. Pregunté a Rosario cómo se llamaban esos frutos y me dijo:
- Aquí los llamamos "Ginjos"
Y recordé el poema de su Ginjoler y el sabor de la infancia a donde usted no quiere ir.
Gracias por su libro. Gracias por su lucha.

Belnu dijo...

Gracias a usted, Rft. La casa de la infancia era una de las casas donde viví, que siempre volvió a mis sueños y donde mi madre vivía hasta que hace poco la vendimos y hubo que vaciarla. Es uno de los lugares donde sufrí esa infancia a la que tuve que sobrevivir, pero también hay una especie de fascinación porque de ese dolor y de ese pequeño infierno antihospitalario salió todo lo que soy y mi escritura. Así que en efecto los versos de Louise Colet, a quien Rilke tradujo y fue muy criticado porque dicen que la mejoró y le dio algo suyo, ¿pero no lo hace todo buen traductor que escriba? El librito de Hazlitt es una pequeña maravilla, ojalá lo reediten pronto! Pero entonces, está usted en Madrid o en la ciudad del librero de la calle Berlinès? Me ha gustado su descubrimiento de las azufaifas...

frikosal dijo...

Yo creo que contra toda lógica aparente a veces los dolores son al mismo tiempo de las vértebras o articulaciones y de alguna parte del interior, o bien obedecen a extraños ciclos. Por lo menos en mi caso. Un cambio de aires suele venir bien.

Recuerdo una vez que conduciendo hacia un pueblo lejano no podía ni subir la ventanilla del coche, que era de manivela, de tan fuerte que era el dolor en mi mano izquierda. A las dos horas de llegar ya estaba cargando leña para encender el fuego, sin casi notarlo.

Espero con verdadero interés el libro balcánico, que por lo que dices ya está muy avanzado. ¿Se sabe cuando va a salir?

Belnu dijo...

El libro balcánico saldrá en enero de 2009. Ahora estoy corrigiendo las correcciones del editor, pero está ya acabado por mi parte.
En cuanto al dolor, siempre es metáfora de algo. Empezó con un disgusto muy grande de trabajo, una interlocutora que creía amiga me hacía la vida imposible y tuvo que repetirse muchas veces y llegar a extremos muy claros para que yo lo asumiera, rompí con la institución, pero el proceso vertebral siguió su curso. Ahora ya no sé, aunque sí lo veo ligado a otro aspecto de mi vida que ha cambiado enigmáticamente y que me desconcierta y no sé resolver, y se prolonga y a veces temo que sea para siempre y otras me parece imposible. No sé...

Ephemeralthing dijo...

Me ha encantado esta entrada, respira, .... , respira a gusto.
Después de unos días de precalentamiento para el inicio de clases me escapo hacia el sur para estar otra vez bajo olivos, almendros y garrofers. También azufaifos, dos, uno grande y otro más joven, y ahora es le momento, comeré alguno de sus frutos. Esas cerezas-manzanitas de brillo único.
A cuidarse y que siga todo bien.

ps: esa barra de bar despierta ganas de café.

Belnu dijo...

Me alegra que vayas a albergarte a la sombra de esos árboles, Eph, cómete alguna azufaifa a mi salud!

Dante Bertini dijo...

como bien se ve, tiene usted admiradores de todo tipo, estimada Isabel (me contagio de una inteligente analista que no tutea según a quien y en qué momentos)
Impresionante JR en plan Quijote trajeado.
La central con cafetería?
Ahora falta que pongan a cargo de ella algún(a) simpátic(a)o.
Nos veremos allí, supongo.

Belnu dijo...

Yo debo de tener suerte porque siempre hablo con gente simpática en La Central de Mallorca (en la de abajo no he tenido esa suerte); ellos han apoyado mis dos libros desde el principio.
Ah JRJ sí, ¿recuerdas aquella escena en que, cuando vivía en BA, el mayordomo entraba en su despacho y le anunciaba: "Señor, el crepúsculo" y allá iba JRJ, a no perdérselo? Eso me encanta. Y su carta a unos vecinos que tienen una grillera con un grillo cuyo canto le impide concentrarse en la escritura y firma "su envilecido vecino", etc... ¿Admiradores? No sé. Pero también enemigos y gente que sólo obstaculiza y pone palos a mis ruedas hasta el final... a una de ellas le debo este dolor del brazo, el conflicto con ella lo disparó. Y oficialmente era amiga!

civisliberum dijo...

Estoy deseando leer tu libro balcanico, desde que lei Crucigrama soy un entusiasta lector tuyo.
En la Diagonal tampoco veo muy claro lo del tranvia, si bien hasta Francesc Macia esta muy bien, a partir de alli y hasta Glories es mas estrecha y puede quedar un "nyap", de todas formas aplaudo que se eliminen varios carriles para los coches.

el objeto a dijo...

qué graciosa la foto, y su historia,

Luis Cernuda... y su Realidad y Deseo, a veces creo que ese libro tiene mucho que ver con quien fui deviniendo. Me alegra leer que te llegan libros interesantes para reseñar, y que tu libro balcánico ya está siendo valorado, cuidado y mecido antes incluso de ser editado, tenemos tantas ganas!!
Qué buena esa noticia del café de la central, ya sólo nos faltaba eso

Belnu dijo...

Civislib, te agradezco mucho tu interés lector, pero no entiendo que estés de acuerdo en que talen todos los plátanos y palmeras de la Diagonal y conviertan lo que era un paseo en una especie de autopista, con coches y tranvía y autobuses y los pobres peatones compartiendo pequeñas aceras con motos y bicis. Y todos sin sombra, sin tierra, sin parterres, con más contaminación y menos oxígeno (cada árbol de esos exhala oxígeno a a diario; todo eso lo cambiamos por los tubos de escape, ¿cómo puedes estar de acuerdo con eso?

Belnu dijo...

No me acordaba de tu lado cernudiano, Cousin a... Ese libro es deslumbrante, entre la razón iluminada y ese deseo que late y remueve y agita el pensamiento a llamaradas.

RFT dijo...

Muchas gracias por sus respuestas.
La que aquí contesto es la primera que he recibido en esta nueva experiencia mía del "blog" y está a continuación de su comentario sobre mi foto. No obstante, se la transcribo aquí nuevamente, a causa de mi torpeza informática, pues acabo de descubrir, a estas horas nocturnas, su más extensa respuesta en este sitio.
Esa foto, en aquellas butacas ovaladas de la terraza, esconde una frustración personal que duró años sobre la lectura de un buen libro: “La Isla del Tesoro” de Robert Louis Stevenson. La frustración está en ese periódico que tengo entre las manos y que se llamaba "Chío"
El 20 de julio pasado, como le dije, escribí sin éxito a "Xoroi" buscando "El arte de caminar" y conté algo de eso, de lo sucedido y mi frustración. Debo reconocer que me costó algo encontrar la dirección de correo electrónico en Internet, pues usted siempre habla al escribir del "librero de la calle Berlinés" y yo no podía pulsar con el ratón en los "links" que su alma haya dejado en las hojas de mi primer ejemplar de su libro. Afortunada o desgraciadamente los libros en papel aún no tienen "links", aunque dicen que todo se andará. Por otro lado, no quería (realmente me negaba) acceder a su blog sin antes haber terminado y releído su libro (releer es bueno y usted lo hace; también es bueno, algunas veces, regresar al pasado, aunque duela)
Extrañamente, yo encontré por primera vez su libro en la Sección de ¡¡¡Sociología!!! de "La Casa del Libro" en la Gran Vía de Madrid, lo cual le cuento por si desea usted quejarse seriamente a esa librería sobre tal "colocación": lo que tiene que ver con la tenacidad o la ternura no debería situarse (¿catalogarse?) dentro de algo tan áspero como la Sociología, si bien las azufaifas, cuando aún no están maduras, son algo ásperas.
¿Dónde lo ha colocado la librería "La Central", que tontamente pensé que estaba en la Isla de Mallorca y no en la preciosa calle Mallorca de su ciudad? Por cierto y al hilo de eso, yo, digamos, estoy a unos sesenta kilómetros de Madrid, en el campo, entre montañas, pero de vivir en Barcelona a lo mejor podría ser en su barrio (o en lo que quede de él), que no conozco, o quizá, en el Carrer de l'Art número 48. al cruce de la Ronda Guinardó.
Terminado y releído su libro varias veces, busqué su página en Internet, su blog, no sin cierta dificultad y torpeza, debo reconocerle, porque solía acababa siempre en la Editorial Melusina y no en su página. A mí, Melusina me lleva a Medusa, como la que a usted le rozó en el mar hace unos días; como «Falacia Sant Gervasi» o «Instituto Mental»; pero el caso es que no me llevaba a su blog. Otro día le hablaré del corrector ortográfico de mi programa de correo "Thunderbird" La primera vez que escribí "Xoroi", me lo subrayó como palabra incorrecta y no me atrevo a decirle qué otra palabra me sugirió...
Cuando por fin lo encontré (su blog), pude pinchar en el "librero de la calle Berlinés" y encontrar la dirección.
Quizá también otro día pueda enviarle mi mensaje a Xoroi, que respondió amablemente S.F. al día siguiente, indicando, como dije, que el libro estaba agotado. O tal vez abra una nueva sección en mi blog sobre estas cosas y la sincronicidad.
Dicen las malas lenguas que buena parte de las leyendas de Bécquer las escribió realmente Gertrudis Gómez de Avellaneda y que aquél se las apropió. Además, ya sabe usted lo ocurrido muchas veces con la creación artística de las mujeres, usurpada por hombres sin escrúpulos, en una variante del machismo que nos llevaría, por ejemplo, a Alma Mahler, se empeñe quien se empeñe, por lo que no puedo decirle si Rilke mejoró los versos de la pobre Colet. (http://www.elpais.com/articulo/cultura/GRANGE/_HENRY-LOUIS_DE_LA/MAHLER/_GUSTAV_/COMPOSITOR/MAHLER/_ALMA/Alma/hizo/pedazos/Mahler/elpepicul/19920304elpepicul_5/Tes/)

Le reitero mi agradecimiento.
P.S.:
1.-) ¿Ha leído usted la última carta que le escribió Gustave Flaubert a Louise Colet?
2.-) Hace unos meses escuché por la radio (no recuerdo a quién) que su idea más exacta sobre lo que sería el Infierno era la más absoluta y completa carencia de queso. Tal reflexión, que remití a mi vecino y médico D, le hizo a él recordarme el hambre de Ben Gum, ese náufrago de Stevenson y yo enlazo con "Foe" porque usted citaba "Boyhood" de Coetzee y recibo en paz el dolor de su infancia.

Belnu dijo...

Es difícil contestar a su mensaje sin dejarme al menos la mitad de las preguntas olvidadas. Tiene razón! Debí revelar la identidad de Xoroi y de su librero en el libro. Otros links quedaron ahí secretos, cegados por el límite del papel.
En La Central de la calle Mallorca el libro está con las novedades de ficción, en la mesa principal. Pero en Laie lo tienen también en sociología o algo similar. Y no es culpa de esos libreros, que no se han leído el libro, ya que alguien me avisó que el propio editor, que sí lo leyó y lo corrigió, lo situó en su web en ese tipo de ensayos y el distribuidor, que sin duda tampoco lo leyó, sólo sigue esa directriz. Lo cual dificultará y reducirá sin duda las ventas. Es lo malo de escribir libros sin género o multigénero siendo una desconocida. Sólo los libreros atentos y muy receptivos lo sitúan donde hace falta. Pero lo mío es crónico puesto que ahora he vuelto a escribir cuentos, un género odiado y rechazado por el 99% de los editores en este país, y sin revistas literarias. Algo voluntario e inconsciente habrá en esto. Siempre me siento mejor en los bordes y luego me desalienta que las cosas no funcionen mejor.
Lo de Melusina y la medusa es bonito, me recuerda al grabado de la medusa que sin duda conocerá y que yo he linkeado alguna vez. Y no puedo imaginar la palabra que su diccionario puso para sustituir Xoroi, pero el poeta Carles Hac Mor utilizó la palabra que su diccionario catalán le proponía en sustitución de uno de mis nombres (Belnu), Beleguin (es el subjuntivo del verbo balar en catalán, beleguin, pero parece una palabra rusa) integrándola en un poema muy psicoanalítico que me dedicó y que yo transcribí en este blog hace tiempo, Zbelnu, Zbelnu, oh Belnu!/ Beleguin, beleguin! empezaba el poema...
Lo cierto es que alguien me recomendó las cartas de Flaubert (era ella? o era otra mujer?) y me las compré en francés y me asqueó
la desigual relación en la que él sólo hablaba de sí mismo y su escritura y nunca de ella ni la reconocía y aquella misoginia de los dos, porque ella sólo parecía reverenciarle, me irritó y abandoné, tal vez equivocadamente. Pero la vida es corta y yo prefiero leer según mi deseo, excepto cuando leo para investigar o para reseñar, que ya es mucho... Continuará

Anónimo dijo...

Esperaré el seu llibre amb ganes, últimament hi ha poques novetats sobre temes balcànics i una servidora ho necessita com l'aire que respira! No n'hi ha prou amb les realitats esbiaixades dels mitjans. El 2 d'octubre ens espera "El violoncel·lista de Sarajevo", que més aviat m'espanta amb tanta preparació pre-bestseller.

P.D: Espero que, en un futur pròxim, el meu nom no sigui l'únic que m'assimili a una escriptora.

Dante Bertini dijo...

leíste en La Vanguardia el comentario de Toni Corominas sobre los paseos desarbolados de Vic?
Patético. Él también, como tú y yo y algunos pocos más, alucina, viendo como labor destructiva el intento de nuestras autoridades por modernizar lugares vetustos.

Belnu dijo...

Hola, jove escriptora rossa. Gràcies pel missatge. Però hi ha alguns llibres que potser ja has llegit, com ara Aleksandar Hemon (La qüestió de Bruno i El hombre de ninguna parte) o Dubravka Ugresic (El Museo de la rendición Incondicional o El ministerio del dolro) o Slavenka Drakulic (No matarían ni una mosca) que mentrestant et podrien alimentar l'esperit. Però potser ja els coneixes.
Cachodepan: No leí lo de Vic, aunque lo imagino. Viste el comentario en Polis de la gente que se alegra de que nos corten los árboles en la plaça Joaquim Folguera "porque son viejos"? O en La Vanguardia de ayer los que se alegran de que destrocen para siempre la Diagonal con tal de que el trambaix rodee la ciudad? Ese analfabetismo bruto les es muy útil a nuestros políticos corruptos.

Gise =) dijo...

Guapa espero que tu dolor haya mejorado!!! El crecimiento de la Central es mas que agradable, me gusta perderme alli dentro, me gusta el olor de esa librería, no sabria decir con exactitud a que huele pero me encanta... Tu libro balcanico nos tiene intrigados a todos!!!
Que guapa tu foto con G, es verdad no se parece al de ahora...como crecen...
Cuando lei la nota en la Vanguardia sobre el Supermeganecesario tram de al Diagonal pense en vos y en cuanta razón tienes con los desastres que estan haciendo en la ciudad...es lamentable...
Guapa espero que el dolor se pase y puedas termianr las correcciones, que tengo ganas del libro balcanico...
Besototesssss!!!

Gise =) dijo...

Me olvidaba la cafetería de la Central te referías a la del Raval?? o es que en Mayorca pusieron??? En la de abajo como dicen ustedes hay un chico argentino bastante majo y uan chica rubita de gafas que siempre que voy me ayuda a enocntrar lo que busco...a la de Mayorca no he ido la verdad...

Belnu dijo...

Me refiero a La Central de Mallorca, que es la "mía"... ahora están de obras y pronto habrá un café. Mi brazo duele a ratos, pero al menos hay ratos en que no duele, lo cual ya es algo! En cuanto al libro, saldrá en enero. Y muchas gracias por los deseos!

NoSurrender dijo...

Desde mi oficina cuadrada envidio tus dos meses de huidas sobrevenidas.

Para mí, madrileño de eterna adopción, Barcelona es indisociable de La Central, un espacio magnífico para perderse entre el olor del papel y el estímulo del pensamiento.

Por cierto, me siento muy perdido con la literatura balcánica, y sé que me estoy perdiendo algo. Que yo recuerde, nunca he ido más al sur de Cioran en esa parte del mundo.

Saludos!

Belnu dijo...

Pronto en Barcelona quedarán sólo dos rincones con´árboles ocultos y La Central. Ayer había un cielo espléndido, casi como esos que tenéis vosotros y que aquí nunca se ven. Pensé: al menos no pueden talar esas nubes.
Lee La cuestión de Bruno o El hombre de ninguna parte de Aleksandar Hemon (Anagrama). O lee El museo de la rendición incondicional de Dubravka Ugresic en Alfaguara.