sábado, 27 de octubre de 2007

Los agujeros del camino

Foto: IN., yo, con mi mal aspecto de anoche y las botas de siete leguas, o de urbano motorista, según se mire.

Desde mis tres últimas casas (y hablo de muchos años, porque hasta ahora me he movido poco), el camino a la casa de mi madre, la casa de mi infancia, no había variado, aunque pronto ese trayecto se desvanecerá también. Hacia la mitad de ese camino, estaba la que fue casa de mi padre, y cuando paso, las veces que decido no esquivar esa esquina espinosa, siento esa mezcla de recuerdos doloridos y nostalgia y pensamientos alegres y tristes, amargos y burlones que cada vez más llena la memoria de los que envejecen, como calidoscopios imposibles de reproducir y en los que a veces sobresalen esos cuentos apretujados que debería escribir y que aplazo, hasta que uno de ellos sale con tal fuerza que me obliga a abordarlo y a forcejear hasta darle una forma posible (todo eso, con gran lentitud).


También en ese camino, un poco más abajo de la casa de mi padre, estaba la casa de Oriol, el amigo que acaba de morir. En realidad, estaba ya muerto mientras yo le llamaba y le enviaba emails en vano. Hablamos por última vez en agosto, se murió el 11 de septiembre, pero yo sólo lo he sabido ayer, en el mismo momento en que estaba pensando en llamarle porque sabía que su silencio podía significar exactamente eso, y entonces entró un mensaje con firma japonesa y su nombre, y lo supe, y supe dónde están sus cenizas, aunque mi interlocutora japonesa me dice que para los budistas, las cenizas son sólo cenizas y el espíritu está en otra parte.


Y apretujé como pude esa tristeza sin querer pensarla, me puse un vestido abrigado y las botas de siete leguas mientras hablaba con la siempre inspirada V, que decía estar como si le hubieran pasado por encima ocho camiones, y salí con mi mal aspecto por el sueño retrasado y las noticias, olvidé el paraguas, cogí los ya peligrosos ferrocarriles y en el andén llamé a nuestra amiga común para poder hablar aunque fuera un poco de Oriol, mientras me dirigía a una fiesta de cumpleaños, con el espíritu encogido y casi aprensivo, opuesto a todo lo festivo.


En la fiesta, en ese trozo de palacio Maldà, contemplados por los antepasados Vilallonga desde las paredes, había un montón de amigos de mis amigos, y entre ellos la profesora de filosofía y estudiosa de poetas Julia Manzano, orgullosa y feliz de que todo el mundo escuchara a su hija cantaora, Alba Guerrero, que se arrancó por bulerías rompiendo el aire y abandonando el micrófono, apoyada por un fino guitarrista lleno de sentido. Y mientras escuchaba su voz lorquiana y energética y veía las ondulaciones flamencas de sus manos y sonreía con las letras tan bien dichas, a veces poniendo el drama en lo más cotidiano y convirtiéndolo todo en poético e irónico, donde hasta la pregunta al platero cuánto vale inscribir sus letras está llena de un misterio sencillo (hablaré de ellos aquí en cuanto me pasen unas fotos), notaba mi agujero dolorido, ese nuevo agujero del camino a la casa de mi infancia.


No sé mucho más. Creo que sometí a un pobre interlocutor dibujante, a escuchar la historia completa de nuestro azufaifo y le conté a otro un poco los entresijos del blog, hablé con mi amigo Joan y escuché algunas historias, y vi a la amiga del cumpleaños con los ojos brillando de negro y transfigurada por la fiesta y multiplicada por su hija, tan parecida a ella y en esa edad que las chicas parecen flores recién aparecidas, con sus mariposas y abejorros y todas las texturas que enseñan Nomesploraria y Frikosal y Treehugger. Y Julia Manzano me invitó a su seminario de Lévinas y acepté, y mi amigo Joan se quejó de que él llevaba años intentando invitarme a esos seminarios y en un sólo intento (pero andaluz, y la conexión de mis ancestros aún funciona), ella lo había conseguido. Veremos si resisto, por la falta de tiempo, la lectura, etc. Pero es que él me había invitado al de Agamben, que a mí, pobre ignorante, me daba pereza, y en cambio Lévinas me recuerda a lo que Derrida decía de él (y también a su a-dieu, donde habla precisamente de esa perplejidad o ese escándalo ante la muerte del Otro: ¿Pero realmente es posible que esté muerto? y de la ética, en un tono que me resulta tan afín), y a lo que me alejaba de entender a Heiddegger, y me gusta esa idea de que el infinito es (el encuentro con) el otro, siempre he querido leerlo.


Así que cuando la elegante y científica Carlota, con su abrigo nuevo, que en su cintura de avispa recordaba a los talleres de costura parisinos de los años cincuenta y a Balenciaga, me dijo: "Bel, nos acompañan a casa en coche", yo pensé en la lluvia, que me había sorprendido sin paraguas al salir del metro y atravesar el circo de las Rambles, y me arranqué de allí con ellos. Y sólo cuando entré en casa empezó a llover con rabia, como diría G., y mientras le abría la puerta a la gata (que en esos casos siempre refunfuña un poco), me sentí acompañada, como si el cielo se hubiera enterado también tarde de la muerte de Oriol y le estuviera llorando conmigo, y no sólo a él, sino también todos esos pedazos de mi vida que se van, convertidos sólo en agujeros y esquinas dolorosas de mis trayectos.


Conocí a Oriol en otra fiesta de cumpleaños de una amiga astróloga y metafísica, hace mucho tiempo. Oriol, que había sido hippie en los sesenta y empresario de moda en Japón tiñendo pieles sintéticas y había aprendido astrología a fuerza de consultar, y escribía en una especie de divertido esperanto, me preguntó si no me importaría darle mi fecha y hora de nacimiento porque creía que teníamos algunos puntos en común (y era verdad) y yo le dije: Ah, yo soy completamente impúdica y no me importa nada decírtelo, y los que nos escuchaban se reían. Y al cabo de unos días me llamó y me dijo: "Oye, tienes un horóscopo increíble, es como una pagoda, todo está conectado, se parece al horóscopo de Marilyn Monroe, ¿pero cuántos amantes has tenido? ¿Y qué me dices de esos peligros que te han rozado? Y esa suerte de salvarte de todo... ¡Pero también te lo has pasado pipa!" Naturalmente eso era sólo su exótica visión de las cosas.
Luego nos hicimos amigos y él me enseñó su astrología matemática y me dio un programa y me contó historias de maestros hindúes que calculaban todo hasta tu muerte con papel y lápiz y me mandaba extractos de una lista muy loca de astrólogos americanos que supuestamente predijeron todo, el 11S, la cruzada antiterrorista y muchas cosas más, y de uno que quería patentar una máquina en la que le metías tus datos y calculaba la fecha de tu muerte, e historias similares, y a veces acertaba en todo y otras veces se equivocaba por completo, como una vez que me vaticinó un día muy especial de suerte y "compra lotería" y me lo pasé entero con mi madre en ambulancias y hospitales tras pelearme con un amigo ruso, pero eso sí, me permitió escribir un cuento. Sus predicciones eran muy curiosas (lo que él llamaba su "quickie" era lo mejor, intuiciones rápidas y certeras), comparaba por ejemplo con asuntos financieros o empresariales, que dominaba. "Vas a estar como el dólar en los ochenta..." O "tu situación es como la de Japón en los Juegos de Sapporo: no puedes ir a por el oro, pero sí quedarte con el bronce y ofrecer una organización impecable"... Yo le mandaba amigos que buscaban predicciones, más que nada para que se pagase el teléfono. Porque Oriol llevaba años arruinado, vendiendo su patrimonio y le iban embargando su lujosa casa. Mientras hablábamos por teléfono un día me dijo: "Perdona un momento, ahora te llamo", y al rellamarme, me dijo, sólo de paso, en su tono tranquilo y matter of fact: "Perdona que te haya cortado, es que venían esos que quieren quedarse con la tele y el ordenador... pero les pagado algo y se ha arreglado de momento... Bueno, sigamos con Saturno..."
No tengo ninguna foto de Oriol, pero serviría una de Gombrowitz (que no encuentro), al que se parecía muchísimo. Cuando se lo enseñé, quiso saber más de él, leerle incluso, seguramente el asombroso parecido no le parecía producto del azar. Pero es difícil explicar aquí la curiosa mezcla de espíritu de los sesenta -él contaba que había estado al borde de la muerte una vez y le habían curado unos lamas tibetanos y de paso le habían despertado el saber matemático- y su obsesión con los negocios, en los últimos años con China, y su incapacidad de renunciar a lo grande o de trabajar en algo normal, y su extraña mezcla de reserva, ingenuidad y grandeur con un humor templado, o frío, muy del país. Y recuerdo algunas descripciones suyas exactas de las cosas, como cuando le dijo a alguien cercano que tenía una roughness terrible, que cuando le interesaba algo era capaz de pasar por encima de todo y de todos como una apisonadora para conseguirlo, y ella se reconoció y lloró.

Y ya no puedo seguir más. De momento.

32 comentarios:

JML dijo...

La muerte, como la infancia, también rodea esquinas y evita callejones oscuros, donde antes habitaba el miedo y ahora es la nostalgia la que pernocta. Edad para morir tenemos todos, querida Isabel, pero la muerte siempre es una sorpresa ¿no? Lamento lo de tu amigo; lo lamento por ti, claro. Por aquellas cosas del azar, yo todavía estoy recogiendo los cristales rotos de mi última estancia en Orense. Allí se está liquidando con pesar la muerte de mi último abuelo. El pobre ya es un recuerdo, pero la burocracia pide cuentas. La muerte tal vez no tenga un ministerio propio, pero tiene funcionarios, y estos actúan como si el muerto fuera un fingidor y morirse fuera otro modo de evadir impuestos. Lo sé porque soy uno de ellos. Me hubiese gustado estar cerca de mis padres para echar una mano con el papeleo, pero a fin de cuentas lo único que hice fue volver, llegar tarde y encontrarme con mis propias “esquinas espinosas”. Ahora, al igual que tú, estoy forcejeando con su relato…

Un abrazo (y ánimo)

Belnu dijo...

Exacto! Sé muy bien de lo que hablas, la muerte como un modo de evadir impuestos. Un año después de la muerte de mi padre, que nos dejó sin nada (a casi todas las hermanas), con un testamento que ni se podía abrir porque habría sido peor, Hacienda nos persiguió (el día antes de que prescriba) para que demostráramos que no habiamos cobrado. Sólo entonces me sentí realmente huérfana y le pregunté mentalmente por qué me había abandonado doblemente. Por supuesto quedó demostrado que no habíamos visto nunca ese hipotético dinero y la cosa acabó, mientras su segunda mujer enfermaba y moría en una especie de plaga de tristeza interna llamada cáncer.

Belnu dijo...

Mucha suerte con ese relato! Tengo la sensación de que será bueno...

nomesploraria dijo...

Estimada Zbelnu, sento lo del teu amic. Em sap greu.
Alguna vegada t'he comentat què en penso d'augurs i zahorins. Igual que amb els ufos, m'agraden les històries de sàtrapes i embaucadors.
Però com tantes coses que no son del tot blanc o negre, hi he tingut alguna experiència curiosa.
No recordo si ja t'he explicat que l'any 1984 a Agra, un astròleg hindú em va fer una carta astral. L'home no em coneixia de res i va encertar quants germans tinc, el seu sexe i la meva relació complicada amb ells; lo allunyat de la família que havia estat del 80 al 82 (quan vivia a Itàlia); la professió a la que em dedicava (deia que hi triomfaria, en això va errar) i l'any exacte de la meva mort.

Belnu dijo...

Aquest és un dels teus encants, Nmp, que fossis a Agra i que un astròleg hindú et fes una predicció rigorosa (quin era l'any exacte no t'ho preguntaré; pel que fa a l'èxit, qui sap si començarà demà), precisament a un descregut. Jo ja sé que tot això és irracional, però potser val més aquesta irracionalitat que una altra. I jo mai no he cregut en una llei causa-efect, òbviament, com ja et vaig dir una vegada, sinó en la vella llei caldea de la simetria: allò que és a dalt és a baix. Mirar a dalt per saber el que hi ha a baix és una bogeria. Però com va dir Eugenio Trias al pròleg d'un llibre de la meva amiga astròloga, l'astrologia és com la metafísica, un sistema tancat que, dins la seva lògica interna, funciona, encara que des de fora no encaixi amb la resta. I pateix la mateixa sospita. Però tot això, ja t'ho vaig dir. La qüestió és que el personatge era únic.

Dante Bertini dijo...

lamento la muerte, aunque hoy, caminando entre blogs, sólo me he encontrado con ella, la muy perra.
y ayer mismo, buscando otras cosas, caí a una página USA de muertos y adioses, enterradores supongo, y me quedé largo rato leyendo lo que decían los familiares de los difuntos, todavía corpóreos, de aquellas sombras que alguna vez fueron vida, ilusiones y contento.

Belnu dijo...

Los familiares de los difuntos... dibujándolos y recomponiendo sus vidas en trozos de recuerdos, como en la película de heddy honigmann sobre bosnia, Good Father, Dear Son. Yo he perdido el sábado en la pura ociosidad del blog y los emails y las conversaciones estilo Doris Day, y quería, necesitaba trabajar en mi libro balcánico! Ahora me pongo y ya es de noche...

Belnu dijo...

Perra desde luego es, no se le puede negar

frikosal dijo...

Zbel,

He entrat buscant la resposta a la meva pregunta de l'altre dia, pero em deixes una mica fotut amb el teu texte, pero algunes frases certament m'ajuden a referme: "l'astrologia és com la metafísica, un sistema tancat que, dins la seva lògica interna, funciona" em sembla molt i molt encertada.

El blog i els blogs, jo crec que un escriptor/a els hauria de considerar com a font d'inspiració, i per tant, una inversio.

Puc parlar poc del que estic fent aqui (no pensis que ho dic per fer-me l'interessant, per que es una trivialitat, simplement es que no vull donar pistes en public). Avui, dia de festa, he seguit buscant la resposta a "la pregunta": si a l'Est es vivia millor amb el Marxisme o ara. Questio dificil. Jo crec que la politica ha mort.

Nmp,
Es va equivocar?

Belnu dijo...

Tens raó, potser la política ha mort (no sé si a França, on hi ha un ball de confusió i de disfresses polítiques, per exemple), especialment a Rússia. Però em pregunto si algun dia es desfaran d'aquest KGB sense ideologia que els governa implacablement... Els blogs com una inversió? En el meu cas només és una escapatòria o una broma que em faig a mi mateixa, un senyal diu V, una demostració de que puc o podria però només aquí, un ENIGMA (també ho diu V)...
Exacte, Nmp, potser no es va equivocar. Quina és la mesura de l'èxit?
Et faré la pregunta per una altra via, Fks

nomesploraria dijo...

L'augur em va dir que triomfaria com a publicista i no ho he fet. El darrer dia que em vaig reunir amb el cap de l'agència, jo li deia que plegava mentre ell portava la proposta per promocionar-me. No la vaig voler veure.

Belnu dijo...

M'agrada la parula augur, t'imagines un que remou les restes del bacallà o el pòsit del te... O sigui que potser ell no s'equivocava i tu, personatge d'Eurípides, vas voler fugir el teu destí?

nomesploraria dijo...

fugir el meu destí? i tant que ho he pensat. Però el preu era massa car i no n'hagués tret un altre cosa que infelicitat i desequilibri (i diners, es clar)

A més hagués acabat amb arracada i cueta com un dia em deies que feien certs publicistes per semblar més joves, i això mai!

Belnu dijo...

Ha ha... doncs avui m'han parlat d'un amic meu desapregut i es veu que viu a Mèxic, a un lloc de platja i que porta cua de cavall i té un aspecte saludable... I mira, ho he trobat més bé (ell feia cara d'indi).
El destí de publicista en aquest país segur que no era el teu. En tot cas, vas fer bé. Potser el trionf vindrà amb les fagedes...

nomesploraria dijo...

Potser... e chi lo sà?

Belnu dijo...

Efectivament... però si fos un conte de Txèkhov o de Maupassant o fins i tot de Carver, potser a les fagedes, la visió d'uns ocells o uns cavalls o dos caminants generaria una revelació interna que et faria canviar la percepció...

el objeto a dijo...

con la suavidad con que las horas avanzan en los fines de semana, me ha pasado como en los dibujos animados, que después de que pasen los 18 vagones de trenes por encima, una recupera su forma original en seguida. Me ha gustado el viaje de este post lleno de imágenes, con derrida y gombrovich, la sastrería balenciaga, marilyn bellísima, quizá algo así es lo que consiguen la astrología y los cálculos matemáticos, dibujar en el aire o sobre el papel en blanco unos garabatos y unas imágenes en las que no nos sea difícil reconocernos

Belnu dijo...

Sí, la suavidad de las horas, cómo me gustan las mañanas ociosas en las que reescenifico el cuento de Igor "Salir de casa" (de un protagonista que no logra salir, siempre le retiene un gesto doméstico y se hace tarde) casi como una celebración, eso sí, a condición de haber logrado centrarme en lo señalado, aunque sea de noche, tarde. Por eso no puedo ir a conciertos matinales, está bien claro... Así que ya eran trenes... Esa frase tuya consoló mucho a Ninca, ella creía que era la vejez...

Belnu dijo...

Yo creo que ese detalle de los dibujos animados nos marcó! Se rompían como cristales para recomponerse en la siguiente imagen... Y en cuanto a los signos astrológicos, como aquella frase escrita en letra jeroglífica egipcia que encabezaba las efemérides de la Nasa: The Indestructable Stars Are Under The Throne of His Face...

La Muniequera dijo...

ya sin internet en casa, vengo al locutorio de vez en cuando y leo despaciiiito algunos de tus posts atrasados, veo fotos tuyas, teschinos, puertas... sigo.

Belnu dijo...

Dijiste ya? O quisiste decir "aún"? No tendrás más Internet en casa? Te estás quitando, como del tabaco?

Miroslav Panciutti dijo...

Sentido y bello post. Seguro que a Oriol le habría gustado. Todo se desvanece, también nosotros, y también los recuerdos que van perdiendo consistencia y hay que esforzarse tanto (al menos yo) para fijarlos. Curioso personaje tu amigo ido; sin duda vivió como se debe. Me lo has hecho imaginar como alguien curioso y disperso, recolector de azares y descubridor de vínculos insólitos; tal como lo describes se hace simpático, atractivo. Se nota que lo querías (lo quieres). Un beso.

Belnu dijo...

Gracias, Miroslav. Tendré que escribir su retrato mejor en un relato un día... Ahora estoy con los Balcanes otra vez... a ver si acabo...

treehugger dijo...

Gracias por ponerme a la altura de Frikosal y de Nomesploraria. Un honor que no merezco.

Mencionas estar trabajando en un libro 'balcanico', para cuando?. Recuerdo una explicación que escuche en Zagreb sobre la situación política de Iugoslavia unos dos años antes de estallar la guerra de los Balcanes. En ella comparaban la situación con un péndulo. Un péndulo que unos y otros se encargaban de ajitar cada vez con mayor fuerza. Si un lado proponía holgar el corsé un punto el otro lado proponía cerrarlo dos, a lo que respondían abramoslo cuatro... Ninguno de los presentes pensaba que la sangre llegaría al río.

Utilizando las ondas hertzianas algunos amplificaron rencores y fantasmas del pasado que el tiempo casi había encerrado en el baúl de los recuerdos.

Ejem, menudo discurso para alguien que conoce poco el tema. Será interesante tener noticias de este libro.

Belnu dijo...

Está bien dicho lo del péndulo. En efecto, para mantenerse en el poder, manipularon los sentimientos de la gente, que se sentía victimizada por lo ocurrido en la II Guerra Mundial, que en la vieja Yugoslavia fue encarnizada como una guerra civil. Y el gobierno de Tito contó sólo lo heroico y mítico y ocultó el resto. DE modo que al caer el muro de Berlín, algunos vieron, como Milosevic, que la forma mejor de mantenerse en el poder era hacerse nacionalistas y utilizar ese caldo de cultivo, las historias familiares... y se pasaron años fabricando propaganda. Para rematar, tenían un ejército poderoso... en fin.
En cuanto a mi libro, al fin me he puesto a acabarlo. Me quedan transcribir algunas entrevistas más y podar y corregir... espero acabarlo este año.

Belnu dijo...

Ah, a mí me gusta mucho una mariposa tuya, yo no sé nada del tema, pero a esa mariposa se le ve la cara!
Y el saltamontes también. Y la foto-revelación de la cueva...

Anónimo dijo...

como a 'cachopan', araño agregar que la muerte está presente (mucho) en estos días... a veces lleva y otras avisa y como la lluvia, nos moja a todos.

Belnu dijo...

Muy bien dicho, Mr. Ed, aunque creo que nos llueve más cuanto más envejecemos, ayer por la mañana vi a una amiga que está rodeada, su padre era amigo de intelectuales y artistas y escritores y se le juntan las caídas de varias generaciones. Frente a eso nos queda el a-dieu de Derrida a Lévinas: la muerte no es la nada, sino que nos hace responsables, al que se va le llevamos nosotros.

Gladys Pinilla dijo...

ay que he tenido un susto y es por eso que no les digo nada en unos dias que mi marido que se marcho aora regreso y no se que voy hacer

Belnu dijo...

Vaya, Gladys, eso sí que es un cambio. Hagas lo que hagas, intenta protegerte y que no te haga sufrir.

Anónimo dijo...

Hola ZBEL,
Hace mucho, según mi cómputo claro, que no escribes en el blogg, y como lector anónimo pero fiel e insaciable ya empiezo a echar de menos tus afiladas reflexiones, tu sensibilidad, tu frescura y tus ocurrencias.
Igual no estás muy animada o estás enfrascada con tu libro. En cualquier caso: ¡ánimo!
¡Necesitamos una dosis!

Belnu dijo...

Huy, gracias, no sé si estaré a la altura... Pero ayer aún añadí algo a mi vieja entrada del otro blog, Polis... y hoy escribiré, en algún momento, en este blog. Fins ara