domingo, 22 de abril de 2007

Vuelta de Pristina

La foto es de la antigua mezquita, uno de los pocos vestigios de la arquitectura otomana que perdonó el régimen de Tito. La visité bajo una lluvia fina y persistente, y nada más llegar, empezó a cantar el muecín, como si me estuviera esperando. Sólo había dos pares de zapatos fuera. "La religión es un capricho moderno en Kosovo", me dijo un escritor albanés que vive en Barcelona, y es cierto.
El barrio de los bazares de Pristina es como un Estambul afeado, pero conserva su estructura y algo de su atmósfera, junto con algún vestigio.
El resto de la ciudad es un caos: en los últimos años, después de la guerra, la corrupción ha permitido que se construyera sin permiso, sin planificación. Y en medio del mar de cemento, de pronto, entrando por el patio de un gran edificio aparecen callejones ocultos de casitas ajardinadas.
En pocos días he entrevistado a escritores, editores y artistas, que me han contado muchas historias. Es difícil explicar la emoción de explorar un lugar así, feo, polvoriento y agitado, pero existe y es intensa. Una amiga madrileña, cuando trabajaba para la ONU en Pekín y me decía "Pekín es como el barrio del Pilar, pero muy emocionante".
Los edificios cubiertos de parabólicas, que llenan balcones y ventanas. Los coches ocupando todas las aceras. Las terrazas llenas de gente que fuma y toma café con vaso de agua al lado. Las calles llenas de palabras escritas en albanés, que me llaman como jeroglíficos: Stomatolska Ordinaja (dentista) escrito en serbio. O Avokat.
En mi última mañana allí, iba filmando por la calle, distraída, y aceleré el paso para atravesar una calle, sin oír que me daban el alto. Pensando que intentaba escaparme, tres policías de Naciones Unidas, una mujer y dos hombres, los tres de gran formato, vinieron a por mí y me cogieron de los brazos, con lo cual me llevé un buen susto. La mujer policía me preguntó quién era y qué hacía en Pristina, me pidió los documentos, me dijo, ya más amablemente, que esa calle está llena de cámaras y que su trabajo incluye controlar quién filma. Me preguntó por qué no me había acreditado en la ONU (y es que me daba tanta pereza que no lo hice, pensando que no me haría falta). Anotó mis datos, no respondió a la pregunta de si no se podía filmar libremente, y al final me dejaron marchar.
La vuelta ha sido una pesadilla, además de los controles de aeropuertos, me he prometido no volar nunca más con Austrian Airlines: todavía no se me ha quitado el pestazo de la comida, de comedor de orfanato: en lugar de los agradables bocadillos de queso de Lufthansa, en Austrian Airlines dan sólo carne y huele tan mal que parece altamente tóxica. Para los vegetarianos no tienen nada, pero lo peor es tener que estar allí encerrada con ese olor nauseabundo. En el aeropuerto de Viena, yo pensaba en Bernhard y en toda su fobia por los vieneses y austriacos, mientras fumaba en uno de los numerosos cafés. Al menos allí, pagando, se puede fumar.

12 comentarios:

toni.b dijo...

Benvinguda a casa Bel!

Espero con interés lo que nos puedas explicar de este viaje: tan cerca y tan lejos.

Un abrazo.

toni.b dijo...

Mejor dicho: lo que nos puedas seguir explicando.

Belnu dijo...

Gracias, Toni B. Pues sí, ahora tengo que transcribirlo y escribirlo...

mr.ed dijo...

bueno, ya estás aquí (yo sin mail y con unos inminentes andamios en la fachada)

bienvenida (al blog, a casa... al curro!)

Belnu dijo...

Pues gracias, Mr.Ed-sin-mail, aunque bastante malvenida estoy! Ha sido una vuelta muy dura, aterrizaje forzoso (metafórico) y estoy por aquí pagando las consecuencias, tecnológicas, dentales y de muchos tipos.. y para rematar, no paran de llegar mensajeros a traer libros que ni he pedido, ni me interesan, por sant jordi...

Anónimo dijo...

sant jordi... claro

dental? aterrizaje?...

Belnu dijo...

Sí, la torpeza del piloto metafórico me hizo darme de bruces contra el suelo (figurado), la cuestión es que me rompí un diente (real), y hasta el miércoles no me recibe mi dentista (argentina)y lo peor de todo: grabé entrevistas sin sonido, ¿puedes creerlo?, he reconstruido con mi memoria mucho más de lo que creí posible, pero falta, y eso me obliga a perseguir a mis entrevistados, por jajah.com o por email, y a mí me horroriza hacerme pesada, pero esas imágenes moviendo los labios silenciosamente me acosan en el sueño. Eso tras el intento de arresto y ese vuelo, y al llegar a casa, un vecino loco había vuelto a dejar el ascensor con puertas abiertas en el segundo, tuve que arrastrar la maleta y al llegar, mi hijo había hecho de las suyas.. en fin

mr.ed dijo...

sí que te pasaron cosas!... la historia del diente y las bocas que (no) hablan solas...

arresto también?

si de todo esto no sale un libro!

Belnu dijo...

Tienes razón, Mr. Ed, el libro se va haciendo y extendiendo y flotando en mi cabeza como en un mar, todo está ahí, pero una parte de mí se empeña en poner obstáculos con una tenacidad asombrosa, por tanto, toda precaución es poca, como dijo ayer il mio figlio: tienes que ir fijándote en todos los detalles...

Dante Bertini dijo...

benvinguda, prístina y accidentada amiga!!!

Belnu dijo...

Gracias, Cacho de PAN! Acabo de hacer un ídem... Huele toda la casa... Mientras traduzco de criminales de guerra, para ahogar mis penas...

La Muniequera dijo...

guau, qué odisea! y encima la dentista es argentina!