Foto: I.N, La Diagonal y sus árboles amenazados por el ayuntamiento, 2009
Y tal vez no pueda resistir, pensaba hoy mirando a un indigente refugiado en el metro, y acabe yo también a la intemperie. Iba andando dolorida de mi sesión matinal en el dentista (obras en la boca, excavadoras horadándome con una vibración que sacudía y agitaba todas esas delicadas piezas diminutas que se alojan tras el laberinto del oído, la boca dolorosamente abierta tanto tiempo me hacía evocar cosas indecibles aquí, pero he sobrevivido y el remedio homeopático sigue ayudándome), dolorida también por la ciudad desventrada, por los árboles amenazados, por el patrimonio destruido y el inmenso parking en que están convirtiendo este país, y de pronto, al llegar a la Diagonal, envuelta en ese frío nuevo, que ha llegado hoy y muerde la cara y las rodillas y a veces me hace sentir vulnerable y otras se me antoja vigorizante (perfect for a brisky walk, diría mi amiga neoyorquina), el cielo de poniente tenía unas tonalidades malváceas que rodeaban la cúpula de la esquina con Rambla Catalunya y las copas de esos árboles amenazados por el ayuntamiento componían un cuadro maravilloso y yo pensaba: "No puede ser que destruyan esto", y lo pensaba invadida de la felicidad de esa contemplación (y ahora me parece una prefiguración; una amiga me acaba de avisar de que en La Vanguardia sale el resultado de la encuesta de Noxa: el 65% de los ciudadanos encuestados no quieren cambiar la Diagonal"!!! Por fin reina el sentido común).
Pensaba que he necesitado unos cuantos años para recomponerme, para romper el hechizo de mi infancia y liberarme de los demonios internos, he empezado a encontrar una voz ya un poco ronca, me dicen que no paro y me siento feliz de poder estar aquí, acabando y empezando libros, pero empezar tarde significa no tener la energía ni la resistencia o la paciencia de los veinte para ciertas penalidades y servidumbres. Yo sólo necesito un milagro, como el de Marina Tsvietáieva. Sólo necesito que algo me permita seguir hacia adelante y no tener que retroceder del todo.
Olvidaba decir que también llegué tarde al artículo de VM y lo he leído ya en lunes: no sólo la idea de vivir según lo escrito me resulta afín, sino que incluso me ha consolado la escena de Brighton con la cortina y los pensamientos agrios que no llegaban y las zapatillas de Muji bajando a comprar café al supermercado pakistaní. Desde la entradilla chejoviana produce el efecto inverso que los largos y letárgicos artículos de esos otros escritores que se sitúan fuera del misterio, en un consabido y feúcho olimpo sin ironía ni autoburla, impracticable y sin gracia para el lector dado a la interrogación.
G. ha vuelto de un Londres aún alternativo y squatter, un Londres desperdigado por los barrios, fuera del centro, pero que me recuerda a mi Londres de los 15 años, aunque todo sea mucho más duro para esos alternativos, siguen encontrando maneras, alejándose del centro. Y la belleza no es destruida como aquí. La gata Gilda le echaba de menos. El viento, este viento extraño, helado y seco de estos días, golpea unos hierros en algún lugar por encima de nuestras cabezas, en alguna azotea... Llevo tres noches con sueños asombrosos, me despierto de madrugada, los anoto y por la mañana me maravillo al descifrar mi letra dormida, mi letra en la penumbra. En el ascensor de casa, alguien con muy mala letra a pesar de la luz ha escrito una declaración en el papel de la compañía del gas donde hay que consignar las cifras del contador: "Te quiero, Lourdes", ha escrito. Tal vez a Lourdes no le importe la letra aunque dice G. que será la broma de un tonto y que Lourdes no existe.
14 comentarios:
Gracias por el link al articulo de VM, la verdad es que le hace pensar a una en la imposibilidad de conocerse o anticipar el destino (descartando el destino dictado por el poder de nuestra voluntad)o detener cosas que sabes ocurrirán. Como, por ejemplo, lo de aquellos árboles de la Plaza Joaquim Folguera. Nunca he estado allí pero me va a doler mucho que los talen, y pienso en lo bien que has hablado de su sombra, tan bien has hablado de ella que es como si hubiera atravesado la plaza un dia de calor asfixiante y me hubiera detenido alli un momento, a respirar.
Gracias a ti, Emma. Yo no quiero creer aún que harán tal salvajada, o que el alcalde se empeñará en destruir también la Diagonal a pesar de ese 65% de barceloneses que no están de acuerdo.
ese artículo en la vanguardia sobre la desaprobación ciudadana de los planes malvados de especuladores y políticos nos trae una nueva esperanza!!
voy a ver si leo a VM...
yo recuerdo como antes todo estaba por hacer y por joven debía esperar mucho a que algo llegara, y un día me di cuenta de que ya llegaba tarde a casi todo, y ahora me pregunto, cuándo estuve en el medio?? cuándo fue aquel momento idóneo?? extraño
besos
Yo creo que aún estás en el medio, objeto a!
bueno, yo creo que cada uno llega a las cosas en distintos momentos, pero la trayectoria es lo importante, los hechos, por decirlo así. Y sobre todo; la satisfacción con uno mismo, con lo que ha hecho, que muchas veces nos parecerá que no fue lo suficiente, pero sí sabremos que fue decisivo hacerlo.
Me ha hecho gracia la forma de exponer la manera de trabajar de vm, que no deja de darle vueltas a la ficción, a la realidad.
iluminaciones.
Sí, la trayectoria es lo importante, desde el punto de vista de lo que se crea, pero desde el punto de vista de las posibilidades materiales de continuar sí que importa el momento y sí que hay pronto y hay tarde, y algunos que tal vez nos quedaremos al borde de un camino.
"Tarde" es una palabra, a menudo, tan injusta con uno mismo...
A.G.
Supongo que sí, A.G., que es injusta, según cómo se mire...
Entiendo lo que quieres decir, a mí también me parece que llego tarde a todo, pero la realidad es que si somos capaces de hacernos esa pregunta es que hemos llegado en el momento justo. Quiero pensar que es así.
Ojalá sea como dices, JML, ojalá mis negros pensamientos de estos días (atados al fantasma dickensiano de estas fechas y al dolor de la pobre muela desvitalizada, excavada, horadada). En este momento hace un sol radiante, me va a llegar mi cestita ecológica quincenal y luego me voy a una radio a hablar de La plaza del azufaifo, así que no parece un día lúgubre como ayer y anteayer
¿tarde? ¿pronto?
lo peor, desde mi pdv es la autosatisfacción, eso sí que mata todo
a veces puede ser bueno suspender el juicio sobre aquello sobre lo que no tenemos control
y mirar el instante presente
yo veo que el que el tuyo está también lleno de cosas, de personas, de frutos, de valores
Disfruta del día si hoy, como dices en el último comentario. Eso es lo único que se me ocurre decir, los días que ahora empiezan para mi son claramente los peores del año.
Yo espero ver esa novela tuya, y aunque es cierto que hago pocas fotos con la cámara de película, puse el carrete para tu presentación del libro de los Balcanes y si puedo venir al "Algunos hombres.." pues en el mismo rollo te tendré en la presentación de dos libros. No está mal !
"yo recuerdo como antes todo estaba por hacer y por joven debía esperar mucho a que algo llegara, y un día me di cuenta de que ya llegaba tarde a casi todo, y ahora me pregunto, cuándo estuve en el medio?? cuándo fue aquel momento idóneo?? extraño"
Yo me apunto a la reflexión de V, no se si estuve nunca en el momento idóneo. Pero hoy lo veo todo muy negro y mejor me callo.
Gracias, Álvaro, sí, tienes razón con lo del momento y las dudas. Esperemos no caer en esa tonta autosatisfacción que destruye la escritura... También tú, Friks, sé que a ti tampoco te gustan estas fechas... Me alegrará verte el día 11, ¿te dije que soñé que me escaqueaba de ese acto? Y una voz me decía: No puedes escabullirte! Es la presentación de Tu libro!
Muchísimas gracias, Eph, por esa lectura tuya que me interesa y que va desgranando puntos sensibles, los lugares donde tú pones la lupa, le verre grossissant que diría Proust, y que para mí, por afinidad, son importantes también. Gracias! Acabo de cambiar el link tuyo!
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