jueves, 26 de noviembre de 2009

Libros y guiños

Foto: I.N., Escaparate del librero de la calle Berlinès, con Kafka y Casanova, Herta Muller y las lecturas de jeunesse de Tournier, entre otros, esta mañana Anteayer fui a la presentación de dos libros de Carles Hac Mor, Regoc, Himnes del no-ésser y uno de Ester Xargay con imágenes de Vicenç Viaplana, Eixida al sostre. De camino a Laie pasé por Llibres del Mirall y pesqué una bonita edición de las Cròniques de l'ultrason y L'estació de J.V. Foix (de Quaderns Crema) y las Opiniones del gato Murr sobre la vida, de E.T.A. Hoffmann (recomendado por E.C.). Me puse a leer mientras andaba, contagiada del humor surreal de Hoffmann-editor de su gato escritor y sus comentarios supuestamente incluidos malgré lui y que el gato Murr aprende a escribir con esfuerzo y para componer su libro va rasgando hojas de la biografía del director de orquesta Kreisler (así inspiró a Schumann su obra para piano Kreisleriana), y esas hojas arrancadas se imprimen alternadamente, por error, con sus Opiniones en el libro final. Cuando levanté la vista del libro descubrí un escenario recóndito para mi libro de la ciudad, y luego otro, pero no llevaba cámara, así que anoté adónde debía volver. La presentación de Hac Mor-Xargay fue brillante, Xavier Garcia y Jordi Marrugat deslumbraron con su análisis de la obra de Hac Mor y votaron por una necesaria edición de sus Obres Completes y Xargay leyó un poema, un convaleciente Hac Mor leyó un texto ajeno (con sus comentarios a modo de apostillas irónicas y aceradas), Viaplana mostró las imágenes y todos discutieron del orden con que debían hablar, y un niño habitual se ocupó del ruido de fondo. Y flotaba esa luminosa estructura deconstruida de las palabras reaprendidas en un alfabeto desconocido, como aquel que aparece ante los ojos insomnes de Foix. Luego me fui, leyendo a Foix maravillada porque esas crónicas oníricas (con misteriosas damas extraordinarias que mueven los ojos com qui espargeix herba y que le entregan ramos de flores y le invitan a seguirlas de noche hasta lugares lejanos e ignotos) me hechizaban y porque me parecía leerlas como si las hubiera escrito para mí, haciéndose eco de mis pensamientos (Tanqueu amb forrellat la porta quan truquen aquells a qui corca l'enveja!) y cuando salí del metro en la plaza Joaquim Folguera, una vez más entre esos preciosos almeces (que el ayuntamiento va a cortar para agravar más el déficit de árboles por habitante de esta pobre ciudad) y que hasta ahora celebraban al poeta, y en ese momento leí: "Teníem un engany, però, animats per l'aparició mig borrosa de la figura d'En Joaquim Folguera, que va decidir per on calia anar, vam avançar, brandó encès i alçat enlaire, tot recitant-nos els uns als altres versos inèdits a mig to." Anoche volví al viejo Velódromo con otra Isabel y estuvimos departiendo y despotricando y contándonos, y aunque la contemplación de los espejos tras la barra y el tragaluz y los billares y todo lo que restituye la historia del lugar me alegraba el espíritu, sentíamos la presencia de ese público de aire analfabeto y tosco que ha sustituido al de antes y a aquellos camareros auténticos que aún recuerdo. En cierto momento bajaron la iluminación y subieron el volumen de la música hasta extremos de discoteca y el público empezó a aglomerarse de pie en la entrada, un tanto absurdamente. Entonces nos fuimos. Hoy he seguido un consejo de Pere Gimferrer y he conseguido un libro de Raymond Roussel, Comment j'ai écrit certains de mes livres, donde Roussel, con su humor surreal, revela un procedimiento que pudiera servir a muchos escritores, consistente en tomar dos palabras similares, como billard y pillard, hacer dos frases casi idénticas con ellas y construir un cuento que empezara con una y acabara con la otra. Por lo visto Gimferrer tradujo ese libro intraducible para Tusquets hace años, auténtico desafío lleno de juegos de palabras como trampas que tal vez sólo un poeta lograse superar. El libro incluye dos guiños para mí, que no he podido evitar leer en el metro: "Bel-et-Bon" (donde mi nombre se asocia al balido como en el poema que me dedicó Hac Mor) y "Raymond Roussel et les echecs dans la littérature" (lo he leído como punición por mi licencia con Duchamp y la sustitución del ajedrez por cartas en mi primer cuento). Pero luego he vuelto a mi deber y me he puesto a leer a Isabelle Eberhardt para completar mi ensayo, trasladándome automáticamente al desierto y sus ksars, a Aïn Sefra (donde murió, con la lluvia de barro que hundió su gurbí) y a Oujda y la melancólica monotonía de los países de arena y las letanías de los sutras, interrumpidas siempre por lo inesperado.

25 comentarios:

Icíar dijo...

¡Vaya¡ no un libros, ¡sino DOSSSS¡, y debajo de Kafka.

¡Qué divertido y qué mimada¡

Me tengo que ir zumbando. He seguido el impulso de la fotografía y te comento antes de leer la entrada. Esta noche leeré tranquilamente el texto.

frikosal dijo...

Yo, creo que entre otros muchos, puedo dar fe de haberte visto leyendo por la calle (cosa que a mi no me parece tan extraña).

Pero lo de que la lectura te lleve a un escenario recóndito ya es otro nivel :)

Isabel Mercadé dijo...

"Desde que al antiguo erudito Crátino se le ocurrió decir que la letra b se pronunciaba como el balido de la oveja (...) no son pocos los gramáticos que la repiten; nuestro Diccionario de Autoridades, por ejemplo, lo explica así: "Los hebreos la llaman Beth, los griegos Beta, los egipicios Bida, y los latinos, y todos los occidentales, Be, cua pronunciación imita el balido de las ovejas, con el cual se explican." (...)
Como al principio hemos sido un poco injustos con ella al decir (...) la consideración popular ese sonido bilabial tan asociado al balido de la oveja, al babear, al balbuceo, al ruido del sapo, al eructo y a los burros, bueno será equilibrar la fama de esa letra colocándola en su ambiente místico:
las tradiciones hebrea y sufí ven simbolizada en la letra b la creación del mundo; la Biblia empieza con la palabra B'reshit "Al principio..." y el Corán con Bismillah "En el nombre de Alá"; (...) la primera letra de los libros sagrados es la b."
De "Historia de las letras", Gregorio Salvador y Juan Ramón Lodares.
Con un gran abrazo,
Otra Bel.
P.S. Qué lujazo de sombra...

Icíar dijo...

Muy agradable todo, y acabar la entrada trasladándote al pasado, por obligación, como una viajera aventurera, no está nada mal.

Belnu dijo...

Ah, tú me viste leyendo por la calle? No me acordaba... A mí me encanta, voy mirando de reojo para no tropezar, y de pronto veo algo inesperado, como ayer...

Belnu dijo...

Bel, gracias por tantas B... ¿viste el poema de Hac Mor, se basaba en que cuando ponía Belnu el corrector le ponía Beleguin, que significa Balen, es decir, el presente de subjuntivo de balar en catalán. Pero parecía un nombre ruso, cuando recitaba Beleguin, beleguin! A mí me recordaba a Gogol... También hay muchos demonios con nombres en B y Z y Manolo Borja Villel decía que Zbelnu era un bonito nombre de demonio, como Belzebuth y otros... Pero la B también significa Bien, muy bien, bravo!

Belnu dijo...

Supongo que con la sombra te refieres a estar bajo Kafka, eso me hace feliz... y es gracioso que esté Casanova, y me gusta que esté Herta Muller, y es bonita la portada de Dante Bertini.

Belnu dijo...

Icíar: sí, es bonito ese escaparate, ¿verdad? Pero a qué te refieres con acabar en el pasado? Yo creo que he acabado con lecturas!

Ephemeralthing dijo...

Curiosidad grande por saber que lugares anotaste para obligatoriamente volver.
Donde yo sé que no vuelvo es donde estuve hace como un mes, el Velódromo, otro lugar como sustituto del gimnasio, sólo para quemar energías de la manera más estresante.

Icíar dijo...

"Pero luego he vuelto a mi deber y me he puesto a leer a Isabelle Eberhardt para completar mi ensayo, trasladándome automáticamente al desierto y sus ksars, a Aïn Sefra (donde murió, con la lluvia de barro que hundió su gurbí) y a Oujda y la melancólica monotonía de los países de arena y las letanías de los sutras, interrumpidas siempre por lo inesperado".

(Incluso esa obligación o ese deber, me ha parecido agradable).

Belnu dijo...

Ah, Eph, saldrán en el libro esos lugares, verás... Del Velódromo sí me gustó la restauración, pocas veces en BCN se restaura algo así con delicadeza, lástima el plan del negocio, los camareros, la música nocturna y ese público

Belnu dijo...

Gracias por la aclaración, Icíar No mi pasado sino un pasado literario, entonces... Como yo nunca estuve allí no entendía lo de "volver al pasado"...:)

Madison dijo...

Hala!!!! que lujo de escaparate, tu libro por duplicado y al lado de Kafka.
Genial
Un abrazo

Belnu dijo...

Mejor, debajo de Kafka, Madison

Ephemeralthing dijo...

Cierto, para ser Barcelona la restauración del "Velódromo" admira, ¡hasta las cadenitas de los ventanucos están ahí!, ... pero igualmente todo es como una parodia, y el ruido, siempre el ruido. Ayer borré de mi comentario algo referido a eso pues resultaba impertinente al considerar tu frase "estuvimos departiendo y despotricando y contándonos". En esa atmósfera sonora me preguntaba qué se pueden contar las personas que no sea nerviosamente. Menos mal que huisteis en el momento que bajaron las luces.
Esperaré a averiguar cuales son esos lugares, ya comentamos el otro día como aparecen en tus textos como prolongación del espíritu de los personajes y no como escenarios mitificados.

Belnu dijo...

Sí, sí, cuando llegamos se podía hablar, Eph, pero cuando subieron la música fue horrible, y era como tú dices todo tan absurdo y ridículo. Y es que en Bcn no puede mantenerse naturalmente un café de siempre, uno bonito?
Gracias, aunque me da miedo que cuando descubro un lugar bonito lleguen los de infraestructuras y lo destruyan con sus metros o los de parques y jardines y talen los árboles o Hereu lo quiera convertir en un centro comercial con parking o una montaña rusa.

Belnu dijo...

Eph, hoy hablaba con Objeto a de esa lectura tuya de mis cuentos/libros referida a la ciudad y a los rincones que antes estaban abiertos en la época en que creíamos que muchas cosas eran, serían posibles y que ahora no lo son, todo lo que han ido enterrando en cemento y parque temático comercial...

Ephemeralthing dijo...

Es que , ¡incluso en Paris!, ... este septiembre, paseando por el barrio de Ménilmontant pude ver espacios reutilizados por gente inquieta y creativa pero sin un interés claro todavía por entrar en el "mercado", y de alguna manera ese ánimo romántico significa que cierta libertad de espíritu, de acción está claro, persiste en la ciudad. Que ese espíritu todavía permanezca significa que quien que está dentro del "mercado" también se alimenta de él. ¡No cuento lo que es Berlin en ese sentido!.
El día anterior paseando por las calles de encima del Palais Royal nos metimos en la Gallerie Vivienne, allí empezó Gaultier con su tienda, y coincidimos con la inauguración de una tienda de vinos. Nos "colamos en la fiesta" y fue sensacional: se notaba igualmente ese "laissez faire".
Recuerdo ya hace unos años, más de siete o seis, quise conocer los espacios administrados por el Ayuntamiento dedicados a la "creación joven", "Hangar" en Poble Nou y otro, no recuerdo su nombre, en un rascacielos en la Verneda o más allá, justo antes del Besós, quizás "El Piramidón". Eran de una asepsia sin ningún interés, para eso uno entra en cualquier galeria de Consell de Cent y se encuentra a otra escala con lo mismo.
Al "coincidir" con el local de Conde del Asalto en tu historia "Estrenos" me di cuenta que Barcelona ahora está completamente ocupada por la especulación, no hay un espacio libre, ya sea de propiedad privada o pública, que pudiera acoger ninguna iniciativa mínimamente ajena al mercado o supeditada al gusto y orden de las administraciones.

Belnu dijo...

Exacto, Eph, es triste ver cómo nos lo han ido cerrando todo y lo que cuesta que la gente pueda apropiarse de algo creativamente, como tú dices, en Berlín es increíble, pero incluso en la cara París es posible, hace relativamente poco vi una diminuta cabaña construida para vivir por unos diseñadores emergentes en parís en la isla esa sin dinero y era genial. Pero es que aquí está todo cerrado y el espíritu también. por eso hay que andar por ahí para airearse sin esta asfixia

civisliberum dijo...

Curiosa la costumbre de leer mientras se anda por la calle, si bien cada vez hay más gente que se abstrae de lo que ocurre a su alrededor escuchando música mientras anda y leyendo intensamente en el bus o el metro, poca gente he visto que lea mientras esta andando. Personalmente y con excepción de algún periódico en el bus, prefiero observar por las calles a la gente y los edificios del entorno.

Anónimo dijo...

Es verdad que solamente pueden exponerse los hechos, explicarlos, podemos hacer poco más, porque ante la avalancha de acontecimientos, somos nada, por muy trabajadores que seamos, y sin embargo. Entonces nos queda el sentido de la anticipación, la visión, que también sirve en la escritura. La realidad y la escritura
La desconfianza en la filosofía es cada vez más patente, por esto que digo. yo creo que partimos siempre de la pérdida, si no, no habría posibilidad de comienzo alguno.
iluminaciones.

Belnu dijo...

Sí, Civilsib, yo también observo a veces, si estoy sentada, o si voy andando en un domingo de ciudada desierta, pero otras veces, en mis trayectos habituales, voy leyendo

Belnu dijo...

Iluminaciones, no sé si contestas a esta entrada o a la posterior, que habla de la pérdida, o quizás respondes a las dos juntas... Pero es verdad que en los libros y en la escritura está esa visión de la que hablas...

Anónimo dijo...

Sí, iba en la otra entrada pero se me coló aquí. El ejemplo de Roussel me ha recordado a las sextinas que hacía Brossa, alternando y repitiendo algunas palabras para crear el poema estructurado, pero que abría otro tipo de libertad de composición.
iluminaciones.

Belnu dijo...

Es verdad, Iluminaciones, esos juegos pueden abrir caminos, como las rimas, como los dados de Mallarmé o las tiradas de John Cage o los ejercicios oulipianos