domingo, 26 de octubre de 2008

Otra vez aquí

Caspar David Friedrich, La Luna saliendo sobre el mar, 1822
El viernes salí de mi sesión maratoniana con el dúo de dentistas argentinos. Es curioso, en la sesión con él, a pesar de tener esas obras excavadas en la boca (abierta), con vibrante estruendo y molestias, me dormía todo el tiempo. Cuando se lo dije, me contestó que eso era un elogio para un dentista. Luego pasé a ella, mucho menos delicada, por no decir brutal, y la cosa fue muy distinta. Me destrozó el labio y la mejilla, no se acababa nunca y salí dando tumbos. "Te va a doler y es en serio", me anunció. "Tómate ya lo que tengas". Me fui a casa y la homeópata me recordó los remedios: belladona y árnica alternadas y así empecé. Necesitaba andar y me las llevé conmigo. Ese viernes estaba lleno de acontecimientos culturales. Me habían invitado a ver a Dave Eggers en Kosmópolis (por alguna extraña razón la invitación sigue llegando de Facebook), pero esa hora había pasado en la silla del dentista (dejando a Lou aparte), me habían invitado a ver a Pierre Assouline hablando con Sergio Vila-San-Juan en el Caixafòrum, pero mi energía no me llegaba para andar hasta allí, ni podía arriesgarme en mi estado, aunque me habría encantado escucharles. Y finalmente estaba el Espai Freud, una conferencia de Miguel Morey sobre Foucault, en el Palau Robert. Me pareció menos arriesgado. Si no podía soportar el dolor, me iría discretamente andando a casa. Fui para allá y no me arrepentí.
El lugar estaba abarrotado y de un público heterogéneo, de todas las edades y de distintos backgrounds. Morey estuvo claro y brillante, dibujó un retrato personal de Foucault, no sólo su pensamiento sino la persona que hay detrás, pero sobre todo, con su pasión filosófica retrató al Foucault combativo, rebelde, su trayectoria desde la Historia de la locura a Les mots et les choses, Vigilar y castigar y la Historia de la sexualidad, su activismo contra las cárceles, sus respuestas frente a la estupidez acusatoria de su vida sexual, su defensa de que somos más libres de lo que pensamos. Alguien preguntó que si Foucault viviera, se enfrentaría al psicoanálisis (como si el psicoanálisis fuese "la amenaza"). Morey le contestó muy atinadamente que Foucault ya había dicho lo que pensaba en ese sentido y que él creía que, si viviera, Foucault se ocuparía de los medios de comunicación. Lo que nadie dijo, y me extrañó, porque había psicoanalistas entre el público, y yo sentí que debían decirlo ellos y no yo, fue que pese a la aversión de Foucault por toda institución y aparato y luchas de poder y estancamiento, incluidas las organizaciones psicoanalíticas, lo que allí se estaba diciendo coincide estrechamente con la posición psicoanalítica, al menos con la parte subversiva y rebelde del psicoanálisis, en esa escucha y despenalización de la locura, ese desenmascaramiento del poder que encierra a quienes no se avienen a razones, les quita la mordaza y les devuelve la palabra, en los caminos que abrió Freud y que reabrió Lacan, en la oposición a la postura carcelaria y represiva o conductista de psiquiatras y psicólogos. Pero fue realmente magnífico (Por cierto, podéis escuchar la conferencia en la web del Espai Freud). De la frase final como idea básica de lo foucaultiano: "No tenemos por qué obedecer", que nos inspiró a todos, un joven con rastas, tal vez más dominado de lo que creía, dijo: "Pero si no hay por qué obedecer, entonces yo no esperaría el orden de palabra o me pondría a dar gritos aquí..." Morey le respondió preguntándole: "Ah, ¿tú haces eso por obediencia y no por sentido común o cortesía? Yo creo que es cuando nos dan palo cuando perdemos esa consideración por los otros..." Me pareció muy tristemente sintómatico de este país sometido por la dictadura franquista y su opresivo e inmenso legado que un joven (con rastas) confunda el sentido común y la consideración a los otros con el sometimiento. Es una clave. De por qué antes había rebeliones que intentaban cargarse un sistema y ahora sólo hay estallidos de violencia ciega contra los más vulnerables o contra cualquiera, contra los indigentes o los inmigrantes o cualquier coche que pueda quemarse. De por qué predomina esa falta de sentido común y de consideración por los otros, pues la cortesía sólo es eso, consideración por los otros. No tirar basuras al mar, ni a la calle ni al jardín del azufaifo, no imponer a los demás nuestro propio ruido ni nuestra propia música, ofrecer un buen trato a quien no nos ha hecho daño, cuidar el entorno y la ciudad, no destruir lo que puede servir también a otros, cosas así que parecen haberse perdido en este pobre país, gracias a aquella herencia violenta de la dictadura. Como los colegios represivos donde la rebeldía consiste en destrozarlo todo. Uno difícilmente aprende a cuidar o a apreciar el entorno si no le dejan vivir, si se acostumbra a los palos.
Volviendo al tema anterior, un artículo en el suplemento de El País semanal habla o pretende hablar del éxito de la serie In Treatment (En terapia) que comenté aquí: el artículo lo confunde todo, no sé si por ignorancia de quien escribe o por esa insistente perversión de las cosas. La periodista, que no parece saber nada, llama psicólogo al psicoanalista (cuando esa escucha suele ser opuesta, opuesta la perspectiva , el psicólogo intenta apagar el síntoma, el psicoanalista lo observa y traduce, lo considera una forma de llegar a lo que hay detrás; el psicólogo lo pone todo fuera y da consejos; el psicoanalista no juzga, no moraliza, le interesa más escuchar el deseo y la necesidad interna, acoger al niño y al monstruo que nos habitan, darles la palabra, asumirlos, y no da consejos ni intenta integrarnos ni que encajemos necesariamente en esa realidad sometida); el artículo atribuye a "los americanos" la necesidad de esa escucha, cuando la tenemos todos o cualquiera. La fascinación de esa serie (que no interesa a Cacho y sí a V) es para mí precisamente contemplar esa escucha en la tv, en este país donde tanta falta hace, donde la gente hace equilibrios y carambolas para huir, donde la mayoría prefiere doparse y negar antes que saber lo que les pasa por dentro. Y donde cada vez que hablo de estas cosas me llegan mensajes insultantes de personas que detestan ese lenguaje, que por alguna razón se sienten amenazadas por su mera existencia, como si alguien pudiera obligarlas a psicoanalizarse. Que exista esa opción les altera. En lugar de distanciarse e ignorar aquello que no les interesa, prefieren seguir leyéndolo con furia, en un desesperado diálogo consigo mismos, sin lograr acallar un interrogante que les hiere. Es un misterio.
También me cuesta entender a aquellos que se enfurecen porque algunos defendamos los árboles de esta ciudad. Como si eso les impidiera algo o molestara a sus vidas. Como si no pudieran aceptar que no todos pensamos lo mismo y que algunos necesitamos el oxígeno para respirar. Como si eso impidiera a alguien dedicarse a otras cosas (por cierto, mi libro balcánico, cada vez más cerca).
Y hay gente que se siente amenazada por el trabajo de memoria histórica necesario en este país. Quien escuche o lea los testimonios de tantos que se recogen en el proyecto de Teresa Morandi y Anna Miñarro (Trauma psíquic i transmissió) comprenderá enseguida que es un proceso necesario para recobrar la salud mental de este pobre país. "Un país de cagats", decía Casasses el otro día en una entrevista. "Ningú no s'atreveix a dir res". Y efectivamente. Leyendo el Quanta, quanta guerra de Mercè Rodoreda, ¿cómo alguien puede pensar que hay que pasar página, amordazando a todos los que aún sufren traumas heredados de aquello, y dejar impunes a los perpetradores y que ni siquiera se señalen sus nombres, y que la justicia renuncie a su trabajo simbólico?
Tiene razón J., que me ha recomendado el artículo de Sagarra de hoy en La Vanguardia. Y aún no he leído a V.M. en El País...
Llevo dos mañanas andando por el bosque e intentando desintoxicarme cerca de los árboles. Si todo va bien, el jueves volveré al Montseny. He acabado mi cuento de cuentos y con él, el libro; sólo me queda tomar una decisión, incluir o excluir aquellos otros tres cuentos de mis dudas. Y empezar a pensar en ese otro nuevo proyecto... Antes de salir, he acompañado a Ana y le petit (grand) Nicolas a ver al azufaifo. El jardín se veía armonioso y olía a tierra. Al fondo, seguían allí las ratas de siempre.
Firmen aquí para que no talen plátanos y palmeras de la Diagonal, ni almeces de Joaquim Folguera ni... (y ni caso a la demanda de dinero, es cosa de la web, no nuestra, ignórenla!!!)

18 comentarios:

Dante Bertini dijo...

los comentarios ingleses hablan de un psiquíatra, así que no sé muy bien a quién creer. Sin embargo, por mi relativa experiencia en estos asuntos, tendería a pensar que lo es: entrometiéndose tanto en los deseos del otro, no dejando que aparezcan como son, desnudos de interpretaciones y consejos.

Pensando en algunos filmes exhaustivos de Bergman, en la misma "El nido vacío" que ví anoche, la encuentro lineal y un poco frívola. A pesar de ello, le otorgo mi confianza y un poco más de tiempo. Ojalá todos los productos televisivos, sobre todos los nacionales, tuvieran este nivel de interés y riesgo.

frikosal dijo...

"Un país de cagats", decía Casasses el otro día en una entrevista. "Ningú no s'atreveix a dir res".

Es cierto, yo soy el primero que no me atrevo a decir todo lo que pienso, solamente digo una parte.

Gente que hable, con inteligencia y sin estar a las órdenes de nadie, hay pocos. Y no se si son muy escuchados.

Casasses debe ser un personaje, me gustaría conocerle.

Belnu dijo...

Seguramente hemos visto una peli distinta, Cacho. O bien tenemos una experiencia distinta del análisis, o bien yo en 13 años no entendí nada...

Belnu dijo...

Bueno, Friks, a veces no hay que decir todo lo que se piensa, sobre todo en el terreno personal, por consideración a los otros y porque hay cosas inútiles, que sólo hacen daño o hay que respetar ciertas reglas de juego.
A mí lo que me molesta es que sea tabú lo más importante que pasó en este país en el siglo XX, que sea tabú criticar esa violencia de 40 años, que sea tabú la historia y el pensamiento y que franco nos haya dejado todo tan atado y bien atado.
En cuanto a Casasses, ya sabes que yo soy fan.

Anónimo dijo...

Quasi terapèutic aquest post, Bel, amb el dia que porto. M'ha agradat el que expliques de la conferència del orey sobre Foucault, i la falsa minirebel·lió del jove de les rastes. M'encantaria veure aquesta sèrie. Posar "psiquiatre" en comptes de "psicoanalista" només pot fer-ho això, un periodista... Són molt llestos. Moltes gane de veure In treatment. I no, no s'entén les ganes d'oblidar d'aquesta societat nostra, com si es pogués deixar enrere i tots tan tranquils.

(Otra vez aquí és un molt bon títol per aquest post!)

ARV

Belnu dijo...

Gràcies, ARV!!!! M'alegro que el meu post precipitat pugui tenir un efecte gairebé terapèutic per a algú! Avui jo tenia un dia post-intoxicat i m'ha semblat que el títol i el quadre s'hagin posat sols! Vull dir, que jo mateixa els hagi posat a cegues, sense entendre ben bé què volia dir. Però aquests casos generalment són favorables...

Anónimo dijo...

absolutamente de acuerdo con la manera de pensar el psicoanálisis, zb.
esa constante comparación errónea siempre confunde una cosa con otra (y con otra) metiendo en una misma bolsa la psicología, la psiquiatría y la psicología.
el tema (tal como se lo trata desde todos los medios) y el desconocimiento absoluto, confunde aún más a la gente.
pusiste las palabras adecuadas y un poco de luz (no estaría de más que propongas una columna de este tipo en la Vang.)

kosmópolis... interesante pero muy caro se me hace (8 €, verdad? un precio razonable y acorde a estos tiempos desastre debería ser de 3 €)

Belnu dijo...

Gracias, Mr. Ed!
Me parece que si no te lo proponen ellos, es muy difícil que en La Vanguardia o El País acepten una propuesta de columna de alguien como yo, no-famosa, es decir inexistente. A menos que uno proponga una de esas cosas que claramente harían subir las ventas de forma espectacular...

Anónimo dijo...

bueno, pero al ser una franja poco explotada... ya no sólo la del psicoanálisis en los medios, sino la de las editoriales que publican psicoanálisis... en fin, creo que hay ahí un pequeño hueco (arriesgado, sí) que podría ser explotado por parte de un periódico tipo elpaís o lavang.
una columna que no hable de psicoánalisis directamente, claro, ni escrita por una experta/o psicoanalítica/o, sino escrita desde la experiencia personal.

yo sí creo que debe funcionar (si se asume el riesgo por un tiempo)


ed-

Belnu dijo...

Si eso lo propusiera un psicoanalista famoso... pero en este país no hay psicoanalistas famosos y se les ningunea siempre, y si salen les llaman psicólogos, etc, pero nunca salen en ninguna parte. La mentalidad mainstream es antipsicoanálisis y los periódicos no se excluyen, sino al contrario. Los actos importantes, conferencias, Año Freud, etc del psicoanálisis no se reflejan en los medios, por mucho que se esfuercen ellos. Nada es casual.
Y por otra parte, qué iba a aportar yo? A quién le importa la experiencia de alguien desconocido en un periódico? Si fuese un niño superdotado o una secuestrada y liberada o alguna de esas cosas que a al gran público le interesan... en fin.
Y por qué iba alguien a asumir un riesgo en un momento de crisis?
No sé, quizás yo sea muy pesimista pero creo que los 300-400 lectores diarios de mi blog NO le interesan a ningún periódico en este país.

Anónimo dijo...

no sé por qué deberían asumir una columna así en tiempos de crisis, pero supongo que porque son momentos de debilidad de la gente... de todos, y eso nos vuelve más susceptibles y a la vez, más abiertos. cosas que antes pasaban de largo ante nuestros ojos, en momentos como estos, simplemente le damos una oportunidad... ayer, por ejemplo ayer, estaba conversando de fútbol (sin decir la palabra "fútbol"), del partido que acabábamos de jugar, en el metro con un amigo, cuando una señora nos interrumpe para decirnos que vamos todos muy enloquecidos y que debemos darnos cuenta de eso porque todos estamos más agresivos y podemos dañarnos y que ella tiene dos hijas divorciadas que están endeudadas y que ella vive con 600 euros al mes y que está preocupada porque la gente está más agresiva y susceptible... intenté explicarle que estábamos hablando de otra cosa, de fútbol, sin embargo claro, en el fondo estábamos hablando de la agresividad con la que estábamos jugando el último mes...
hablábamos aparentemente de dos temas distintos, pero podíamos también hablar del mismo.
de hecho, eso hicimos.


e-

Belnu dijo...

ESo que dices es completamente cierto, Ed. Es verdad que en estos tiempos hace falta aún más la escucha psicoanalítica, y por eso también puede tener éxito la serie esa que ahora ponen en la Fox pero dentro de poco estará en las cadenas normales (los primeros episodios ya están en youtube, aunque por lo visto es difícil verlos seguidos). Pero otra cosa es que en los medios piensen así o a quién le den voz.
A mí siempre me habría gustado tener una columna, por eso hice el blog. Pero para tener un espacio en un medio, entre mil otros que empujan por tenerlo y reducción de papel, hay que tener un nombre que garantice ventas a priori, o un tema que parezca muy comercial a quien decide. O por lo menos tener un contacto muy bueno con quien decide, y yo ni siquiera sé quién se ocupa de decidir eso en La Vanguardia... Ahora de pronto me ha surgido la posibilidad de hacer en libro aquel viejo proyecto de columnas que hice, y que era demasiado literario para LV. Tengo editor y coeditor institucional. Y de pronto tengo que ponerme a esbozarlo y ay...

Dante Bertini dijo...

Hablando con psicoanalistas sobre la serie, me preguntaron ciertos datos, según ellos necesarios para saber si este señor era psicoanalista o cualquier otra cosa similar. Me dicen que probablemente sea un psiquiatra, tal cual lo anuncian las gacetillas publicitarias estadounidenses que he leído. Envié un aviso a los Xoroi para que la vean y opinen, si es posible.
Yo juraría que al menos no es lacaniano.

En cuanto al porqué de la indiferencia frente a las talas de árboles, te responderán que habiendo semejante crisis económica quién se preocupa por esas nimiedades. Es lo mismo que cuando atacas el toreo y te responden que deberías preocuparte por los ñiños hambrientos -como si ellos lo hicieran- o defiendes tu derecho a no respirar nicotina y te dice que más contaminan las centrales nucleares.

Belnu dijo...

Sólo estoy de acuerdo en la primera parte de la segunda parte de tu comentario, ja ja, ya lo sabes...

el objeto a dijo...

auqnue evidentemente el psiquiatra-analista de la serie no puede ser lacaniano (es una serie norteamericana) a mi me parece mucho más lacaniano que otros lacanianos que conozco. Ya sabes que yo defiendo esa serie porque me parece más que heroico que consigan dibujar un personaje terapéutico que no ocupe un lugar de saber, es decir que le muestre al paciente o analizante que tiene un saber sobre él. Ahí radica un poco la magia de este analista.

Por otro lado, leyendo lo que decías a partir de la conferencia de Morey y el problema del país desmemoriado, yo pensaba que quizá el problema de esta guerra sin resolver sea también la de que vencedores y vencidos no parecen haber superado el estatutos de víctimas, y por eso les parece que el sentido común y la cortesía son un lujo y que la única manera que tienen para responder es la violencia en la palabra, en el acto, en la defensa. Por eso te atacan con el psicoanálisis y por eso por las 10.000 veces que lo expliques nadie será capaz dedistinguir en 50 años a un psicólogo de un psicoanalista. A la gente de aquí le sigue pareciendo un lujo innecesario esa sutileza.

Belnu dijo...

En efecto, Petite et intelligente a! Así son las cosas. Yo siempre cito aquí una frase de Anna Miñarro de que aquí en España la izquierda sigue en posición de víctima y sirviendo al amo.
También hay un artículo de Roudinesco sobre Freud en América, que explica las diferencias y adaptaciones. Y el libro de Bettelheim Freud y el alma humana también lo explica. Pero fuera de eso, que todos sabemos, la peli vale la pena, al menos para mí.

Ephemeralthing dijo...

Me alegro que hayan limpiado ya el solar del Azufaifo.
Otra vez, lo que no sale en televisión no existe.

Los psiquiatras siempre los he visto como "camellos" legalizados y esta ciudad está llena de gente completamente dopada gracias a ellos.
Mi experiencia con la terapia es la de que algo de "conductismo" y otro algo de "autoanálisis" es lo que me ha funcionado. Digamos, mitad-mitad.
Las drogas legales e ilegales, no las diferencio, sólo sirven para "tapar" los síntomas que producen una enfermedad o alteración emocional, es decir, para nada. O no, me equivoco: sirven para ocultar y por lo tanto empeorar el problema.
El autoanálisis es esencial, pero que te indiquen o sugieran, no impongan, que hábitos o conductas pueden ayudar a ir resolviendo la angustia también es importante y útil.
Un psiquiatra sólo impone.
El "conductismo" que ejerció Morey en el joven de las rastas me parece ejemplar. Si el joven no sabía distinguir entre una cosa y otra está bien que alguien se lo explique, sobre todo para que se de cuenta de las veces que lo único que hace es "obedecer" a cuestiones que no tendría que "tragar".

Tout va bien.
Precioso el Friedrich.

Belnu dijo...

Gracias, Eph, pero disiento. Eso no fue conductismo en absoluto, sólo explicación clara y dialéctica pura. Sólo faltaría que no se pudiera hablar o explicar sin caer en eso... Perdona, ya sabes que yo destesto el conductusmo, las terapias cognitivo-conductuales, la psiquiatría tecno del psicofármaco y etc.
En cuanto a las drogas, no estoy de acuerdo con las versiones oficiales. Creo que somos adultos y cada uno debería decidir, como con la comida basura, el tabaco, el veneno, etc., siempre que no moleste a los demás ni les obligue. Me parece muy mal que limiten unos y expandan otros, y en esto disiento de Cacho. No me gusta que me impongan peligrosos contaminantes, radiaciones, materiales tóxicos de construcción, ruido, etc. Ni que hayan encarecido la comida saludable hasta extremos brutales mientras abarataban y apoyaban la comida basura , gracias a esos lobbies.