Fotos: J. Aguirre. Otra vez yo con mi melancolía fotográfica, en Santa Cruz de Tenerife, en 1986
Ayer puse en un jarro la rosa que me trajo G. y me adentré en el maremágnum de Sant Jordi. Quería celebrar que el librero de la calle Berlinès se había llevado mi Crucigrama a su mesa de la Rambla (dos años después de su salida) y J. se ofreció a acompañarme. Al llegar, yo le compré a ese sabio librero un libro de Enrique Vila-Matas que estuve leyendo en el metro (pura metaliteratura que me fascina, y a la vez siento que me ha robado una oportunidad, y otras veces me quedo desconcertada ante la forma de algunos de sus títulos). Antes pasamos por La Central de Mallorca, donde le compré a J un libro maravilloso de Mario Rigoni Stern (El sargento en la nieve; por algo que me dijo sobre un sentimiento malgré lui, que me recordó a aquel sargento) y él casi me obligó a regalarle también ese libro luminoso y soprendente de Casasses, El poble del costat (yo lo tengo en el cuarto de baño -forrado, lo admito, porque la portada no me gusta- y cada vez que leo una página pienso: ¿Para qué escribir, si él ya lo ha escrito todo? Son artículos (!) de periódicos de los años ochenta, pero él tiene esa cualidad pan... es capaz de nombrarlo todo, al menos para mí, de señalar muchos de mis pensamientos y experiencias al mismo tiempo en esa poética acelerada y febril). J. me regaló un libro muy bien editado de Camil Petrescu, recomendado (lo adiviné) por Marta Ramoneda, y yo me compré una novela donde la autora ventila los demonios de su infancia y que ha levantado ampollas en su familia, y más tarde me asomé a ella: no es un tema que me resulte indiferente. Yo tengo escritos fragmentos de la novela de mi infancia (uno me lo sé casi de memoria, y me gusta), pero siempre me quedo encallada en algún punto y sé bien por qué: quisiera cumplir el mandato chejoviano de que las lágrimas, la rabia y las emociones quedasen fuera (como sí logré en Crucigrama, a mi modo de ver), de poder acoger con afecto a mis personajes, mostrándolos sólo, sin juzgarlos (para que sea el lector quien los salve o condene), aunque en la realidad no les perdone, o mejor dicho, sí les perdone pero procure protegerme de ellos. No usar la escritura para ajustar cuentas, es decir, ser despiadada como manda Faulkner, pero sólo intentando la perfección. La estética exige una sobriedad y una distancia para poder manejar esas heridas, esos conflictos bélicos que seguirán siempre humeando, y tal vez por eso, contra las leyes de mercado que enunciaba una vez el editor Jordi Herralde ("Nosotros nunca publicamos a un autor desconocido de más de 40", dijo, explicando la excepción que hizo con Méndez y sus magníficos Girasoles ciegos, mi libro favorito de la guerra española), yo mejoro mi escritura lentamente, a medida que pasa el tiempo, y sólo si logro vivir suficiente podré escribir lo que tengo pendiente (por suerte, hay editores que no siguen ese criterio de que la juventud sea lo mejor para la literatura, cuando hay pocos Rimbaud y la auténtica literatura es lo contrario de la pasarela). En mi humilde opinión, la escritora cuya novela empecé ayer, que es inteligente, talentosa, innovadora y reconocida, tiene algo pendiente de resolver y ha dejado que ese viejo dolor, esas lágrimas y esa rabia distorsionen su escritura en este caso. Tal vez no sea yo la más indicada para opinar. Pese a todo, su novela tiene un interés indudable para mí y la seguiré leyendo para juzgar o por puro interés espejeado. Tal vez, entre sus personajes, el padre sea el más afinado, puesto que es contradictorio, ella le amaba, y muestra sus talentos y también las debilidades, la cobardía que le impidieron protegerla (eso sí me resulta familiar), y a la vez es un padre simbólicamente incestuoso, entregado a sus excesos, y su muerte es interpretada como algo buscado, casi suicida, y aunque esa imagen paterna pueda ser difícil para la familia, cada uno tiene la suya (Juan Goytisolo pintó a un abuelo incestuoso y abusador en su Coto vedado, y ese hecho dio lugar a una discusión pública entre los hermanos escritores, en El País, hace ya años, donde Luis Goytisolo objetaba que se trataba de una invención). Ahora, la hermana de la escritora, que aún no ha podido leer la novela, porque vive lejos, me preguntaba mi parecer, ¿es lícito que un escritor haga eso? Yo creo que un escritor debe escribir y seguir su deseo, su impulso, aunque eso le valga la enemistad del mundo. Ya lo he dicho aquí. Aunque sea difícil para su familia. Siempre hay maneras (conozco un escritor con una madre inteligente y pragmática, que siempre dice: Estic molt orgullosa de l'èxit del meu fill, però no llegeixo les seves novel·les, y con esa frase acalla a todos aquellos que citándole a él, intentan perturbar su placidez o escandalizarla. Y es que ¿por qué debería leerle?). Pero sólo la escritura de calidad justifica, la escritura sin lágrimas ni emociones que distorsionen. Si Shalamov logró escribir sus Relatos de Kolyma sin quejarse (con todo aquel horror de Siberia, el hambre y el frío y la injusticia de estar allí; por cierto que en el Babelia no le hicieron justicia, no dijeron que lo importante de Shalamov no es lo que cuenta, lo que ocurrió allí, sino su capacidad de convertir el infierno en el mejor material literario, a diferencia del quejumbroso Soljenitsin), si Shalamov pudo con aquello, como decía, ¿no vamos a poder nosotros contar nuestra infancia, por terrible que fuera, sin mojarla de lágrimas ni empañarla con el temblor de la rabia?
Lo decía ayer aquí al dorso: nunca he dejado de reinterpretar mi pasado, y ayer, en ese paseo y comida de Sant Jordi, J y yo nos íbamos diciendo más sobre ese pasado , y la conversación me ha hecho matizar y recapitular una vez más. J me ha dicho algo que me ayuda a separar mi parte de la suya: mi fantasma infantil del rechazo se superponía a una situación que tenía otro significado para él. La felicidad de comprender y de seguir una conversación a través del tiempo. No todos los interlocutores lo permiten o se lo permiten.
Precisamente hoy he recibido varios mensajes que mostraban percepciones distintas de las cosas. Uno de esos interlocutores parecía revestir de un halo maravilloso algo que yo apenas había advertido. Todo es complejo, aunque esté iluminado. Por cierto, que le regalé a G. ese libro de Jonathan Safran Foer, y a P. dos monografías de pintores (yo buscaba Matisse y Hopper, porque creo que es lo que ahora le conviene, pero no pudo ser, y fueron el douanier Rousseau y Egon Schiele, que tampoco le irán mal).
Mi gata Gilda sigue malucha. El veterinario ha recomendado 24 horas de ayuno y yo le añado un remedio homeopático a su bebedero de agua. De vez en cuando maúlla y nos mira, dolorida y perpleja.
20 comentarios:
G es tu hijo?
Está guapísimo :)
Sí. Gracias!! :)
Vengo de donde Cacho ... Me gusta tu blog; me siento comoda aca :o) y tambien para desearle a Gilda una prontisima recuperacion ... Los gatitos tienen 7 vidas; ella lo sabra? :)
Saludos!!
Y bueno, me choca estar dando cumplidos pero cuando algo me gusta, creo que es bonito decirlo...tu te ves divina en las fotos, pareces actriz de cine!!!
Y ví la foto de ese J. también me impactó su guapura...puros bellos en este blog, verdad?
Qué graciosa... han pasado tantos años... Casi todos lo éramos a esas edades, no?
J es el padre de G., obviously, y tenía tantas fotos colgadas que aproveché... Él sigue conservando su belleza, sobre todo destaca en un país donde los hombres son tan feos después de los treinta, se dejan una gran barriga, no sé qué hacen, creo que forma parte del machismo, algunos son completamente informes. En otras partes de Europa hay hombres guapos hasta la vejez y no sólo los gays van al gimnasio. Aquí el paisaje humano masculino es una pesadilla, encaja con el ruido de las obras. Sólo los inmigrantes son guapos (pero eso significa adoptarles y protegerles, y yo no estoy para eso), o los muy jóvenes. En fin, qué conversación. Pero GRACIAS!
qué pasa con gilda?
tendré que llevarle a federico para que la cure con amor?
no hago comentarios sobre bellezas y otras cosas frívolas porque soy un asiduo.
Hola, Cacho! Gilda está mucho mejor esta mañana. Incluso le he dado unos granitos de pienso, que sólo ha probado, y esta vez no ha vuelto a "descomer" y está tomando el calor del sol en la sombra recalentada de su caseta. Pobre pequeña, anoche estaba muy mustia, pero ya empieza a restablecerse.
Gracias, Lillian!! Iré a visitarte yo también... Y sí, Gilda ya mucho mejor...
Gracias por la visita a mi blog... linda sorpresa. Regrese para saber mas de Gilda y veo que dices que esta mejor... Aca hay mucha riqueza de conceptos e ideas, si me lo permites, enlazare este blog al mio, sera un honor para mi. Gracias!
Gracias, Lilian, el honor es mío!
Consternado leo acerca de la fealdad de los hombres después de los 30, que en mi caso fueron 20 por que en ese tema fui precoz. Esto se suma a la negativa de Herralde a publicar a autores noveles de más de 40. Además, acabo de recibir noticia de un señor que al ver la foto de mi iguana me comenta que en cierta ocasión se desayunó una parecida.
Vaya, no tendría que haber mentado ese tema, yo tampoco soy afrodita y tengo mis años, pero no me como ninguna iguana! No, en serio, yo no me quejo de que alguien "sea" feo, sino de que se cultive la fealdad y el abandono con orgullo viril, que se considere que sólo las mujeres deben tener buen aspecto, a veces se ven hombres orgullosos de sus vientres de embarazados criticando la fealdad de tal o cual mujer...
De acuerdo con lo que dices d’Enric Casasses, al leerlo en tu blog he puesto rapidamente el CD de La Manera Mes Salvatge que junto a Pascal Comelade nos proporcionan un excelente recital musicado. También me ha recordado “La tragedia de cal Pere Llarg” de Eduard Girbal, de la que es Editor y que recuerdo muy gratamente. Casasses, Casassas e incluso Cassases, (aunque su padre, el también poeta era Enric Casassas), como el de los hermanos Gabriel/Joan Ferrater/Ferreté, diversas formas semejantes de llamarse uno siendo siempre el mismo.
Pido disculpas por orillar a la intelectual Zbelnu a una charla frívola :(
Pero retomando la frivolidad, lo que comentas no ocurre sólo en España, es común que los hombres pasando los 30 se descuiden y sin embargo sí nos critiquen a nosotras cuando subimos un par de kilos.
Sólo en el mundo latino, Odette. En Francia, en Inglaterra, en Alemania, hay una mayoría de hombres que se cuidan, sobre todo en los medios en que nosotras nos movemos, pero también en otros, van al gimnasio, no consideran que la barriga es motivo de orgullo, aunque se casen no creen que su partner tenga que aguantar por fuerza la obesidad y el descuido...
Zbel(la),
este post es maravilloso! lo que dices sobre la escritura es valiente, lúcido y revelador, pero estás hablando además de una posición vital, de un lugar desde donde estar en el mundo, sin que sea a costa de los demás,
me ha gustado mucho... para pegarlo en la nevera, y releerlo a petits bouts,
bonito también la especie de road-movie con J. por barcelona santjordera,
y sí, es muy chula esa foto de G.
y yo como Cacho, no haré tampoco comentarios sobre bellezas porque soy también asidua, y como bien sabes, la mejor fan de J. (de G y de vos!)
Civislib, el padre de EC sólo se reveló como poeta porque el hijo decidió leerle en público, cuando ya estaba enfermo, y se alegró de saber que sus poemas habían gustado al público. Pero las vocales dan lo mismo...
Gracias Petite a!!!! Ya sabes que tus comentarios y visiones son fundamentales para mí. A veces me pregunto cómo haría antes para vivir sin ellos. Es muy extraño: no puedo comprenderlo!
nena maca, em vaig comprar el CRUCIGRAMA a la cntral del raval (quina llibreria més maca!). el llibre m´ha agradat molt, pero m´ha costat "retrobar-t´hi"). abraÇada des de Preixana s/mer de la montserratona
M'alegro que t'hagi agradat. No sé què et pot haver costat. Els que em coneixen de tota la vida (com el Casasses i moltíssims altres) em diuen que Crucigrama és molt com sóc jo, i jo també ho crec. Però tu no m'has vist mai, ni has parlat amb mi, només m'has llegit al blog (o m'equivoco?), aleshores, no entenc què és el que no hi trobaves... Et sembla diferent que el blog? Per força, els contes són ficció, l'estructura és més implacable, el blog és un gènere obert-calaix de sastre on hi caben tots els gèneres, diari literari, crònica social, assaig, reivindicacions, paròdies... En fi, ja m'ho explicaràs.
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