Mi editor del azufaifo quiere que el libro salga a finales de junio y que celebremos una presentación más abierta y festiva que lo habitual. Al fin y al cabo, éste es un libro callejero, al aire libre. Así que de pronto todo se ha precipitado. Ayer hablé con un poeta trobadoresco-contemporáneo que tal vez, si los dioses griegos nos son propicios, podrá actuar en esa fiesta. Le llamé al móvil y estaba comiendo en Mallorca, pero después el teléfono se le cayó en un coche y el coche se fue, como el sidecar de Harpo Marx, y más tarde reapareció, y sobre un fondo de gran griterío callejero, y me recitó algunos poemas extraordinarios de una poeta rescatada, con aire victoriano (a la que iba a homenajear), una poeta mallorquina (amiga del entonces muy joven Palau i Fabre, y hoy recibo el anuncio de la edición de su correspondencia con él) que en medio de una obra convencional, escribió piezas de una genialidad extraña, como los dos poemas que escuché ayer, de atmósfera femenina y doméstica y febrilmente poderosa e imprevisible, (con amigas y ortigas sobre la madera de planchar) con esa sencillez fluida de los poetas visionarios, que choca porque parece que sus palabras tenían que ser forzosamente esas, y casi nos sorprende no haberlas encadenado nosotros antes. ¿Maria Antònia Salvà? A mí me encanta el rescate, y me gustó oírlos, pese al estrépito callejero de fondo, con la voz de siempre (de una familiaridad también chocante, porque conecta con otro tiempo, como si no hubieran pasado años desconociéndonos, olvidando lo que sabíamos mutuamente, cambiando irremisiblemente y de forma secreta para el otro) de ese amigo al que nunca veo y que no suele contestar a mensajes, sumergido en su propio torbellino público, pero que responde a mis emergencias y entonces, si de verdad aparece, es con todas las de la ley.
No sé si será la astenia primaveral o mi recuerdo de las dificultades del año pasado (entonces tuve que espabilarme sola, yo, que soy la antiorganización colectiva, y aunque por suerte me apoyó gente como Antoni Clapès con los poetas, o Rafa Zaragoza con el sonido (y la imagen del azufaifo) o mi vecino y la gente del mercado con la electricidad, hasta que al fin volvió Ninca de su retiro del Vallès el día antes de la fiesta, estuve sumida en un frenesí nervioso y me fui a Serbia en estado de agotamiento total), pero tengo la sensación de que todo se ha disparado. Esta vez el peso pesado recaerá sobre la editorial y todo parece indicar que el sabio librero de la calle Berlinès se implicará en el acto, lo cual me tranquiliza. Los actos callejeros siempre son más complicados, aunque tener el cielo como techo siempre resulta más vibrante, aun a pesar de la fea contaminación lumínica de esta ciudad.
Y por otra parte, empiezo a preguntarme quién podría presentarme el libro. No puedo pedírselo a mi ilustre prologuista, sumido en su maratón de viajes y compromisos donde no cabe nada más. Tengo un par de ideas posibles: es el problema de un libro de estructura extraña, libro-blog, cajón de sastre, entre la reivindicación crítica y denuncia de la degradación urbana, el diario literario, la autoficción y tantas otras cosas. Lo que más me gusta del libro es justamente lo más problemático. ¿Quién debería presentármelo, un escritor fabulador, un poeta o antropólogo agitador o las dos cosas a la vez o ninguna? O tal vez sólo el trobador con su músico. O quién sabe. Por un lado será una fiesta callejera, y por otro, no habrá como la otra vez un montón de oradores, sino sólo uno, además del poeta-recitador con su músico, el editor, y yo para agradecer y situar la cosa. Es un libro callejero, como los poemas de ortigas que EC me dijo bajo el griterío mallorquín, pero es un libro y contiene una ficción, aunque sea autobiográfica, mía y de mis visiones de la ciudad. Y aunque dentro de esa historia salgan todos los que han participado en la batalla por el azufaifo, con sus escritos, imágenes y palabras.Los ruidos siguen por encima de mi cabeza, mi traducción japonesa también avanza y esta tarde, a s'hora baixa, veré qué me cuenta mi amigo serbio.
En cuanto a la foto, me encanta ese ambiente de pastores elevados hablando como si nada, con pose de espantapájaros, unos metros por encima de la tierra. ¿De qué hablarán? ¿Por qué llevarán zancos? ¿Habrá que comprar las Oeuvres Complètes de Arnaudin para averiguarlo? Arnaudin fue un estudioso del folklore, etnólogo de la Grande-Lande de Gascogne, fotógrafo excepcional y poético, recogió cuentos populares de allí, como los Grimm en su pueblo, también canciones, y escribió un Dictionnaire de la Grande-Lande... pero fue además un personaje romántico, melancólico lector de Goethe, Musset, Sand y Lamartine, y denunció la corrupción y el lucro y la industrialización, "des profiteurs" que ya entonces empezaban a destruir su tierra.
16 comentarios:
Casasses perfecto..
impromptu.
Gracias, Impromptu!
Ostras!, eureka!!
Aquí os conoceré, me invitarás a la fiesta callejera?.
Ni que decir tiene que compraré el libro. En este instante un ruido de la calle está taladrándome el cerebro.
Saludos!!
Jazzy
Gracias, Jazzy! Por supuesto que estás invitada y te lo recordaré con invitación particular! Esperemos que todo salga como debe... También a mí los ruidos siguen taladrándome...
Me olvidé: me gustaría conocer opiniones de los que por aquí pasan sobre el reportaje de Mario Bunge de hoy en el País.... "Las frases de Heidegger son las propias de un esquizofrénico"
Desde que ha estado en Barcelona, este hombre ha acaparado mi atención.Si no lo he entendido mal, su fórmula viene a ser ésta: Eficacia= sistemismo + cientifísmo + moral.
No entro en valoraciones.
Jazzy
Aún no he leído nada! Pero te prometo una opinión, aunque sea IMHO, como dicen los anglosajones...
Yo no soy de vida social pero no me pienso perder esta nueva fiesta-presentacion, tiene una pinta estupenda, con sabio librero y todo (como el de 100 años de soledad?).
En la anterior llegué casi al final, pero recuerdo a un hombre recitando con fuerza unos versos que me parecieron muy raros, con varias imprecaciones potentes. Me gusto muchísimo y no se quien era.
Pues o sé quién sería, Friks, tal vez el propio Casassas (iba con un músico, Feliu Gasull), o tal vez aquel Jordi Valls, que arremetió contra todo, no lo sé... pero en efecto, espero que vengas!
ay! cousin! qué bien leerte! qué bien esa fiesta-presentación, creo que es muy buena idea por parte del editor, y que será un acto que agradecerá también toda la gente que nos hemos sentido un poco cerca del ginjoler y su historia, y qué bien que el librero pueda acabar implicándose y tu amigo trobador acuda a esta "emergencia" de cosas buenas
la foto de la poeta mallorquina me ha hecho pensar en esos personajes de Nomèsploraria! seguro que tenía una prima o una intima amiga con la que se carteaba en Menorca esta poetisa
bueno, cuenta con servidora petite-a para lo que sea, felicidades por esta salida del libro temprana y primaveral, un acierto!
besos
Uf yo no las tengo todas conmigo, ahora temo que toodo salga rana, que el poeta falle, que ´no nos dén permiso, que en fin... Pero muuuchas gracias por tu ofrecimiento, que sé que no te cabe nada más con tu vida de estudiante triple!
todo saldrá bien, como siempre.
Por si no sobrevivo al aluvión de visitas porteñas, festivales, encuentros y comidas, te deseo todo lo mejor para los años venideros...
Un poco en broma, un poco en serio: estoy agotado.
Ah, la vida social nos mata, Cacho, es difícil encontrar la medida... Nos imaginas de pie con zancos conversando pacíficamente en les Landes?
Oh! los zancos! supongo que los enterados dirán que los llevan porque pastorean en zonas pantanosas o para otear al ganado; pero no me lo creo. Los llevan por diversión ¿No haríamos tú y yo lo mismo? Están hablado de zancos y de sus hazañas y sus saltos. De como vadearon ríos por placer, aunque el puente estaba al lado.
Ya tengo ganas que llegue el día de la fiesta callejera. ¿Te das cuenta que es un final que no podríamos haber soñado hace unos pocos meses?
Sí sí! V tiene razón. La Salvà tocaba la cítara, sin duda. Y asistía a sesiones de espiritismo con los próceres locales.
Ay, Nmp! Necesito urgentemente tu espíritu y una de R. de D! Llevo una mañana fatídica. Los ruidos de obras sobre mi cabeza siguen y por lo visto seguirán durante un mes. Mi vecino, harto, se traslada a trabajar al despacho de la UPF. Yo tendré que pedir refugio. Mientras, mensajeros zoquetes, gente que se equivoca y miles de pequeñas e insidiosas correcciones y cambios en textos ya hechos. No sé si unirme a mi amiga del barrio y apuntarme a boxing, por lo de pegar! Si no, acabaré fabricando bombas caseras...
Jazzy, me leí el artículo y lo siento mucho pero NO estoy de acuerdo con él. Sus citas de heidegger son ridículas y yo comprendo su desaliento porque todo lo que se parece a la ontología me supera, pero si lees a Derrida y a Levinas sobre heidegger te das cuenta de que no tiene razón Bunge, ellos dos tenían razones poderosas para criticar a heidegger (lévinas estuvo en un campo de concentración y heidegger colaboró con los nazis) y sin embargo le reconocen la parte que sí vale, separándola de la que no: pura deconstrucción.
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