domingo, 31 de octubre de 2010

Me he despertado temprano

Foto: I.N., Suelo reconocido, 2010
Confundida por la hora. Rufus estaba hambriento y el cielo desapacible. Puse a la intemperie un abanico perfumado con sándalo para que se desperfumara: es maravilloso abanicarse con aire, pero no con fuertes efluvios que intoxican. He visto que le ha llovido ligeramente: mejor así. Al despertar, he leído unos capítulos de Jin Ping Mei, editado por Atalanta, gozándolos, como diría P. He intentado en vano atrapar dos sueños que se desvanecían.
Ayer estuve corrigiendo mi libro de la ciudad, llena de dudas. Cambia tanto del principio al fin... No sé si debería ser así. Es como si se expandiera. Las imágenes se multiplican y el texto mengua. Vi un documental que me decepcionó. También escribí mi reseña de un librito magnífico de Edith Wharton y la mandé. Por cierto que, buscando un título suyo, me encontré una reseña donde repetía ese soniquete que siempre se dirige a las escritoras mujeres: "Pero no fue feliz." ¿Y por qué? ¿Y en qué se basan? ¿Y cuándo? ¿Y quién es feliz? Generalmente dicen eso de las mujeres que se divorcian, o de las que no tienen hijos. Como si estar casada siempre con el mismo hombre o tener hijos garantizase la felicidad. ¿Y por qué nunca se dice eso de los escritores hombres? No lo dicen ni siquiera de Burroughs. Es como si para las mujeres hubiera una obligación de una supuesta felicidad perenne, si tal cosa existiera. O más bien parece una advertencia para el resto de las mujeres: "No escribáis, no seáis intelectuales, os quedaréis solas, no seréis felices". Como si esa condición single que se considera envidiable en algunos hombres, porque se asocia a la libertad, fuese algo terrible para las mujeres. ¿Quién se lo cree? En otro espacio web, una joven poeta parecía compadecerse de una intelectual francesa casi mítica, con ese mismo estilo, presuponiéndole una ruptura que no explicaba. Qué manera de proyectar...
Había impreso lo que tengo escrito de mi novela para verla en papel y leí la primera parte mientras iba a buscar un libro a La Central (por cierto, sentí comprobar que mis libros ya no estaban expuestos como antes; aunque lo comprendo. Los demasiados libros...). Por primera vez me pareció que había encontrado una estructura, un camino, una contención, unas vallas... Aunque me doy cuenta de a medida que avanza, las cosas se irán tal vez difuminando o confundiendo y los dos lenguajes que hay ahora o las dos voces se entrelazarán hasta convertirse casi en una sola. Y qué felicidad cuando encuentro una vía, una manera de avanzar... Aunque luego, esos caminos se interrumpan de pronto y haya que buscar de nuevo.
Cuando volvía, me encontré a un personaje de mis cuentos, que había mejorado mucho de aspecto, pero me resultó imposible reconocerle en otro sentido. Me pareció como si su antiguo yo, con el que conectaba, se hubiera desvanecido, estuviera muerto. Pero tal vez lo que para mí era su yo vivo, su antiguo self, para él no tuviera ya interés y fuera sólo inmadurez, por poner un ejemplo. Y físicamente parecía consolidado y fuerte, mientras que antes se le veía más vacilante. Tal vez su consolidación pasara por matar aquella parte suya loca y libre, investigativa y poética, interrogante e incierta. En cualquier caso, nos aburrimos mutuamente en ese breve momento: ya no había curiosidad mutua, ni nada que intercambiar.
También leí un trocito de Matar a Platón, que precisamente tiene dos voces, y las dos me hablan desde el interior. Y un artículo de EVM sobre el fracaso y la escritura. Masas de nubes viajan en el cielo a gran velocidad. Voy a desayunar. ¡Tal vez siga más tarde!

21 comentarios:

Isabel Mercadé dijo...

Exacto, ¿quién se lo cree? Restos que, como excrementos en el mar, la marea arrastra y devuelve a la orilla una y otra vez. No hay manera de deshacerse de ellos y hay quien no los reconoce y los recoge como si fuera algo luminoso y verdadero, una verdad submarina.
¿Recuerdas aquel poema de una tal Isabel M. sobre Emily Dickinson y la pregunta, sobre cuántos habrán comprendido su difícil alegría de vivir?
Felicidades por esos avances en la novela, por esa felicidad difícil...
P.S. La palabra de verificación es calor, pues sí, eso es lo que se siente, ese calorcillo interno cuando se encuentra la palabra.

Belnu dijo...

Bel M! En inglés hay una palabra para eso que arrastra la marea, flotsam (aunque no sé si también jetsam), en cambio nosotros no tenemos!
Recuerdo ese poema de una tal Bel M, ¡es verdad! Voy a buscarlo y releerlo.
Sí, ese fueguecillo que se prende dentro, por un momento. En Arte TV están poniendo una ópera italiana que aún no he reconocido... Antes he visto un trozo de La noche de la iguana... Pequeños fuegos, llamas de velas ardiendo por ahí.

Isabel Mercadé dijo...

Una muestra de lo que decías. La red está llena de notas recientes, de ayer, de hoy mismo, como ésta:
"Considerada como una de las escritoras brasileñas más importantes del siglo XX Lispector fue una mujer insegura, con una personalidad contradictoria y algo excéntrica. Su infancia estuvo marcada por la enfermedad y temprana muerte de su madre, así como por el hecho de que su familia tuviera que emigrar desde Ucrania a Brasil para huir de los pogromos contra los judíos. Todo ello generó en Clarice un complejo de culpa que no la abandonó en toda su vida. Pese a que se inició bastante joven en la literatura siempre fue reacia a reconocerse o creerse escritora. Durante años se dedicó en exclusiva a ejercer como esposa de diplomático al tiempo que parecía luchar contra su necesidad de escribir."
Todos tranquilos, pues, fue una desgraciada, era excéntrica (¿qué mayor excentricidad que dedicarse a escribir y tener éxito?), y además, en realidad, no quería escribir. Todos tranquilos, tuvo su merecido castigo.

Belnu dijo...

Efectivamente! No se puede aceptar la suerte de Clarice Lispector, que encontró justamente esa escritura y esa vía excéntrica, es decir, propia, para expresar un universo personal que ha desconcertado y maravillado a tantos, hay que decir que fue castigada por ello. ¡Bah! Lo fuerte es que haya mujeres que lo crean también...

´´ dijo...

Ayer hable con un amigo de esto que comentas de las mujeres, el tío me decía, si una mujer hace la vida que yo hago, la de él, la crucifican por contra a mí la gente no me dice nada, la segunda parte de la idea era, pero yo necesito mujeres como yo para hacer mi vida. Esperemos que con el tiempo la cosa evolucione y no se tengan que dar explicaciones.

Hoy hay otro de Vila-Matas, tres en una semana.

Belnu dijo...

Francias, gracias por avisar! Aún no he abierto el periódico, ahora tendré un aliciente

Ephemeralthing dijo...

Lástima que en el tube no esté el texto que la artista dice para introducir el tema de Sondheim.
De memoria lo cuento: la artista explica que vio a una mujer ya casi anciana en la esquina de Lexington y su rostro era la viva expresión de la felicidad. Sin poder resistirse le preguntó cual era su secreto, ¿acaso tenía unos nietos maravillosos?. "no", le contestó la señora. ¿Quizás unos, hijos, maravillosos?. "No", le volvió a contestar. Aaaah ..., ¿quizás un marido maravilloso?, le preguntó otra vez y ya la señora contestó "NO", otra vez, cada vez más vehemente. Y bien, finalmente le preguntó, ¿cuál es su secreto?.
La respuesta es la canción .

Belnu dijo...

Genial, Eph! Mil gracias por traerla... Así siento yo...

Ephemeralthing dijo...

De nada, de nada, ¿a qué es sensacional?, un placer compartirlo.
He encontrado el tube donde sale el discurso previo de la cantante, a partir del minuto 1´03

Belnu dijo...

Ajá, voy a escucharlo, gracias de nuevo! Se la ve tan contenta

Belnu dijo...

Es genial, Eph! Y contagioso

Anne (Cabo Leeuwin) dijo...

Si ser mujer fuera algo fácil quizás ya me habría aburrido...

Por eso una y mil veces que volviera a nacer seguiría pidiendo ser mujer, con todos sus contras y sus contras.

Por cierto Clarice Lispector me persigue ultimamente, pero en Cabo Leeuwin no hay libros que no hayan llegado con las mareas.

Me sentaré a esperar una nueva tormenta. ¿Alguien podría enviarme un Lispector dentro de una botella? ¿Cual sería?

Un saludo isleño,

Anne

Belnu dijo...

Yo también prefiero ser mujer, náufraga Anne. Supongo que podría ser "La hora de la estrella" o "Celebración de un mundo" o bien sus "Cuentos", pero la experta en Lispector no soy yo, es Bel M.

civisliberum dijo...

Es bonito leer nada mas despertarse. Lo suelo hacer algún fin de semana y realmente es una delicia.

Belnu dijo...

Sí, Civislib! Es una hora en la que la receptividad es más grande después del sueño. También es muy buena hora para escribir

Stalker dijo...

Bel:

te felicito también por los avances en la novela. Está siendo lento y duro, pero verás como la realidad al fin conspirará a tu favor.

El texto que ha encontrado Bel M sobre Clarice es brutal. Nada que añadir salvo la vergüenza ajena y el sonrojo que produce leer una necedad de tantos quilates...

abrazo

Belnu dijo...

Gracias, Stalker! Ojalá tuviese yo esa confianza, es como si la escritura se me hubiera deshecho, como si todo lo escrito hasta ahora fuese de otro, como si yo recién empezase, como si tuviera que aprender el uso de las palabras y las frases... Y poner esas cosas prohibidas por escrito, el tabú es grande...

Stalker dijo...

"Ojalá tuviese yo esa confianza, es como si la escritura se me hubiera deshecho, como si todo lo escrito hasta ahora fuese de otro, como si yo recién empezase, como si tuviera que aprender el uso de las palabras y las frases... Y poner esas cosas prohibidas por escrito, el tabú es grande..."

Belnu: ésa me parece la condición de posibilidad de toda escritura que nos queme y nos diga la vida. Extrañarse de esa lengua otra que ya no nos pertenece: reinvención constante, apertura de los cauces ocluidos, asedio del yo que fuimos, empezar de nuevo cada vez, cada vez una nueva vez y última vez: horizonte de la escritura por venir, del porvenir de la escritura que nos quemará al decirnos...

abrazo

Belnu dijo...

Quizás sí tengas razón, Stalker. En cualquier caso, ésa parece la única forma posible para mí. Pero eso no impide que sueñe con una facilidad, un continuum, una sensación de avance sin borradura... aunque sepa que me está vedada, quizás porque al menos a una parte de mí no le interesaría escribir así! Pero somos tantos fragmentos de yo en el interior, algunos casi irreconciliables!

Icíar dijo...

Tienes razón con lo que comentas de ese "y no fue feliz". Pero yo creo que en realidad eso lleva implícito la realidad de que no hay igualdad femenina, la mujer tiene que seguir eligiendo, si quieres una vida "oxigenada", no tengas familia. El hombre no tiene que elegir. Ya le decía una amigo a Hillary Clinton: ¿qué?¿que quieres ser "tal o más cual"? ¡pero si tú no tienes mujer!

Eso de que se ha conseguido la igualdad femenina, me tuerce el gesto, creo que lo que se ha conseguido, de momento, es más bien la igualdad masculina: compartimos gastos, pero las preocupaciones familiares siguen intactas en las de siempre.

Belnu dijo...

Efectivamente, Icíar, así están las cosas, y más en este país, donde un periodista del País, y de los prestigiosos, se atreve a decir que una intelectual fuerte como Slavenka Drakulic lleva "exceso de carmín"; no creo que se atreviera a meterse con el aspecto de un escritor hombre. Y el problema es que una gran parte de mujeres es tan misógina como ellos. Es lo que pasa cuando se devalúa una etiqueta