Me levanto con pensamientos sombríos, teñidos de estos cielos de plomo y estos días desapacibles, a veces fríos como ayer. Y luego me reconcilio mágicamente con el mundo, sin que haya cambiado nada. Anoche estuve en el Palau de la Música. No sé si era la crisis o los escándalos pero la platea se veía más vacía que nunca, aunque las musas seguían en el escenario y los magníficos techos recargados como joyas y sueños modernistas, y aunque los músicos, London Handel Players, eran maravillosos y la música -Haendel, algo de Purcell y algo de Vivaldi y más arias de Haendel-, absolutamente celestial. El contratenor, el canadiense Daniel Taylor, se dirigió al público con su encanto autoburlón, dijo que llevaba tres días sin comer nada, a régimen de agua, por una intoxicación en Inglaterra, pidió varias veces perdón por no hablar español, habló de las arias que cantaría, las tradujo, íronizó sobre sus personajes, dijo de su Ptolomeo que, como era loco, le había parecido interesante sacar también su voz de barítono, y así lo hacía. Al hablar su voz era viril, pero al cantar era una maravillosa voz de castrato (como requieren esas arias, que cantaron Farinelli o Senesino), de soprano, espléndida, que se desplegaba como una bandada de pájaros, rompiendo el aire con una energía llena de sutilezas, a veces sin el apoyo instrumental. El público, aunque fuera vergonzosamente más escaso de lo debido, aplaudió enfervorizado. Era divertido ver entrar al contratenor en escena, despacito y muy sigiloso para no interrumpir la música de los London Handel Players. Antes habían tocado una pieza que yo creía haber olvidado porque ya nunca escucho Vivaldi, pero que tenía un componente biográfico importante para mí y me devolvió inmediatamente a la infancia, me vi sentada en la escalera y noté el frío aquel. Me sacudió y pensé que tenía que incluir la escena en mi congelada novela, aunque luego surgió la voz oscura que dice who cares? Olvídate de esa historia de la infancia. Yo acababa de entregar una reseña de un escritor (hablaré de él cuando salga) del nouveau roman, con un discurso algo kafkiano, algo beckettiano y con una locura medida. Le vi hablando en una entrevista antigua y con un entrevistador casi tan despiadado como el de su novela, donde él decía que en la novela jamás pensaba en el lector, mientras que en el teatro tenía que pensar en el público, como decía Beckett, "In theater I am a whore". Me había llegado otro libro completamente distinto, contemporáneo, de esos autores que escriben sin haber leído, y que conectan con algo que está en el aire y venden libros a montones. Y otro inspirado en les faits divers. Y yo que había soñado que mi libro balcánico se vendería en Frankfurt, pero no ocurrió. Aunque alguien con más criterio me diga que le interesa. ¿Tal vez la época es tan dura que sólo se vende por primera vez lo extraliterario y escandaloso? O quizás sea mejor confiar en los lentos procesos silenciosos y no en las ruidosas ferias, donde se anuncia que todo será digital y los que leemos libros en papel en el sofá desapareceremos, seremos arrancados y transportados por los aires entre nubes y brujas del este (¿por qué del Este? ¿Por la guerra fría? Al dorso me corrigen: yo me equivocaba, por lo visto la bruja mala era del Oeste, ¿se les coló un guionista progre?) hasta desaparecer como Dorita en El mago de Oz. Y mañana, miércoles 21, mi conferencia Maeve Brennan, al otro lado de Nueva York, del posgrado de traducción literaria de la UPF, a las 18.30 en el IDEC, Balmes, 132-134 (Rosselló). Espero que compartan mi fascinación y no me tiren tomates (y eso me recuerda que me he apuntado a un huerto ecológico para que me traigan verduras y frutas a casa sin pesticidas ni experimentos transgénicos ni antibióticos).
Last Minute News. Vuelve la idea de aquella canción de Raimon. Cuando creí que había acabado prácticamente las lecturas para los premios de traducción, llegan tres nuevas propuestas. Sálvese quien pueda...
15 comentarios:
Es muy sugerente que la Bruja del Este del Mago de Oz aluda al bloque del telón de acero en la guerra fría; sin embargo, en realidad, al inicio de la película muere la Bruja del Oeste y sólo queda su opuesta hermana para vengarla, aunque eso no invalida tu interpretación.
Ah, veo que mi memoria falló, luego quitaré el comentario, gracias por la corrección, si la del Oeste era la mala, entonces hasta debía de ser progresista
Hola Bel,
Les darreres fotos del teu blogg em son molt familiars. Crec que el "Lugar Durandiano" està a molt poquets metres de la platja secreta i, si no vaig equivocat, els Arbres amb majúscula de Brussel•les, son del Parc du Cinquantenaire.
En un dia gris i ventós com avui, pot ser un dels llocs de la terra de bellesa més trista.
Sí, ho se...et dec una nota.
Black Adder
Black Adder: sabia que reconeixeries el paisatge durandià, però no sabia que coneixies els jardins de Brussel·les!
No et preocupis, escriuràs la nota un dia que puguis. Saps què? Que la casa aquella modernista salvada de l'enderroc es va infiltrar en un somni meu. Era de nit i brillava amb la llum d'una lluna invisible, però en el somni estava voltada d'una altra mena d'arbres, feia fred i era un college on havien mort molts estudiants, de fet els cossos formaven part del paisatge, que jo havia de travessar salvatgement, saltant d'una manera només possible als somnis.
Podria dir que els arbres són amics meus, i és normal reconèixer els amics. Brussel•les és molt menys grisa del que ens fan creure els tòpics i el Cinquentenaire te un aire decimonònic curiós, però és acollidor. Hi ha un museu de cotxes i un d'avions antics, alguns de la Guerra del 14, que mereixen una visita.
El teu somni m'ha impressionat, sobretot per la vivacitat amb que l'expresses i sembla que el recordis.
M'admira més encara per la meva dificultat en recordar somnis. Si tingués psicoanalista hagués mort d'avorriment i/o inanició...
Reconec que la casa s'hi presta, però; és un escenari oníric. Quan t'expliquem les seves històries dels anys 20 veuràs que l'ambient era més animat que el del teu "College George A. Romero". Molt més!
B.A.
Els psicoanalistes no necessiten somnis. De fet, jo no recordava els meus quan hi anava... O més aviat, com que només els volen "frescos" i recents, només recordava somnis quan faltaven més dies per anar-hi.
Sí, a Brussel·les hi ha arbres meravellosos, gegants, els deixen expandir-se, no com aquí, i jo n'he posat moltes fotos
A mí me interesa (y me refiero a lo de la historia de la infancia). Creo que es una forma de tratar la historia, la otra, y de comprender por lo menos si no a dónde vamos, sí de dónde venimos. Y no creo que sea la única. Otra cuestión es lo del márketing, pero ésa es "otra cuestión".
Abrazos.
Gracias, Bel, por expresar ese interés tuyo. Esas voces siempre están ahí en silencio, herencia de mis brujas de Macbeth de la infancia, y en cuanto encuentran un eco fuera o un ánimo propicio se ponen a hablar. Pero puedo escribirlas a ellas también, o rodearlas con un tejido de palabras.
Tu cita me ha recordado a una cantante especializada en música medieval, Anna Maria Friman, a su colaboración con G Bryars: Oi me lasso, que escuché en vivo, música insoportablemente bella, que son transcripciones de textos anónimos de aquélla época. Yo pienso que debes incluir esa escena en el libro, aunque sea transformada.
http://www.amazon.co.uk/Oi-Me-Lasso-Gavin-Bryars/dp/B0007YNRJA
Iluminaciones, tienes que ser tú, hablándome de Bryars! Porque la otra (artista) persona que me hablaría de Bryars no me deja comentarios aquí. Ahora mismo me procuraré esa música.
En efecto, intentaré incluir esa escena, aún no sé si desde el simple pasado o desde el presente yendo hacia allá...
Sí, olvidé firmar. Suerte con el libro de cuentos, y con los árboles de la antigua plaza.
iluminaciones.
Gracias, Iluminaciones! Ojalá que sí, me toca, por aquello de Lenin de un paso adelante, dos pasos atrás (acabo de hacer los dos pasos atrás)... Voy a consolarme comprando esa música tuya.
Pues sí, Isabel, yo también veo que el futuro es el libro digital, de hecho tengo uno. Es una maravilla. Me costó un fin de semana de darle la lata a mi marido, con el rollo, de qué pena, pero es así. Acabé el fin de semana, y el lunes compré uno.
No obstante, me sigo pasando por las librerías, y me sigue encantando ver los libros con sus llamtivas ilustraciones, tan materiales, dan ganas de comérselos.
Lo del huerto ecológico, ¿podrías poner la dirección? por curiosidad. Me sigue rondando eso de hacer una página web con información de puntos de venta en España de verduras, huevos y carne al sistema tradicional.
Mahna, mahna... tutururu
Yo debo ser de otra manera, trabajo todo el día con una pantalla y cuando leo me gusta que sea sobre papel
La dirección del huerto te la daré por email, y si haces esa web, mira que sean tus anunciantes
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