miércoles, 13 de agosto de 2008

Aire


Foto: I.N, mis chanclas japonesas, 2008.

A medianoche me despertaron ráfagas de aire fresco. Cambio de tiempo. Había un personaje de cuento que se iba y llegaba sólo con los cambios de tiempo, giraban las veletas y hacía el equipaje. Yo tenía un amigo anglosajón que parecía funcionar así, aunque fuese casual, y se convirtió en una broma nuestra.
Ayer, en pleno calor, fui con V. y A. al CCCB a ver la exposición de Ballard. Una vez, comprando un libro suyo para mis clases en la UIC, me encontré a Ramón de España, fan de Ballard, y comentamos la extraña condición de ese escritor lúcido y con universo muy propio, en Inglaterra autor de culto, olvidado en este país: unos porque le consideran escritor de género, y los aficionados al género (sci-fi), considerándole traidor por haberlo abandonado. Y es que las pesadillas de Ballard se hacían realidad tan deprisa que se convertían en hiperrealismo...
Antes de entrar aprovechamos un rincón de sillones para leerles (a V y A) mi último cuento, que ya está cerrado y acabado. Luego la atmósfera de ese escritor inteligente y visionario, que pasó su niñez en un campo de internamiento chino junto con sus padres y otros ingleses, me cautivó. No es que el montaje sea magnífico, pero tiene algunos detalles sutiles y sólo por ver su película del retorno a Shanghai y el vídeo de sus respuestas a un test clásico (me encantó que alguien que ha hecho literatura de la pura catástrofe, ante la pregunta "¿A veces teme que suceda algo terrible?" conteste sin dudar: "No".), algunas de sus citas (la ficción ya existe en el mundo real, el escritor sólo tiene que inventar la realidad), la obsesión de las fantasías, ensoñaciones, proyecciones del inconsciente y recordar los dos o tres libros suyos que leí y conectarle con Cronemberg... vale la pena haber ido.
Entré en la librería del CCCB y me hizo ilusión comprobar que mi libro La plaza del azufaifo estaba en la mesa de novedades (en esa librería hay poca literatura). Me dicen que en la Laie de siempre cuesta encontrarlo porque lo han colocado en sociología; al dorso alguien puntualiza que mi editor lo coloca en urbanismo y política. Y todos tienen razón, nadie se equivoca, aunque Sagarra en La Vanguardia y Millán en el Babelia sí vieron que era literatura. Ay, libros mezclados, mestizos, donde dice Vila-Matas que los géneros se suceden como estados de ánimo. En La Central (de Mallorca) está en esa mesa de honor, con las novedades escogidas de ficción y una etiqueta roja que dice "La Central us recomana". El librero de la calle Berlinès, antes de cerrar por vacaciones, lo tenía vistoso en el escaparate y Alibri también. Y el llibreter ofreció su lectura inteligente, y el blog Nel corpo oscuro....
He comido con JC, y he tenido que dedicarle mi azufaifo, sin mucha inspiración, porque hoy he dormido poco. JC se iba a NY, cumpliendo una decisión siempre postergada, asociada a un sueño insidioso y enigmático que tal vez ahora resolverá. Yo le imaginaba bien en las calles de NY, pero -no sé por qué- con abrigo. JC estaba lleno de su humor y su vitalidad intelectual. "La mirada de quien escribe es lo único importante", ha dicho, y yo he pensado en la suya, aunque no escriba, aunque insista en ser un bartlebiano puro ante la escritura. Me ha regalado un libro precioso, Album André Breton, editado por Gallimard, profusamente ilustrado, como diría una responsable de prensa de un museo que conozco, pero con unas fotos y dibujos magníficos, un libro pequeño, ligero, perfecto para leer en el metro, lleno de historias de esa época efervescente de París y las vanguardias y las posiciones políticas y el surrealismo y dadá y los fotógrafos y artistas. Una delicia. Me ha contado JC que le regaló un libro de edición maravillosa titulado La crudeltà a un joven que desde siempre se interesó por la violencia en la literatura y el arte. Le he contado de la iconografía religiosa y los grabados de una amiga bibliotecónoma que tenía casa en Castellterçol. En la cocina había uno donde aparecía un santo crucificado y sus intestinos salían de su vientre y se enroscaban en una rueda siniestra... De paso por La Central, donde yo iba a recoger un poemario arbóreo de Carner (¿por qué en 62 hacen unas portadas tan feas? El otro día me pasó con una de Palau i Fabre; me obligan a forrar esos libros para no deprimirme) que me recomendó Iluminaciones, he acabado comprándome ese Joseph Brodsky que todo el mundo me recomendaba, Watermark, pero traducido por Menchu Gutiérrez, y JC me ha comprado la trilogía de un autor canadiense de principios del XX, Robertson Davis, The Deptford Trilogy. On verra bien... Las vacaciones son breves pero tengo una borrachera de libros posibles para llevarme a mi semana isleña. He decidido -en un extraño arrebato libre y peligroso- no llevarme el ordenador e intentar comprimir mi maleta (yo siempre llevo demasiadas cosas y esta vez, uno de mis compañeros de viaje ¡lleva sólo una mochila!).
Al llegar a casa me ha llamado mi amigo pelirrojo de Figueres (el primer fan de Ballard que yo conocí, en 1980), que había leído mi libro buscándose (alguien le avisó de que salía) y he tenido que comprimir la conversación porque tenía que irme con V a unas tiendas japonesas en pos de un regalo por la hospitalidad ibicenca. Mi generosa anfitriona me había mandado un sms matinal, confirmando que le encantan los cuentos de William Boyd y que navegar (entre Turquía y Grecia) le cansa ya un poco. Yo me había acordado de ella viendo The Painted Veil porque tiene ese aspecto (y espíritu y acento) anglosajón clásico, como Gene Tierney en The Razor's Edge.
En la tienda japonesa he encontrado una tetera preciosa de oferta (con un levísimo defecto) y unas chanclas que son exactamente lo que buscaba, además de los pequeños regalos de hospitalidad isleña. Hemos tomado un chai delicioso en una tetería especial. Corría una brisa muy agradable y yo he deseado vivir en un vecindario donde todo fuera viejo, antiguo, lejos de la fealdad mediocre que ha sustituido a todo lo histórico en mi barrio. He vuelto leyendo de Breton y sus coetáneos, feliz con mis adquisiciones, comiendo azufaifas chinas y casi curada ya de los efectos y resonancias en el cuerpo de una crueldad pasajera.
Por cierto, esta mañana he escrito un principio de un cuento nuevo-viejo balcánico que me acosa. Pero apenas unas frases, sin garantías. Mañana veremos.

14 comentarios:

Dante Bertini dijo...

cuánto aliento a pesar del desencanto!
supongo que las buenas críticas y la aceptación de los libreros y el pr´ximo viaje y los regalos...
me gustó verte, lozana aunque no andaluza
bonitas chanclas, muy bonitas

Anónimo dijo...

Tal vez los libreros de Laie respeten sobre todo el criterio de la editorial Melusina, que clasifica La plaza del azufaifo como política y urbanismo en su web:

http://www.melusina.com/libro.php?idg=22045

Yo lo habría puesto en la sección de biografías y autobiografías, ya que buena parte de lo que se escribe en los blogs forma parte de lo que suele conocerse como "literaturas del yo".

En cualquier caso, enhorabuena por el libro y por los blogs. He disfrutado mucho descubriéndolos.

R.B.

Belnu dijo...

Todavía sueño con parar la tala gigantesca!
Pero sí andaluza, Cacho! Todos mis antepasados lo son, lorquiana y pariente de Machado soy... Me dicen mis hermanas que allí hay mujeres se parecen a nosotras y la señora que viene a limpiar me dijo una vez: Cuando te pones zarcillos largos se nota que eres andaluza. En cambio lozana, ay

Belnu dijo...

Es el problema de los libros multigénero. No saben dónde ponerlos. Dice Vila-Matas que en ese libro los géneros se alternan como estados de ánimo. Lo ideal sería irlo cambiando, pero es un humilde libro de portada pálida frente a tantísimos otros más famosos. No importa, no me quejo. ¿Quién es R.B.? Gracias!!!

el objeto a dijo...

uy me ha gustado mucho eso de los géneros que se suceden como los estados de ánimo. Esa sucesión también acompaña a la lectura,

a mi también me gustó adentrarme en esa exposición-universo ballardiano que me "ha perseguido" estos días. Admiré su lucidez y su capacidad para anticipar, precisamente porque partía más de la imaginación que del saber

yo ayer vi la última de George Clooney, con Pollack antes de morir, una crítica a las grandes corporaciones y sus intereses tan poco inocentes, había una secuencia que recordaba a esa escena del cuento de Carver con los caballos que me contaste

Belnu dijo...

Ayer estuve con otra ballardiana y justamente hablábamos de eso. Creo que lo que más me gustó de la expo fueron sus frases, oírle hablar, oírle contestar y leer algunos de sus pensamientos. Imaginar para entender, en efecto: ésa es la clave también de mi libro balcánico. O como dice Joseph Roth: Mirar en tu interior para contar tus viajes. Y como recomienda Brodsky en una Venecia invernal que ya no existe, rodearse de belleza.

iluminaciones dijo...

yo también creo que es literatura tu libro sobre el árbol, sólo que la urgencia del tema entre otras cosas, deriva en un libro híbrido. Chesterton sabía algo de eso. Sobre la iconografía religiosa, es el caso español el más sangrante en lo que se refiere a representar lo religioso, la fe y lo piadoso, si se observan las mismas imágenes en el resto de europa, se oculta lo escatológico, el dolor es más místico, más sobrio..
El libro de Brodsky podría parecerse en el sentido reivindicativo y en el de conservación de otro tiempo algo al tuyo...

Gise =) dijo...

Que sandalias más chulas!!! sabes en la expo de los grabados japoneses uan de las tantas cosas que llamó mi atención fue que las sandalias de las mujeres y de los hombres eran iguales y pense como se las apañaban para caminar en esas superficies que parecen tan resbaladizas...
Vaya colección de libros te llevas a la isla...disfruta de la lectura y de la buena compañía de los amigos.
Yo creo que la categoría de autobiografía al libro no le esta nada mal, al fin y al cabo nos cuentas tu lucha por conseguir que la ciudad sea más verde y menos cemental...
Besitos!!!!

Belnu dijo...

En efecto, Iluminaciones, la urgencia de las cosas! Pero en realidad, si no no habría habido nunca libro! Es decir, el árbol y su urgencia se enmarañaron en mi escritura y se envolvieron de mi (auto)ficción, pero sin ellos... Tienes razón con lo de la iconografía religiosa y la escatología, pero es que el catolicismo y el legado inquisitorial... ¿A qué libro de Chesterton te refieres? Y por último, ese libro de Brodsky es maravilloso, tan sugerente! He dejado muchas páginas marcadas con fragmentos que quiero recordar. Quisiera escribir aquí sobre él pero tendrá que ser a la vuelta, me temo... Gracias por recordármelo (hay dos amigos que siempre me lo recomendaban). Ese libro no tiene un género definido, pero no es tan híbrido como el mío, y en fin, estoy a años luz de esa longitud de pensamiento y esa capacidad poética, pero te lo agradezco!!!

Belnu dijo...

Sí, en esa exposición llevan unos chanclos preciosos, yo también me fijé, y los pies parecen diminutos.
Pero, Gise, aún no sé qué libros me llevaré, y algunos de esos ya están acabados. Y en cuanto al libro, yo creo que no, que justamente esa batalla es el pretexto para escribir otra cosa. Si no, no sería autoficción, sino una crónica social. A mí me importa más lo que se teje sobre eso, entre memoria, asociaciones, elucubraciones y grietas por donde se cuelan algunos moments of being.

Gise =) dijo...

Bel gracias a tus charlas conocí a Natalia Ginsburg y relamente es maravillosa su escritura,"Las pqeuñas virtudes" me gustó mucho, es muy descriptiva, sobre todo cuando habla de Inglaterra, me trasladé alli y a esa época... Trataré de conseguir "I nostri ieri" porque al final no me dijo nada el librero "Berlines" será que no lo consiguió...
El viernes fuí al park Guell y me acordé mucho de vos, tanta vegetación y tanto fresco para disfrutar de buena lectura...y además por las malditas obras en Lesseps que son eternas!!!!
Besitos!!!

Belnu dijo...

Gracias, Gisela! Me alegro de que te guste la Ginzburgo, aunque yo no diría que sea descriptiva, sino casi al contrario. Ella no describe, muestra unos detalles, mira en su interior, como proponía Joseph Roth. Hace siglos que no subo al Park Güell, pero siempre pensé que era un parque arquitectónico y soleado, sin vegetación verde... A lo mejor ha cambiado?

Gise =) dijo...

Decia lo de descriptiva porque habla de los ingleses, de la gueera y lo que dejó en los que la vivieron, por ejemplo. Si vas al Parck Guell debes subir más allá de la entrada principal, te sugiero que cojas el autobus 24 y entres por la parte de atras o si vas en coche entres por la entrada del parking (es la misma) y subas por el primer camino que encuentras a tu derecha, te aseguro que alucinaras y despues si vas en bambas de bajada lo hagas por los senderos que bajan entre los arboles te aseguro que me sentí como si estuviera en un bosque...
Besitos y no te lo pierdas!!!!!

Belnu dijo...

Me alegra lo del bosque! Pero no lo digas en voz alta o enseguida vendrán a talar!
Entiendo lo que dices de NG pero es más explicativo que descriptivo, diría yo...