Foto: Elena Vilallonga, Belgrado, diciembre 2007
Con el cambio de hora, mi sofisticado reloj enloqueció y no supo encontrar la señal de radio correcta ni el tiempo en que vivimos hasta dos días después. Es lo que pasa con estos relojes modernos. Mientras, tuve que despertarme con la alarma del móvil y descubrí que este aparato no tiene la tonalidad del de antes, que me transportaba inmediatamente a despertares en hoteles balcánicos o por lo menos europeos. Pero anoche, la Belle Elaine me mandó una foto de sus últimas navidades belgradenses, que fueron tan frías como interesantes, y no he podido resistir colgar enseguida la hermosa imagen (me encanta ese árbol resistente en posición heroica y su maraña desmelenada contra el cielo), aunque hoy sea un día soleado y el ruido de los obreros me esté de nuevo rompiendo la cabeza, hasta el punto que temo que caigan sobre mí en cualquier momento, rompiendo el techo y sepultándome en su festival de ruido. Algunas postales han empezado a caer de las estanterías con su vibración y yo he contraatacado con las misas de Bruckner a toda potencia para poder seguir con un prólogo de Taro Igarashi sobre la arquitectura no construida e Isozaki, con una inspiración que asoma a los dominios de lo psicoanalítico.
Una antigua profesora mía de la Universidad, con apellido ilustremente filosófico, me escribe preguntándome si no conservo una foto de la imagen que tiene de mí, dice ella "deslumbrante" (yo diría adolescente), de mi cabalgata en caballo blanco, personificando a San Jordi, en la fiesta de la primavera que siguió a la muerte de Franco, en abril de 1976. Ya me gustaría. Pero olvidé pedirlas entonces y pasó el tiempo y se me borró el nombre del chico de Sabadell que hizo el reportaje, y cambiaron la Facultad de sitio y sé de alguien que había tenido esa foto pero está muerto. Excepto los que componían mi inestable caballo blanco, el resto de la clase formaba un dragón colorido, y yo, con un casco artesanal hecho con una especie de bacinilla y spray plateado, un escudo de disfraz infantil, una espada no muy convincente y tal vez una media de cada color para imitar a Ivanhoe, sobreviví a la gripe luchando simbólicamente contra ellos.
Ayer estuve en la presentación, a cargo de Jorge Chapuis, de la web del grupo de investigación Psicoanálisis y sociedad, donde la sorprendente V brilló con luz propia, presentando la parte que ella inaugura y coordina y que pronto estará actualizada en la web, de pensamiento chino y lacaniano, de Lakhan, como ella dice, y escucharla fue una auténtica gozada y elevó el nivel de atención de la sala con su interrogación, su saber, su actitud inusual e investigativa y lo que dijo de la escritura china y la polisemia, la historia del psicoanálisis allí y un poco de su andadura personal. Alguien debería entrevistarla para que contara su parcours, tan especial, pues ella supo extraer lo extraordinario de su entorno (¿el das Unheimliche heideggeriano y freudiano?), detectar hábilmente el mineral precioso en la ganga sin renegar de nada y en ese reino sigue, con su sabiduría precoz. Cachodepan y yo nos sentíamos orgullosos. Antes, otros componentes contaron sus actividades en ese centro y Alberto Caballero, que lleva la parte de arte y psicoanálisis, cuando supo que yo había traducido los textos del catálogo de Eulàlia Valldosera, me lió para que participase en un acto sobre esa artista. El grupo de traducción de un texto lacaniano inédito (L'Étourdit) me interesó, aunque me contuve. Traducir puede ser una pasión, pero no hay que abusar cuando se vive ya de ello... Había como siempre otros psicoanalistas que me conocían por mis intempestivas intervenciones en la lista de amigos del librero de la calle Berlinès y que, por suerte, miran aún con buenos ojos mis impromptus.
Y al dorso de la entrada anterior ha estallado una guerra por una palabra.
19 comentarios:
sí, orgulloso de la pequeña y a la vez algo enfadado conmigo mismo, ya que me sentía como un padre en un acto escolar y eso envejece.
toda la presentación, algo demasiado lacaniana para mí, tan lego en la materia, resultó muy chic... y la mortadela era realmente espléndida.
YO no probé la mortadela, claro, pero el parmiggiano reggiano, los bastoncillos y sobre todo aquellos guisantes picantes con genjibre me parecieron deliciososo
Un cambio de planes forzoso debido a un febrón de mi hijo me impidió asistir a la presentación ayer. Me hubiera gustado compartir mortadela y parmigiano y sobretodo una copa y un brindis por la primavera y el final de las obras.
Otra ocasión tendremos, 3a! Esperemos que el febrón vaya ya de baja...
Cualquier día me atrevo y asisto a alguna reunión... Ah!, a mi me gustan tus impromptus.
Hablando de China, me gusta Poch en La Vanguardia, tiene unos artículos excelentes.
Abrazos.
Jazzy
Gracias, Jazzy, me refería a la lista de amigos de xoroi, ¿estás tú ahí? De todas formas, aunque no estés, te agradezco el voto de confianza!
Qué voy a estar.. iletrada de mi!, quería decir a alguna de tus conferencias. Mi mente va por libre :)
Tienes mi voto de confianza, naturalmente.
(me voy a nadar, el agua es mi elemento)
Jazzy
Un arbre magnífic i com sempre unes ganes tremendes d'haver estat allà escoltant-vos.
Grassia, ressalao! Se lo diré a la fotógrafa-arbórea
pequeño objeto-a todo ruborizado te agradece los honores, cumplidos (un poco a la andaluza... exagerando!!) y menciones!!
sí, fue una soirée exquisita y mezclada, con excelente pica-pica italiano y aires lakhanianos
no creo Cacho que ese orgullo sea paternal, al revés, yo creo que para verme como tú me ves, como me veis Zbelnu y tu SE HA DE TENER EL CORAZÓN Y LA CABEZA MUY JOVEN! muy abierta, muy atenta y curiosa, veis cosas que normalemente pasan desapercibidas, vosotros creéis que puede tener que ver con la vejez? yo creo que no!
qué bonito este árbol nevado que parece que está reposando,
bella crónica tuttifrutti, as usual,
abrazos varios!
ah por cierto, síii, Rafael Poch es una fiera! buenísimo, riguroso y talentoso
Me encanta lo del pequeño objeto todo ruborizado! Pero es sólo una constatación, no hay exageración ninguna. Algo de vejez sí que hay en ese orgullo, pero es la parte más dulce... Y sí, olvidé responder eso a Jazzy, yo me fijé en Poch gracias a ti...
De Poch leí hace poco su opinión sobre el boicot que quieren hacer a los chinos y me pareció tremendamente lúcida. Le leo siempre que puedo.
Yo también lo leí. Lúcido es la palabra precisa...
El agua también es mi elemento, pero soy incompatible con el cloro. El día que limpien las piscinas con esos sistemas alternativos de iones y tal o bien sean de agua de mar, allí estaré porque lo echo de menos, tantos largos, ingravidez, braza y espalda, oooh cómo te envidio, Jazzy
Beata Te!!!! Y Beato Cacho de Pan que también estuvo en la presentación.
Por lo que he leído del Blog de V, esa conferrencia ha de haber estado de lo más interesante y creativa. Espero algún día poder asistir a una....y aunque yo de Lacan no sé gran cosa, seguramente la disfrutaría :)
La foto... espléndida, ya ves que yo ante todo soy visual y si hay algo que en verdad admiro en este mundo son los árboles tortuosos, me gustaría pintar un cuerpo humano así de ondulante :))) Egon Schiele tenía el virtuosismo de hacer eso...
Ya me antojaron con los bocadillos! Pero justo hoy en mi aniversario pictórico estoy invitada a 3 muestras de pintura...en alguna habrá bocadillos exquisitos...espero!
En efecto, Odette, creo que te habría gustado escuchar a V. Estuvo radiante y genial, como es ella, y como si nada. Ya la oirás, eso está cantado. Y en cuanto a los bocadillos, seguro que sí...
Olvidaba decirte: habría estado bien verte allí y charlar entre los guisantes picantes y la conversación efervescente. Espero que eso se produzca un día, con o sin guisantes
Me alegro por la publicación del libro sobre el árbol. Lo del libro leído resulta una buena iniciativa también, y bastante cómoda por cierto, imagínate que nos leen todo tipo de libros, historia, tratados de filosofía, etc, todo esto acompañado de una voz agradable, tumbados en el sofá como quien escucha una ópera, resultarían infinitamente más atrayentes estos textos?
impromptu.
Sí, Impromptu, cerrar los ojos por una vez y sólo escuchar y que las palabras sean pura fonética sin grafía... todo depende entonces de que nos guste la voz, de que sepa transmitir y vibrar lo justo. A mí me encanta leer mis textos en voz alta, y los de otros si me gustan. Empecé en el colegio, siempre me hacían leer, narradora en las obras, lectora de lo bíblico en las funciones religiosas, luego en asambleas y actos políticos, luego en los funerales y al fin sólo en lo que procede, la literatura.
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