viernes, 18 de enero de 2008

Si no temiera ofender a los dioses griegos

Ilustración: Matisse

Pensé ayer por la mañana, si no temiera suscitar su ira por aquello del desequilibrio entre volupta y pathia (con su estela de algesis y pothos) en el mundo, habría salido a la terraza para gritar mi felicidad sur les toits. De hecho estuve bailando en vez de seguir mi rutina de ejercicios matinales. Si me mandan a Némesis, pensé después, intentaré negociar: le diré que hasta ahora, mi felicidad editorial ha sido muy escasa y que me corresponde una dosis intensiva. Pero esta mañana había ya rastros del paso de Némesis, el cubo de agua fría de Saturno, o el tío Paco con las rebajas, como se le llama por estos lares, el principio de realidad (aunque no hablaré de esto aquí: la zafiedad, al menos en este caso, no merece ser contada. Sin duda el saludable empeño de Némesis era sólo dejar constancia de que los agentes de Chaos siguen ahí, y de que no hay que apagar el zapatófono del agente 86).
No importa, nada de eso disminuye o niega un hecho. Es la primera vez que le mando algo a un editor y en tres días se lo lee y me manda un contrato. "A partir de ahora, siempre será así para ti", me dijo mi amigo serbio al teléfono, convencido de que ha llegado mi momento.
Cuando firme, pondré aquí el nombre y el link. Un editor con un catálogo interesante y personal, que se lee los originales de los escritores (y no sólo los de los autores famosos y caros de conseguir) y que decide aceptar o hacer una propuesta, sin dejar de ver los obstáculos posibles ni de discutirlos, parece algo prodigioso, y sin embargo, es sólo lo que debería ser.
He empezado a corregir ese libro, la segunda mano, que diría I, de La historia del azufaifo, para mandarle una versión más acabada y con la que trabajar, y debo decir que me gusta mucho que salga. Sobre todo por su mezcla de géneros, porque no es sólo un libro reivindicativo, ni sólo un diario, sino que es reflexivo, pero también es ficcional. Es personal, pero contiene textos de otros (artículos, poemas, citas) y cartas a los políticos, con sus respuestas. Es vehemente y guerrero, pero también perezosamente ensoñado e irónico, con el mismo desorden inclasificable que tiene este blog, como todo cajón de sastre escrito. Aparecen personajes habituales de este blog, como el librero de la calle Berlinès.... y muchos otros. Y por la historia en sí, corta y sorprendente, inesperada para mí. Fue Vila-Matas quien me impulsó a publicarlo, in the first place, y aunque yo lo había pensado ya, que él lo creyera e insistiera me dio ánimos. Y luego, fue J.A. Millán quien, cerca del azufaifo, me aconsejó el editor, y cuando vi su web me di cuenta de que Millán tenía toda la razón. Y yo, por aquello de no tener que cortarme el dedo meñique, como los Yakuza, procuro expresar aquí mi gratitud.
También me alegro de que se publique porque es mi pequeña contribución resistente contra lo que está pasando en esta ciudad. Y por el hermoso azufaifo, al que los zafios (los vulgares, como diría el I Ching) arrojan basura (G. me dijo que vio a una señora tirando porquerías a ese jardín y la recriminó. También se ofrece a ayudarnos si hacemos una segunda brigadilla de pesca-limpieza).
Otro motivo de celebración editorial es que a finales de febrero se presentará el libro de Slavenka Drakulic sobre los criminales de guerra balcánicos, No matarían ni una mosca, y la editorial me ha invitado a hacer los honores. A mí me hace ilusión porque sé que yo logré sin proponérmelo que ese libro necesario se publicara aquí, y después lo traduje (eran artículos escritos en inglés). Se trata, como ya dije, de artículos sobre los juicios en La Haya de algunos criminales de guerra balcánicos. Es un libro arendtiano y periodístico-analítico, sobre la banalidad del mal, y sus retratos son inteligentes y brillantes, su escritura accesible y clara, y dibujan muy bien lo que fue esa guerra, pero también, la complicidad colectiva de todas las guerras, y es que la guerra, como dijo Tatjana Gromaca, is inside us. Eso será a finales de febrero, en la UPF.
And last but not least, otro componente de esa felicidad de la palabra escrita y hablada es mi participación en la mesa redonda Psicoanálisis y literatura, junto con Dante Bertini, Manuel Baldiz (moderador) e Imma Monsó en el Ateneu. Tengo unas notas vagas deshilachadas y muchas ganas de sentarme a hilarlas y entretejerlas un poco, digamos que sin bordar, sólo estilo arpillera, para poder hacer y deshacer al hilo de la conversación.
Ayer, por cierto, fui con V a la presentación del interesante libro de Manuel Baldiz, El psicoanálisis y las psicoterapias, presentado por Clotilde Pascual y Ruth Sonnabend. El libro intenta posicionarse y aclarar las cosas en un momento de confusión y de gran oposición al psicoanálisis. Clotilde Pascual, el propio Manuel Baldiz, Josep Moya, Pep Montseny, Rithée Cevasco y algunos de los que intervinieron situaron muy bien ese momento en que no es la ciencia, sino la pura tecnología, los laboratorios farmacéuticos, el capitalismo salvaje y neocon, las mismas fuerzas que intentan acabar con el humanismo, los mismos criterios que valoran más sus protocolos burocráticos que el saber en la Universidad, los que centran todo su interés en el objeto y el síntoma en lugar de mirar y escuchar al sujeto y su deseo. Yo sentía un gran alivio de pensar que, pese a sus divisiones y disensiones, pese a la situación difícil que ellos señalaban, todos aquellos que hablaban están aún trabajando en la sanidad pública (y organizando redes de atención a precios reducidos) no sólo para mitigar y curar el dolor y los síntomas, sino también para ofrecer los mecanismos de descubrimiento de un saber, del propio conocimiento a quien lo necesite. Es la sensación de que algo en este país se puede aún restaurar, aunque sean pequeñas las correcciones, y de que queda gente pensante en lugares claves, aunque estén casi ocultos en las catacumbas, en esta época de miserables neurociencias.
Mientras, seguimos nuestra extraña traducción, L.D. y yo, de mi cuento La lechuza (The Owl). Y en nuestras discusiones, compruebo una vez más: Cuando escribo, como cualquiera, intento forzar el lenguaje. El que traduce tiene que diferenciar lo que es normal en castellano de lo que son licencias poéticas y forcejeos para ensanchar la escritura. No convertir en inglés normalizado lo que intenta ser distinto. No ser didáctico en exceso. Forzar a su vez la lengua para restituir, sin por otra parte dejarse contaminar. Por eso el traductor es también un escritor, como bien explica Maurice Blanchot en La amistad. L.D. no sabe castellano y soy yo quien debe transmitirle en ese inglés rudimentario de la primera mano cuándo es importante experimentar y empujar los límites de su lengua. Ahora estamos casi al final, pero encalladas en un momento. Yo intento hacerle entender que mi mirada en esa escena es indirecta, sesgada y no quiere ser directa, ni explicativa, no quiere ayudar al lector a entender mejor, quiere que se fije en un punto y el resto lo sobreentienda. Por la mañana me encuentro sus errabundeos nocturnos, le contesto mientras ella duerme. Y esta tarde volverá a la carga...
Volviendo al terreno de los dioses griegos, la contrapartida de exponer(se) es la agresividad de los zafios y enfermos, que se agitan e insultan, intentando ocupar un espacio que no es suyo, o lanzando basura al árbol. Ser hocicada diariamente por el cerdo..., como decía JRJ. Recuerdo un artista que, cuando al fin fue reconocido, premiado y homenajeado con una gran retrospectiva, se metió en la cama con fuerte depresión. "Ahora me odiarán aún más", decía, en una graciosa mezcla de ironía y autocompasión burlona. "Con lo bien que estaba yo en mi cómodo fracaso", haciendo libros de artista que nadie leía y piezas que yo mismo coleccionaba... Qué pasará ahora..."

19 comentarios:

frikosal dijo...

De tot cor, felicitats!

JML dijo...

Reverencia y aplauso para ti, Bel. Velaré para que tu Némesis no pase del felpudo. De todos modos no te preocupes: ya sabes que tengo el coche en marcha por si hay que huir

Espero poder leer tu azufaifo con el mismo entusiasmo con el que leí tu crucigrama…

Belnu dijo...

Gràcies, Frks!!!! També de veritat.
Ah, J., no sabes cómo me tranquiliza ese coche en marcha! Yo también espero no decepcionarte con mi azufaifo...

Anónimo dijo...

SÍ, SÍ Y SÍ!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Por lo que hubiera pasado y no pasó y por las consecuencias.

Me alegro cuando las buenas acciones generan cosas así.
Lástima en cambio que el "qui la fa la paga" casi nunca se cumpla.

Felicitatas estimada Dríade.

Belnu dijo...

Gracias, Nmp!!! Lo celebraremos con R. de D...

Anónimo dijo...

Felicitats per la publicació, la presentació del llibre i la felicitat! Avisa els teus lectors quan hi hagi data i hora de la presentació del llibre de la Drakulic, sisplau!

Belnu dijo...

Gràcies, Dolors! I sí, avisaré de tot, això és segur!

Anónimo dijo...

muy bien
la guinda en el árbol!

Belnu dijo...

Gracias, Mr. ED!

Dante Bertini dijo...

¡azufaifo!
verdad que suena a grito de victoria?

Anónimo dijo...

EN HORA BUENA
ENTONCES PODRIAMOS DECIR
QUE EL ARBOL DIO FRUTOS.

Belnu dijo...

Sí!!! Grito de victoria de las mil y una noches

Belnu dijo...

Frutos literarios y editoriales, bien pensado... Gracias, Luis V

Anónimo dijo...

Hola te escrbi un mensaje en tu correo es una historia
curiosa de Rauda Jamis y Frida Kahlo

Belnu dijo...

Ah! Pues no llegó, Luis.. Podrías reenviármelo? Gracias

Anónimo dijo...

Espero que el libro sirva para hacer reflexionar sobre lo que está pasando en las ciudades, etc. y que tenga una gran difusión si es posible.
felicidades.
impromptu.

Belnu dijo...

Gracias, Impromptu! Yo también lo espero...

el objeto a dijo...

los dioses andarán agitados... que se mezan como el bambú y que dejen pasar el viento y los bichos voladores...que el mundo no se hundirá por un poco de felicidad compartida y merecida!
tu crónica es como te decía casi parisina... la mesa redonda de esta semana, la apasionada discusión en Accep con todos esos valientes profesionales y pensadores, el editor despierto, el kairos de las ediciones, las traducciones, las ventanas bloggeras y el azufaizo, que como dice Cacho, suena a grito de victoria!
levanto mi copa y brindo con sake caliente!

Belnu dijo...

Sake caliente en la copa! Yo creo que estuve compartiendo mesa con unos dioses griegos, muchas diosas y un zeus malhumorado que se enfadó porque no era el protagonista! Pero con mi cabeza, había olvidado esa cena y me atraqué antes de unas dudosas tapas que por poco acaban conmigo, todo sea por ver a mi amigo filósofo... en fin, tú sí que estás parisina, veré tu blog...