Foto: I.N., Rufus en primavera, frotándose con las plantas, 2011
Poco a poco vuelvo a reconocerme, recobro mi mismidad perdida en esos hielos. Leo a Lêdo Ivo, su Calima... lo leo en voz alta, en portugués brasileño, mirando a veces significados abstrusos en la traducción castellana, me gusta oírlo en su lengua, imaginar la voz de ese poeta, leo su "O rádio está mudo. E eu bendigo o defeito de pilha/ que devolve ao universo o silêncio inicial"... Leo también a Sciascia: "Tutta la campagna era nostra, silenziosa e esplendente...", me recordó a aquel JRJ: "Era mayo y el campo estaba lleno de vida y de pasión. Yo iba con mis pensamientos negros hacia el mundo..."
Ayer vi una película serbia , La mujer con la nariz rota, y me gustó verla por lo que transmite de la atmósfera de violencia, el delirio, las mafias, legados de la guerra balcánica, aunque no fuera una gran película (nada comparable a Misterios de Lisboa del director chileno Raul Ruiz) me interesó verla y al volver tenía un mensaje de mi amigo serbio que hablaba justamente de eso, con su humor negro. En la película, cuando decían majka, yo me acordaba de aquel otro "Moia majka" (mi madre) que escuché tantas veces, cuando repetían los párrafos que empezaban así, en aquellas lecturas serbias de mi cuento dedicado a M, "El efecto García" ("Efekta Garcja" de mi libro Crucigrama, Ukrstenica).
Vuelvo a escribir mi novela, y leyéndole un capítulo en voz alta a la Otra Bel, sentí de pronto cosas que no veía en la pantalla y que me parecieron cargadas de un mensaje mío al mundo, cargadas de historia y de mi voz y de quién sabe qué. Y me alegré otra vez, adentrándome por ahí, qué suerte seguir escribiendo esa novela. Me resulta más fácil escribir hacia atrás, en capítulos que introduzco entre los ya hechos, que avanzar hacia el final, porque el terreno es más escabroso y está lleno de interrogantes. Tengo in mente el comentario de Alice Munro en una entrevista, donde le preguntaban cómo sabía si un cuento estaba bien o mal y ella respondía: "Si no me apetece seguir es que algo va mal", y efectivamente, así es. Aunque con esta novela yo tuve una primera fase en que todo era áspero, escribía espinosamente, sin música, sin que me gustara más que a momentos efímeros, escribía hasta que algo ocurriera. Y cuando llevaba ciento veinte páginas ocurrió algo, y volví a empezar, pero entonces sí, llevada por mi propia música, y era como si los capítulos se escribieran solos, y de pronto servían aquellos momentos primeros, reconvertidos en prosa lo que antes sólo eran casi notas. Pero he llegado al punto de conflicto y veremos lo que ocurrirá.
Y el azufaifo está exuberante y lleno de pájaros: me saludan al pasar con guiños verdes y luminosos...
Y la Luna, che fai tu Luna, in ciel? Enorme, inmensa y amarilla encendida por el sol, que se adivina detrás (el gran ombligo del sol... que cita la Otra Bel en su alegre y poético aniversario de amapolas trenzadas, y mi duelo de M, mi desconsuelo, la prefiguración, ese alivio de la desolación compartida, ella sabe por qué). Fui al café de Laie a confesar mi imposibilidad, aunque sigo sintiendo que debería, que tal vez podría, pero no, mi conflicto para presentar un libro que habla demasiado de algo que ahora aún me asusta, y al salir, pensé en pasar un momento viciosamente por la librería, pero ya estaban cerrando y en la puerta encontré a ECF y a su Blanca Llum, porque ECF había presentado su libro sin pistola, Bes Nagana, y hablamos un momento y Blanca Llum llevaba las completas de Lorca, yo llevaba los Sueños de Walter Benjamin y unos poemas inacabados de Kavafis traducidos por Eusebi Ayensa y publicados por Jardins de Samarcanda, y al llegar al Passeig de Gràcia el cielo tenía ese color azul eléctrico que sólo suele verse un momento antes del alba, pero esta vez era sólo s'hora baixa, y misteriosamente... En la puerta de casa estaba G., que había venido a por sus cosas, y Rufus, que está exultante estos días, correteando y pidiendo abrazos o durmiendo con una profundidad asombrosa. Rufus, que ha demostrado hoy su gusto por la música sacra: al poner el Allegri Miserere a sei voci de Bernard Fabre-Garrus, entra de la terraza, me mira como diciendo "Bien, muy bien!" y se sienta en el sofá a escuchar.... Le pongo un disco moderno, un mix de cumpleaños de Rodolfo; Rufus me mira y se vuelve a la terraza. Pongo otra vez música sacra y Rufus vuelve... El silencio también le gusta, tal vez, como Lêdo Ivo, se arrodille ante el silencio... pero voy a ponerlo aquí, no puedo evitarlo:
"O rádio mudo"
O rádio está mudo.
E eu bendigo o defeito de pilha
que devolve ao universo o silêncio inicial
e enxota a fala inútil dos homens.
Nenhum rumor no mundo. Nem sequer o estalido
de um graveto no chão.
O Brasil desaparece.
A guerra e o terror somem no silencio
e a paz do espaço vazio impera no instante emudecido
como o pêndulo de um relógio de parede
imobilizado pelo tempo e pelo cansaço,
A mudez do rádio altera a rotina do dia.
É algo inesperado, neste mundo rendido ao estrépito e ao desperdicio,
mas tem a sua razão de ser.
O sol é silencioso e nos ilumina. O amor só vale a pena
quando atinge a estância da adoração e todos os gestos são mudos e demorados,
e nenhuma palavra tisna a perfeição do êxtase.
As constelações são silenciosas.
Mais uma vez bendigo a pilha avariada e me ajoelho
como se o silêncio fosse o último deus que sobrou no mundo
após as devastações dos homens e o consumo imoderado de palavras.
La radio está muda. Y yo bendigo la falta de pilas/ que devuelve al universo el silencio inicial/ Y ahuyenta la cháchara de los hombres./Ningún ruido en el mundo. Ni siquiera el estallido/de una rama caída al suelo. /Brasil desaparece./La guerra y el terror se sumen en el silencio/y la paz del espacio vacío impera en el instante enmudecido/como el péndulo de un reloj de pared/inmovilizado por el tiempo y el cansancio./El mutismo de la radio altera la rutina del día./Es algo inesperado, en este mundo rendido al estrépito y al desperdicio,/pero tiene su razón de ser./El sol es silencioso y nos ilumina. El amor solo vale a pena/cuando alcanza la estancia de la adoración y todos los gestos son mudos/y demorados,/y no hay palabra que manche la perfección del éxtasis./Las constelaciones son silenciosas./Una vez más bendigo la pila agotada y me arrodillo/como si el silencio fuese el último dios que queda en el mundo/tras las devastaciones de los hombres y el consumo inmoderado/de palabras. (Traducción de Martín López-Vega. Vaso Roto ediciones)
(Lêdo Ivo. Calima)
Y dicho esto, les recuerdo que en Sant Jordi, este Sant Jordi extraño y festivo, si por un azar de las cosas se quedan en la ciudad, lectores silenciosos, y quieren comprar nuestro Sinrazones del Olvido, yo estaré firmando a las 11h de la mañana en la caseta de La Central (Rambla Catalunya/Mallorca) y a las 13h en la caseta de Xoroi, es decir, del librero de la calle Berlinès, en la Rambla de Canaletes.
8 comentarios:
Sensacional el texto de Lêdo Ivo. Gracias por la transcripción.
En poquísimos días el arbolado de la ciudad se ha vestido ya del todo. Dan ganas de acercarse a ver el gínjol. Por aquí los plataneros desdicen a los que afirman que están enfermos, se les ve tan sanos como los de la Provence, como lo escribes, talmente exhuberantes.
Saludos a Rufus.
Gracias, Eph! El otro día una médica se burlaba del pretexto de la alergia que usan también para cortar los plátanos, decía que en la ciudad las alergias se multiplica sobre todo por la contaminación. Y el propietario de la bonita tienda Múrria me contó que talaron un plátano precioso frente a su tienda que estaba perfectamente sano y protestó, le dijeron que estaba enfermo y él lo rebatió, era obvio que estaba sanísimo, le plantaron un arbolillo diminuto que ahora él mismo se ocupa de regar y vigilar para que no lo destrocen... Rufus está aquí mismo, reposando con su "esplendor". Antes iba por la calle y han venido a saludarme dos perrillos preciosos! El dueño intentaba alejarlos, pero ellos querían acercarse a mí. Muchas veces ellos son lo mejor, junto con los árboles, que uno puede encontrar en esta ciudad.
Gracias a ti, por todo, y por esta poética y luminosa entrada, no sólo Ledo Ivo, también Leopardi y Juan Ramón Jiménez y todos los demás, y Rufus y la música sacra y la escritura y tu esperanza o la esperanza en la escritura.
Y más gracias para ti, Bel M, por esa síntesis agradecida y supportive! De pequeña yo siempre imaginé la gracia (divina) en una bandeja dorada, como una patena, llena de algo que brillaba con un fulgor celestial. Ahí va un poco!
qué bueno este dato del libro de w.benjamin!
Sí, es un libro precioso, Ed! Y otro también maravilloso son los Sueños de T.W. Adorno (Akal)!
El regreso a la escritura de tu novela, la sonoridad del portugués abrasilerado de Ivo, las maravillosamente mullidas patitas blancas de Rufus... todo parece formar parte del mismo gesto, todo crece del mismo tallo: la vida dentro, desbordando, siempre,
abrazo
"la vida dentro, desbordando siempre"... es exacto, Stalker, gracias, todo eso que bulle junto y cruzado y ambivalente y paradójico, ahora que intento escribir también sobre el duelo y la pérdida para un encargo del que me he apropiado con todo mi courage para convertirlo en algo completamente mío, algo que si no, tal vez no me habría permitido.
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