sábado, 11 de diciembre de 2010

Yo estaba

Foto: I.N. Cadaqués, Mes pieds chez mes amis, 2010
Atrapada como un gato encerrado (otra vez el de Schrödinger?), sin poder salir, sin ir a mi gimnasio alemán ni a mis paseos reparadores, llena de tos y mucosas y con el cuerpo debilitado de la fiebre, pero sobre todo castigada sin escritura y poniendo demasiada energía donde no debiera, como habría dicho sin duda un consejero espiritual, de haberlo tenido, o mi amiga new age con su luna en Virgo, ¿pero qué hacer sin otro fuego que ese fuego, cómo llenar si no el vacío de la escritura, cómo ignorar el avance de lo imposible? Y hay algo alegre y libre en desoír algunos consejos, aunque sean imaginarios, sabiendo perfectamente las consecuencias, en más de un sentido.
Al llegar la noche, G. empezaba a toser en su cuarto y yo en el mío, o por el pasillo, un concierto de toses sin remedio, las horas pasaban sin sueño y me puse a leer la Vie d'Henry Brulard, que me maravilla tanto como a Lampedusa ("Je ne trouvais rien de si doux que de vivre à Paris en philosophe..." "Je vivais fou et solitaire comme un Espagnol, à mille lieues de la vie réelle"), y de pronto anoté dos o tres cosas para mi abandonada novela y sentí una felicidad repentina e inexplicada, no sé si por el puro placer de estar con Stendhal y su tono y su mirada de los cincuenta años (al cerrarlo miré su retrato de la portada y me sorprendió otra vez su falta de belleza, cómo cuesta creerlo, es un poco como lo que decía Al Alvarez de Jean Rhys, que aún a los 75 años hay algo tremendamente joven en su tono, que no se marchita y que la hace siempre moderna... En el caso de Stendhal mi impresión es que quien ha escrito eso por fuerza participa física y vitalmente de esa belleza), o si era la alegría de mi novela resucitada sólo con esas notas, con el puro deseo de escribir. Y es que en esta gripe, en algún intercambio he descubierto algunas cosas que al final no abordé en mis cuentos, y creía haber abordado, cosas que sí me gustaría poder contar, y que suponen tal vez un hilo nuevo, cuando arranque las pepitas y las hilachas de la historia, todo lo que ya no necesito ni deseo contar...
Pero hoy al fin he paseado por la frondosa y húmeda Tamarita, acompañada por alguien que también quería andar, y al pasar junto al azufaifo he oído un pájaro que cantaba en el jardín rodorediano del señor que vive al lado, era una "carbonera", no recuerdo el nombre en castellano, tendré que preguntarle a Nmp. El cedro gigante de la Tamarita se veía precioso mientras caía la luz, y los altos pinos... No había nadie más en el parque... Un compositor que me estaba leyendo, J.N., me iba mandando sus impresiones:
He leído dos veces Yo tenía 18 años. Me ha encantado, es de una pieza, es puro, delicioso y fresco como el cielo de Cadaqués. Ahora voy a por los otros, y ya no voy a poder pararme... (Plus tard...) Me quedé entre La noche que murió Franco y el siguiente. Son muy bonitos, muy fluidos y las historias son divinas. Lo que más me gusta de todo son estas cosas que parecen fáciles (y dios sabe lo que cuesta llegar a ese punto en que las cosas te salen fácil), como Baroja, o la música de Mozart. Además, la facilidad siempre tiene un aire moderno, y luego de hecho nunca se pasa. Ya verás qué bien le sienta el tiempo a tu libro... La lechuza es muy triste y sugerente, Just in Time es mi historia de amor preferida -cómo no- y Veraneo es tal vez el que más me gusta de todos. Con los cinco pretendientes y el viaje astral es una iniciación perfecta. Una cosa que me gusta mucho es la cantidad de cosas que quedan suspendidas, lo bien que circula el aire, como si dejaras todas las ventanas de la percepción abiertas. Es un estado de conciencia muy desprendido, elegante... (y horas después) Me quedé antes de las navidades serbias. Sigo encantado con el libro. Entra como el agua. A pesar de compartir tu admiración por las Cuatro Tesis de Mao y de la imagen preciosa de las flores al viento, creo que la revolución no fue mi época favorita, pero Cristales pintados me ha divertido mucho y también Signos, aunque no sea nada divertido para los protagonistas. Sin embargo, mis preferidos son los más románticos y los más zen, como Ida y vuelta, con ese final tan enigmático, y Souvenir. En Estrenos está la frase o mejor dicho las dos frases que más me han llamado la atención del libro (aunque no suelo quedarme con frases)... [y aquí incluye mágicamente una frase que por una razón misteriosa era importante para mí leer en público, y por eso leí ese cuento en la presentación. A ella aludía en mi conferencia mal publicada en la última sección ("Otras lecturas") de la revista del COPC. La frase -o párrafo- dice así:
"...aunque quizás fuera todo culpa mía. Yo no podía evitar sentir en él un abandono melancólico que me entristecía: es difícil decir por qué podemos soportar unas locuras y no otras, por qué ciertas tristezas nos atraen y nos mueven a proteger a quien sea y otras nos hacen salir corriendo. Y también es cierto que a pesar de mi enajenamiento de la época, sí me daba cuenta de aquel algo tan íntimo en los encuentros físicos que yo no podía verbalizar entonces, una desnudez mucho más grande que la del cuerpo, un contacto asombroso con la soledad de otros..." Y mientras la leía, en la presentación, notaba en mi voz una vibración especial, esas emociones y mensajes que una voz transmite secretamente y que los demás detectan de forma inconsciente... Y él sigue:] La alegría que hay en el libro es igual de convincente y conmovedora que la tristeza, que no es poca, y a veces se mezclan en algo que no sé lo que es pero que parece que apunta al enigma del amor y del deseo... De pronto, pienso en lo notable que es uno de los cuentos que leí ayer, Caballos. Voy a releerlo mañana. Los títulos de los dos cuentos que faltan prometen mucho. Te sigo leyendo... Navidad serbia es el más duro y yo diría que el mejor de todos los cuentos del libro. El contraste entre la luminosidad del iraní y la oscuridad del viaje es muy inquietante y profunda. Podría dar pie a una gran novela. Hombres con los que... (¿por qué se llama así? tampoco parece que te hayas casado con ninguno de los anteriores :-) es un allegretto furioso que va que ni pintado para cerrar. El libro es una celebración y una indagación y muchas más cosas que no te puedo decir porque no sé decirlas, y te aseguro que pasarás a la literatura universal como una especie de moderna Sherezade (pero esto es mejor que no lo pongas en tu blog, o se creerán que has contratado a un publicista! La gente es tan escéptica). Buen trabajo, Belle. Eres afortunada en tu arte y completa en tu alma -como todos, pero solo unos pocos llegan a saberlo- y el mundo gira a tu alrededor entre sonidos y luz y colores...
Mañana he quedado con la Belle Elaine y una amiga común, que aceptó leer nuestra aportación a ese libro epistolar y quería hacernos algunas observaciones. Poco a poco voy volviendo al mundo, aun con mi lastre griposo. Me habría gustado seguir en la calle... Quería haber felicitado al Librero de la calle Berlinès, que hoy cumplía 30 años de librería psicoanalítica, pero no ha podido ser, por razones ajenas. Tampoco he podido seguir las leyes de la hospitalidad con una amiga viajera, para evitarle los bacilos de mi gripe. Me he atrevido a escribir un poco de la novela, aunque sin cortar todo lo que debería, sin entrar con el machete en ese archivo aún humeante. Más tarde, le he pedido a G. que escuche un texto que tengo escrito para una brevísima aportación externa, pero cuesta mucho que me conceda su tiempo. Ha escuchado la mitad y me ha planteado inesperadamente unos cuantos interrogantes y cuestiones críticas. Se ha extrañado mucho de que le hiciera caso, pero yo hago caso sólo cuando tocan puntos donde ya había dudado... Para la otra mitad, he esperado a más tarde y entonces me ha dicho que estaba muy bien, incluso ha elegido una frase que le gustaba..

8 comentarios:

Isabel Mercadé dijo...

¡Vaya, qué preciosidad y qué precisa reseña crítica te han hecho! Estoy del todo de acuerdo. "No se engañen, la facilidad sólo se consigue a costa de mucho esfuerzo" dijo ella (C.L.), aunque ahora no recuerdo dónde.
P.S.
Un pequeño consejo espiritual sí tuviste, niña Isabel...

Belnu dijo...

Gracias, Bel M! Acabo de completarlo con los últimos comentarios de ese lector-compositor.
¿Lo tuve? Pero yo me refería a uno contrario, uno imaginado y negativo... No a uno que dijera Go with the flow

Isabel Mercadé dijo...

Sí, sí, a eso me refiero, al primero...

Belnu dijo...

Ah, no lo recuerdo! Ya me contarás por otras vías cuando vuelvas de tus desapariciones

Ephemeralthing dijo...

Dan ganas de volver a leer "Algunos hombres ...", y de conocer y leer "Vie d'Henry Brulard". Encuentro muy sugerente, a parte de que suene muy bien, eso de "Je vivais fou et solitaire comme un Espagnol, à mille lieues de la vie réelle".

Belnu dijo...

Gracias, Eph! Sabía que esa frase te gustaría como a mí! Ese libro es maravilloso...

JoanCM dijo...

Ei¡ M'ha agradat aquesta teva entrada del bloc. I també la foto. Una composició molt particular: la capsa i l'espelma. Recupera't ¡¡

Belnu dijo...

Una composició vostra, JCM! Si existeix la transposició dels objectes, la capsa et representava a tu i l'espelma a la Pilar, i el paisatge a tots, amb la barreja de bellesa i perills! Em fa il·lusió veure't aquí...