Ponían un documental sobre África y los desiertos en Arte Tv. En el desierto de Namibia, que es uno de los más áridos y difíciles para la supervivencia, unas nubes marinas traen al alba algo de humedad, y hay un inteligente y brillante escarabajo negro que cada amanecer sube a la cima de las dunas para recoger esas gotas. Era muy bonito verlos allí, en su particular danza para apoderarse de las gotas. Otra danza era la de un lagarto para refrescarse del calor, levantaba las patas lateralmente para darse aire. También hay unos cocodrilos atrapados en el lago que es sólo un vestigio de un antiguo río, con cientos de kilómetros de desierto antes de llegar al agua, así que no pueden moverse de allí. O unos roedores ardillescos que se dan sombra con la cola, convertida en sombrilla y ponen nerviosas a las boas. Salían otros desiertos menos radicales, como el de Kalahari, donde esas nubes marinas llevan leves y efímeras lluvias y gracias a ellas viven otros animales. Rufus estaba conmigo y se ha animado enseguida. Ha ido acercándose al televisor a medida que aparecían animales y mis esfuerzos por alejarle eran vanos. Cuando salían escenas de paisaje, viento y arena, apartaba la vista, pero al aparecer los animales se interesaba más, no tanto el cocodrilo como los suricatos y cuando han llegado al fin los felinos ya estaba directamente implicado. He podido retratarle en algunos de esos momentos. En las pinturas rupestres se veía los animales que llegaron a poblar lo que ahora son desiertos y eran muchísimos: elefantes y felinos, peces en los ríos, jirafas, gacelas y cervatos y muchos otros. Pero era alegre ver cómo algunos bichos se las ingenian para subsistir en un lugar tan imposible (como los camellos).
Luego hablaban tristemente del cambio climático y del deshielo de los polos y la destrucción de las costas. Con el calor, se eleva el aire y llegan por los lados oleadas de aire a sustituirlo, son oleadas furiosas, que causan tsunamis, huracanes y otros fenómenos devastadores. Hablan de construir más lejos de las costas y sobre pilotes, como se hacía en otros tiempos. Ya sé que los revisionistas crecen y que alguna gente progresista defiende que la amenaza del cambio climático forma parte de los mensajes catastrofistas interesados en generar miedo y en abandonar lo social.
Sigo con mis lecturas, las obligadas, las investigativas y las libres y ociosas. He leído la parte de Stet, de Diana Athill (que descubrí gracias a una columna de SVSJ en el Cultura/s) que habla de Jean Rhys, donde queda desmentida la condena personal que le dedicó mi hasta entonces admirado Al Alvarez en Risky Business. Athill la conoció bien y puede retratarla con sus lados oscuros y sus lados luminosos y no es tan implacable y radical como Alvarez, que parece mostrar una contrapartida misógina a su declaración de que Rhys era el mejor escritor inglés vivo (en 1974) y su brillante explicación de la obra de JR. El retrato que hace Athill coincide con la inteligente biografía de Carole Angier, pues las dos cuentan su vida para entender su escritura, sólo que Athill habla desde sus relaciones como editora (ya dice que ser editora incluye hacer muchas veces de nanny, aunque algunos editores hagan lo contrario, como se explicaba aquí), reconoce lo miserablemente parcos que fueron con ella al principio, aunque se excusa diciendo que Jean Rhys era tan educada en sus cartas que no dijo nunca de la miseria en que vivía, ni de la cárcel de su marido, ni de nada y cuando mencionó que una vecina del pueblo perdido en Devon la había acusado de brujería, Athill creyó que bromeaba o exageraba; luego supo que era verdad y que en ese lugar de Inglaterra, esas cosas aún sucedían. Pero ahí está la Jean Rhys escritora exigente y luminosa, capaz de llegar mucho más allá de sí misma al escribir, de superar sus prejuicios y no dejar que se interpusieran en su prosa, con una memoria y un control asombrosos, incluso enferma y vieja, incapaz para la vida, con las transformaciones del alcohol, pero con su humor, su dulzura y su afecto por los amigos, aunque nunca llegase a confiar en nadie del todo. Lo malo es que mi libro de escritoras y fotógrafas (al alimón con Lydia Oliva) está ya en fase de galeradas y yo sigo descubriendo cosas que quisiera añadir. Me veo como aquel pintor francés al que sorprendían en el Louvre con pinceles en el bolsillo y retocando sus cuadros.
Y aún me resuena el eco de los sueños de Descartes del sugerente ensayo de Jacobo Siruela, que pellizco en cuanto puedo.
El miércoles, al hacerme la ecografía, la profesional que se encargaba se aseguró también de darme un susto de muerte. Salí de allí a una hora extraña, las dos del mediodía, en que no podía llamar a ningún médico, pensando oscuramente: "Esto se acaba. No me dará tiempo de acabar mi novela". Sólo estaba Rufus para consolarme. Enseguida procedió a limpiarme meticulosamente la frente, como si quisiera apartar de ahí mis pensamientos negros.
Por suerte, cuando al fin pude hablar, supe que las cosas no eran como esa mujer pretendía y que esa amenaza era seguramente una de esas maneras en que alguien afirma su pequeño o gran poder, asustando a los otros, aunque sólo sea durante unas horas. Me acordé que, años atrás, cuando estaba embarazada, me ocurrió dos veces salir del ecógrafo desesperada para que luego mi médico me dijera que no hiciese ni caso: "Antes", me dijo, "no teníamos estas máquinas, que ahora nos dan a veces una información exagerada, que no necesitamos", y se quejó de que era una lástima que no hicieran su informe calladitos. También pensé en algunos farmacéuticos, deseosos de opinar y sustituir a los médicos. Cuando tuve mi pequeño accidente este verano, la farmacéutica me dijo que al menos tardaría tres meses en poder andar. No le hice ni caso puesto que ni yo se lo había preguntado, ni los traumatólogos eran tan pesimistas: al cabo de unas semanas estaba como nueva.
Es una suerte que haya llovido porque la grúa siniestra que perpetra la destrucción de la desdichada plaça Joaquim Folguera, antes llena de frondosidad, con sus 29 almeces, ha tenido que callarse y dejarnos el primer sábado de tregua. Pero el ayuntamiento no ceja. El otro día vinieron para agujerear el terreno del azufaifo. Quieren construir un "casal" allí, precisamente allí, cuando a unos pocos metros está Vil·la Florida (donde ya diezmaron la frondosidad de árboles maravillosos, de 83 dejaron una decena). El azufaifo está catalogado y teóricamente la ley y todas las administraciones deberían protegerlo. Pero ellos siguen decididos a cargárselo. Yo tendré que encontrar tiempo y energías para volver a objetar. Ahora, el azufaifo tiene las hojas de un verde amarillo y ha empezado a sacudírselas, alfombrando su jardín de esos colores, cubriendo la basura que le arrojan.
Este país no tiene solución. Los políticos son mutantes, pero muchos vecinos también lo son. Sólo piensan en llenar la barriga y tener su coche en el parking. Y se dejan aplastar y estafar por Bancos y gobiernos sin rechistar. Ayer oí a una señora en el andén de los FFCC que, al oír por el altavoz las noticias de la huelga de trenes del lunes, empezó a quejarse en voz alta, en mi dirección. Estuve a punto de decirle: "Oiga, ellos tienen razón", pero preferí alejarme de ella y sumergirme en mi lectura. En Fb había noticias del suicidio de dos obreros en paro y desahauciados, con familia. Mientras, el gobierno llamado socialista se dedica a complacer a los bancos y las grandes corporaciones. Y la gente desaprueba las huelgas y traga sin fin. Yo sigo soñando con huir a una ciudad francesa (ya sé que no es la panacea, pero allí no cortan los árboles y la gente no se deja avasallar sin ir a la huelga). Un amigo de Fb, fotógrafo viajero y cineasta, que ahora atraviesa Colombia, me dice que cuando logra un momento de conexión, mira a ver si he hecho un post; dice que tiene mono. Estas líneas van dedicadas a él.
18 comentarios:
Els que fan ecografies són metges? Haurien de quedar-se calladets.
Estic content que no sigui res.
Em moro de ganes d'anar a Àfrica. Ja fa massa temps que hi vull anar.
Sí, sí, Nmp, hi has d'anar i fer fotos i aquarel·les de les teves...!
Es estupenda la foto de Rufus mirando el documental.
Jo també tinc ganes d'anar a Africa però em fa l'efecte que m'hauré d'esperar a la propera reencarnació, jo que no hi crec.
Es verdad que esa efervescencia del desierto me ha hecho pensar en ti, Friks. Espero que puedas ir en esta encarnación, Friks, por si acaso no hay más...
Friks, mira dos links, "lagarto" i sobretot, "felinos"
¡Buenísimas las fotos de Rufus! Me han encantado.
Un maravilloso maestro, buenísimo amigo y mejor persona me dijo una vez que yo soy como una lagartija (yo que precisamente adoro a las lagartijas, salamandras y demás; de vez en cuando entra alguna en casa y nos miramos largamente, ellas abrazadas a la pared, con su mirada atónita, desconfiada y ligeramente atemorizada y yo, curiosa, con los brazos colgando, intentando parecer tranquilizadora y hasta cariñosa) que por más que les corten la cola, siempre les vuelve a crecer. Seguramente eso es lo que intentó la ecógrafa de marras, llevada por vete a saber qué oscuro sentimiento. Por suerte también a ti te volvió a crecer enseguida.
Gracias, Bel M! Qué bonito comentario! Parece casi un poema. Me encanta la metáfora de la lagartija. También a mí me gustan... y la de colas de lagartija que nos han tenido que crecer a algunos, si pensamos desde el principio!
Cuando yo era estudiante "Los Nuer" eran uno de los mas notables casos de estudio de la antropologia, ciertamente en la vertiente mas rancia y sospechosa de esta disciplina, derivada del colonialismo britanico. Seria necesaria la irrupción de los marxistas y los estructuralistas para renovar dicha ciencia e invertir el signo de su utilidad. Su estudio nos llegaba a traves de la exceletner coelcciónq ue editaba Anangrama.
Mas tarde, el nuevo colonialismo cultural y globalizado fue encarnado en los reportajes televisivos, a menudo curiosos de lo pintoresco, vacuos, cosificadores... Internet remató la faena.
Por mucho tiempo albergué la esperanza (como Isabel) de huir, a un pueblo de la Francia central o meridional, o como Nomesploraria a un lugar indeterminado en la periferia del Sahara. De nuevo la globalización se ha encargado de romper esas sociedades. Y mis sueños.
Los Nuer no tienen ecografos. Y supongo que pocos aparatos de television.
Xavier: los de Arte Tv no suelen ser reportajes blandos ni de pintoresquismo, ni pintan un mundo que ya no existe. Suelen ser críticos e integran la problemática de la conservación. Si no, no los vería.
Lo sé, lo sé... Arte es una honrosa excepción, puesto que goza de un nivel de calidad en su programación más que enviadiable.
Me queria referir al montón de horas de vacio entretenimiento de los canales convencionales, o en el esteticismo pretendidamente "de nivel" del fenomeno-negocio global llamado National Geograpic.
Pensaba en que tipo de "conocimiento" constituyen, que actitudes promueven. Era una reflexión sobre como el medio también condiciona la comprensión y el rol del receptor.
Sirva esto como aclaración y disculpa, puesto que me parece que una vez más se me han ido los dedos, y este no era el lugar.
Yo conozco ese tipo de reportajes y los rehúyo. También justamente escogí a escritoras como Isabelle Eberhardt o Jean Rhys por su posición anticolonial o no etnocentrista. La verdad es que no estaba muy segura de lo que querías decir con tu comentario, lo he leído dos veces preguntándome. :-)
Gracias por la aclaración
bueno, me preocupas un poco...
te llamaré, aunque creo en la portentosa salud de tu cabeza...
Grazie, bello Dante!
La foto es estupenda. Me ha arrancado una sonrisa... ¿Tendrá Rufus añoranza de una vida salvaje, un poco a la manera de Baudelaire: nostalgia de un país desconocido?
Gracias, JML! Y si pinchas donde dice "los felinos" verás que al ver a sus semejantes se interesó aún más! Seguro que sí, esa nostalgia está en él...
¡Pues claro! es que das paz, por eso te dice eso tu amigo viajero de facebook. Cuando hablas de que el libro de esas vidas fascinantes está en fase galendas, ¿significa que está a punto de salir?
Rufus, con su línea tan de "batín" es un gato especial, mi gata que es muy inteligente, jamás la he visto mirar la televisión.
Icíar, me alegras la tarde (hoy ha sido un día de esos pesaditos)! Lo de la línea de batín de Rufus me encanta, es verdad. En la protectora le calificaban de "gato-almohadón". Pero Gilda tampoco veía la tele! Ella se basaba en el olfato, diría yo. En cambio Rufus, medio humano, concede más crédito a los ojos... Y a Gilda los abrazos la agobiaban, prefería caricias y proximidad, Rufus pide unos cuantos al día!
muy bueno, y sin tomar tijera
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