viernes, 1 de octubre de 2010

Esta noche

Foto: I.N., Rufus, de cerca, en sus abluciones gatunas, 2010
He dormido mal. Me desperté a las 3 sin sueño y me quedé muy quieta intentando que llegara, pensaba en mi curso y trabajaba sin darme cuenta, anotando mentalmente hasta que decidí dejar vagar las ideas a su aire y me llegaban oleadas de sueño, aunque volvía a despertarme con el vuelo de una mosca metafórica. Y soñaba intensamente, pero la escoba vigilante me iba arrancando sueños hipnóticos de la memoria, los mismos que, en medio del agotamiento y el sopor, me prometía no olvidar, sin fuerzas para alargar la mano hasta los lápices y cuadernillos de la mesilla. Qué implacable es esa escoba que me impide acceder al jardín de imágenes fascinante y tenebroso, donde el inconsciente va asociando y disfrazando para engañarnos y que podamos continuar soñando... Sólo me quedaron dos colas de sueño, y las escribiré aquí porque un poeta traductor malgré lui me dijo ayer que sobre todo buscaba los sueños en este blog, un territorio que le interesa, y le recomendé el maravilloso libro de Theodor W. Adorno -por cierto, que yo quise ponerle a Rufus el nombre de Theodor W., y como no pudo ser, decidí que fuese su nombre secreto, ese tercer nombre en el que según T.S.Eliot, meditan los gatos cuando parecen sumidos en la misteriosa profundidad de su pensamiento.
Y es que ayer algunos traductores intentamos hacernos oír por encima del ruido del Café Salambo, leyendo poemas y fragmentos muy bien escogidos de la literatura. No pudieron venir Elena Vilallonga, Selma Ancira ni Víctor Sunyol. Rodolfo Häsler leyó dos cuentos de Kafka memorables, cómo me identificaba yo retrospectivamente, por mi infancia inhóspita, con ese "sexto" que a todos molestaba y que siempre seguía ahí, a su pesar... Toni Clapés leyó un soneto de Shakespeare traducido por Joan Triadú, que había muerto ayer y que para mí seguía siendo el director del colegio -curiosamente ayer había escrito de él en mi novela sin decir su nombre y me sobresaltó oír la noticia, como si algo en mí hubiera adivinado-, y luego leyó poemas oscuros y boscosos de una poeta para mí desconocida (tengo que re-preguntarle), ¡pero qué buena teatralidad áspera le dio a esa lectura! Esther Zarraluki leyó poemas del propio Clapés, traducidos por ella en estado de gracia al castellano, aunque Clapés, con su discreción, se escandalizó al saber que iba a leerle y se resistía. Jordi Nopca leyó su traducción de William Maxwell, se levantó y andaba por el espacio del bar con una teatralidad familiar, como si hablase por el móvil. Yo envidié esa libertad porque me había tocado leer la primera y el ruido de fondo era tan intenso que aceleré el ritmo, nerviosa, aunque leyendo un texto magnífico de Jean Giono, lo que estoy traduciendo, Dolors Udina leyó esa preciosa traducción suya de El chal que yo reseñé, y Teresa Shaw leyó dos buenos poemas de Frieda Hughes (sé que me estoy dejando algo, pero volveré). Todo eran espléndidas traducciones y fragmentos bien escogidos, pero tuvimos que imponernos a los clientes del bar que estaban allí para hablar consigo mismos y no para escucharnos. Antoni Clapés leyó poemas de Le tombeau de Lou de Denise Desautels.
Había dejado a mi amiga Lola, huésped fugaz a quien tengo pocas ocasiones de restituir mi extensa deuda de hospitalidad con ella, descansando en casa, con Rufus pegado a ella y un festival de libros. Cuando le mandé un sms para decirle que volvía, me dijo: "No tengas prisa, estoy estupendamente con Rufus y Evelyn Waugh", y se refería a esa pequeña edición traducida que compré en una interesante librería de Saragosse con nombre de heroína de Sófocles, un librito delicioso y primerizo que ya muestra todo su talento, Obra Suspendida. Es verdad que Rufus necesita su dosis de abrazos y caricias dos o tres veces al día, según el clima y lo despejado que esté el cielo, pero el de la mañana es el más perentorio. Hoy a medianoche intentó entrar en la habitación de Lola, debió de pensar que era más sencillo convencerla a ella que a mí, o abrir su puerta. Lo gracioso fue que ella le había visto dormir y dormir y ovillarse y estirarse ociosamente y cuando de pronto le descubrió saltando con nocturnidad y corriendo en pos de un ratoncillo de peluche o dando carreras por la casa, le salió su deformación profesional de estudios psicológicos y dijo: "¡Pero si es bipolar!" Y nos reímos mucho de esa bipolaridad que se haría extensiva a todos los gatos, y que explicaba tan perfectamente Saki en la descripción de aquel gato (traduzco, que ayer fue San Jerónimo): "Está siempre echado, ronroneando y soñando, cambiando de postura de vez en cuando, en un éxtasis de confort y almohadones. Parece la encarnación de todo lo suave, sedoso y aterciopelado, sin una sola arista aguda en su composición, un soñador cuya filosofía es 'duerme y deja dormir'; y luego, cuando cae el atardecer, sale al jardín con un fulgor rojo en los ojos y asesina a un adormilado gorrión." A la sesión de ayer vino Tigridia y en cierto momento oí a medias a Clapés contándole de San Jerónimo, traductor de la Biblia, de la cueva en la que vivió, en el desierto para vencer las tentaciones de su fuerte sensualidad, un desierto tan alegórico de la vida del traductor, y cómo todos los pintores le habían retratado, con ese león al que supuestamente quitó una espina y que no quiso separarse de él... o de san Gerásimo. Antes de ir al Salambo, Lola me había propuesto que le leyera en voz alta los fragmentos de Jean Giono y así pude decidir qué leería y qué no (aunque luego, la presión de aquel no-público me llevó a eliminar la descripción final, espléndida y que hablaba otra vez del árbol mítico de ese thriller poético). Lola se quedó maravillada y con su percepción rápida y asociativa me dijo: "¡Es el Twin Peaks provenzal". Toda la razón; voy a sugerir al editor que utilice su frase en la promoción. Y también asoció con un detalle de Sleepy Hollow que yo había olvidado.
Lola me habló de aquel antiguo "estar encamados" que precedía a nuestra cultura de sofás, y yo le hablé de aquellas camas renacentistas con cortinajes y doseles de madera que se ven preciosas en el Museo de la ciudad de Luxemburgo. Y es que podríamos vivir así, entre el sofá, la cama y los paseos, leyendo y escribiendo, entre gatos, con o sin amantes y siempre con almohadones.
Se me olvidaba: ayer Clapés me trajo publicada mi flamante plaquette sobre Danielle Collobert: Naufragi en un mar de paraules. Pronto estará por tres euros en venta en La Central y Laie. Tengo que avisar a Stalker.
Ah, y decir que mi Curso en la Escola d'Escriptura del Ateneu empezará el martes 19 de octubre.
Pues bien, ha llegado la hora de describir una imagen indescriptible: de mis sueños sólo rescaté un instante pavoroso en que yo estaba practicando geométricas incisiones para abrir el cuerpo de mi gata Gilda, en una extraña taxidermia que sobre todo recordaba al proceso para comerme el lenguado de ayer, y mientras lo hacía, descubría con horror que estaba viva y se me sobrecogía el espíritu, sobre todo estupefacta de que la gata se moviera muy levemente, sin rebelarse ni quejarse, aceptando una vez más el dolor, en una prolongación onírica de la lección de estoicismo que me ha cambiado a mí para siempre. Y me desperté llena de angustia y de culpa. Luego volvió la ola de sueño y en el último, disfracé y transformé el sonido de un cláxon en la voz de un poeta cubano que, burlón, decía mi nombre en dos variantes: Isabelaaaa - Belnuuuuuu....

28 comentarios:

frikosal dijo...

¿Y cual es el segundo nombre de los gatos si el primero es el público y el tercero es el secreto ?

Interesantísimo el caso de San Jerónimo, que no conocía. Ahora mismo yo me estoy mirando varias cuevas para pasar por lo menos unos días, y lo digo completamente en serio.
Para la vida conventual desde luego no sirvo, esto de la obediencia nunca he podido sufrirlo, pero la soledad del eremita...

Siguiendo el ejemplo de mi admirado St. Llibori, estoy buscando el lugar adecuado. El otro día vi una cueva preciosa, arregladita, que ya fue de un eremita y cuenta con repisa para libros, mesa y una vela a medias, robada de alguna iglesia. Tengo que subir las fotos.

Belnu dijo...

También yo, también yo me haría ermitaña, Friks! Me encantó leer que en el XIX la ladera del Tibidabo estaba llena de ermitaños, se puso de moda, según contaba aquella autora en un libro precioso sobre Sant gervasi, qué nostalgia de esa montaña asilvestrada y cercana que ya no existe...
El segundo nombre, siento decepcionarte, es el noombre de familia, family name, el apellido de los gatos.

Belnu dijo...

Y sí, Friks, sube esas fotos! Ayer le recomendé muchísimo tu blog a mi amiga Lola, que enseguida que vuelva a su ciudad y su mundo lo leerá...

JML dijo...

No está nada mal eso de vivir encamado. Me recuerda a Onetti. El lecho como un castillo, con un foso que nos separe del mundo...

Belnu dijo...

¿Verdad que sí, JML? Si encontrásemos financiación...

Anónimo dijo...

Hola, Isabel. Te leo siempre con mucho interés y curiosidad. ¿Podrías decirnos cuál ese "maravilloso libro de Theodor W. Adorno" que recomendaste al poeta?

Gracias y un saludo.

Belnu dijo...

Anónimo: Creí que lo había dicho claramente (hace unos posts puse el link). Se llama así "Sueños" y está publicado en castellano en Akal. No está incluido en su Obra Completa, se les olvidó... Son sólo sus sueños a palo seco, tal como debía de contárselos a su psicoanalista

Anónimo dijo...

Leí mal.

Gracias por el cable.

Belnu dijo...

No, Anónimo, yo creí que había vuelto a escribir el título y no era así, creí que había puesto el link y tampoco...

Dante Bertini dijo...

miauuuuuuuuuuu...
(mimoso)

Belnu dijo...

Mmm, no sé qué contestar, ¿otro maullido?

Isabel Mercadé dijo...

La entrada es tan larga y con tantas cosas interesantes, que no sé por dónde empezar, que qué bien, a pesar de todo, las lecturas dedicadas a este santo que desconocía y que me parece maravilloso, que si no recuerdo mal, Mendoza habla en "La ciudad de los prodigios" de los ermitaños del Tibidabo, que enhorabuena por esa plaquette que seguro es fantástica, que de la editorial Akal han caído en mis manos libros estupendos, que mis mejores deseos para ese curso que vas a empezar y que qué valor has tenido para describir lo indescriptible, que me encanta Rufus (pero creo que eso ya lo he dicho muchas veces) y que me voy a ver ese blog que tanto recomiendas.

Belnu dijo...

Bah, yo no me siento rpecisamente valiente, Bel M! Muchas gracias por tus palabras... Me alegra que te guste Rufus, no recordaba eso de Mendoza, de acuerdo con la premiada Akal, y no te apuntarías a retirarte a tus aposentos y gozar de lecturas como aquellos "encamados"?

Anónimo dijo...

Isabel, qué bonito todo lo que dices del gato y como lo asocias con los escritores. La historia del gato y los comentarios de tu amiga son geniales.
L.

Belnu dijo...

Gracias, L!!!!

Isabel Mercadé dijo...

¡Ah! Había soñado con eso hace años, pero ya no, tal vez porque de vez en cuando me lo permito, o me lo permitía (por cierto, voy a intentarlo de nuevo un día de estos), una escapada al sofá de vez en cuando durante un día, 24 horas desconectada, sin siquiera coger el teléfono...

Belnu dijo...

Bien! Sí, dices bien, ni teléfono siquiera

Stalker dijo...

(soy fan de Rufus y él no lo sabe)

Confieso que sus abluciones me deleitan, y todo lo demás,

un abrazo

Belnu dijo...

Gracias, Stalker! Rufus se ha enamorado de la gata vecina y los dos maúllan sin poderse reunir, se tocan a través de un orificio de la separación de cristal, pero no pueden superar el parapeto que puso mi vecino...
Espero que la plaquette de Danielle Collobert te interese un poco

Anónimo dijo...

Los sueños, la traducción, o interpretación, tan importantes. Sin embargo, hay gente que se aferra más a los hechos, los maneja, los analiza con cuidado, sin a penas dar cabida a la interpretación, sólo sesgadamente. Avanzando con las evidencias. Tal vez resulte poco evocador o poético, algo desterrado ya? La literatura ha dado ejemplos en ambos sentidos. Pero la vida ha sido implacable con los que se dejaron arrastrar por otras visiones.
iluminaciones.

Anónimo dijo...

Los sueños, la traducción, o interpretación, tan importantes. Sin embargo, hay gente que se aferra más a los hechos, los maneja, los analiza con cuidado, sin a penas dar cabida a la interpretación, sólo sesgadamente. Avanzando con las evidencias. Tal vez resulte poco evocador o poético, algo desterrado ya? La literatura ha dado ejemplos en ambos sentidos. Pero la vida ha sido implacable con los que se dejaron arrastrar por otras visiones.
iluminaciones

Stalker dijo...

Belnu:

¡me interesa la plaquette! ¡Vaya si me interesa!

Collobert es una de mis pasiones más arraigadas...

un abrazo

Belnu dijo...

Iluminaciones: Me resulta difícil situar a quién o qué puedes referirte. Literatura de hechos? Yo escrtibo lo que se llama realista, pero no sería nada sin los sueños, sin ese dejarme llevar por el inconsciente, sin ese no-saber en el que tengo que basarme para escribir cualquier cosa. Las limitaciones de mi inteligencia "catalana" hacen que necesite siempre ejemplos!

Belnu dijo...

Verás, Stalker, yo tengo mis dudas. Sólo busqué y escribí acerca de las razones de mi desazón leyendo a Collobert. Lo que fue realmente bonito fue la conversación con Víctor Sunyol y A. Clapés, traductores de Collobert, en la Alliance Française de Sabadell, cuando yo leí esos dos textos de la plaquette. Pero claro, me pregunto si te interesarán porque no es Collobert sino un approach muy discutible el mío

Anónimo dijo...

sí, salió un comentario algo mezclado, intentaba ver dos puntos de vista, uno más pragmático y otro más poético. Y recordaba el ejemplo de tantos poetas que sucumbieron ante su obra, Rimbaud por ejemplo. Disculpa la falta de claridad.
I

Belnu dijo...

Gracias por la aclaración, Iluminaciones.
Nunca había pensado en Rimbaud como parte de un grupo, sino como alguien con un enigma propio y muy particular, que muchos han intentado investigar... Pero visto así, como alguien abrumado ante el peso de su obra, sí podría ser...

Icíar dijo...

Cuántas cosas! Me copio el texto a propósito de la bipolaridad que has puesto de Saki, es genial, me ha hecho reír.

No lo podrías decir mejor: esto es vida!

"Y es que podríamos vivir así, entre el sofá, la cama y los paseos, leyendo y escribiendo, entre gatos, con o sin amantes y siempre con almohadones"

Belnu dijo...

Me alegro de que te gustara esa supuesta bipolaridad de los gatos, Icíar! Y la vida de los sofás...