Ilustración: Frederick Edwin Church, Cayambé, 1859
He olvidado mis sueños agitados de ayer y hoy. Se han disipado en un momento, como tantas otras veces. G vino y me contó los suyos y nos reímos, y también los he olvidado. La otra noche fui a cenar a casa de un editor-poeta y de la reina de la traducció (CHM dixit). Resultó que la cena no era para hablar de una conferencia, como yo creía, sino para constituir una misteriosa e hilarante fundación de la que yo era automáticamente miembro, y donde los cargos quedaron difusos, excepto que CHM es el tesorero y al parecer, la fundación se dedica a sufragar cenas, pero también crea un fondo de arte, que se inició el otro día, pero de forma entrecruzada. La sede tiene una biblioteca interesante, con esos muebles acristalados que envidio, así como paraguas, jerseys y lo que haga falta para el camino. El pescado estaba delicioso, como el jamón y la ensalada, y el presidente de la Fundación (le atribuyo libremente el cargo, ya que en esta clase de instituciones, los cargos sólo dependen de la imaginación y las proyecciones) me pidió que no tuviera en cuenta que la infusión de menta era de una marca deshonrosa, pero como todo lo demás era perfecto, ese detalle pasó completamente inadvertido.
Anoche, tras un paseo y dos agradables encuentros, intenté ver La vida de Oharu de Mizoguchi (prestada de V.). La historia parecía al principio muy naïf, pero bellísimas las imágenes y la gestualidad japonesa antigua, tan poéticas y sugerentes como en los mejores cuentos, y poco a poco, entre los paisajes entrevistos, pintados como cuadros refinados, sutiles y en penumbra, los escenarios y esas casas tan minimalistas, hechas de luz, sombra y una estructura inteligente, que tan bien definía Tadao Ando como base de su arquitectura, se iba desgranando la tenacidad de la misoginia del mundo contra la delicada y sensible protagonista. Hasta que no pude soportar más las desdichas e injusticias que caían sobre la propia Oharu, pensando que para las mujeres, el siglo XVII japonés se parecía bastante a lo que Lidia Falcón contaba de la posguerra española en sus Memorias y de aquella horrible Barcelona de entonces, sólo que con otro paisaje físico. Pero veré el final en otro momento, porque sigo aún hipnotizada por esas imágenes.
Estuve leyendo el Viaje a Rusia de Joseph Roth, que recibí de la impecable editorial Minúscula. Mi Roth favorito (a mí, la de Philip Roth me resulta una literatura demasiado viril, y me cansa, aunque sé que es un gran escritor y que estoy blasfemando, y sé que maravilla a autores como Ian McEwan, et pour cause. Ayer leí la entrevista a McEwan en el Babelia y confirmé mis reservas. McEwan es otro buen escritor que en este momento no me interesa. Aunque aprecio que como autor inglés contemporáneo interesante propusiera a Zadie Smith. McEwan suele ser muy misógino y sólo suele interesarse por la literatura más viril. No me gustó Expiación, no sólo por lo clásico, sino por lo misógino, aunque sus primeros libros me gustaban. De hecho, me quejé a my boss de La Vanguardia Cultura/s y él me dijo: escribe un folio explicándolo y lo pondremos junto a la reseña. Y me recomendó el libro de Vizinczey Verdad y mentiras sobre la literatura, donde argumenta una ética literaria interesante. Y la editora de Salamandra me felicitó por ese texto. No me gustó lo que McEwan dijo en las entrevistas sobre su Saturday, su actitud frente a la guerra de Iraq. No me gustó, sobre todo, el lugar en el que se situaba. Creo que eso mismo me ocurre con dos muy buenos escritores de este país, a los que leí en otro tiempo. Siempre lo digo: creo como Chéjov que el escritor no puede pretender que sabe todas las respuestas, sino que debe interrogarse, mostrar su perplejidad ante un mundo que no se puede comprender. Cuando uno se sitúa por encima de todo y su tono desprende esa arrogancia y righteousness... o cuando un escritor considera tan sólo a sus lectores hombres y habla como si no tuviera lectoras mujeres... yo pienso que no me necesitan y les abandono. ¡Hay mucho que leer y poco tiempo! y McEwan y Philip Roth pueden resistir que yo no les lea), mi Roth favorito, como decía (Joseph), viajó por Rusia en 1926 por encargo del Frankfurter Zeitung, visitó Moscú y San Petersburgo y siguió el curso del Volga. Ya en el primer artículo, que es espléndido, se carga los estereotipos (que aún hoy mantienen algunos por estos lares) sobre el alma rusa, etc., y describe con ironía e inteligencia las miserias de los rusos emigrés por Europa y luego sigue adentrándose en Rusia y se detiene en lo más pequeño, en las maneras de todos los que le rodean, observa en la gente gestos, estilos y vestigios del antiguo régimen y también la nueva gestualidad y léxico de la Revolución, con una percepción afinada, honda, poética y llena de humor inteligente. El viaje que según él, le sirvió para conocerse. Una gozada. (Por cierto que el librero de la calle Berlinès homenajea a la editorial Minúscula el próximo miércoles).
Esta tarde, mientras hablaba con Cachodepan y él esbozaba sus impresiones panorámicas a partir de momentos precisos, hilando escenas distintas para construir su mirada inquieta sobre el mundo, yo, que no puedo hacer una sola cosa al mismo tiempo (salvo si leo o escribo), primero acariciaba a mi gata, y luego iba ordenando revistas en la caja roja de un precioso libro de cocina ilustrado que me mandó hace meses, tal vez por Navidad y por sorpresa, un viejo amigo (autor de los dibujos). Entonces no vi ninguna tarjeta, pero como la caja era bonita se quedó ahí, como siempre ocurre en esta cueva de Alí Babá, que las cosas aterrizan en un lugar y tienden a quedarse. Y al quitar los restos de bolas de porexpán, de pronto ha salido la tarjeta alargada de mi amigo, un mensaje afectuoso que me ha alegrado con dos meses de retraso (A Isabel Núñez / un libro de cocinar / literatura de verduras / te quiere tu ...) ¡Literatura de verduras! Lo cierto es que el libro se anima con sus alegres espárragos y tomates y huevos fritos y bichos de toda clase y al verlos me acuerdo de lo bien que lo pasamos en otro tiempo. Una vez me dijo: "Núñez, tú eres la única persona que nunca me ha pedido un dibujo. ¿Qué quieres que te dibuje?" "Un circo", le dije yo, porque era la respuesta que nos dábamos de pequeñas mi hermana y yo, porque nadie quería dibujar algo tan pesado como el público de un circo. Pero a mi amigo no le arredró, me hizo un circo precioso, amarillo luminoso y con garriris, que aún conservo y que un día pondré aquí. Mientras, alguien reclama mis habilidades fortuitas de Madame Zorah, así que tengo que dejar esto ya.
Mañana tendré que trabajar refugiada. Vuelven los operarios de la escalera, y cortan la luz de 8 a 18. Por suerte, sigue habiendo hospitalidad en el mundo. Sólo una cosa más, que guardaba para mi blog Polis, y es que el viernes leí en El País el mejor artículo sobre las elecciones o la política de todo este año. Con título paródicamente leninista, "¿Qué hacer?", Enrique Vila-Matas reflexionaba sobre lo único que pueden hacer los intelectuales ante esa mascarada en la que se ha convertido la política: "apartarse, quedarse leyendo y escribiendo, enseñando y estudiando, y en definitiva resistiendo, una actitud que puede llegar a alcanzar una verdadera dimensión política y que recuerda el espíritu inicial de la filosofía en el sentido socrático: 'el individuo que pasea al caer la tarde y dialoga con los otros y les muestra la posible verdad de las cosas y que espera que juntos la vayan construyendo.'... La construcción de la verdad pasa por los caminos de la tarde." Y en medio del desaliento que me invade cada vez que leo el periódico, encontrar esa voz ahí, no en las páginas de cultura, sino en plena y humeante política, me produce un gran alivio y me hace pensar en Boecio encarcelado, escribiendo las luminosas consolaciones de la filosofía.
24 comentarios:
rápida veloz!!!
ya tienes los links...espero que el maravilloso lugar donde está vila-matas (me pasarías la nota?)no sea el también desaparecido happy books...
Voy ahora mismo a ver los links... te pasaré lo que quieras... pero qué es la nota? el artículo?
no sé dónde estaba, parecía un jardín agradable, pero ahora intentaré averiguarlo
El lugar de la foto era el Instituto Cervantes de Nueva York, Cacho...
agradezco esa visión del cacho de pan, tan tierno...no encuentro a quien me dices: sí alibabás y gildas y roths, pero a ese no...
news: acabo de aceptar a tu boss como nuevo socio...la nota es el artículo en versión argentina (noteros, los que escriben por pedido ajeno)
ese espectáculo lo ví en el lliure desde la posición más privilegiada (casualidad de última hora): primera fila a ras de escenario, en el centro, ¡maravilloso! y no soy nada afecto a las músicas estridentes.
Ya no sé qué te decía... pinchaste en hospitalidad? Lo de Auster y VM es en El País y es el Cervantes, y debo de estar obtusa porque no entiendo nada de my boss, ni de versiones argentinas, aquí refugiada me están poniendo una música de llorar...
a mí también me gustó ese artículo, me pareció de lo más logrado y luminoso en este oscuro tema que son las presidenciales (había un dejo de añoranza, de algo perdido inalcanzable casi utópico en ese artículo...)
Es verdad, Ed... Lo que más me gustó es que estuviera allí, mezclado al estúpido fragor de la campaña de mentiras
Cómo me gustan estas pelis, el tono de voz de los japoneses muchas veces me sorprende, una declaración de amor puede parecer una bronca.
Su mundo, sus protocolos, la educación exquisita...
Me encanta la ilustración de Frederick Edwin Church (no lo conocía). A veces pienso que mi verdadera vocación es la de pintor paisajista, pasarme el día en el campo tomando apuntes o pintando con todos los bártulos a cuestas.
Hoy leí la noticia de que han vuelto a colocar las barandas modernistas en el metro del Liceo por presión ciudadana. Uno de los comentarios en la vanguardia.es (ya sé que no debo leerlos) es: "Yo no dormía sabiendo que no tenía esta barandilla modernista." Hay tanta imbecilidad que me desmoralizo. A nadie le importa la fealdad, esa "lletjor" que a algunos nos enferma.
Yo creía que Madame Zorah eras tú!
No hay que leer esos comentarios, en efecto, me lo digo también a mí misma, es mejor contemplar a Church (yo lo descubrí en esa maravillosa expo de paisajistas de la fundación march que vi en madrid) y pensar que algo se ha corregido, estilo Franzen, para restituir la belleza o eliminar más fealdad.
Y sí, en cuanto al nombre, así me llama Esther...
Y en cuanto al tono de los japoneses, me pasa lo mismo, qué diferencias... Cuando la perseguía su enamorado, le declaraba su amor a gritos broncos, y ella lloraba muy bajito y se zafaba como si le despreciara, hasta que al fin se le abrazó, y por ese abrazo a él le cortaron la cabeza y a ella y su familia los echaron de la ciudad, y el padre no dejó de vilipendiarla
a ver: tu boss es quien tu pones en el blog como tal, y que se ha asociado esta semana a la acec...los argentinos solemos llamar nota(s) a los artículos periodísticos...podrías enviarme esa tan imprescindible de vila matas?
Te refieres al artículo que yo menciono o a esa entrevista con Paul Auster? Si es el primero, cuando vuelva a casa te lo escaneo y mando porque he mirado en el país digital y aun sabiendo que es un artículo del viernes me dice que no existe... Si es esa entrevista, la cosa es más fácil, pero dudo que...
Me parece interesante y tomo nota de lo que dices "creo como Chéjov que el escritor no puede pretender que sabe todas las respuestas, sino que debe interrogarse, mostrar su perplejidad ante un mundo que no se puede comprender"
Pero no entiendo lo del escritor que "considera tan sólo a sus lectores hombres y habla como si no tuviera lectoras mujeres". ¿Como puede hacerse eso? ¿Es acaso diferente escribir para hombres o para mujeres?
A propósito de acariciar gatos, estoy a punto de hablar de mis ratas (no se si recordarás) me faltaba una introducción, que ya he colgado, acerca de las tortugas-gato.
No he visto esta peli, tomo nota.El sabado vi la última de Resnais en el Verdi, me gustó mucho.
En cuanto a Política esta noche monólogo.....
Y...para monólogos el de Rabinovich,por favor, mirádlo, jajaja
http://es.youtube.com/watch?v=sMXz81Y467A
Un abrazo
Jazzy
Jazzy
Muy fácil, Frikosal, imagínate que escribes diciendo: todos sabemos que las mujeres son tal y cual, en cambio nosotros somos tal o cual... o ustedes lectores, cuando se enamoran de una mujer...
Otra cosa: Ayer leía los concienzudos y brillantes informes de lectura de Gabriel Ferrater y una vez más topé con ese rincón irracional de rabia contra las mujeres: hablaba de una novelista (bastante sólida) y decía Sus personajes masculinos son vacíos y fallidos, como siempre en la literatura escrita por mujeres. Él mismo se contradecía unas páginas más adelante, al admirar la literatura escrita por otra mujer, no le veía defecto alguno... Pero unas páginas más adelante, al vilipendiar un libro decía que sólo podía interesar a viejas damas. Etc. Es constante. O no nos incluyen entre los lectores, o nos atribuyen estereotipos y limitaciones que ellos mismos contradicen. Suerte que hay algunos escritores no misóginos, pero son pocos. Además, hay que contar que algunas mujeres también lo son, odian su propio género y aprovechan cualquier pretexto para vilipendiarlo. Es agotador porque te estropean la lectura, unos y otros
Seguro que tu tienes razón con estos textos, que no conozco.
Pero, si no te parece mal que aproveche la ocasión para hablar en general, sin referirme a ti ni a este post si no a todos los medios y a todas las opiniones publicadas, hace tiempo que quisiera decir algo.
A mi me parece (desde mi punto de vista de hombre próximo a los 40) que se está creando una sensación de que todos los hombres somos machistas, misóginos y culpables de muchas cosas, la mayoría de ellas sucedieron antes de que hubiéramos nacido ¿debo sentirme culpable?
Por otra parte, situaciones como series de televisión en las que todos los hombres adultos son presentados como idiotas y todas las mujeres como cultas, listas y sensibles, o los hombres son deportados (anuncio de lavadoras), cuando no asesinados por mujeres (anuncio de coches), se aceptan con naturalidad sin que nadie (que yo sepa) proteste.
Todo esto es probablemente una reacción a una situación que era injusta, y que sigue siendolo en muchos lugares pero esto no se si va a ser la solución.
No se ¿tu como lo ves? ¿crees que tengo razón?
No sé, Frikosal, yo no veo series de la tv, no lo digo por esnobismo, es que me deprimen y no tengo tiempo (es decir, veía antes Frazier y también Sexo en NY y Expediente X y Seinfeld, ahora no tengo ninguna, pero en ninguna de esas los hombres parecían todos misóginos, ni iba de eso, sino más bien al contrario). Sería absurdo generalizar. Yo no lo percibo como tú, claro, a mí me agota tener que estar oyendo siempre el mismo discurso, leyendo que en los suplementos muy pocas veces salen escritoras (escritoras tan buenas o más que ellos, que son olvidadas repetidamente), aunque hay cambios generacionales, en USA hay una generación de escritores de treinta y fu que citan y apoyan a escritoras, como Jonathan Franzen apoyando a Paula Cox, por ejemplo. La verdad es que los hombres de treinta y pico suelen ser ya distintos en ese aspecto, son generaciones que han tenido madres menos frustradas, más realizadas profesionalmente y que no ven a las mujeres con recursos como una amenaza sino como un valor añadido
Ajá, Jazzy, yo me anoto lo de Resnais, que me gustaba mucho antes, pero en esta pensé que no sería... qué sé yo. Ahora miraré lo de youtube
Espero sepais disculparme mis intrusiones totalmente ácratas, admiro vuestra exquisitez!
Cada dia os leo ( a todos) y aprendo.
Jazzy
Nada que perdonar, aquí todos tenemos cosas que aprender, muy gracioso el monólogo...
Mmmm... está bien, querida Bel, entiendo tu rechazo a la misoginia literaria (Roth y cía.), pero qué me dices del pobre lampista "con acento gallego". No te parece suficiente desagravio? (perdón por la broma fácil)
Y qué tiene de malo decir que tiene acento gallego? Sólo un hábil malicioso como tú malinterpretaría mi frase inocente. En realidad, a mí me gusta más cualquier acento otro, cualquier lejanía, que me permite imaginar otros paisajes. Pero no me malinterpretes, eh? Lo digo sonriendo.
No, si no lo decía por el acento gallego, lo decía por esa pobre neurona masculina que parece incapaz de conectar dos realidades distintas en un mismo impulso nervioso. A base de ser tan simples los hombres acabamos resultando la mar de complejos. Yo también te lo digo sonriendo y sin malicia, por supuesto. Aunque confieso que a mí Roth, sí que me gusta...
Yo no creo que los hombres sean más simples ni más complejos, creo que hay hombres y mujeres simples y estúpidos y hombres y mujeres inteligentes. Diría que la complejidad es general y no tiene género, aunque haya siempre fantoches empeñados en demostrar con falsas pruebas la inferioridad de mujeres o de negros, son locos acientíficos, pero siempre vuelve alguno... En cuanto a Roth, yo sé que es un buen escritor, pero todos podemos tener como nos enseñó Nabokov, strong oppinions, él detestaba a Thomas Mann. Lo subjetivo cuenta también en la literatura. El deseo de leer a alguien. Y también cambia por temporadas. A veces una voz no te dice nada y años más tarde, se produce el milagro. Yo abogo por esa lectura del deseo...
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