domingo, 12 de septiembre de 2010

Otra vez el calor

Foto: I.N., Fred Basset en el parquecillo de Maluquer, 2010
He puesto la cadena francoalemana arte tv para tomarme el té y había un especial flamenco. Ha salido un gitano con traje rojo como una llamarada, zapatos rojos, camisa negra y el pelo largo, y ha empezado su frenético taconeo. Rufus, que estaba muy cerca bebiendo agua, se ha vuelto hacia el televisor, interesado y sorprendido. Habrá decidido ver el espectáculo completo, porque se ha situado en el suelo, en una posición discreta, bajo una butaca preferida, y ahí sigue, mientras también sigue el desfile de flamencos (ahora Prado Rodríguez baila en vaqueros; antes una cantante árabe y una bailarina sufí le han hecho sitio al bailaor del traje rojo). "Por fin un gato que ve la tele", dijo G.
Tengo que decir del alivio de Rufus con la marcha de la flaquita y nerviosa Vera, comparable al mío. Como G., me siento algo culpable, pero hay que reconocer las propias limitaciones, aunque sean coyunturales. Me encantan los extraños rituales de mullido del aire de Rufus. Y sus volteos abdominales cuando le acaricio. ¿Quién te ha dibujado con tanta perfección?, le pregunto, y me mira con sus ojos sorprendentes. ¿Quién te colocó cada raya de tigre en su sitio justo? Se yergue, majestuoso, o se entrega, con esa boca de línea negra que parece sonreír.
Olvidé hablar de lo mucho que me gustó Agua viva de Clarice Lispector, regalo de la Otra Bel, por su construcción poética única, por ese hilo que va tejiéndose casi sólo con su nervio interior, por la fuerza (hipnótica, dijo ella) de su propia voz, por su conexión con la naturaleza y con todo, por la vitalidad de su escritura sólo suya. Su descripción libre y a veces salvaje de las flores, de la intensidad y gradación de sus efluvios, de los espejos, de todo lo que va viendo y tocando con unas yemas de los dedos febriles, como en aquel texto de Barthes sobre el lenguaje. Me interesó aún más ahora que estoy tan ciega y sin encontrar la música ni el orden ni la forma de mi interrogativa novela. (Yo, que fabrico el futuro como una araña diligente. Y lo mejor de mí es cuando no sé nada y fabrico no sé qué...). Acaba la escritura de ese libro en el propio hechizo. Supongo que no cualquiera accederá a esa escritura poderosa y única, pero quienes puedan serán hechizados. (Ahora canta alguien de fusión entre francés, música árabe y flamenca).
Anoche, entre las oleadas de sueño brutal en que me sumió el virus de Vera, forcejeando con él gracias al asombros oscilococcinum (que aquí vale el doble o triple que en Francia, según las farmacias, es un escándalo), fui con B. al cine a ver esa película de la monja medieval (Hildegard von Bingen) de Margarethe von Trotta, Vision, y me gustó, de factura clásica pero con unas imágenes maravillosas y la mirada feminista de esa monja medieval que supo abrirse su camino al conocimiento, la medicina natural, la belleza y lograr independencia y sostenerse con sus visiones sin que los que la acusaban de hereje lograsen su objetivo, usando su poder intuitivo y su sagèsse (B. la comparó a Santa Teresa, con razón), su forma de hablar de la naturaleza, del amor sáfico, de la amistad en medio de las luchas de poder, las paradojas, los celos, sus reflexiones que hacía tiempo no llegaban por aquí. Y esos bosques alemanes, esos árboles. También me gustó mucho escucharles hablar, y qué maravilloso sonaba el latín con acento alemán.
Ha muerto Claude Chabrol. No es que fuese de mis favoritos, pero a veces me interesó y sobre todo, es la sensación de que se muere mi mundo, de que todo desaparece... Claro que podemos envolvernos en libros y películas como si fuesen una segunda piel. Aun sabiendo que todos han muerto.
Por cierto, en un viejo Cultura/s, SVSJ hablaba con gran elocuencia de un libro que tal vez me interese. He decidido comprar el libro... en la red: en inglés, nuevo vale 7 euros, viejo 6 euros, e incluso junto con los 6 euros del transporte, me cuesta la mitad que la versión española, de 24 euros. ¿Cuándo se darán cuenta nuestros editores que los libros son muy caros, y más en un país donde tan poca gente lee?
Hoy he vuelto a dormir profundamente, y siempre me alegra recordar mis sueños como estos días, incluso cuando son pesadillas, o como dice mi amigo serbio, "medias pesadillas, que son peores". Pero yo los agradezco, porque me traen noticias frescas del inconsciente y me ayudan a pensar/me, y también porque me fascinan esa inteligente poética de la sustitución, ese lenguaje visual, esos modos.

25 comentarios:

Stalker dijo...

"Agua viva" fue uno de mis libros favoritos hace años, y lo sigue siendo, sólo que después leí "La hora de la estrella" y "Un soplo de vida" y esa otra escritura terminal de Lispector, más cercana a su propia muerte, más cortante y abrupta, me abrió fisuras, profundas simas de sentido, y comprendí, comprendí entonces muchas cosas.

Haces bien en sugerir que no es una escritura para todos. De hecho, siempre me ha sorprendido como muchos buenos e intensos lectores (en ocasiones, amigos míos) desdeñan a Lispector, a veces incluso con una palabra apresurada, con esa injusticia atroz y momentánea del juicio lapidario.

Es una lectura que exige tiempo y escucha, y exige leer mucho y leer bien. No creo que baste un sólo libro de Lispector para abarcarla: hay que leerla toda, en lo intenso, en lo extenso y en lo profundo (y también en su irregularidad, porque creo que su obra -como toda obra que se precie- es profundamente desigual. Para mí la perfección queda para el mármol y las antologías, es decir, los lugares de conquista del falocentrismo más execrable).

Hay que leerla ancho mundo adentro, porque ella también es un

cuerpo cae mujer

Una vez impartí un curso y recuerdo que una señora dijo de Lispector algo así como: "Se nota que esta mujer no ha tenido que tener hijos, sólo así se explica que escriba con tanta crueldad, frialdad y oscuridad", declaración que me enfureció aunque guardé la "compostura".

Es algo parecido a lo que ocurre aquí, en 1h 24', el vídeo puede avanzarse con el cursor (atenta a la intervención de una señora a partir de ese momento: ¡vas a flipar! Me recordó profundamente aquella intervención a la que aludo en clase, con Lispector):

http://redsocial.uimp20.es/video/martes-literarios-chantal

Un abrazo

Belnu dijo...

Stalker: Completamente de acuerdo contigo respecto a la irregularidad. Cuántas veces he discutido porque muchas veces prefiero un libro irregular o no redondo estructuralmente a otro que sí lo es! (como prefiero El sobrino de Wittgenstein a El malogrado de Bernhard). Y yo la he leído al revés, o quién sabe cómo, empecé por sus crónicas periodísticas, que reseñé, Celebración de un mundo, sus Cuentos, que también reseñé, luego La hora de la estrella, que tengo a mitad, y de pronto Agua Viva... Seguiré con ella porque me fascina...
Qué estúpido comentario de esa mujer que no la entendía. Pero eso siempre sucede. Y tiene que ver con esa secreta alegría de la que hablaba el otro día JG aludiendo a la sensación del escritor cuando no es reconocido por el establishment imperante. Ayer lo hablábamos Bel M. y yo: si ahora se presentasen esos libros de Lispector con otro nombre, ningún editor los querría y los críticos la ningunearían.
Voy a ver ese vídeo.

Stalker dijo...

"si ahora se presentasen esos libros de Lispector con otro nombre, ningún editor los querría y los críticos la ningunearían".

Clarividentes Bel M. y Belnu:

¡es eso! ¡Es exactamente eso! O quizá lograría publicar, pero no recibiría el apoyo o la consideración que hoy ha conseguido relativamente... y muchos arremeterían contra ella, sin duda...

Belnu dijo...

Gracias, Stalker! Estoy intentando ver lo de Chantal M., no sé por qué me falla y se me bloquea, voy a reintentar...

´´ dijo...

Me cae bien Rufus eso de que le guste el flamenco es importante.

Belnu dijo...

Me alegro, Francis! Es un gato muy suyo, y a la vez muy simpático...

Belnu dijo...

Stalker: he oído la intervención de esa señora: penosa ella, ¡no sé cómo lee a Keats! No entiende nada, ya lo dice, y su idea de la poesía es tan patética y absurda, como si se tratara de publicidad o de una droga para alegrar el ánimo aunque fuese mintiendo, y su intervención tan agresiva... Me ha recordado a una señora que intervino en una conferencia conjunta que hicimos Lydia Oliva y yo sobre tres escritoras y tres fotógrafas olvidadas y ella muy agresivamente también, furiosa porque no había entendido, dijo que la habíamos estresado! Luego nos dijeron que esa mujer era así con todos los ponentes del curso, pero me chocó que su no-entender nos lo lanzara a nosotras como con cerbatana. Igual que ésta. Por desgracia hay tanta gente así, y en este país, la mayor parte no habla, no se atreve, y a veces hablan sólo los peores! Por suerte en esa sesión de Chantal M., luego otra oyente le dice que guardará esa sesión memorable en su memoria, y Chantal habla de la no-tristeza en la India, es una forma de contestar lo incontestable.

Stalker dijo...

Belnu:

lo increíble, lo más asombroso, de ese tipo de intervenciones, es por qué esas personas aguantan hasta el final.

Si a esta mujer la intervención de Maillard le ha parecido un canto a la "tristeza, el caos y la destrucción", ¿por qué ha estado dos horas soportándolo? Lo lógico habría sido marcharse a los diez minutos...

Pero lo más curioso es lo de: "Me hubiera gustado que alguien nos hablara de su vida, y así habríamos entendido por qué usted es una persona tan triste".

Es una situación estructuralmente idéntica al ejemplo que ponía con Lispector, por eso te he pasado ese enlace. Veo que tú también has sufrido situaciones análogas, ¡y no me extraña! No debemos olvidar que la independencia y la honestidad tienen un precio, siempre, un precio que se traduce en tener que soportar cierta virulencia ocasional. Esa independencia irrita a algunos, no la toleran, es algo que he comprobado en incontables ocasiones...

un abrazo

Belnu dijo...

Stalker: es gracioso, te quise poner otro comentario donde hablaba justamente de eso, pero el servidor lo borró. Cuando escribí Crucigrama, alguien me mandó una carta larga y furiosa acusándome de vivir en el desierto y de contagiarle mi pesimismo atroz, y citando cosas tan estereotipadas y banales como aquello del "color del cristal con que se mira", acusándome incluso de que un cuento mío describiera el fuerte olor de unos urinarios en una autopista. Y mientras leía toda la carta mi pregunta era: ¿por qué lo ha leído hasta el final? Lo extraño fue que tiempo después esa persona fue a ver al editor y le dijo que había cambiado de opinión y que el libro era estupendo. Así que lo que ocurrió fue un shock, lo que necesitó esa persona para conectar con algo suyo que había negado, les souvenirs reffoulés. Tal vez esa mujer que interpeló tan agresivamente a Chantal M. y que atribuyó su "tristeza" a un viaje a la India, etc., más tarde se diera cuenta, porque esa agresividad me suena a mí a algo suyo reprimido, sino, ¿por qué ofenderse? Como tú dices, abandonar la sala o dejar el libro sería lo lógico, pero algo les ataba allí y su propia fascinación, esa parte de ellos que sí conecta, les llena de rabia.

Belnu dijo...

Stalker (más): Creo que hemos tocado un punto que para mí es clave. Hay gente que no puede escuchar ni leer nada que le recuerde a su propia parte reprimida y negada. En esos casos no ven nada más, voient rouge. En una lectura de Ch. M. a la que asistí, un conocido me dijo que no lo había soportado y había huido; él mismo tampoco había podido detectar el humor o la ironía que otros ven en mis cuentos, y me había dicho agresivamente que mis cuentos eran "deprimentes". Sé que siente un odio muy activo contra el psicoanálisis (incluso se compró le livre noir de la psychanalyse, un libraco oportunista y banal contra esa práctica, que costaba un dineral), no es simplemente que no le interese o no le convenza, sino que lo siente como una amenaza. Ya sé que tú desconfías del psicoanálisis, pero yo hablo de quienes se sienten amenazados casi sólo por su existencia, que parece amenazar fantasmáticamente esas partes reprimidas, negadas.
Hay gente que se asusta de su propia tristeza (u otros sentimientos, el miedo, etc), sienten que, si se permiten abordarla, escucharla, dejarla fluir, se les llevará al fondo, y alguien que se atreva a abordarla, aunque sea sin excluir el humor o la joie paradoxale, se convierte en una amenaza y los vuelve no indiferentes sino agresivos.

Stalker dijo...

Ah, Belnu:

¡Deprimente sería la última palabra que utilizaría para definir tu "Crucigrama"!

A mí me pareció un libro valiente, lúcido, penetrante, delicioso. Indagador, eso sí, de muchos pliegues, los tuyos propios, los que nos conforman a todos. Sentí una sintonía absoluta con esa escritura en principio alejada de mis intereses como lector (filosofía y poesía): la cercanía, la inmersión y la piel, el estar-ahí, ha sido total.

Decir de algo que es triste o deprimente e invalidarlo por eso es eliminar buena parte de la literatura universal (¿habrá un libro más "deprimente" que "El libro del desasosiego? ¿Y es que no se puede hablar de la tristeza? ¿No se puede transfigurar, explorar literariamente? etc, etc.). Es además una enmienda a la totalidad, algo muy parecido a un juicio acrítico, despectivo, que no ahonda: palabras de aquel que se defiende.

Lo de sentir esa amenaza que dices me parece muy acertado. Es un síntoma de haber ahondado poco en la extraña hambre que somos.

Respecto al psicoanálisis, de veras aprecio muchísimo el que haya mostrado el inconsciente y los mecanismos represivos: ha visibilizado toda una parte de nosotros que estaba oculta y considero eso revolucionario (en realidad mi desconfianza al psicoanálisis viene más bien del hecho de que hasta cierto punto puede constituir un poder o campo de fuerza, con una retórica fuerte, muy elaborada, que ofrece una interpretación unívoca de esos procesos internos; en realidad tiene que ver con mi desconfianza a todo lo que considero un sistema de poder y no con los fundamentos y descubrimientos del propio psicoanálisis, que considero de gran valor; en el librito de conversaciones entre Derrida y Roudinesco acabo de encontrar reflejada, como en un remoto y admirado espejo, lo que sería mi posición: vigilancia, sospecha, pero reconocimiento de fondo a lo que, no puedo negarlo, fue una conquista. Y aparte, que el psicoanálisis haya ayudado a tanta gente, entre ellos a ti, me merece un respeto infinito, una infinita admiración. Estaré del lado de todo lo que nos ayude o salve por mucho que mi oblicuidad me impida comulgar con ello. ¡Y cierro ya esta engorrosa digresión!)

La propia tristeza, explorar el desasosiego fecundo. Necesitamos tanto acoger esa parte y no negarla, recorrerla, explorarla, vivir con eso que somos y dejar de alzar tercar murallas defensivas,

abrazos

Belnu dijo...

Gracias, Stalker, por tu lectura generosa de mis cuentos!
Como dices, si no se pudiera hablar de la tristeza, eliminaríamos la mejor literatura, los poetas, Proust, Beckett, toda la tradición de la literatura östeuropea, en fin, para qué seguir, imagínate una literatura escrita para animar y negar la tristeza, sería poco más o menos autoayuda, Paulo Coelho, cosas así, y eso sí que me resultaría deprimente y asfixiante!
Sí, sí, entiendo lo que dices, sólo añadiré que en los fundamentos del psicoanálisis está escrita la necesidad de la sospecha, sospechar e interrogarse sobre nosotros mismos y los otros y sobre la propia práctica. Por eso hay tantas disensiones y tantas escuelas y rupturas en la comunidad psi. por eso los propios psis acuden a otros a buscar ayuda y sospechar/se. Es lo contrario del ejército o de las iglesias, o debería... lo cual no impide que siempre haya alguno dispuesto a divinizar e imponer justamente al contrario de lo que se trataba... es la condición humana.
Sí, Derrida lo explica muy bien en esa conversación, también con los "espectros de Marx". Conoces un librito de ella (entre muchos otros) Pour quoi tant de haine?, ella me gusta mucho y su película sobre el origen del psicoanálisis también me gustó

Belnu dijo...

Quería decir de Elisabeth Roudinesco, se me escapó el nombre!

Isabel Mercadé dijo...

Queridos Isabel y Stalker: estoy tan a gustito escuchándoos, que voy a seguir en silencio.
Sólo decir, Isabel, que me parece preciosa esta entrada y que gracias por la cita repetida, por lo que significa: una gran atención hacia el otro, y también por esa atención con la que lees y cuentas.

Belnu dijo...

Oh gracias, Bel M! También yo me siento a gusto y acogida hospitalariamente, un poco como imagino que debe de sentirse Rufus, que compara esta placidez con las hostilidades de su primera vida. Los que tenemos eso para comparar, luego nos sentimos tan agradecidos!

Ephemeralthing dijo...

Como siempre, un placer leerte, y leeros, o escucharos, como dice Bel M.
He recordado a mi gata Lola, vivió hace ya unos 30 años. Le encantaban los documentales sobre la vida de los animales salvajes, y si eran sobre simios era impresionante ver como seguía gestualmente con la cabeza los movimientos de los personajes de la pantalla. Era tronchante, una maravilla.

¿Quién es ese personaje para quién la tristeza es tabú?. Quién no sabe identificar y aceptar ese sentimiento acaba loco, o con una depresión de caballo.

Belnu dijo...

Gracias, Eph! Me ha gustado la escena de tu gata Lola admirando los documentales de simios. Aparte de los horribles ejemplos de alguien agresivo en el público, yo, aunque te parezca increíble, me refería a un escritor.

Emma dijo...

A mi me fastidia tanto la gente que me corta- cuando comienzo a mencionar algo interesante, como el paso del tiempo, la muerte o el sentido de la vida- con frases como " pero no nos pongamos tan profundos, mujer" o " no hablemos de cosas tristes". Me molesta tanto!

Belnu dijo...

Emma: te entiendo perfectamente. Es esa gente que con tal de no hablar ni pensar es capaz de volverse simiesca, ridícula, infantilizada, y que cree que la felicidad es obligatoria. Bombas de relojería!

Belnu dijo...

Emma:2. Y digo esto ahora que vuelvo de ver a M., que siempre quiso no saber y lo ha conseguido. Es tremendo.

Emma dijo...

Si, tienes razon, es tan curioso que la gente que no quiere saber nada es la que se aleja de la felicidad mas que nadie.

Belnu dijo...

Exacto, Emma, ahí sí se cumple la frase Es peor el remedio...

Anne (Cabo Leeuwin) dijo...

Estoy contigo en lo del precio de los libros.

Yo hago lo mismo, podría hacer un pedido desde mi isla para leer en castellano pero...me ahorro el precio de la traducción y lo hago yo misma.

Así reduzco el precio y pago solo 1/3.

El dinero que me sobra lo guardo en un cofre y así dentro de unos años, mi Cabo Leeuwin tendrá su propio tesoro.

:-)

Anne

Icíar dijo...

Ya me grabo, el libro de "agua viva" y a Margeritha von Trotta. Espero encontrar la película, aunque no estoy muy segura que este tipo de películas lleguen hasta aquí.

Rufus ha resultado ser un intelectual, qué divertido que es con eso de ver la tele.

Belnu dijo...

Sí, Icíar, "esa" película de Margarette von Trotta sí creo que te gustaría. Rufus está tomando el sol, aquí cerca, aprovechando un rayito que cae en un rincón, como hacen los gatos.