Foto: Eva Huarte. A la vilamatiana gata negra de Eva H. le gusta La plaza del azufaifo, 2010.
A veces pienso que estas traducciones mías tienen un efecto terapéutico. Hoy el médico del gimnasio, que me había ofrecido una visita como esos servicios que van incluidos, me ha manipulado la pierna con tanta fuerza que ha logrado que me volviera el dolor. Me ha dicho que me dejara de homeopatía, que sin antiinflamatorios y tres semanas más de reposo no bajará, me ha preguntado qué tal mi estómago (si era a prueba de balas, quería decir) y me ha recetado unos de esos potentísimos que hicieron mascullar al dr. M: "Sí, a los traumatólogos les encantan los aintiinflamatorios, pero luego nos vienen a nosotros los pacientes con hemorragias de estómago...". He salido de allí humeando y he llamado a mi homeópata, que está en Francia y no puede verme la rodilla. Ella opina que tanto reposo sólo causa atrofia y no es la primera médica que me lo dice. Me ha cambiado el medicamento homeopático al saber el nuevo diagnóstico y me ha dicho que pruebe durante tres días y que en esos tres días me quede quieta. Luego he hablado con L. quien, con el sentido común y los pies en la tierra que la caracterizan, me ha dicho: "Yo haría caso de tu homeópata. Él es uno de esos médicos deportivos, pero tú no pretendes correr una maratón". Yo visualizaba esos chutes que les ponen a los ciclistas en pleno Tour y se me revolvía el higadillo.
Al volver a casa me he puesto a traducir Maeve Brennan y su mirada irónica y comprensiva hacia lo que ve en las calles de ese Nueva York popular y envejecido me ha consolado, como otros días me consuela Jean Giono. Cuando acabo de traducir vuelvo al Quijote, que sigue maravillándome. Hoy quería haberme llegado a una librería con una idea precisa, pero el consejo de la inmovilidad me ha retenido. Me cuesta mucho esta vida sedentaria, aunque sea visitada, pero sin mis caminatas, sin mis incursiones callejeras. Es un aprendizaje de paciencia que no habría imaginado. Mis amigos me recomiendan una copa de buen vino.
Sigo muy desconcertada por las vacaciones de Correos. Hace un mes que no reparten. Llamé al distrito, me dijeron que a ellos tampoco les llega correo y que si está retenido, será en Madrid o en algún otro sitio. Así supe que el correo internacional pasa primero por Madrid antes de llegar a Barcelona. Me quedé estupefacta. Pero si viene de Francia o Inglaterra, por ejemplo... "Ah", me contestó la operaria, "pero tiene que pasar un control". No le pregunté por qué no puede hacerse el control en Barcelona. Tanta conversación de transferencias y Estatuts y hasta el correo tiene que irse a Madrid antes de llegar aquí. La operaria también me dijo que todos los días pierden empresas clientes, que se pasan a los transportes privados. No le dije lo que pensaba. Sé que los servicios de Correos ingleses, por ejemplo, son mucho más económicos y mucho más eficaces que los españoles; eso me dijo un librero una vez, y la verdad es que lo que ellos mandan llega mucho más deprisa, a pesar de la lentitud de los de aquí.
Y también sigo poniendo música para contrarrestar el estruendo de las máquinas que rompen las calles. No paran de abrirlo todo. En la calle, un tendero comentaba el otro día que las obras sólo sirven para que unos cuantos se enriquezcan con ellas.
Estaba a punto de ir en coche con G. a ver unos gatillos abandonados de l'Ordal y no me he decidido. En parte por mi tentativa de tres días de reposo. En parte porque hay momentos en que no puedo resistir más el vacío que ha dejado Gilda y otros en los que me pregunto si no es precipitado, si no debería aprovechar la sensación de libertad... La marcha de Gilda me ha dejado una inesperada sensibilidad empática por el mundo animal. Por la calle cruzo miradas con los perros. Firmo en todas las campañas contra el sufrimiento y el maltrato a los animales. He puesto el link de IFAW entre mis blogs favoritos. Hay un reconocimiento ahí...
And last but not least. Llevo dos mañanas escribiendo contenta en el maremágnum de mi novela, aunque sigue siendo a ciegas, sin saber, sin ninguna certeza ni garantía, casi sólo acumulativamente, pero qué felicidad a veces...
12 comentarios:
La vilamatiana gata negra ha visto su foto en tu blog y ha dicho miaugracias, le ha encantado el honor de llamarla "vilamatiana", tan aficionada ella a la buena lectura...
Y yo lamento de verdad que tu "mala pata" aún no te permita toda la libertad física, pero sin duda es buen momento para releer el Quijote, reir con sus molinos de viento y soñar con sus "luceros"...
Yo sigo disfrutando de tu buena literatura, La plaza del azufaifo, -cuando la señorita vilamatiana me presta el libro que tiene por almohada-, me encanta que sea a manera de diario y lo acompañes con antiguas fotografías en blanco y negro, algunas son magníficas, parecen pinturas renacentistas, y como dices en un pie de foto en Roses, "permiten averiguar la quietud de aquel paisaje generoso..."
Pienso en tu generoso paisaje de quietud en estas noches de Luna llena de Agosto, mientras paseo por tus páginas de tu verano de 2007, y como dices; "...nuestro maravilloso azufaifo, tras años de pasar desapercibido aun siendo el ejemplar más monumental e importante de Europa, árbol bicentenario que daba sus sombras, flores y frutas generosas..."
Eres fuerte como un azufaifo, Bel, gracias por esta magnífica lectura*
Un abrazo*
Querida Isabel,
siento que no estés mejor de lo de tu rodilla. Por experiencia, aunque dolorosísima, lo que mejor me ha ido a mí cuando he tenido una lesión difícil han sido los masajes y la rehabilitación. Pero claro, yo no conocía la homeopatía por aquel entonces. Claro que mi fisio usaba para los masajes un ungüento casero preparadao por él. También me dijo que tanto reposo e inmovilización me estaban dejando el pie inútil (el problema, un esgince de tobillo) y eso era verdad. No te daré ningún consejo; es muy difícil. Pero desde entonces hago más caso de los fisioterapeutas que de los traumatólogos. Las infiltaciones y la escayola no me sirvieron de nada. Perdí un año y casi un pie.
Celebro que sigas adelante con tu novela. La mía paralizada y agosto, que era mi esperanza, ya termina.
En cuanto a las obras, tengo la misma sensación.
Ánimos
No te preocupes, Mar. Aunque algunos no lo entiendan, yo no escribo aquí para que me den consejos pseudomédicos ni personales. Una vez escribí de mis manías con el desayuno y vino gente a contarme lo que desayunaban. Yo escribo y sólo cuentan los pensamientos, pero esa supuesta vida cotidiana no es ninguna confidencia, ni está en discusión. En cuanto a la escritura, yo vivo en la incertidumbre
Gracias, Eva! Me alegro de que te guste, pero recuerda, es una construcción, no un auténtico diario. Lo único que fue así es la correspondencia y gestiones del azufaifo. Et pour le reste...
Y aquí Rottenmeyer: yo no puse "averiguar" (esa palabra no me encajaba ahí) sino "adivinar", ja ja!
En este momento una máquina me está taladrando los oídos, para variar. Voy a cerrar compuertas
¡Uy! ahora me doy cuenta de que te digo que no te voy a dar ningun consejo y me parece que de alguna manera me he puesto pesada. Lo siento si te he molestado. Por supuesto que esa vida cotidiana no está en discunsión. ¡Faltaría más!
Saludos
No te preocupes, Mar, yo estaba pensando en voz alta, generalizando, ¡y no dudo de las buenas intenciones tuyas ni de nadie! Sé muy bien que es difícil entender a alguien que parece hablar de su vida al escribir. Creo que hay otras lecturas posibles más allá de lo concreto, intercambios de pensamientos más que de métodos prácticos. Algo que para algunos es inmediato...Pero todos podemos sentir ganas de contar una historia, ¿por qué no? en un comentario. No me refería a eso.
Es verdad! Perdón Bel, transcribí la frase de memoria, con rapidez por seguir leyendo y la inmediatez de internet y otros comentarios al tiempo, ni repase lo que escribí, cierto que no encaja para nada la palabra "averiguar", la frase correcta es;
"permiten adivinar la quietud de aquel paisaje generoso".
Vaya lectora estoy hecha, suerte que lo has tomado a risa. En adelante le diré a tu fan vilamatiana que lea y transcriba ella. :))
Mientras leo se sienta a mi lado mirando el libro y ronronea... Y mira si estoy influenciada por la lectura, he soñado que estaba en mi antiguo jardín donde había un gran faig, y lo habían quitado! He llorado en sueños... ahora sonrío, y sigo leyendo tu "no auténtico diario" y admirando tu fuerza y lucha, eso sí es de verdad, ¿no?
Encima ahora te taladran con ruidos, nos quieren volver locos/as, no nos dejaremos.
Yo creo que cada vez iré a vivir más lejos... donde queden buenos árboles, no tenemos mucho más.
Bah, Eva, ese error sólo tiene importancia para una maniática como yo! Ni caso... Efectivamente, no sé cómo encontraré la manera de huir de aquí, aunque tenga que ser como homeless...
La felicidad de la escritura es siempre caótica y eso, a veces, hace que uno se vuelva receloso de su propia creación pensando en el momento de la corrección, del orden, de la forma definitiva, pródiga siempre en despojos. De todos modos tienes razón ¡qué felicidad la de la página lograda! aunque sea transitoria...
Sí, JML, así es! Sobre la corrección, decía Carles Hac Mor que la perfección es fascista. Y bueno, algo de eso puede haber, pero en la corrección, en esas cuarta y quinta mano, está el libro! Algo ocurre a la primera, pero sin esa búsqueda, ese montaje o editing posterior, no habría buenos libros. "Es más fácil escribir que borrar", decía Ivo Andric. Y ahí, en esa gradación de tijeras, versiones distintas y fidelidad a l'impromptu está la clave del libro. Yo estoy en una fase totalmente ciega, casi sólo acumulativa, esperando que algo ocurra mientras escribo, o si no ocurriera, decidir después, al final, cuando pueda ver lo que tengo.
La calle no esta para muchas caminatas , el calor es brutal , la gente se pone debajo de los semáforos para tener sombra
Sí, Francis, es brutal, he cruzado Muntaner y boqueaba como un pez fuera del agua. Y estos políticos municipales siguen cortando árboles en todas partes y sembrando más cemento y más parkings.
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