Fotografié las nubes, eran blancas y purísimas, compactas y ensoñadas como las de la portada de It's a Beautiful Day. Luego, mientras hablaba por teléfono con L., vi una luna sorprendente, roja y muy baja y dudaba de mi vista. L. no podía verla desde donde hablaba, así que no podía discutir, pero cogí los prismáticos y era impresionante. Con ellos ya no se veía roja, sino blanca y gris y con esa textura tan clara y sólida que tiene cuando la miras por un telescopio. Era muy extraño. Mientras seguíamos hablando le hice unas fotos, pero mi cámara está un poco loca desde que se me cayó, me dice que guardará las imágenes en la memoria interna y luego no me las enseña, dice que no están. Una vez ya me pasó y de pronto volvieron a salir, así que no he perdido la esperanza.
Hoy el cielo sigue sembrado de esas nubes tan etéreas y esperanzadoras como en el poema de Baudelaire, donde las nubes son ya la única esperanza.
He quedado con T. para ir a ver la de Woody Allen, que sigue siendo una debilidad mía, y me ha gustado, era como seguir la conversación alocada de Whatever Works, no tan redonda y mucho más negra, pero hilarante, pesimista, implacable a veces con sus pobres personajes, con esa reflexión sobre el azar y lo inesperado y la imposibilidad de las cosas. En realidad, el único personaje al que salva es la mujer que quiere creer en la reencarnación y con eso mantiene la ilusión en otras vidas al margen de lo que ocurra en la suya. Qué traducción tan cursilona de un título gracioso. Cualquera que haya ido a una vidente clásica conoce esa expresión: "Conocerás a un hombre alto y moreno..." You Will Meet a Tall Dark Stranger, nada de "el hombre de tus sueños". La frase de la bruja apunta a algo individual concreto lleno de todas las posibilidades y ambivalencias, no a un ideal. Al salir, T. me ha enseñado un mensaje que le ha mandado un antiguo paciente que parecía salido de la misma película. Era una locura. Le he dicho a T. que el otro día comentábamos la Otra Bel. y yo la mina literaria que son los taxistas y no había pensado en la de los médicos. Dice T. que los pacientes le cuentan cosas que luego olvida, pero que si las apuntara, el conjunto sería completamente surrealista. "No puedes imaginar las cosas que cuentan algunos". Y es que la gente necesita contar su vida y no sabe a quién. A los que escribimos nos gusta escuchar -no todas las historias, pero algunas nos resuenan y disparan los relatos- y a veces la gente se disculpa por habernos contado algo que en realidad nos ha ayudado a pensar. Otras veces, en cambio, la gente quiere contar una historia que cree que será buena para un libro y entonces no nos resuena ni nos interesa nada.
Iba a coger un taxi, por consideración a mi rodilla, pero no he encontrado ninguno, así que he ido andando, como en los viejos tiempos, algo preocupada. He visto que un caserón que fotografié para mi libro de la ciudad ya ha caído bajo la piqueta. Era un bonito caserón, hacía esquina y era precioso el juego de luz y sombras que se reflejaban al atardecer. Tenía elegantes persianas con unas finas molduritas. Belleza destruida, ¿para qué? Para construir más pisos mediocres que nadie comprará (ya tenemos un récord de pisos vacíos). A la vuelta, T., que me ha traído en coche, me ha examinado la rodilla, y aunque dice que ella no sabe nada de "trauma", la veía mucho mejor. "Guíese por el dolor" me dijo el traumatólogo deportivo, y eso hago... Yo necesitaba reírme un rato en el cine porque la historia de M. y sus vicisitudes de estos días pasados han llegado a proyectar una sombra de tristeza densa y de locura ciega, que cae como un peso. Pese a todo, procuro seguir escribiendo y disciplinándome, no hacer caso de lo exterior. Curiosamente, un escritor nocillero con el que no conecto dijo algo en un blog que me sirvió como consejo pragmático, aunque me gusta más la formulación de mi amigo serbio. Todos los caminos llevan a alguna Roma, la de la loba capitolina.
Ayer estuve descifrando jeroglíficos, es decir, traduciendo a Giono, y aproveché para consultarle a L., y buscar posibilidades en el María Moliner. Cada frase está llena de acertijos y luego hay que buscar otras posibilidades en castellano y la lengua se me resiste y tengo que forcejear... Ayer había una frase: Elle n'avait rôti de balai que dans des sous-préfectures ou des villes de garnison, ce qui éxige évidenment de la cuisse mais sourtout un sens profond des affaires et une solide imagination. "Rôtir le balai", asar o quemar la escoba, significa llevar vida libertina (en su caso, ya que al personaje lo define como una lorette) o también trabajar mucho sin medrar ni conseguir nada (justo lo que yo hago con esta traducción, en la que gano menos que la señora que viene a limpiar), y la traduje "Sólo había batido el cobre en su oficio de Mesalina en sub-prefecturas o en cuarteles, algo que exige evidentemente buenos muslos, pero también un agudo sentido de los negocios y una sólida fantasía" y en vez de lorette puse coscolina, que fue uno de los pocos apelativos no despectivos que encontré para el oficio (lorette es lo mismo que cocotte), y me preguntaba si no podría utilizar alguna de las palabras y expresiones maravillosas que leo en el Quijote (porque sigo con él, lo alterno ahora con la última novela de mi amigo serbio, que es paródica, ingeniosa y a veces desternillante, con escenas de puro Lubitsch, y llena de metralla crítica).
Se me olvidaba: leí Los árabes del mar de Jordi Esteva con la intriga quien lee un buen thriller, arrastrada por su búsqueda de la belleza y el misterio (los mismos que aparecen en sus fotografías) que quedan en el mundo y por esos personajes que van hilando historias, no sólo mitos y leyendas de la tradición árabe, sino también la Historia reciente y sangrante más allá de los estereotipos y prejuicios occidentales, discerniendo las diferencias entre lo islamista y el legado cultural preislámico, con mujeres libres y cultas y muchos tés y cafés con cardamomo y platillos sugerentes como las pakoras y las samosas y los curries de pescado, con los ritos de la cortesía y la hospitalidad de ese mundo musulmán.
Oh, las nubes vuelven a ser luminosas... Ya no se parecen a aquella portada años setenta que resumió mis sueños en un festival francés, donde conocí a un suizo que pasó años mandándome postales desde otros festivales del mundo, y yo sólo fui a verle en un sueño inducido. Pero las nubes siguen teniendo su encanto en esta pobre ciudad desarborizada y aún silenciosa, en la tregua de esas obras permanentes que siguen agravando el cambio climático y el hambre para mañana.
Ayer puse otra frase de Giono en Fb nada más sacarla del horno y algunos la aplaudieron. Decía así: "On ne peut pas vivre dans un monde où l'on croit que l'élégance exquise de la pintade est inutile" ("No se puede vivir en un mundo donde se crea que la exquisita elegancia de la pintada es inútil"). Mi amiga americana vino a preguntarme: Who would want to live in a world like this? Yo le contesté: Nadie, excepto nuestros políticos mutantes.
4 comentarios:
Hablando de Taxis
http://www.enriquevilamatas.com/obra/l_perderteorias.html
Tengo pendiente a Allen. No hay mucha cosa más en la cartelaera no?
Salut Isabel! Cuantas cosas te han pasado y cuanto has escrito! He vuelto de dos semanas en el sur de Francia, donde he podido admirar arboles enormes y hermosas casas y playas, ahora con mi espiritu cargado de energia intento mantener la chispa elevada en esta bruselas tozudamente lluviosa pero lo conseguiré, lo mejor de todo es tener todavía tanto que leer en tu blog. Un beso, espero que ya estes mucho mejor de tu rodilla y que un gato ronroneante te esté buscando.
Ay, yo no he explorado la cartelera, como estaba lesionada... a lo mejor han estrenado algo. G. está empeñado a arrsatrame a Inception, pero me parece que será demasiado hollywoodiense para mi gusto, aunque entiendo que el tema le interese, aunque yo lo veo más para Gondry y su ex colega guionista.
Debe de haber algo más, pero no lo he visto...
Sí, ese taxista portugués de VM me hizo reír, son esas situaciones en que alguien se empeña en creer lo que no es y en hacer lo que no sabe y el narrador está ahí prisionero...
Emma! Acabo de volver de una excursión surrealista a la protectora, ahora tendré que esperar 4 o 5 días para que me digan si la gatita gris y blanca es adoptable o no, pero ya tenemos dudas de si adoptar un gato orondo atigrado y mayor que sólo quería que le acariciáramos la barriga y sonreía como el gato de Cheshire y G. me dice: Y si los cogiéramos a los dos? Pero dos son demasiado para mí...
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