sábado, 21 de agosto de 2010

Se me pasó la semana

Foto: I.N., Mobiliario del Museu de Ciències Naturals, 2010
Se me pasó la semana sin darme cuenta.
Vi Le plaisir, de Max Ophuls, como continuación hechizada de mis lecturas de Mouche y de La vida errante. Leí Tortilla Flat, de Steinbeck, por recomendación facebookiana de X.A. (y para celebrar que Navona los ha publicado) y esperaré a que me lleguen Cannery Road y Sweet Thursday para seguir su consejo ordenadamente; es una trilogía "hispana" muy distinta al Steinbeck que yo conocía, leí que se le ha criticado de estereotípico en su retrato de esos hispanos, pero lo que a mí me interesaba era algo más universal de esa nouvelle, la actitud vital de esos amigos desesperados, pobres y desencajados del mundo, a los que una borrachera lleva a la guerra y otra a la cárcel, y de cómo la herencia de unas casas pesa sobre uno de ellos con una fuerza capaz de desencadenar su destrucción. Hay un humor y una melancolía sobre la condición humana y el mundo, sobre la sensibilidad, la pobreza y la inadaptación que también están en Las uvas de la ira, en De ratones y hombres, en El invierno de nuestro descontento, Al Este del Edén. Pero hay aquí algo muy distinto de sus grandes novelas americanas.
Anoche vi, por la Otra Bel, una versión de El amante de Lady Chatterley que me hizo pensar en la terrestridad y en algunas extrañas parejas y en el trasfondo de libertad en lo amoroso que transmitía la novela de D.H.Lawrence, y que yo leí de pequeña, furtivamente, pero que asocié siempre a la fantasía de una amiga mía.
Tras la primera resaca del golpe, he pasado días traduciendo Giono y Brennan, trasladada al sofá por mis condiciones post-accidente; es una forma de luchar contra mis impulsos de andariega. Algunos amigos han venido y vienen a traerme cosas que necesito. Alguien vino a comer un día en que yo apenas me tenía en pie, y sentada, hice una coca de verduras, desoyendo sus comentarios sobre el calor y la atmósfera. Sigo echando de menos la belleza de Gilda, mi gata sabia y afectuosa, y su compañía protectora y llena de humor felino, pero me ha dejado muchas cosas como regalo, y su generosidad y su relación con la naturaleza me ayudan ahora a recuperarme. Esta tarde pensaba riéndome en las frases irónicas de un amigo balcánico: "¡Hay que aceptar estoicamente el fracaso! A mí antes me irritaba; ¡ahora cada vez lo acojo con más ganas!"
Estuve buscando poetas y poemas hispanos para que le leyeran a M. en voz alta. Por lo visto M. agradece esas lecturas: aunque ella ya no pueda formular sus frases, ese misterio no del todo inteligible de lo poético le produce cierto placer. No fui a verla: pensé que mi aspecto la asustaría, a ella, que sólo se preocupa por lo visible.
He visto, gracias a Stalker, una entrevista (con imágenes de una película suya que no olvido, Ladoni (Palmas) la belleza en la miseria, el delirio, la locura, los vestigios del dolor interiorizado y mudo y de la guerra -¿de Crimea?- en personajes de la calle, de los refugios, manicomios, prisiones, de los agujeros de la ciudad) del moldavo Artur Aristakisian, incluso su forma de hablar guarda algo de ese dolor oscuro como un enigma. Ese monólogo del hombre de Chisinau que hablaba siempre en bajo con su hijo no nacido, al que su mujer renunció al dejarle. Luego he visto la película, con la música de Verdi y las historias de cada personaje y las alegorías que Aristakisian inventó. Esas frases. "La única vía de salvación es enloquecer", dice el hombre de Chisinau. "O yacer y hacerse una cama en el suelo". Y esos personajes que guardan la ropa de los muertos, algunos muertos en un psiquiátrico, "de soledad e inyecciones". Vale la pena verlo. Con su poética feroz e introspectiva y esas imágenes de "los que no tienen lugar en la Tierra" dice más del mundo y de la historia y sus márgenes que ninguna otra película.
He vuelto a la novela: humilde, ciega, lenta, tentativamente, pero en ella estoy y procuraré quedarme. Me he puesto a releer el Quijote, que me consuela de casi todo y me hace reír. En parte he vuelto porque la forma en que se levanta siempre de tantos golpes y el humor con que lo cuenta me atraían más aún en este momento. Y en parte porque de vez en cuando es bueno para mi castellano (¡al redropelo!) volver ahí y gozar con esos diálogos (el de Babieca y Rocinante! Con aquel: "Metafísico estáis./ es que no como") y esas descripciones, dejando aparte el ingenio y la maravilla de todo. Me asombra que ese Cervantes de la segunda parte me resulte tan cercano.
Voy mejorando mi estado físico: al principio, por mi impaciencia, me costaba reconocer los avances, pero hoy ha habido momentos más claros, aunque no es una progresión lineal, sin llegar a ser leninista (un paso adelante, dos atrás).
En la calle, los más viejos me comprenden. Ellos saben que una caída puede producir estos efectos. Ayer me crucé en un semáforo con un señor octogenario que llevaba bastón. Señaló al mío y me dijo, irónicamente: "Podríamos hacer una carrera... o un concurso". Me hizo reír. También me sorprendió la mirada apasionada de un joven moreno; me pregunté si se trataría de alguien con espíritu de rescate, un espíritu algo quijotesco que consistiría en buscar el dolor y la tristeza femenina para aliviarlos o que no concebiría el interés amoroso sin sentir que rescata a su dama. Quién sabe.
Me gusta tanto esta sensación de ciudad solitaria y desierta (en estos barrios) y este aire de verano, a pesar de todo... Ojalá no volviera la gente, ojalá el verano no se acabara nunca.

28 comentarios:

RFT dijo...

Giono y Brennan...

Hace un par de años la editorial Libros del Asteroide publicó LOS VAGABUNDOS DE LA COSECHA de John Steinbeck. El prólogo es de Eduardo Jordá, un escritor curioso, y las fotos de Dorothea Lange. Se trata de una de esas cosas que llaman metanovelas (¿Niebla? ¿Unamuno?) o novelas de novelas, cajas que contienen cajas, y, como conjunto de reportajes periodísticos, fue el preludio de la denuncia que se generó con Las Uvas de la Ira. Antes, en el 98, Península publicó VIAJES CON CHARLEY (un caniche)que es un libro de viajes delicioso escrito en 1962 (Por el Mar de Cortés es un poco pesado).
Ambos títulos podrían complementar tu extensa lista.
Fuimos a ver Nothing Personal a los Verdi. Es rara. (http://www.karmafilms.es/ficha_cine.php?ID=119)(KARMA FILMS o el KARMA de CARME)
Nos vamos a Estambul el martes pero regresamos el 29.
Seguramente este año no regresará nadie a Barcelona. Todos se quedarán lejos y esto seguirá estupendo. Eso sí, mañana a 36 grados.
Buen descanso.

Belnu dijo...

RFT, soyez le bienvenu. 36 grados! Oigo forcejear a la pobre mariposa nocturna atrapada en la lámpara. Sí, Nothing personal tiene algo que me interesó, pero también tiene errores, IMHO, como dicen.
Estambul! Me encanta esa ciudad, aunque allí también hará calor, Oriente y Occidente. Me encantó estar allí, aún tengo pendiente un cuento

Belnu dijo...

Ay, gracias por tus recomendaciones, RFT y por tus augurios

Isabel Mercadé dijo...

No he visto esa película, pero me da la impresión que me diría demasiado sobre una historia no muy lejana que me concierne, esa historia de la que en parte hablaba en el comentario de la entrada anterior. En cuanto al Quijote, qué decir, siempre restaura volver a él. Yo me quedaría con aquel que dijo que contiene todos los mundos.
Me alegro de que estés escribiendo a pesar (¿O incluso mejor si?) de que sea a ciegas.

Belnu dijo...

Bel M: No sé si te hablaría de esa historia, pero seguro que no serías indiferente a esa poética feroz de los desheredados de este mundo y este siglo, de los habitantes de manicomios y cárceles, de los que mueren "de soledad e inyecciones", de la mirada alucinada de esos pesonajes y de la voz que habla y compone un poema con su dolor y sus delirios, de la belleza de las imágenes que hace pensar en Vertov y en Dreyer o en Sokurov

Isabel Mercadé dijo...

De acuerdo, entonces, cuando sienta que es el momento (las películas y los libros tienen su momento, ¿verdad?), la buscaré.

Belnu dijo...

Yo te la pasaré y tú la ves cuando quieras...!

Stalker dijo...

Primero:

me alegra que vayas mejorando poco a poco. A paso de caracol -pero segura- vas a ingresar espléndida en el otoño...

Segundo:

qué bien que hayas visto Ladoni. Es mi descubrimiento del año. Aún estoy digiriendo ese terremoto de vida (y él, sin duda, me digiere a mí).

En el DVD te la incluí como un caballo de Troya, sin avisarte...

Éste es el arte que me interesa, el que lo subvierte todo y es tan intransigente que llega a lo despiadado, que se atreve a un gesto feo, a la fealdad del gesto, si esto es lo más significativo, lo más intenso, extenso, profundo...

abrazos

Belnu dijo...

Gracias, Stalker!
Fue una auténtica sorpresa, ya en la entrevista al director me quedé fulminada, y ya se veían ahí algunas imágenes. Para mí ha sido importante verla, le he hablado a unos cuantos amigos sobre esa película. Lo asombroso es que ni siquiera vi fealdad porque hay una contención, el blanco y negro, la poesía de la voz, lo alegórico, que hace que el horror configure una extraña belleza de esas imágenes. Hay algo de Bela Tarr, de Tarkowski y también de los primeros rusos y de Dreyer, o eso me parece ver a mí

Stalker dijo...

Belnu:

claro, no hay fealdad, no puede haberla.

La película es todo lo que dices y mucho más. Haces bien en difundirla, yo hago lo propio.

Por cierto, los subs los traduje yo (del inglés), pero están sin revisar y hay, por eso, algunas faltas ortotipográficas.

abrazos

Belnu dijo...

Vaya, tú eres de esos tecno-expertos que sabe incorporar subtítulos!
Sí, hay algo importante en ese trabajo de Ladoni, yo ya sólo quiero seguir la pista de A. Aristakisian. Me da rabia pensar en la cartelera desértica y banal que hay en esta ciudad mientras podríamos tener acceso a maravillas de estas

Luis Vea dijo...

No sé si el estoicismo que adopta tu amigo balcánico es puramente filosófico, lo cierto es que a mí me recuerda al estoicismo felino que ya predicaba en alguna tira cómica el bueno de Perich. Esa mirada perdida de los felinos que casi se transfigura y que, a veces, al responderles con nuestra voz sólo provoca un leve movimiento suyo de mirada hacia otro lugar. Incluso la pequeña Mimi ya empieza a practicarlo.

Descansa y mejórate.

Belnu dijo...

Gracias, Luis! Ante mi condición física postaccidente, intento seguir el modelo estoico de mi gata, la que se fue. Pero ante los obstáculos editoriales, de reconocimiento y de prensa, me sirve la frase de I.M. y su risa de ese momento.

Anne (Cabo Leeuwin) dijo...

Si el verano no se acabara nunca, yo, sin la más mínima duda, moriría.

El calor me sienta como un dolor de muelas, y no es que no lo pueda soportar ( que no lo soporto), es que estoy convencida que paso más calor que el resto del mundo.

El destino ha querido que mi paraíso sea un mar de arena, que en verano se llena de ocupantes extraños y no deseados.

Y es por eso, que cuando el verano me dice adiós con la mano, no se va solo, se lleva en la mochila a miles y miles de habitantes de otras tierras que regresan a su paraíso, para dejar el mío un poco más virgen.

No imagino mayor tortura, (si que la imagino pero no viene al caso),que un verano eterno. Porque verano y multitudes son dos palabras que, al menos aquí, viajan en el mismo vagón....

Gracias a Dios lo bueno ya se acerca....lo necesito como agua de Mayo :-)

UN saludo.

Anne

Belnu dijo...

Anne: Si lees literalmente, el significado de las cosas siempre es distinto. A mí no me gusta el calor, pero yo hablaba de otra cosa

Ephemeralthing dijo...

En una sociedad de apariencias el fracaso puede ser el disfraz de todo un éxito. Formidable la frase de tu amigo.

Espero que cada día que pasa vayas mejorando y reponiéndote del accidente. Veo que aprovechas para tener nuevas perspectivas en tus observaciones.

JML dijo...

Me ha llamado la atención ese párrafo: ("Estuve buscando poetas y poemas hispanos para que le leyeran a M. en voz alta. Por lo visto M. agradece esas lecturas: aunque ella ya no pueda formular sus frases, ese misterio no del todo inteligible de lo poético le produce cierto placer. No fui a verla: pensé que mi aspecto la asustaría, a ella, que sólo se preocupa por lo visible")... Ya sé que en estas situaciones lo trágico se impone a todo lo demás; el drama personal tiene una intensidad tal que arrasa lo poético, por eso aprecio la valentía y el talento para saber mirar con otros ojos, para captar estos matices que humanizan el dolor y enriquecen la memoria. La realidad, afortunadamente, está en el ojo del que mira. El resto es un naturalismo atroz…

Belnu dijo...

Eph! Tu frase me ha recordado una vez, en 1980 o máximo 81, que Alexandre Cirici le dijo a un artista conceptual que se quejaba de la crítica que le había hecho un crítico del establishment de entonces: "Ya sabes, si ése te pone mal, quiere decir que vas por buen camino... Si te pusiera bien, tendrías que empezar a preocuparte..."
Gracias, Eph! Por suerte los golpes no me han quitado la cabeza, ja ja!

Belnu dijo...

JML: Tienes razón, es el refugio de quien escribe, de quien puede desentrañar y convertir el dolor en otra textura, buscando las palabras como si fueran hilos y retejiendo lo que ve. Mil gracias por atribuirme valentía y talento. Guardaré estas palabras para los momentos de peores dudas! Pero hoy estoy contenta. Acabo de escribir una escena luxemburguiana que siempre quise escribir. Veremos lo que pienso mañana... ahora vuelvo a mis sisifianas traducciones, preguntándome dónde fue a parar la inquietud que me invadió anoche. Tal vez fuese la luna llena, yo siempre fui pariente del loup garou...

Anónimo dijo...

No sé si sería mejor que las cosas no acabasen del todo, alargándose en una especie de infinito tecnológico, o al contrario, que tengan un final.
Divagando, pienso que la escritura, el amor, etc, pueden ser refugios, qué no lo es, cada uno da algo distinto, encamina de alguna manera, todo depende de las elecciones de cada uno. Lo complicado de hoy es lo espereotipado que se intuye todo, y eso parece ser un signo de los tiempos. Habrá que perseguir una especie de desclasificación de las cosas en términos generales, volver a una especialización. Y esa imperante falta de empatía a la que aludes más abajo, y no es que seamos más inteligentes precisamente.
Espero que te recuperes del accidente.
iluminaciones.

Belnu dijo...

Yo tampoco lo sé, Iluminaciones! Me limité a expresar un deseo que significa otra cosa: ojalá esta pobre ciudad no estuviera llena de ruido estruendoso, de tráfico delirante, y tan falta de árboles, de espesura, de silencio, de calls sin tiendas ni rótulos.
Sí que es verdad que para huir de esa estereotipación reductiva yo sólo encuentro la lectura, algún cine (como esa "Ladoni", Palmas, de Artur Aristakisian), algunos encuentros, etc...

Belnu dijo...

Se me olvidaba, Iluminaciones: ¡gracias!

Anónimo dijo...

No sé porqué he recordado ahora Blade Runner. Y no olvides la música, esa compañía silenciosa que no conoce el tiempo, ni el espacio, como dijo más o menos un día Jordi Savall.
iluminaciones

Humanito dijo...

La actitud vital de los desesperados... dices.
Me ha resultado muy impresionante.
Tus variadas reflexiones relacionadas a tu post accidente, me trajeron a la memoria un recuerdo anterior dicho entre amigos agripados:
Hace falta la más profunda filosofía para afrontar una faringitis.
Y la gran afectividad de tus líneas, y tu gatita.
Saludos

Belnu dijo...

Blade Runner vuelve siempre, Iluminaciones, porque Philip K. Dick no se equivocaba en sus visiones.
Y sí, la música!

Belnu dijo...

Humanito: gracias por tu comentario, aunque no entiendo muy bien a que te refieres con "afectividad de mi escritura", pero no importa, cada uno lee algo distinto!

Emma dijo...

No sabes que bien me hacen tus incursiones callejeras, aqui solo hay frio y los vecinos tienen un bebe que llora inconsolable. Lo que escribes siempre levanta vendavales, yo lei "Tortilla Flat" siendo una nina, y " el amante de Lady chatterly" tambien a hurtadillas, de pie en una silla para que si alguien me pillaba mentir diciendo que buscaba otro libro en la estanteria. Lei de pie en una silla un par de novelas.
Gracias Isabel. Lo habia olvidado.

Belnu dijo...

Gracias, Emma! Lo de leer de pie en la silla me suena... Y en un cajón del pupitre... Pero yo añoro los árboles de Bruselas, aquí siguen cortándolos todos